Resumen
Korra y Asami Sato se conocieron
cuando tenían diez y once años de edad. Asami hija de padres ricos y Korra, la hija de su
empleada doméstica, se convirtieron en
las mejores amigas, pero ambas sabían su
lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se convertirían en amantes... También nunca hubo duda de que Asami se casaría y mantendría su posición social en la
comunidad.
CAPÍTULO
2
— ¿Así
que viviste en una mansión?
Korra se echó a reír
— Dios, no.
Vivíamos en las dependencias del servicio. La casa estaba en una pendiente por
lo que desde el frente, parecía tener sólo tres pisos. En realidad, eran
cuatro. Vivíamos en el primer piso. Así como Tenzin. En ese momento, no
entendía la percepción de las dependencias de servicio. Pero no se me permitía
subir las escaleras. Bueno, no a voluntad. Si ellos no tenían compañía o
huéspedes por los alrededores, entonces a Asami se le permitía llevarme a su
habitación. Siempre y cuando, por supuesto, ninguno de los verdaderos amigos de
Asami estuviese allí. No se veía nada bien que la hija de la criada estuviese
arriba.
—Vaya,
qué presuntuoso—
dijo Kya —
¿Todavía hay gente así?
— ¿Qué?
¿Personas aferradas con la separación de clases? —Preguntó Korra— Los Sato eran antiguos adinerados— dijo
—Yasuko Sato seguía
todas las reglas sociales. Era bastante rígida acerca de su estatus en la comunidad
—Sé que
dijiste que Brook Hill había crecido, pero ¿es lo suficientemente grande como
para soportar una de sus tiendas?
—Brook
Hill y sus alrededores tiene más de cien mil personas. Mi concepto de mercado
de productos frescos debería ir bien allí. El más cercano Whole Foods u otros
alimentos orgánicos están a dos horas de distancia, en Dallas.
— ¿Esta
será tu cuarta tienda? — preguntó Lin.
Korra asintió
— Sí.
Todavía no puedo creer lo exitosos que hemos sido. Pero los grandes hipermercados,
sólo van a las grandes ciudades. A pesar de que nuestras tiendas son mucho más
pequeñas, podemos ofrecer productos orgánicos y alternativas vegetarianas y
veganas, granos y frijoles al mayor,
Tuvo que detenerse, sabiendo que podía hablar por siempre
sobre su negocio.
— Ha sido
un gran éxito en las ciudades más pequeñas donde somos su única opción.
— ¿Entonces
sólo te irás mientras arranca? No estás planeando dejar el área de Austin
¿verdad?
—No. No
me veo viviendo en Brook Hill otra vez
—Así que
cuéntanos más acerca de Asami— animó Kya —Se convirtieron en buenas amigas, me imagino.
Korra asintió —Al principio, su madre estaba horrorizada de que ella bajara a
los suburbios de la ayuda contratada. Por supuesto, ellos fueron un gran apoyo
cuando mi padre estuvo enfermo, básicamente, tomaron a mi madre bajo sus alas.
Estoy convencida de que esa fue la única razón por la que se me permitió entrar
en la vida de Asami.
—Supongo
que no fueron juntas a la escuela
—Oh, no.
Ella iba un grado mayor que al mío, e iba a la escuela privada en la ciudad. No
teníamos amigos en común para nada. Al principio, sólo jugamos afuera, o en la
cocina, o en mi habitación. Pasó un tiempo antes de que ella me llevara arriba— dijo —Yo tenía
doce años.
* * *
— ¿Estás
segura de que está bien?
Asami tomó su mano y la remolcó por las escaleras
—Quiero mostrarte
mi tarea. Dijiste que eras buena en matemáticas— le recordó —Te prometo que no voy a obligarte a jugar con mi colección de
Barbie
—Tu madre
podría enfadarse— dijo Korra. En realidad, no tenía ni idea de si eso era cierto
o no. La Sra. Sato difícilmente hacía una aparición en la cocina, así que Korra
sólo la había visto un par de veces desde que habían estado viviendo allí.
—Es mi
habitación— dijo
Asami, como si eso hiciera toda la diferencia.
