At Seventeen. Capítulo 21 Adaptación por MissLluvia

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Y si mi gente bella que creen un nuevo capítulo de "At Seventeen" realmente el capítulo es más largo que los anteriores y se que les encantará :3 y bueno muchas gracias a todos los que comentan puesto que la fanficker y socia MissLluvia se los agradece de todo su corazzón :3

Korra y Asami Sato se conocieron cuando tenían diez y once años de edad.  Asami  hija de padres ricos y Korra, la hija de su empleada doméstica, se convirtieron  en las mejores amigas,  pero ambas sabían su lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se  convertirían en amantes... También nunca  hubo duda de que Asami se casaría y  mantendría su posición social en la comunidad.




Capítulo 21

Korra cerró la puerta de su camioneta, mirando hacia la casa que ahora Asami llamaba hogar. Aunque no tan elaborado en absoluto…o imponente…como la mansión, todavía era impresionante y sin duda hacía una declaración en cuanto a su condición social...y su riqueza.

Suponía que los terrenos eran de por lo menos una hectárea cada uno con respecto a las casas en ellos de cuatro-cinco mil pies cuadrados. El paisaje era impecable y bien diseñado, dejando que los árboles rodearan la casa. Las flores estacionales fueron plantadas en cada espacio disponible, el color salpicaba alegremente por el césped verde.

Dio un paso hacia la acera que se curvaba perfectamente a través de los árboles, dividiendo el césped en el medio. Respiró profundamente mientras se paraba en la puerta, pensando una vez más que esto era una mala idea. Su madre quería que fueran amigas. Asami quería que fueran amigas. Korra no estaba tan segura. Había demasiada historia entre ellas. Demasiado sin resolver. Pero no. Esto era permanente ¿no? Asami estaba casada. Fin de la historia. Con ese pensamiento, oprimió el timbre de la puerta, escuchando el tono sutil y elegante anunciando su presencia. Asami abrió la puerta unos segundos más tarde, luciendo sonrojada.

—Llegaste temprano. Bien. Porque estoy perdida.

Korra levantó las cejas —Bueno, es una casa grande. También me perdería.
Asami se echó a reír con sus ojos brillantes —Muy gracioso. No, perdida en la cocina

— aclaró.

— ¿Estás cocinando?

—Te dije que lo haría

Los ojos de Korra siguieron su longitud…blusa de seda, pantalones negros, zapatillas negras…como apoyo, joyas y maquillaje en su lugar, todo perfectamente congruente. Luego miró su propia ropa…su mejor par de vaqueros, sus zapatillas de correr, camiseta estampada con el nombre de su negocio

—Debiste haberme avisado— dijo ella —No me di cuenta que iba a ser una cena tan formal— levantó una botella —Sin embargo, he traído el vino.

—Oh, Korra, no es formal— hizo un gesto hacia su ropa —Es sólo que...no importa— sonrió nuevamente —Por favor, entra.

Korra entró, la puerta de entrada era grande y espaciosa. Se detuvo — ¿Tendré el recorrido?

Asami negó con la cabeza

—Confía en mí. No quieres uno— cerró la puerta y Korra la siguió a través de la casa…sala de estar formal, una mirada rápida hacia una sala de estar menos formal y finalmente la cocina.

Korra se detuvo, mirando lo que sólo podría describir como un desastre. Cuatro ollas, dos sartenes y tres tazones…todo eso en diferentes etapas de preparación de comida… desordenando la cocina y encimeras. Se echó a reír.

— ¿Qué demonios estás haciendo?

Asami también se rió

—Haciendo la cena—

Korra se acercó, inspección los contenidos en las ollas. Una estaba llena de agua y pasta. Otra tenía verduras, todavía sin cocer. Una tercera tenía algún tipo de salsa de tomate. La cuarta...una especie de salsa blanca. Miró a Asami con las cejas levantadas.

—Parecía más sencillo cuando tu madre hizo esto

— ¿Mi madre?

