La Alfa Perdida. Capítulo 27. Por RaeDMagdon

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Hola gente bella, muy hermosa noche tengan todos y de verdad pues muchas gracias de antemano a todos los que leen el fic traducido, esto motiva aún a mantener el fandom vivo :3. Sin más, aquí el nuevo capítulo de La Alfa Perdida.


Advertencia: Este fic tiene contenido omegaverse (futanari) para quienes no le guste está temática, puede pasar de largo nwn.



PD: Los fics no son mios, yo solo traduzco por estos lados siempre dando créditos a sus verdaderos fickers, esto lo hago sin fines de lucros solo de fan para fans :3





CAPÍTULO 27

***


Iroh hablaba con urgencia por la radio, su rostro estaba endurecido en una máscara de ira y determinación. -"Señor Presidente, ¿tengo la orden de atacar?"-
En unos segundos de silencio, entonces una voz, firme e inquebrantable- no de Raiko, sino de Kuvira. -"Tienes tres segundos o aniquilo su ejercito."-
-"No puede."- Murmura Korra, apretando los puños. Sus destellos de chi, buscaban una salida, pero ni usando una gran cantidad de poderes iba a poder derribar aquel monstruo de metal gigante que estaba ante las tropas de Iroh. Si lo intentaba, sabía que todos serán aniquilados, abriendo en un gigantesco cráter como le sucedió a los buques de guerra en el puerto. Aún así, no podía quedarse allí parada mientras Kuvira tenía como rehén a toda Ciudad República. Ella es el Avatar. Tenía que intentar algo ...
Raiko no respondía. La radio permanecía en silencio. Los segundos pasaban. Tres dos...
-"Se acabó el tiempo."-
-"¡Para!" - La radio suena en un siseo. -"Nos rendimos. Ciudad República es tuya."-
-"De acuerdo. Entrégame tu ejército y al Avatar, y ofrézcale a Baatar su ubicación. Se presentará ante usted con nuestros términos."-
Iroh golpea el micrófono contra su receptor, pero ya Korra se había enderezando, saliendo de la tienda.
-"¡No pienso rendirme!"-
Iroh le pone una mano en el brazo y la atrae hacia sí. -"Vuelve a la ciudad antes de que te vea. Y Korra..." - Se da vuelta y se detiene en la salida. -"Encuentra el modo de vencer esa cosa."-
Ella asiente, una vez. -"Lo haré."-
* * *
Korra corría por el pasillo, apretando el agarre del báculo- aeroplano. El ruido sordo de su corazón lo podía oír así como su sangre correr por su cuerpo, pero aún podía oír la voz de Raiko en su cabeza. 'Nos rendimos. Ciudad República es tuya... '
No. No lo aceptaré. No puedo
En lugar de ir a la Isla Templo de Aire y confrontar al presidente, se dirigió al almacén de Industrias Futuro, donde sabía que todos estaban esperando por ella. No sabía lo que podían hacer sola, sin el apoyo del ejército de Iroh, pero pensaría en algo. Asami sabrá qué hacer. Ella, Mako y Bolin siempre cubren mi espalda. Si alguien puede acabar con esto, somos los cuatro juntos.
Con una nueva determinación, abrió las puertas dobles y salió al piso de la fábrica. Como había esperado, todos estaban allí. Todos voltearon a mirarla, pero ella solo tenía ojos para una persona-- Asami, su rostro pálido, su expresión transformándose de miedo a uno de alivio en un solo instante. -"Korra."- Jadeó, corriendo frente a los demás. -"Vimos las explosiones..."-
Korra abrió sus brazos, y abrazándose un poco más fuerte de lo necesario. -"Asami, estoy bien."- Después de un breve y feroz abrazo, Korra la soltó, aunque mantuvo apretada la mano de Asami. -"Raiko se rindió. Ahora esto depende de nosotros. Ya no podemos contar con su ayuda, o el ejército de Iroh."-
