La Alfa Perdida. Capítulo 26. Por RaeDMagdon

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Gente bella muy hermosa noche y como cada domingo les comparto capítulo traducido del fic La Alfa Perdida, disfrutenlo nwn


Advertencia: Este fic tiene contenido omegaverse (futanari) para quienes no le guste está temática, puede pasar de largo nwn.


PD: Los fics no son mios, yo solo traduzco por estos lados siempre dando créditos a sus verdaderos fickers, esto lo hago sin fines de lucros solo de fan para fans :3



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Capítulo 26
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Mirando al borde de la cuna, observaba el rostro de Yasuko. Los ojos de la pequeña estaban cerrados, pero su boca estaba ligeramente abierta lo cual se escuchaba ronquidos, justo como lo hace Korra... Sus propios ojos comienzan a ver borroso, pero parpadea para contener las lágrimas, decidida a memorizar cada detalle. Si esta sería la última vez que iba a ver a su hija, quería asegurarse de recordarla.
-"¿Asami?"-
Dándose la vuelta, tragando aquel doloroso nudo en su garganta. Korra la estaba esperando en la puerta con una mirada solemne en su rostro.
-"Es hora, ¿no es así?"-
Korra asiente. "-Mako y Bolin están esperando abajo. Tenemos que irnos antes del amanecer."-
Pero en lugar de girarse, Korra se une a ella en la habitación, poniéndose al lado de la cuna y rodeando con el brazo su hombro. -"Ella va a estar bien, Asami."- Dijo mientras miraba a su hija dormida, y Asami intenta que su respiración estuviera al compás para controlar el dolor que se dividía en su pecho. "-No importa lo que nos pase, ella estará a salvo."-
-"Lo sé. Es solo que..." -Ya no pudo contener sus lágrimas. Lanzándose a los brazos de Korra, abrazándola ferozmente, cálidas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-"Le envié una carta a mis padres. Si... si ninguna de nosotras logra salir con vida, vendrán a Ciudad República y la recogerán. Y hey, estaré muerta, así que no serán capaz de gritarme por no contarles sobre su única nieta."-
Asami se ahogo, los hombros se agitaban con una dolorosa mezcla de risas y sollozos. -"N-no puedo creer que hayas dicho eso."- balbuceo, inclinándose para enterrar su rostro en el hombro de Korra. Pero de alguna manera estúpida, la broma mórbida la hizo sentirse mejor, y también la hizo tranquilizarse.
Las manos de Korra frotaban en círculos suaves su espalda. -"No llores, Asami. No me rendiré. Ambas vamos a dar todo esto que tenemos... juntas. Vamos a superar esto, como en otras ocasiones."-
Pero por mucho que ella deseaba que fuera así, pero no lo podía terminar de creer. Algo en este momento lo sentía como si fuera el principio del fin, y no estaba lista para decir adiós. No cuando su pequeña y rota familia finalmente había vuelto reencontrarse...
* * *
Asami colocó su mano sobre su frente, mirando a través de la colina que adornaba el paisaje. La neblina de la madrugada y las sombras persistentes debajo de las montañas hacían difícil ver, y la ventisca azotaba su cabello y cubría su rostro. El amanecer estaba llegando, y el Equipo Avatar ya había dejado Ciudad República muy atrás-- Ciudad República, y todas las personas que lo habitaban.
Suspiró, tratando de ignorar la pesadez que sentía en su pecho y el cansancio cubría sus hombros. El rostro de su hija aparecía cada vez que cerraba los ojos, incluso por un instante, había pasado las últimas horas de la noche a punto de llorar mucho más de lo que quería admitir. Estás haciendo esto por ella , se dijo a sí misma, tratando de tener fortaleza en su resolución. Tú y Korra están luchando para mantener a Yasuko a salvo . Pero a pesar de que sabía que había tomado la decisión correcta, aquello no detenía el dolor.
