La Alfa Perdida. Capítulo 35. Epílogo, segunda parte. Por RaeDMagdon

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 Hola ente bella, buen día a todos o buenas tardes, como gusten y como ven a terminamos el fanfic LA ALFA PERDIDA, y la semana que viene vendríamos con FLORES DE LUNA consta solo de dos capítulos nada más. Gracias a todos por el apoyo uwu y nos vemos la próxima semana con nuevo proyecto :3


Advertencia: Este fic tiene contenido omegaverse (futanari) para quienes no le guste está temática, puede pasar de largo nwn.

PD: Los fics no son mios, yo solo traduzco por estos lados siempre dando créditos a sus verdaderos fickers, esto lo hago solo de fan para fans :3.



Capítulo 35: Epílogo, segunda parte


Cuando Korra abrió los ojos, suaves rayos de sol caían a través de la ventana, el dulce y familiar aroma de Asami llegando a su nariz y una mano pegada a  su cuello. Bostezó y parpadeó para aclarar los sentido a su alrededor. El sonido del canto de los pájaros y la respiración ligera de su pareja le decía que era ya temprano, pero ni siquiera había sido la primera en moverse. Un cuerpo pequeño estaba acurrucado contra su espalda, tirando suavemente de su cabello.

 

-"¿Mami?"-

 

Korra conocía esa voz. Aunque solo había pasado medio año desde su regreso a Ciudad República, Una parte primivitiva le hablaba a ella. Se apartó de Asami y se volteo para mirar a su hija, su corazón se hinchó de felicidad al ver la sonrisa de Yasuko. Era muy parecida a la de Asami, aunque Asami siempre decía que su cachorro se parecía más a ella. Aparte del tono de piel, Korra no podía ver lo demás, pero tal vez tenía una visión algo sesgada. No podía mirar esos suaves ojos verdes sin pensar en su pareja.


-"Yasu,"- murmuró Korra, -"¿qué estás haciendo despierta?"- Un momento después, su sonrisa se desvaneció. Había estado tan ensimismada mirando el rostro de su hija que no había notado las manchas pegajosas por todas partes. El lío se extendía por toda las manos de Yasuko, manos que habían estado en su cabello hace unos momentos.

 

-"¡Dumpins!"- Yasuko se retorció, untando parte de aquel desastre sobre una almohada hace instante.

 

El estómago de Korra se hundió mientras ato cabos. Sus esperanzas de una mañana pacífica se habían hecho añicos. -"Yasu, ¿fuiste a escondida a la cocina y trataste de hacer el desayuno para mami y mamá tú misma?"-

 

Yasuko se rió, lo cual fue una respuesta suficiente.

 

-"Por favor, dime que estoy soñando y no acabó de oír eso"-, se quejó una voz mucho más baja desde el otro lado de la cama. Asami se movió, frotándose los ojos con una mano y apoyándose sobre su codo. Su cabello oscuro caía sobre su hombro desnudo y cubría solo sus pálidos pechos.

 

Korra le dio una sonrisa avergonzada. -"¿Al menos ahora casi puede decir 'dumplins'?"-

 

-"A veces creo que está creciendo demasiado rápido"-, suspiró Asami.

 

 

Por un momento, Korra se le olvidó como responder. Incluso entrecerrando los ojos con descontento, y bolsas debajo de sus ojos después de una noche de sueño intermitente, Asami seguía siendo una de las dos cosas más hermosas que había visto en su vida.

 

-"¿Por qué me miras así?"- Preguntó Asami, sacando a Korra de su aturdimiento.