Una mirada de exasperación y terror cruzó en el rostro de Bolin. -"¿Cómo vamos a pelear contra un ejército entero, un gigante mecánico y esa locura arma?"- Preguntó, gesticulando salvajemente. Parecía estar cerca del pánico, y la firme mano de Mako que coloco en el hombro de él apenas le ayudó a calmarlo.
-"Lo siento, Bolin. No lo sé."- Korra se volvió hacia Asami, su voz derramaba desesperación. -"Por favor, dime que tienes alguna idea."-
Asami frunció el ceño. -"Puede que no podamos combatirlo, pero podemos inutilizarlo."- Se volvió hacia Zhu Li, que estaba a una corta distancia junto a Varrick. -"Zhu Li, ¿cuando espiabas a Kuvira, ¿aprendiste algo sobre ese monstruo de metal?"-
Zhu Li negó con la cabeza, los hombros caídos en señal de decepción mientras agarraba su portapapeles contra su pecho. -"Ni siquiera tenía idea de que lo estaban construyendo."-
Varrick resopló con irritación. -"Cielos, creo que Baatar Jr es mejor inventor de lo que pensaba. No le digan que dije eso."-
Korra vio el rostro de Asami iluminarse, y la comprensión se hizo evidente un segundo después. Compartieron una mirada y supo que acababan de tener la misma idea. -"¡Ya está!."- Dijo ella, con una burbujeante excitación rápidamente. -"Baatar Jr. lo construyó. Él sabrá cómo derribarlo. Propongo que lo capturemos y hacer que hable."- Miró a Tenzin y a los demás Maestros Aire, notando de inmediato la expresión de reservada en su rostro. -"Sé que es un disparate, pero es la única oportunidad que tenemos."-
Para su sorpresa, su mentor inclinó la cabeza en acuerdo. -"Korra, estoy dentro."- Los otros Maestros Aire asintieron con él, y Korra sintió una oleada de alivio. Parecía que todas las dudas que Tenzin había tenido sobre ella habían desaparecido, y aunque Raiko se había rendido, sus amigos no lo harían.
-"Muy bien. Necesitaremos el sigilo de los Maestros Aire para infiltrarse en la nave de Baatar sin ser detectados. Tenzin, Bumi, Jinora, Kai, pongámonos en marcha."- Mientras ella enumeraba los nombres, sintió que el agarre en su mano se apretaba más fuerte. Sabía que no podía llevar a Asami con ella, pero eso no le impedía desear poder hacerlo.
-"Esta es la última vez que te dejo ir a cualquier misión peligrosa sin mí."- Dijo Asami, aferrándose a los dedos de Korra con fuerza. -"Prométemelo , Korra."-
Deseaba poder hacerlo. Más que nada, lo deseaba, pero sabía que las próximas horas serían impredecibles y peligrosas en el mejor de los casos. Y en el peor...
-"Lo prometo."- Dijo ella de todos modos.
Asami cerró los ojos, pero no lo suficientemente pronto como para que Korra se perdiera las lágrimas que nadaban en ellos. Respirando hondo, dejando que su mano se relajara y retrocediera. -"Una vez más. Solo tienes que regresar a mi una vez más..."-
-"Una vez más."- Dijo, dejando que sus dedos se deslizaran a lo largo de la mejilla de Asami, acariciando su cabello. -"No te preocupes por mí. Concéntrate en poner en marcha esos trajes de colibrí. Tengo la sensación de que los vamos a necesitar."-
* * *
-"Muy bien, Baatar. Es hora de que hables."-
Korra quitó la mordaza de la boca de Baatar Jr, tirándola a un lado y dejándolo toser. Una mirada mortal brillaban en sus ojos mientras luchaba contra sus ataduras, pero encontró su mirada con la suya, manteniéndose firme frente a su ira. -"Has cometido un terrible error, Avatar."- Gruñó Baatar, apretado los dientes. -"Una vez que Kuvira se da cuenta de que he desaparecido, están acabados."-
Korra hizo a un lado la amenaza, cruzando los brazos sobre el pecho. Le complació verlo estremecerse ante el movimiento que hizo, aunque solo fuera levemente. -"Es por eso, antes de que se entere, vas a decirnos cómo detener a ese gigante mecánico... o sino."-