-"¿Asami?"-
Se volvió y vio a Bolin arrodillado junto a ella en la silla del Bisonte Volador, con el ceño fruncido por la preocupación. -"Estoy bien."- Dijo, orgullosa del hecho de que su voz solo flaqueó un poco.
Bolin la miraba escéptico. -"Ni siquiera pude preguntarte si todavía estabas bien."- Echó un vistazo hacia la cabeza del bisonte, donde Korra estaba sentada tomando las riendas. -"Estás preocupada por ella, ¿verdad?"-
Asami asintió. -"Ella y Yasuko. Bolin, si no logramos salir de esta..."- No pudo terminar su frase. Ella se volvió, mirando hacia el horizonte.
-"Lo entiendo."-
Mirando hacia un lado, sorprendida de lo sincera que parecía su expresión. -"¿En serio?"-
-"Sí. Opal y yo, huh... antes de romper y volver a estar juntos, tuve mi etapa de calor."-
Los ojos de Asami se abrieron llenos de comprensión. Ella se inclinó más cerca, asimilando su olor. Además de oler fuertemente a Opal, definitivamente había algo diferente sobre todo esto. -"Espera, ¿eso significa...?"-
-"Ella no lo sabe".- Bolin miró hacia el otro lado de la silla, donde Mako estaba tomando su turno con el catalejo. -"Tampoco Mako. Iba a decirles a ambos, pero luego Korra me pidió que fuera a detener a Kuvira, y ..."-
-"Debiste haber dicho algo."- Susurró Asami. -"No debiste haberte ofrecido para algo tan peligroso."-
-"No importa, Asami. Estamos todos en peligro, si nos quedamos en Ciudad República o no. Es por eso que estás aquí, ¿no es así? Porque piensas que este es el único camino?"- Su expresión se endureció con determinación. -"Kuvira podría ser peligrosa, y muy, muy aterradora, y probablemente muy loca, pero tenemos todo por lo que luchar. No voy a dejar que gane."-
-"¿Oye, Bolin?"- Ambos voltearon para ver a Mako trepando por la silla hacia ellos. -"Tu turno con el catalejo. Me da un dolor de cabeza por todo ese resplandor."-
Bolin tomó el catalejo de la mano extendida de Mako y comenzó a explorar el horizonte, mientras que Asami se movía hacia un lado para dejar espacio a Mako. -"¿Estás bien?"- preguntó, en voz lo suficientemente baja como para mantener la conversación en privado.
Ella asintió con la cabeza, a pesar de que sentía todo menos bien. -"Bien. Mako..." -Incluso después de una respiración profunda, era difícil pronunciar las palabras. -"Korra y yo ya hemos hablado sobre lo que le pasará a Yasuko si ninguna de nosotras regresa a Ciudad República. Pero si ella lo logra, y yo no..."- Lágrimas frescas brotaron en sus ojos, y tuvo que dar la espalda nuevamente.
-"No te dejaré sola, Asami. Tres años no cambian el hecho de que ella es mi amiga. Me aseguraré de que no tenga que criar a Yasuko sola."-
Ella exhaló un suspiro de alivio, agradecida de que hubiera entendido. -"Gracias, Mako."- Dijo, limpiándose los ojos con la manga. -"Yo..."-
-"¡Chicos, veo algo!"- Asami volteó para mirar a Bolin, solo para ver que señalaba algo a lo lejos. -"Miren, allá abajo."-
Se inclinó aún más sobre el borde de la silla de montar, y a pesar del ángulo cegador del sol, lo que vio hizo que su corazón cayera directamente a su estómago. Grandes tanques metálicos se arrastraban por el suelo, avanzando como un racimo de hormigas. -"Esa es-?"-
-"Kuvira."- Dijo Korra desde del borde la silla , tirando de las riendas del bisonte. Cambiando de dirección, virando más cerca del objetivo. -"Ya ha cruzado al territorio de la República Unida. ¡Llegará una semana antes!"-
Mako frunció el ceño. -"Esto no tiene sentido. No hay vías de tren en este lugar. ¿Cómo están transportando esa súper arma?"-
Un fuerte golpe sacudió las montañas a su alrededor, y una gran sombra se extendía por todo el paisaje. Asami miró fijamente, su boca se abrió ante la sorpresa, pero aún le tomó varios minutos procesar lo que estaba viendo. Aquella fuerte pisada detrás de los tanques era algo enorme: una torre de metal gigante y reluciente. Cada estruendoso paso que daba levantaba nubes de polvo y su cuerpo se extendía hasta las nubes más bajas. Soldado a uno de sus brazos había un elegante cañón de metal, y quedó sin aliento al darse cuenta de lo que era.