 

-"Nada. ¿Quieres que le dé un baño a Yasuko o que revise el desastre en la cocina?"-

 

-"Ella es tu hija,"- refunfuñó Asami. -"Ahora te toca los asuntos del baño."-

 

Eso no apagó el ánimo de Korra en lo más mínimo, aunque sospechaba que terminaría de ella muy mojada en cuestión de minutos. -"¿Escuchaste eso, mi pequeña pingüino nutria? Hoy te bañas temprano."-

 

 

Yasuko comenzó a retorcerse de nuevo, pero afortunadamente, fue por la emoción y eso debido a sus incipientes habilidades para el Agua Control, nunca fue difícil convencerla de que se metiera en la bañera. -"Mami, ¿hacemos aga contol?"-

 

-"Claro que si. Vamos, démosle a mamá unos minutos más para que se despierte."-

 

Yasuko salió de la cama como una bala, caminando hacia el baño tan rápido como sus pequeñas piernas la pudieran llevar. Korra se demoró, dando vueltas hacia el otro lado de la cama. Le ofreció a Asami sus manos, que su pareja tomó con gratitud. En su sexto mes de embarazo, Asami estaba empezando a sentir la tensión en la parte baja de la espalda, un hecho del que Korra escuchaba con regularidad.

 

Aquellas quejas la llenaron de orgullo y a la vez de una conmovedora sensación de anhelo. Estaba abrumada al saber de que habían creado este cachorro juntas, una hermosa mezcla de ambas al igual que Yasuko, pero no pudo evitar reflexionar sobre lo que se había perdido la primera vez. No había podido ver crecer el vientre de Asami, ni masajear sus adoloridos pies cuando se hinchaban, ni cocinar comidas especiales para ella en medio de la noche. Asami había pasado por su primer embarazo completamente sola, y Korra nunca pudo deshacerse de esa sombra de culpa.

 

-"Basta"-, dijo Asami, acariciando la mejilla de Korra para traerla de vuelta al ahora. Se inclinó para darle un beso rápido, uno por el que Korra abrió los labios con entusiasmo. -"Estoy bien, solo un poco gruñona por haber sido despertada. No sé cómo Yasu sigue saliéndose de su cuna."-

 

-"Puede que sea hora de quitarlo pronto"-, dijo Korra. -"Se está volviendo demasiado grande".-

 

-"Tendré que diseñar una cama segura para ella mientras tú terminas la cuna de este..."-

 

Asami tomó una de las manos de Korra y la llevó a su vientre, descansando sobre el creciente bulto allí, y Korra se olvidó por completo de su conversación. Podía sentir el calor irradiando desde la piel de Asami hacia su palma, y aunque el cachorro estaba quieto, una parte de Korra podía sentir la vida sobre la punta de sus dedos.

 

Demasiado pronto, el momento de paz se hizo añicos. El sonido del agua corriendo se pudo escuchar desde el baño, lo que obligó a Korra a apartarse.

 

-"Sí"-, dijo Asami con una leve sonrisa, -"parece que tu hija ha descubierto cómo abrir el grifo sola".-

 

-"¿Qué quieres decir con 'mi hija'? Tú eres la ingeniero. Ella heredo su naturaleza exploradora de ti".-

 

-"Y de ti, la habilidad para atraer los problemas"-. Asami le dio un suave empujón. -"Ve a limpiarla. Tengo que ir a ver qué otras sorpresas nos ha dejado".-

 

Korra se dirigió al baño con impulso urgente en sus pasos. Afortunadamente, Yasuko solo había logrado abrir el grifo del agua fría en lugar del agua caliente. Korra la apartó del borde de la bañera y ajustó el agua a una temperatura más cálida. -"Está bien, foca tigre, tenemos una nueva regla en esta casa. No se le permite usar la bañera o el lavabo a menos que mami o mamá estén mirando".-

 

Yasuko no protestó, pero Korra sabía que eso no significaba que en realidad estuviera escuchando. Giró a su hija suavemente hacia ella, asegurándose de que sus ojos se encontraran. -"¿Qué te acabo de decir, Yasu? ¿Puedes responder?"-

 

-"Sin bañera ni lavabo..."-

 

-"A menos que mami o mamá estén mirando"-, terminó Korra por ella. -"Ahora vamos a meterte al agua."-

 

Fue solo entonces que Korra se dio cuenta exactamente de lo que estaba usando Yasuko. Había intentado vestirse sola, pero no había salido según lo planeado. El cachorro había logrado pasar un brazo por la manga de su camisa roja, pero el otro estaba atorado por el agujero del cuello junto con su cabeza. estirándolo en un ángulo incómodo. No llevaba pantalones, aunque tenía un solo calcetín en el pie derecho. Fue un pequeño milagro que se las hubiera arreglado para ponerse correctamente su propia ropa interior.