Baatar resopló. Sacudió la cabeza con la poca libertad que tenía, sus gafas torcida deslizándose sobre su nariz y su cabello desordenado aún más. -"O sino, ¿qué ?"-
Esto es su culpa, se recordó Korra, aprovechando la justa ira hirviendo en el centro de su pecho. Ella dejándolo que dijera lo que tenía que decir, complacida de verlo ahogarse de nuevo a medida que su olor se hacía más fuerte. Él es la razón por la cual el gigante mecánico está destruyendo la ciudad. Él es el motivo por el cual Asami, Yasuko y todos mis amigos están en peligro. Y me aseguraré de que nos dé lo que necesitamos.
Llegar a Raava nunca fue tan fácil. Cuando las vidas de sus seres queridos estaban en juego, todo parecía una amenaza-- incluso un no maestro beta atado a una silla. El calor abrasador de su chi fluía a lo largo de su cuerpo, y una familiar luz blanca dentro de ella ardía . Su mano salió disparada, agarrando la parte delantera de la camisa de Baatar, y levantándolo de la silla en un solo instante.
Al principio, él retrocedió, tirando de sus ataduras y evitando su brillante mirada. Entonces, pareció reconsiderarlo. De repente su boca se ensancho en una sonrisa, y la miró con renovada confianza. -"No me harás daño. Conozco una falsa amenaza cuando veo una."-
Por un momento, espero. Baatar era la mano derecha de Kuvira, la persona que había inventado aquella tecnología que ahora se usaba para mantener a toda la ciudad como rehén. Hace tres años, la vieja Korra no habría dudado. Pero la nueva Korra sabía mejor, y también Raava que no iba a poder sacarle información, sin importar qué tan tentada estuviera. Dejándolo caer al suelo, saliendo del estado de Avatar y apretando los puños llena de frustración.
Baatar Jr se rió, como si nunca hubiera tenido miedo. -"¿Este era tu mejor idea?"- Preguntó, mirando por encima del hombro al resto del grupo. Tenzin, Bumi y los demás Maestros Aire estaban a unos metros, pero Suyin observaba la confrontación desde una corta distancia. Si su presencia inquietaba a Baatar, él no lo demostraba. -"Todos han perdido, solo que aún no lo han aceptado."-
Un destello de dolor cruzó el rostro de Suyin, pero fue seguido rápidamente por una sombría expresión de resignación. -"Déjame hablar con él, Korra."-
Korra dio un paso atrás, permitiendo que Suyin tomara su lugar frente a Baatar. Dudaba que escucharía a alguien, incluso a su madre, pero se había quedado sin ideas.
-"Baatar..."-
Baatar se burló con disgusto. -"Si crees que voy a contarte todos mis secretos, madre, estás tristemente equivocada."-
-"¿Por qué estás haciendo esto?"- Preguntó Suyin con un hilo de tortura en su voz. -"Sé que pretendes ayudar al mundo, ¡pero esto es una locura!"-
-"¡Es una locura dejar te arrebaten lo que es tuyo y lo aceptarlo ciegamente! La República Unida nos pertenece, y lo estamos recuperando."-
Suyin negó con la cabeza, cayendo de rodillas ante él y poniendo sus rostros al mismo nivel. -"¿Pero a qué costo? ¿Cuántas personas tienen que perder su vida para que Kuvira esté satisfecha?"-
-"No tendría que costar ninguna vida si todos simplemente se rindieran."- Protestó Baatar, inclinándose hacia adelante aún atado. -"Todo lo que Kuvira y yo queremos es un Imperio Tierra unido."-
Suyin vaciló. Alargó la mano como para tocarlo, luego pareció pensarlo mejor y retiró la mano. -"No sé lo que hice para lastimarte, pero sea lo que sea, lo siento."- Baatar giró su cabeza, evitando su mirada, pero ella no fue disuadida. -"Cuando abandonaste a Zaofu, eso me partió el corazón, y nuestra familia jamás ha vuelto a ser la misma. Por favor, Baatar, deja todo esto y regresa a casa. Queremos tenerte de vuelta."-