—Ha estado... Bueno... Enseñándome a cocinar.

—Ya veo

—Y no es como si fueses normal— dijo Asami señalándola

—Un bistec habría sido mucho más fácil. Por supuesto, no sé cómo usar la parrilla de gas.

Korra se echó a reír —Oh, la grave situación de los ricos y mimados— le dio a Asami la botella de vino que aún sostenía mientras recorría la cocina, tratando de decidir si podría salvar la cena — ¿Pasta?

Asami asintió —La salsa ha estado hirviendo a fuego lento durante una hora ahora Tu madre dijo que hiciera algunas verduras ya que no comes albóndigas ni nada de eso.

—Está bien. Regla número uno. Hierves el agua antes de agregar la pasta— dijo 

—Si tienes más pasta, creo que puedo...hacer algo con el resto de esto— levantó la pequeña olla que tenía la salsa blanca — ¿Qué es esto?

—Tofu—

— ¿Mi madre te está enseñando a cocinar con tofu? Ni siquiera sabe lo que es el queso de soja.

Asami asintió —Y es desagradable.

Korra miró la olla nuevamente — Entonces ¿qué hiciste?

—Lo puse en una licuadora— dijo señalando hacia la licuadora en cuestión.

— ¿Sin condimentos?

Asami negó con la cabeza.

—Está bien. Bueno, vamos a seguir entonces con la salsa de tomate— puso la sartén en el fregadero —Voy a necesitar vino— probó la salsa —Un montón de vino— murmuró —Para mí y para la salsa.

Una hora más tarde, estaban sentadas en la mesa de desayuno con platos apilados de pasta y verduras, cubiertos con una rica salsa.

—Así que ¿cuánto tiempo pasas con mi madre?— preguntó Korra mientras retorcía la pasta alrededor de su tenedor.
—Esto está muy bueno— dijo Asami —Tu madre no mencionó la adición del vino a la salsa.

Korra la miró — ¿Y?

Asami se limpió la boca con una servilleta de tela antes de tomar un sorbo de vino —La veo, no sé, a menudo, supongo— le sonrió a Korra casi disculpándose —

Honestamente, al principio, cuando Ryu era un bebé, me dirigí a tu madre en busca de ayuda. No quería una niñera y mi madre era inútil. Así que ahí fue cuando comenzó.

Ryu la ama hasta la muerte, como sabes— hizo una pausa —Y me sentía culpable

— ¿Qué quieres decir?

—Sabía que la razón por la que te habías alejado de Brook Hill era por mí. Sabía que Senna te extraña— levantó la mano —No es que estaba tratando de tomar tu lugar ni nada de eso…— dijo rápidamente —…pero sabía que echaba de menos tener a alguien aquí, tener a alguien para cuidar. Nos volvimos cercanas

Korra levantó una ceja

— ¿Qué tan cercanas?

—Lo suficientemente cercanas como para poder contarle cualquier cosa. Es una relación que nunca tuve con mi propia madre— Asami la miró a través de la mesa —

Ella sabe lo nuestro, por cierto.

Korra asintió con una sonrisa —Sí, lo sé. Tuvimos la conversación la otra noche. Me sorprendió de muerte.

Asami también sonrió —A mí también. Pero me alegré de que lo mencionara. Ella fue tan...comprensiva acerca de todo.

—Estaba tan segura que enloquecería— dijo.

—Ella vivía con nosotras. Tenía que haber sabido. Es obvio que no éramos tan buenas en ocultarlo.

Había tantas cosas que Korra quería decir, quería preguntarle, pero no estaba dispuesta a hacerlo. En lugar de eso, optó por otro tema.

— ¿Por qué no me quieres dar un recorrido por la casa?

Asami sonrió levemente y asintió, reconociendo el intento de Korra a cambiar de tema. Puso su tenedor en el plato y agarró su copa de vino —Porque odio esta casa. 

No es un hogar. Es sólo una casa que mi madre eligió.

— ¿Tu madre?