-"¡Aparentemente en un meca-traje gigante!"-
-"Bolin."- ladró Mako, -"¿sabías que Kuvira estaba construyendo esa cosa?"-
Bolin levantó las manos, claramente a punto de entrar en pánico. -"Ah, ¿me olvidé de mencionarlo? ¡No, por supuesto que no lo sabía!"-
El meca-traje levantó su brazo, apuntando hacia adelante, y Bolin se arrastró hasta la parte delantera de la silla, gritando hacía donde estaba Korra. -"¡Sé lo que sucederá después! ¡Tenemos que salir de aquí, ahora! ¡ Ahora! "-
Korra tiró de las riendas del bisonte justo antes de que una estampida aún más fuerte sacudiera el cielo. Asami sintió la fuerte sacudida pasar a través de ella, vibrando dentro de su pecho. Se agachó para refugiarse, pero no antes de que un destello violeta llenará el ambiente y viera una avalancha caer por una de las montañas cercanas. Cuando pasaron rápidamente en el siguiente giro, se horrorizó al ver que más de la mitad de la ladera había sido destruida. El arma de Kuvira había atravesado la cordillera como si fuera solo arena.
-"Tenemos que regresar a Ciudad República."- Dijo, arrastrándose para unirse a Korra y Bolin en la parte delantera de la silla de montar. -"Alguien tiene que advertirles allá."-
-"Ya estoy en ello."- Dijo Korra. Su rostro estaba fijo, lleno de determinación, y sus ojos brillaban de ira. -"Puede que Kuvira nos haya traído la pelea, pero no vamos a dejarla que se salga con las suyas."-
El estómago de Asami se estremeció, y luchó por no temblar. Las palabras de Korra deberían haberle dado consuelo, pero todo lo que podía recordar era la brillante explosión púrpura y el agujero al costado de la montaña. Al menos que encontraran una forma de detener el meca-traje de Kuvira, Ciudad República -y Yasuko, su padre y todos sus amigos- no tendrían ninguna posibilidad.
* * *
Para cuando llegaron a Ciudad República, el miedo de Asami se había convertido en una sombría determinación. Ella permaneció en silencio y pensativa mientras bajaban hacia Isla del Templo Aire, analizando sus limitadas opciones en su cabeza. Las fuerzas del general Iroh pueden contener los tanques y las aeronaves, al menos por un tiempo, pero ese meca-traje es otra historia. Si no lo derribamos, Kuvira podrá acabar con toda la ciudad.  Pero detener algo tan enorme era más fácil decirlo que hacerlo. A pesar de lo enorme que era, dudaba de que los poderes de Korra pudiera derribarlo, incluso usando el estado de Avatar. Tiene que haber otra solución. Solo necesito más tiempo para pensar...
Desafortunadamente, el tiempo era algo que no tenían. El bisonte aterrizó, y Asami vio que una pequeña multitud ya se apresuraba a encontrarse con ellos. Tenzin, Raiko, Lin y Suyin estaban allí, pareciendo tan temerosos como ella. -"Korra, ¿estás bien?"- Preguntó Tenzin, caminando hacia el frente del grupo y encontrándose con ellos a mitad de camino por los escalones del templo. -"¿Por qué volvieron tan pronto?"-
Korra enderezó los hombros. -"Es Kuvira. Nuestro informante estaba equivocado. Debió haber sabido que Zhu Li tenía información."-
-"¿Qué estás tratando de decir?"- El presidente Raiko preguntó, mirándola por encima de sus gafas.