Baatar volvió a mirar a Suyin, apretando la mandíbula con nueva determinación. -"Kuvira es mi familia ahora."-
Suyin cerró los ojos, y unas brillantes lágrimas descendieron por su mejilla. Sin decir una palabra más, se levantó y se alejó, con los hombros caídos.
Los hombros de Korra caídos por la frustración. Clavando sus uñas en las palmas, aferrándose al leve borde del dolor. ¿Cómo se supone que lo haga hablar? Es como si ya no le importa nada, ni siquiera su propia familia. Ella parpadeó y una idea que se le ocurrió de repente. O tal vez he estado usando a la familia equivocada como anzuelo. Yo tampoco hablaría en su posición, a menos que ...
Ella relajó sus manos, pensando instantáneamente en Asami y Yasuko. Nada en el mundo, ni siquiera sus heridas y sus constantes roces con la muerte, habían sido tan dolorosos como apartarse de ellas. Perderlas  de nuevo era su mayor temor, y mientras miraba a los ojos de Baatar, sabía que él sentía lo mismo.
-"Hemos estado haciendo todo esto mal."- Ella se acercó a la silla, inclinándose e invadiendo su espacio personal. -"Tienes razón. No te lastimaré físicamente si no hablas. Pero hay algo que puedo hacer que será aún más doloroso."- Hizo una pausa, el tiempo suficiente para asegurarse de que Baatar estuviera mirándola a los ojos. -"Voy arrebatarte la única cosa que te preocupa más. Kuvira."-
Toda la ira de Baatar desapareció tan pronto como dijo el nombre de Kuvira. -"¿Qué quieres decir?"- Preguntó, pero no había ese dejo de confianza en aquella pregunta. Tenía miedo, y estaba luchando por ocultarlo.
-"Sabes exactamente a qué me refiero."- Dijo ella, enunciando cada palabra. -"Podrías pensar que puedes dejar atrás a tu familia como si nada-- y créeme, vas a arrepentirte de eso algún día-- tanto que casi eso te mata por dentro, pero ¿que hay de tu pareja? ¿Sentirá lo mismo?"- Ella miró al cuello del uniforme de Baatar. Su cicatriz no era visible gracias al alto cuello, pero no tenía ninguna duda de que encontraría una marca dejada por los dientes de Kuvira si tiraba de ella hacia un lado.
Baatar no habló, pero una expresión de horror cruzó su rostro.
-"Kuvira tal vez gane."- Continuó, sus narices casi tocándose. -"Tal vez nos expulse de la ciudad, pero no tú no estarás ahí para disfrutar de la victoria. Porque vaya a donde vaya, te llevaré conmigo. Voy a hacer que la misión de vida sea impedir que vuelvas a ver a la persona que amas de nuevo."- Ella se enderezó, sabiendo que había ganado. -"¿Tomar esta ciudad es más importante que perder a Kuvira para siempre?"-
-"¡No, no puedes!"- De repente, soltó Baatar desesperado.
-"Lo haré... a menos que convenzas a Kuvira para que retroceda. Ustedes dos seguirá teniendo al Imperio Tierra. Tan solo dejen en paz a la República Unida."- Parecía como si quisiera protestar, así que metió la punta de su dedo en el medio de su pecho, justo encima de las cuerdas, manteniéndolo atado a la silla. -"Tengo una pareja y una hija en esta ciudad, Baatar. Si algo les sucede por la ansia de poder de Kuvira, me aseguraré de que tu vida sea más solitaria y miserable que la Niebla de Las Almas Perdidas."-
Ella no tuvo que esperar una respuesta. -"Tú ganas, Avatar."- Murmuró Baatar, bajando la cabeza en señal de derrota. -"Si me traen una radio, le diré a Kuvira que se retroceda."-

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