—Sí 
Korra negó con la cabeza — ¿Dejas que tu madre escoja tu casa?

Asami sonrió rápidamente.

—No sólo eso, ella también la decoró.

Korra la miró — ¿Por qué demonios permitiste eso?

Asami miró hacia otro lado —Porque no me importaba. No me importaba nada. No quería estar casada y no me importaba donde íbamos a vivir— se encogió de hombros —Así que mi madre se encargó de todo— señaló su ropa —Al igual que con esto.

—Oh, Dios mío ¿Escoge tu ropa?— Korra negó con la cabeza — ¿Por qué has permitido esto? Asami, no eres una niña. Sé que cuando éramos jóvenes, escogía tu ropa, pero eres un adulto, estás casada. Tienes un hijo.

—Sé todo eso, Korra. Lo sé. Es sólo que...— se encogió de hombros —Es más fácil seguirle la corriente que luchar con ella.

Korra la miró —Así que todo en tu vida... ¿es tu madre?

—O Mako.

—No puedo creer que sigas permitiendo esto, Asami ¿Por qué aguantas ese tipo de...control?— Korra se levantó de la mesa, olvidando la cena. Se apoyó en el mostrador, su mirada dirigiéndose nuevamente hacia Asami —Todo este tiempo, pensé que todo esto…— dijo señalando la casa —…era lo que querías.

—Oh, Korra, sabes que eso no es cierto. Recuerdas cómo era. Mi madre siempre me hizo sentir tan...joven, tan dependiente. Tú, más que nadie, deberías saberlo. Nunca quise casarme.

—Pero lo hiciste— respondió Korra rápidamente —Te casaste. Pasaste por todo eso— de repente, todos los años de ira y frustración regresaron nuevamente con todas sus fuerzas y ya no pudo detener las palabras que se atropellaban en su boca — ¿Cómo se siente, Asami? ¿Cómo se siente vivir una mentira? Durante todo este tiempo, viviendo la vida de alguien más... ¿cómo se siente?

—Detente, Korra. No lo hagas

— ¿Qué no lo haga? Has sido infeliz durante todos estos años, Asami ¿Para qué? ¿Por tu madre? ¿Por tu familia?

—No había otra opción— dijo —Mi madre se aseguró de que el apellido siempre fuese lo primero.

—Una mierda. No es así como funciona en el mundo real

—Es así como funciona en mi mundo

—Es una locura— dijo —Te casaste…permaneciste casada… ¿Por el bien de tu apellido? Eso es una locura.

—Lo sé.

— ¿Por qué? ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué pasar por todo eso?— hizo una pausa, mirando los ojos de Asami — ¿Por qué hacerme pasar por eso?

Asami desvió su mirada —Por favor, detente, Korra

—No. Quiero saber. Quiero saber por qué lo hiciste ¿Por qué estabas contenta viviendo una mentira? Todos estos años, Asami. Una mentira ¿Cómo fue?

— ¿Qué quieres que diga?— le devolvió la mirada nuevamente — ¿Qué quieres que diga?

—No lo sé. No sé lo que quiero que digas— caminó atravesando la habitación, luego regresó a la mesa, con las manos deslizándose a través de su cabello, tratando de darle sentido a sus pensamientos.

En su mente, lo único que podía ver era a Asami y a Mako juntos. Cerró los ojos, con la esperanza de destruir esa imagen pero sin lograrlo. Apretó los puños —Todos estos años casada con él, viviendo con él— dijo en voz baja — ¿Qué se siente, Asami?— miró fijamente hacia sus ojos — ¿Qué se siente cuando te toca? ¿Piensas en mí?

—Korra...no lo hagas. Por favor

— ¿Lo hiciste? Cuando te hacía el amor ¿deseabas que fuera yo? ¿Deseabas que fuera yo quien te tocara y no él?