 

Sacar a Yasuko de su ropa no fue tan fácil como parecía, especialmente porque el cachorro seguía riendo cada vez que los dedos de Korra la tocaban. Finalmente, logró por fin quitarle la ropa a su hija y meterla en la bañera. Yasuko se sentó y comenzó a agitar los brazos, de las formas simples que Korra le había enseñado. Pronto, un pequeño globo de agua se cernió frente a ella, subiendo y bajando con el movimiento de sus manos.

 

-"¡Buen trabajo, Yasu! ¿Me lo puedes pasar?"-

 

La punta de la lengua de Yasuko asomó por la comisura de su boca en señal de concentración. Lentamente, le pasó la bola oscilante a Korra. Por un momento y peligrosamente casi caí la bola de agua, amenazando con salpicarla, pero Korra reprimió su instinto para solucionarlo. En cambio, dejó que Yasuko volviera a darle forma de bola al agua. El orgullo brilló en el pecho de Korra cuando su hija finalmente lo logró.

 

-"¡Lo hiciste! Ahora veamos si podemos hacer una forma diferente..."-

 

* * *

 

Asami escuchaba a Korra y Yasuko mucho antes de entrar al baño. Su risa llegó hasta el pasillo, al igual que el ruidoso sonido de las salpicaduras de agua. Aunque estaba recelosa de lo que descubriría, Asami no se sentía demasiado molesta. La idea de que su compañera y su cachorro jugaran juntas la dejaba más que un poco aturdida.

 

Aturdida y agradecida.

 

Hace menos de un año, esto no habría sido parte de su rutina matutina. Se habría despertado en una cama vacía, quizás en medio de la noche gracias a los llantos de Yasuko. Habría alimentado a su hija sola, a menudo sin desayunar ella. Habría llevado a Yasuko a la guardería de Industrias Futuro, o la habría dejado con Mako o Pema, es a la vez triste y reconfortante haber dejado ser mamá por unas horas.

 

Ahora que tenía a Korra en su equipo nuevamente, todo era diferente. Criar a Yasuko ahora era menos que una maratón y más una carrera de relevos. Cuando estaba paralizada, Korra estaba allí para hacerse cargo sin una sola queja o cuando se cansaba de responder la misma pregunta diez veces seguidas, Korra aún podía responder con una sonrisa. Cuando los cambios comenzó a notarse en su cuerpo e hizo que quisiera enterrar su rostro entre sus manos y llorar, Korra estaba allí para abrazarla.

 

Dar la bienvenida a Korra de nuevo a su familia hizo que todo fuera más fácil. Hizo todo lo correcto.

 

Asami revisó el nudo de su bata antes de deslizarse hacia el baño, pero no había necesidad. Su pareja y su hija ya estaban desnudas y empapadas de la cabeza a los pies, salpicándose agua de la bañera la una a la otra. Yasuko chillaba de alegría cada vez que lograba acertar, y Korra los tomaba con si fueran golpes exagerados. Estaban tan involucradas en su juego que les tomó un tiempo notar que Asami las estaba mirando. Tan pronto como se dieron cuenta de que estaba de pie junto a la bañera, tanto la sire como la cachorro le dieron idénticas miradas culpables.

 

-"Hola, Asami,"- dijo Korra, sonriendo tímidamente.

 

Yasuko adoptó un método diferente. Extendió ambas manos, como si el ofrecimiento de abrazar fuera a compensar los charcos de agua que había por todo el suelo.