Una vez que se abrió la puerta a la planta principal, Korra se
quedó inmóvil, mirando a su alrededor con asombro. Muebles antiguos,
esculturas, pinturas enormes, todas las cosas que nunca había visto antes,
excepto en las excursiones.
—Es como un
museo— dijo en
voz baja para no molestar el silencio.
—Sí. Un
museo— estuvo
de acuerdo Asami.
Korra no entendió la mirada triste en su rostro — ¿No te
gusta?
Asami negó con la cabeza
—No puedo
tocar nada. No me puedo sentar en los muebles. Realmente no vivo aquí.
Comenzó a caminar nuevamente y Korra la siguió hasta otra
escalera, esta era amplia y curva a lo largo de la pared y subía a la tercera
planta.
—Estas
son unas enormes escaleras— dijo.
—También
hay un ascensor. Mis padres generalmente lo usan. Sin embargo a mí me gusta
caminar en las escaleras— en la parte superior, Asami la condujo por un corto pasillo
que se abría a una pequeña sala de estar —Yo vivo aquí— dijo mientras extendía los brazos —Las habitaciones de mis padres están en el piso superior.
—Tienes
todo esto…— dijo volviéndose
y mirando a su alrededor —… ¿solo para ti?
—Sí
Abrió una puerta permitiendo que Korra mirara adentro. Era un
cuarto de baño, más grande que su propia habitación —Este es para mis huéspedes— dijo Asami— Pero puedes usar el mío si quieres. Está en mi habitación.
— ¿Así
que tienes diferentes habitaciones?
Asami asintió —Sala de juegos. Sala de estudio. Dormitorio. Baño. Sala de TV
La boca de Korra se quedó boquiabierta —Wow
Asami se encogió de hombros — ¿Quieres ver mi tarea ahora?
—Está
bien
Las puertas dobles se abrieron en lo que era una pequeña habitación…la
sala de TV, supuso La ojiazul. Asami cruzó la alfombra en silencio, yendo hacia
otra habitación. Korra la siguió, con sus ojos moviéndose precipitadamente por
los alrededores con asombro. Era más grande que lo que ella y su madre compartían
ahora.
Asami abrió la puerta de su cuarto de estudio. Contenía un escritorio
y una silla, dos estanterías...y un teléfono.
Korra señaló con el dedo.
— ¿Eso
por qué?
Asami se encogió de hombros —Mi madre dice que un día tendré a los chicos llamándome— Korra
hizo una mueca y Asami se echó a reír
—Lo sé.
Son tan...asquerosos. —Revolvió algunos papeles en su escritorio y le entregó una
página a Korra —Álgebra
Sólo había una silla así que Korra se sentó en el suelo y se apoyó
contra la pared. Se sorprendió cuando Asami se unió a ella.
—Son
bastante fáciles—
dijo
— ¿Qué es
lo que no entiendes?
—Nada de
eso. No tiene sentido para mí
—Aprendimos
esto el año pasado ¿Quieres decir que es ahora cuando la escuela privada está
pasando por esto?
Asami le golpeó la rodilla con la suya y sonrió —Tenemos cosas
más importantes que aprender allí, que el álgebra
—Estoy
segura de eso
Pasaron los siguientes treinta minutos repasando la tarea de
Asami hasta que ella de alguna manera la entendió. Había diez problemas. Asami
solo tenía uno correcto.
—Así que
no serás una matemática cuando seas grande.
Korra bromeó con ella.
—Realmente
eres inteligente ¿verdad?
Korra se encogió de hombros —Sí
Asami se quedó callada por un momento —Mi cumpleaños se acerca
—Lo sé.
Lo recuerdo del año pasado
—Voy a
tener Trece, un año mayor que tú
—Siempre
seré más joven que tú
—Un año
no es ser más joven— dijo mientras juguetonamente le golpeó el brazo.
Pero la sonrisa desapareció de su rostro —Voy a tener una fiesta— miró a Korra con ojos tristes —Mi madre dijo que no puedes venir.
No es que Korra esperaba asistir, pero la mirada de dolor en los
ojos de su amiga hizo que su propio corazón le doliera.
—Eso es
porque no soy uno de tus amigos de verdad— le recordó.