—Korra…

— ¿Eran mis manos en tu cuerpo y no las suyas?— ignoró las lágrimas que vio en los ojos de Asami mientras sus palabras seguían saliendo — ¿Alguna vez piensas en mí, Asami? O ¿te has olvidado de mí? ¿Te olvidaste de nosotras? Cuando le haces el amor a Mako tu…

— ¡Basta!— dijo Asami con fuerza, golpeando sus puños sobre la mesa, haciendo sonar la vajilla —Sí, Korra. Sí. Pensaba en ti. Siempre ¿Es eso lo que quieres oír?— limpió las lágrimas de sus mejillas, sus ojos nunca dejaron los de Korra —Odiaba estar con él. Odiaba cuando me tocaba ¿Es eso lo que quieres saber?

Las lágrimas de Asami finalmente la tocaron y Korra se odió a sí misma en ese momento —Dios, lo siento. Lo siento. No quise…

—No, no lo hagas. No quiero tu compasión— dijo Asami en voz baja —No me lo merezco. Porque todo es verdad.


Korra negó con la cabeza

—Lo siento. No tenía derecho a hablarte de esa manera.

—Debemos ser capaces de hablar de esto— Asami se secó los ojos con la servilleta y luego la tiró hacia abajo —Nunca hemos hablado de ello. Así que sé que tenías que decir...todo eso. Has sido muy buena en todo, Korra. Siempre. Lamento no haber sido lo suficientemente fuerte como para ponerle fin a todo. Sin embargo, las ruedas estaban en marcha desde el momento en que nací. Es probable antes. Sabes cómo era
Korra regresó a la mesa y se sentó nuevamente —Sí. Lo sé. Lo siento— dijo de nuevo.

Asami respiró profundamente, con los ojos todavía humedecidos por las lágrimas —Necesito...necesito una amiga, Korra. No tengo a nadie— se aclaró la garganta.

—Quiero dejar a Mako. Quiero el divorcio— Asami hizo una pausa, dejando que sus palabras se asentaran —No puedo seguir con esto. Simplemente no puedo—
Korra la miró con incredulidad — ¿Vas a divorciarte de él...?

Asami asintió —Siempre había pensado que Ryu era la razón por la que permanecí con él. Pero no es cierto. La razón es que he tenido miedo de dejarlo

— ¿Miedo?— Korra se acercó y apretó suavemente su brazo —Por favor, dime que no te ha golpeado—

Asami negó con la cabeza

—No. Nunca. Pero tengo miedo de lo que diría, de lo que haría. Tengo miedo de lo que mi madre vaya a decir. Ella estará devastada. Y furiosa.


—Es tu vida, Asami. No la suya.

—Lo sé. Pero no tengo ninguna práctica en esto. No tengo ninguna...ninguna confianza en mí misma.

— ¿Qué quieres decir?

—Todo en mi vida se ha basado en lo que ha dicho mi madre, lo que hizo, lo que me proporcionó. Todo lo que aprendí, todo lo que…

Korra la detuvo —No todo, Asami— dijo enfáticamente.

Asami sonrió rápidamente.

—Pienso en cuando éramos jóvenes, todo lo que hicimos. Todavía me sorprende que haya sido capaz de hacer eso sin estar aterrorizada de que mi madre nos descubriera
Korra se echó a reír —Eso es porque yo estaba aterrorizada lo suficiente por las dos
Permanecieron en silencio durante un momento, entonces.

Asami tomó la mano de Korra. Korra vio como sus dedos se entrelazaron y la familiaridad de eso fue tan fuerte, que podría haber sido ayer cuando fueron amantes.

—Te necesito en mi vida, Korra. Como una amiga

Korra asintió.

—Voy a dejar a Mako, pero necesito que sea por mí. No quiero que sea por ti ¿Entiendes?

Korra asintió nuevamente, alzando los ojos para encontrarse con los de Asami.

—He sido infeliz y necesito un cambio...por mí. Quería que supieras que no tengo expectativas de nada...contigo. De hecho, no creo que esté lo suficientemente sana emocionalmente para eso de todos modos— le dio una ligera sonrisa y alejó su mano de Korra —Por supuesto, ya no tengo ni idea de cómo te sientes, han pasado tantos años. Tú...tú probablemente tienes a alguien de todos modos

Korra se mordió el labio.
¿Lo tenía? ¿Kuvira contaba? Decidió que sí.