-"El ejército de Kuvira está a solo unas horas de aquí."-
Una mirada de horror cruzó por el rostro de Tenzin. -"¡No, no pueden ser! No estamos listos..."-
-"Y esa arma espiritual suya está unida a un meca-traje gigante."- dijo Korra, y Asami no pudo evitar captar el destello de miedo en sus ojos y la nota urgente en su voz. -"¡Tiene más de veinticinco pisos de altura!"-
Después de un momento de shock, Raiko se volvió hacia Lin. -"Ponte en contacto con el General Iroh y dile que el ataque ocurrirá hoy mismo. Tenemos que asegurar la ciudad."-
Con un asentimiento, Lin se apresuró.
Tenzin extendió la mano, colocando una mano tranquilizadora en el hombro de Korra. -"Le diré a Pema que encuentre a Wu y que ponga a salvo a los demás ciudadanos, de inmediato. No podemos poner en peligro vidas inocentes."-
-"Eso es un buen comienzo, pero ¿qué deberíamos hacer?"- Preguntó Bolin. -"No tenemos algún tipo de poder de fuego que necesitamos para derribar algo tan grande."-
Asami respiró profundamente. En esto tengo que ser yo. Necesito idear algún tipo de plan ... pero primero necesito ayuda.  -"Vamos a mi fábrica. Tal vez podamos poner en marcha algunos de esos trajes de colibrí. Mientras tanto, mi padre, Varrick y yo trataremos de encontrar alguna forma de detener al meca-traje."-
-"Vamos con ustedes."- Dijo Suyin. -"Necesitarás toda la ayuda que puedas tener."-
Asami asintió con la cabeza.
-"Está bien."- Dijo Korra. -"Me dirigiré a las líneas del frente y ayudaré al general Iroh."-
Las palabras fueron como una lanza de dolor que atravesó directamente a través al pecho de Asami. Se giró, a punto de protestar, pero Korra tomó sus dos hombros suavemente, mirándola directamente a los ojos. -"Tendré cuidado."- prometió, pero Asami no perdió la duda e incertidumbre mientras hablaba. -"Puedo hacer esto. Tengo  que hacer esto. Y tu necesitas asegurar que Yasuko este bien."-
"Necesito asegurarme de que tú estés bien."- Insistió Asami. A ella no le importaba que los otros probablemente las miraran, escuchando una conversación que debería ser privada. Haberse ido esta mañana había sido bastante duro, pero se había consolado con el hecho de que no importaba lo que sucediera, ella estaría al lado de Korra. Ahora, no había garantías. No podía estar allí para cuidar de Korra, para asegurarse de que no le pasara nada, para asegurarse de que no...
-"Volveré pronto."- Dijo Korra. -"Ve a hacer lo que mejor haces."-
Asami parpadeó rápidamente, pero sus emociones eran demasiado intensas como para derramar lágrimas. Sus ojos permanecieron secos, y después de un largo momento, ella bajó la cabeza. -"Tu también."-
-"Te amo."- Susurró Korra, ahuecando su mejilla y juntando sus frentes por un breve de los momentos.
Asami tragó el ardiente nudo en su garganta.  No es justo. Esperé tres años para escucharla decir esas palabras. Tres años para decirle que regresara. Y ahora...
-"Yo también te amo. Ten cuidado."-
Después de un beso que no fue lo suficientemente largo, Korra se alejó de ella, apurándose para volver al bisonte y saltar a la silla. Asami no la vio irse. Ella se giró, inhalando lentamente. No hubo tiempo para la preocupación o el dolor. La mejor forma de proteger a su pareja era encontrar una forma de derribar al meca-traje de Kuvira, y estaba decidida a hacer eso. Su propia vida y las vidas de todas las personas que amaba dependían de ello.

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