—Eres mi
mejor amiga— dijo
Asami —Sin
embargo, mi madre dice que no puedes serlo. Ella dice que debería elegir a
alguien más.
Korra tenía la edad suficiente para saber lo que eso
significaba. Asami no podía ser amiga de la hija de su criada. Tenía que
permanecer dentro de su clase social. Cuando nadie miraba, cuando no había
nadie alrededor, entonces Asami podía rebajarse a su nivel. Eso hería a Korra,
pero sabía que no era culpa de Asami. No podía estar enojada con ella.
— ¿Qué
tal si le pido a mi mamá que haga un pequeño pastel y tendremos nuestra propia
fiesta?
Los ojos de Asami se iluminaron — ¿Sólo tú y yo?
Korra asintió —Sí. Sólo nosotras
Y dos semanas más tarde, un día después de la verdadera fiesta
de cumpleaños de Asami, se sentaron afuera, no muy lejos del patio de juego que
habían dejado atrás. El mirador rara vez era utilizado, ya que estaba demasiado
lejos de la casa principal para los huéspedes. Cuando sus padres se divertían, utilizaban
la zona del patio más formal que daba al patio trasero. Por supuesto, Korra
sabía todo eso, porque ayudaba a su madre en la cocina preparando los aperitivos
y algunas veces ayudaba a los otros cocineros con la comida en sí. El mirador
se había convertido en su lugar.
—Tienes
que pedir un deseo—instruyó
Korra.
Cuando le había pedido a su madre que hiciera una torta pequeña,
había hecho precisamente eso. Era apenas más grande que un plato. Su madre le había
colocado una sola vela y le había dado a su hija algunos cerillos con que
encenderla.
Asami la miró a los ojos y Korra sintió una extraña sensación
en el estómago.
Asami asintió lentamente.
—Está
bien. Pedí mi deseo.
Korra inclinó su cabeza
— ¿Qué
fue?
Asami se inclinó hacia abajo y apagó la vela, riendo —No puedo
decirte. Entonces no se hará realidad.
Korra le entregó a Asami un tenedor y excavaron en el pastel.
Era de chocolate con una capa gruesa de crema helada…su favorito. No sabía cuál
era el favorito de Asami.
— ¿Te gusta?
No sabía de qué tipo pedir— dijo.
Asami lamió el chocolate de sus labios —Este
—Bien—tragó su
bocado y se limpió la boca con el dorso de la mano —Entonces, ¿cómo estuvo tu fiesta ayer?
—Estuvo
bien, supongo. Mis padres alquilaron el cobertizo en el club de campo. Tenían
una máquina de helados. También fuimos a la piscina.
—
¿Tuviste un gran pastel?
—Sí. Pero
no estaba tan bueno como este.
Eso le complació y sonrió
— ¿Cena
de lujo también?
Asami asintió —Sin embargo, hubiese preferido estar aquí contigo— bajó su
tenedor
—Mako
estaba allí
— ¿El
chico que a tu madre le gusta para ti?
—Sí. Se
mantuvo haciéndome cosquillas en la piscina. Él dice que pronto vamos a tener
citas
Korra puso malos ojos —Tienes trece. No vas a empezar a tener citas.
— ¿Tú cuándo
empezarás a tener citas?
Korra balanceó su pie hacia atrás y hacia adelante, en busca
de una respuesta —No
había pensado en eso. Realmente no me gusta ninguno de los chicos en la
escuela.
—A mí
tampoco. Pero ahora eso es todo de lo que habla Azula. Mei también.
Korra sabía que Azula y Mei eran dos de las amigas de Asami,
pero, por supuesto, nunca las había visto. Se preguntaba si ellas sabían que existía.
—Supongo
que tal vez empezarán a gustarnos los chicos también— ofreció, preguntándose si eso era cierto.
Más acción y menos romance jajajajaja okno! Esta entretenido, te felicito! Suuubeee el otrooo *se desespera*
ResponderEliminarJjajajajajajaja sin duda mi pequeña que el domingo lo subo y tranquis que a eso se va a la acción :3 créeme se que te gustara mucho lo que se vendrá :3
Eliminar:DDD genial
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