—Yo...yo salgo con alguien. He estado viendo a alguien. Kuvira— se encogió de hombros —Desde hace un tiempo— se sorprendió por el dolor que vio en los ojos de Asami y quiso regresar sus palabras nuevamente, pero Asami sonrió rápidamente, ocultando sus emociones.

—Bien por ti. Mereces tener a alguien en tu vida.

En ese momento, Korra negó con la cabeza —Ella no es alguien en mi vida, Asami. Ella es...ella es…

— ¿Alguien con quien tienes sexo?

Korra se ruborizó y agachó la cabeza. Nunca le había mentido a Asami anteriormente. No tenía necesidad de empezar ahora.

—Dios ¿a quién estoy engañando?— levantó la vista, mirándola a los ojos —No lo llamaría salir. Me han dicho que puedo ser una cita fatal. Ya sabes, olvido llamar. Olvido las cenas. Kuvira es simplemente la última mujer con la que he tratado de tener una relación— se encogió de hombros —Pero eso no importa. Como has dicho, ha pasado un montón de años. Creo que estamos más allá de todo eso— se enderezó. 

—Así que, sí, puedo ser tu amiga.

La sonrisa de Asami fue genuina —Gracias.


*** 

Asami jugueteó con el teléfono, girándolo entre sus manos con nerviosismo. Ella y Ryu hablaban todos los días, por lo general tarde en la noche cuando ella o él hacían la llamada.

Pero Mako había regresado de su viaje de negocios y estaba programado que estaría en casa durante dos días antes de que se dirigiera a Austin para reunirse con su jefe de campaña y el personal. Rodó sus ojos ante ese pensamiento, todavía no estaba segura del por qué…o cuando…se había obsesionado con la política.

En cualquier caso, quería hablar con él esta noche. Habían pasado tres días desde que ella y Korra habían hablado y finalmente tuvo sus pensamientos lo suficientemente organizados para intentar una conversación con él. Él estaría anonadado, sin duda. Su incredulidad se transformaría rápidamente en ira, lo sabía. No sería ira porque su matrimonio estaba llegando a su fin, su matrimonio había terminado hacía años. No, la ira sería porque eso le haría lucir débil, o peor aún, le perjudicaría.

Su felicidad no le importaba a él, su única preocupación sería la forma en que esto le afectaría a él y a su carrera. Miró su teléfono y sin más reflexiones marcó el número de Ryu. Tenía que decirle a él primero...decirle que dejaría a su padre. Él respondió rápidamente, sonando sin aliento.

—Hola, mamá— le saludó.

—Hola, cariño ¿Te pillo en un mal momento?

—No. Voy de camino a la biblioteca.

— ¿Oh? ¿Quieres decir que realmente tienes que estudiar ahora?— bromeó.

—Difícilmente. Estoy dando tutoría.

Ella sacudió su cabeza y sonrió — ¿Cómo puedes estar dando tutoría? Acabas de comenzar

—Ya sabes cómo es— dijo vagamente.

— ¿No es desafiante?— supuso ella. Lo oyó respirar profundamente antes de hablar.

—Tengo que hablar contigo de algo— dijo sorprendiéndola.

—Por supuesto ¿Qué pasa?—

Sólo hubo una ligera vacilación —Odio estar aquí— dijo en voz baja —Tenías razón. Les permití que me presionaran con esto. No tengo ningún deseo de ser el próximo gran cirujano— dijo él.

— ¿Y ya sabes todo eso? No has estado allí mucho tiempo— dijo ella.

—Sí, ya lo sé.

Ella hizo una pausa, escogiendo sus palabras cuidadosamente —Cariño ¿es tu edad?— preguntó —Quiero decir ¿te sientes…incómodo?

Él se echó a reír —Ya estoy acostumbrado a ser el más joven en mis clases, mamá. Además, hay una chica aquí, tiene dieciséis años, así que no soy el único bicho raro

— ¡Ryu!

—Lo siento— Ella trató de borrar la sonrisa de su rostro —Entonces ¿qué quieres hacer?

—Bueno, siempre he estado interesado en la astrofísica. Más específicamente, la ingeniería astronáutica— afirmó.

—En español ¿qué significa eso?

Él se echó a reír —Quiero construir naves espaciales

—Ya veo.

—Quiero decir, con mis habilidades matemáticas, realmente debería buscar algo así como la mecánica cuántica o la relatividad. Creo que me gustaría empezar con la astrofísica. Pero en última instancia, me gustaría estar más centrado en el espacio— dijo con evidente entusiasmo en su voz, algo que nunca había escuchado cuando estaba tratando de decidir a qué escuela de medicina asistiría.

—Cariño ¿por qué no nos lo dijiste? ¿Por qué has…?

—Porque eso era lo que todos querían.

—Ryu, te lo dije, tienes que hacer lo que te haga feliz

—Lo sé. Pero no quería decepcionar a papá. Y a ellos— añadió refiriéndose a sus abuelos.

Ella suspiró —Está bien. Entonces ¿qué quieres hacer? ¿Quieres venir a casa?

—Me quedaré hasta que termine el semestre y luego volveré a casa por un par de semanas.

— ¿Un par de semanas?

—He sido aceptado en el MIT— dijo él —Massachusetts Institute of…

—Sé lo que significa el MIT— dijo con una risa.

—Así que ¿está bien?— preguntó vacilante.

—Por supuesto que está bien. Es tu decisión

—Bien. Porque ya me he puesto en contacto con algunos de los profesores de allí. Las clases de verano comienzan a mediados de junio y hay una que realmente me gustaría tomar.

—Veo que no es algo que estés decidiendo en este momento ¿huh? Lo que sea que te haga feliz.

—Gracias, mamá.

—Bueno, supongo que debería irme. Tutoría, ya sabes.

—Sí— hizo una pausa y se mordió el labio, preguntándose si debería mantener su noticia para sí misma —En realidad, hay algo que quiero decirte ¿Tienes unos minutos más?

—Sí, mamá ¿Qué es?— Ella respiró profundamente, sin saber si sólo lo escupía o... —Voy a dejar a tu padre— dijo ella.

Sus palabras fueron recibidas con silencio. Quizás escupirlo no había sido la mejor decisión —Aún no se lo he dicho.

—Wow— dijo en voz baja —No sé qué decir.

—Lo siento, cariño. Traté…
—No, mamá. No lo hagas. Como te dije antes, sé que no has sido feliz.

—No he sido feliz— estuvo de acuerdo —Y ahora que te has ido, es muy evidente— dijo con sinceridad —Así que tengo que hacer un cambio.

—Está bien. Entiendo ¿Necesitas que vuelva a casa?

—No, cariño. Voy a estar bien. Yo sólo...quería que lo supieras. Tu padre probablemente te llame.

Quería que lo escucharas de mí— cerró sus ojos, imaginando su joven y hermoso rostro —Me voy de aquí. Quiero mi propia casa. Algo mucho más pequeño. Cuando vuelvas a casa, por supuesto, podrás quedarte aquí con tu padre...o conmigo— dijo —Sera tu decisión.

—Está bien. Ya veremos qué pasa— dijo —De todos modos papá siempre está afuera
Ella asintió con la cabeza, sintiéndose aliviada por habérselo dicho —Sí, lo es. Bueno, será mejor que te vayas. Hablaré contigo mañana.

—Está bien, mamá. Te amo.

—Yo también te amo.

Arrojó el teléfono a un lado y se apoyó en los cojines del sofá, escuchando el silencio que ahora llenaba la habitación. Agnes ya se había ido, dejando la cena en el horno. Agnes adoraba a Mako y sin duda habría hecho su favorita, un asado tan tierno que se podría cortar con un tenedor.

Suspiró cuando escuchó el pitido de la alarma, señalando que la puerta del garaje se estaba abriendo. Se levantó, dirigiéndose hacia la cocina. Al pasar por el comedor, negó lentamente con la cabeza. Agnes tenía todo listo, incluyendo dos velas que Asami suponía tendría que encender. La mesa era para dieciséis, pero sólo dos cubiertos solitarios engalanaban esta noche. Miró con cariño la silla que Ryu utilizaba, extrañándolo aún más.

Fue a través de la cocina, en busca de Mako. Lo encontró en su estudio con un vaso de whisky en la mano. Se aflojó la corbata alrededor de su cuello, levantando las cejas.

— ¿Sí?

Ella se aclaró la garganta, tratando de aferrarse a la confianza que había sentido anteriormente —Tenemos que hablar— dijo ella.

— ¿Hablar?— él sonrió con pesar — ¿Nosotros? Bueno, hay algo nuevo— él tomó un trago de su vaso observándola — ¿Qué tienes en mente?

De repente, el discurso ensayado que había estado practicando durante los últimos tres días desapareció de su mente, dejándola con un solo pensamiento.

—Voy a dejarte.

Él bajó el vaso que estaba a punto de beber mirándola a los ojos — ¿Tú qué?

—No puedo seguir con esto, Mako. Quiero el divorcio.

Él la miró con incredulidad y todas las emociones que había esperado se cruzaron por su rostro en una rápida sucesión — ¿El divorcio?

—Sí.

Él bajó el vaso, sin apartar los ojos de ella — ¿Así de fácil? ¿Vienes aquí sin previo aviso y sueltas esa bomba?— él negó con la cabeza —No lo creo.

—No es así como así, Mako. Ninguno de nosotros es feliz en este llamado matrimonio. Ahora que Ryu se ha ido, no parece que tenga sentido continuar.

— ¿Sin sentido?— él golpeó la mesa con el puño — ¿Crees que me voy a lanzarme para el Senado de los EE.UU. como un hombre recién divorciado?— él negó con la cabeza —Piénsalo otra vez.

La ira de Asami salió a la superficie. No estaba segura del por qué se sorprendía por su declaración. Tal vez porque no esperaba que fuese tan absolutamente contundente al respecto.

—Tus aspiraciones políticas no son de interés para mí— dijo ella.

— ¿No? Bueno, son de gran preocupación para tus padres— él sonrió con satisfacción mientras le daba una sonrisa condescendiente —Sabes muy bien que no van a permitir que te divorcies. Además, no hay un abogado en esta ciudad que vaya en mi contra.


—Dios mío, Mako ¿cuándo te volviste tan lleno de ti mismo?

—Conozco mi lugar, Asami. Así como tú conoces el tuyo. No hay escapatoria— se puso de pie —Ahora, me gustaría ir a cenar. No habrá más discusión sobre este disparate.

Ella lo miró con incredulidad, al darse cuenta que esto era lo que siempre había sido. Él le hablaba de la misma manera en que su madre le hablaba, diciéndole como serían las cosas. Y con su gracia habitual, ella habría cumplido todos sus deseos sin lugar a dudas, cediendo una y otra vez a su dominio y control. Bueno, no más. Por fin había llegado a su punto de quiebre.

—Disfruta de tu cena— dijo ella —Voy a estar haciendo mis maletas— giró sobre sus talones, haciendo caso omiso de sus órdenes para que se detuviera. Fue sorprendida por una fuerte mano agarrando su brazo.

—Dije que te detuvieras— expresó con dureza.

Ella sacudió su brazo de él —Y yo dije que me iba.

—Estás siendo ridícula— dijo él.

—Llámalo como quieras, eso no cambia nada— apuntó hacia su pecho —Soy miserable ¿Lo entiendes?

Él negó con la cabeza —No sé nada, Asami. No hablamos. No nos tocamos— pasó los dedos por su cabello, aun sacudiendo la cabeza —Demonios, la última vez que traté de hacer el amor contigo, lloraste— él extendió las manos — ¿Qué se suponía debía hacer?

— ¿Eso no te dice algo, Mako? No hablamos, no nos tocamos, no tenemos sexo— le devolvió la mirada —No tenemos ningún matrimonio. Y cada año que pasa es otro año perdido. Para los dos

— ¿Qué estás diciendo? ¿No me amas?

Ella lo miró sorprendida por su pregunta obtusa — ¿Amarte? No estoy segura de que siquiera me gustes— dijo con sinceridad —Y sé que sientes lo mismo. Tú no me amas. Nunca me has amado

—Eso no es cierto

—Es cierto. Nuestros padres nos hicieron esto. Nos empujaron desde que éramos niños. Salimos porque nos dijeron. Nos casamos porque nos dijeron. Nunca tuvimos una verdadera relación— silenciosamente le imploró para que viera la verdad — ¿No quieres eso con alguien más?

Él negó con la cabeza —Es demasiado tarde. Ahora tenemos esta vida. Tenemos un hijo— hizo una pausa mirándola —Y mi carrera política está a punto de comenzar. No necesito esto ahora, Asami.

—Lo siento, pero esto es sobre mí y lo que yo necesito. No todo se trata de ti

—Entonces piensa en Ryu. Esto lo aplastará.

—Ya le he dicho. Creo que también deberías llamarlo— dijo ella.

Él respiró profundamente, soplando hacia fuera con las mejillas hinchadas — ¿Eres realmente seria acerca de esto?

—Sí.

—No apresuremos nada, Asami. Si desea separarte, puedo irme. Me he ido mucho de todos modos, puedo…

—No— dijo ella rápidamente.

—Me voy. Esta es tu casa. Es mi decisión marcharme.

—Pero…

—Todo esto…— dijo señalando la casa —…nunca se ha sentido como un hogar.

—No puedes irte de aquí, Asami. Estará por toda la ciudad si lo haces. No puedo tener a la gente…

—No puedo vivir aquí. En este momento, mi salud mental y bienestar es más importante que tu carrera política.

Él no tenía respuesta, simplemente la miró con ojos asombrados. Giró sobre sus talones, dejándolo atrás mientras subía lentamente las escaleras hasta su dormitorio. Cerró la puerta sin hacer ruido y se apoyó en ella. Sólo tendría un breve respiro, lo sabía. Era muy probable que ya estuviese en el teléfono con sus padres.
Entró en su gran armario, mirando todos los trajes y vestidos bonitos, elegantes y costosos. Sus ojos se deslizaron por las filas y filas de zapatos y negó lentamente con la cabeza. No había nada allí que quisiera. Sólo quería irse.

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6 comentarios

  1. No acostumbro a comentar, pero... Dios mio! Gracias por este capitulo MissLluvia. Me ha levantado un monton de sentimientos' sube el otro rapidooo:c. Buenas noche:D

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    1. Sin duda este domingo sin falta los demás que vienen :3 de verdad muchas gracias por leer y en especial MissLluvia te agradece de corazón tu comentario :3

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  2. Asami por fin acumulo el coraje para tomar las riendas de su vida ¡Genial!

    Me pregunto que pasara ahora. Con tantos cambios en su vida...Es algo abrumador para cualquiera :s.

    Wow, se nota que a Mako le importa mas su imagen que su relación con Asami.

    Esto cada vez es mas interesante.

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    1. jajajjaja eso parece ser, el Mako solo le importa él xD sinceramente un poco parecido al Mako del libro 1 ewe y bueno claro que pondrá más interesante :3

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  3. AL FIN!
    Asami por fin dio el paso! Ohsy! *#*

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    1. así es :3 aunque Korra se nota un poco arisca si creerle o no jajajaj xD bueno entiendo ese punto, cuando se llega a esa edad, me imagino que lo que ya definitivo se quiere hechos y no palabras xD

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