 

 Asami suspiró y tomó una de las toallas. -"Veo que alguien estaba practicando su agua  control"-, dijo mientras sacaba a Yasuko de la bañera y comenzaba a secarla.

 

-"Mi aga contol, mamá,"- declaró Yasuko, mientras dejaba caer más gotas a las baldosas agitando los pies.

 

-"Lo sé, cariño, como mami. Ahora, ¿quieres desayunar, o quieres la fruta que sacaste de la nevera sea suficiente para ti?"-

 

Yasuko comenzó a asentir con la cabeza con un sí, pero la respuesta se perdió en un gran bostezo. Sus ojos se cerraron totalmente y su pequeña nariz se arrugó. Aparentemente, Korra había logrado cansarla.

 

Asami libró una guerra silenciosa dentro de sí misma. Si dejaba que Yasuko volviera a dormir, ella y Korra tendrían una preciosa media hora a solas. Sin embargo, sería casi imposible volver a que su hija tomara la siesta más tarde. Mirar a su pareja no ayudaba en nada. Korra todavía estaba sentada en la bañera, pero el agua estaba lo suficientemente baja como para mostrar sus músculos abdominales tensos.

 

Son las hormonas del embarazo, se dijo Asami mientras secaba la cabeza de Yasuko y la llevaba de regreso al dormitorio. -"Quédate ahí,"- dijo por encima del hombro, dándole a Korra una mirada significativa. -"Vuelvo enseguida."-

 

Volver a acostar a Yasuko fue tan fácil como Asami esperaba. Pronto, su cachorro dormido roncaba en su cuna, un sonido sorprendentemente fuerte para alguien de su tamaño. Asami se aseguró de que la puerta estuviera cerrada con llave y colocó las mantas alrededor de los hombros de Yasuko, acariciando su cabello húmedo y haciendo girar un mechón oscuro con las yemas de los dedos.

 

-"Te amo"-, susurró, mirando a su hija por un largo rato. A veces, cuando miraba a Yasuko, estaba tan abrumada por el amor que sentía y la hacía dejar sin respiración. Era de la misma forma que la hacía sentir Korra.

 

Cuando Asami regresó al baño, su corazón estaba más ligero que antes. Cerró la puerta con el pie, sus manos se posaron en el cinturón suelto de su bata.

 

-"Entonces, ¿con cuánto lío tuviste que lidiar?"- Preguntó Korra, intentando permanecer indiferente.

 

Asami lo sabía mejor. Los ojos de Korra eran un indicio obvio mientras vagaban desde sus rodillas hasta sus hombros y volvían a posarse en sus caderas. -"No fue tan malo."- Dejó que el cuello de la túnica se abriera un poco más, disfrutando la forma en que los ojos de Korra se abrían con cada centímetro de piel que mostraba. -"No logró encender ninguno de los electrodomésticos. Me alegro de que no terminara siendo maestra fuego, o podría haber intentado improvisar".-

 

-"Nuestro próximo cachorro podría serlo"-, señaló Korra, mirando el vientre de Asami. Sus rasgos se suavizaron y el hilo de tensión sexual entre ellas se desvaneció hasta convertirse en ternura en sólo un instante.

 

Regresó con toda su fuerza cuando Asami dejó que su bata cayera al suelo. -"No lo arruines"-, murmuró, sonriendo mientras se liberaba del montón de tela. Llegó al borde de la bañera, aceptando con gratitud la ayuda de Korra mientras se sumergía en el agua. Como su centro de gravedad había cambiado, el equilibrio era más complicado de lo que le gustaba admitir.

 

-"¿Entonces que quieres?"- Preguntó Korra.

 

 Asami sabía cómo responder esa pregunta. Una vez que estuvo sentada sobre sus rodillas, tomó la mano de Korra y la guió hacia abajo a lo largo de la pendiente de su costado, llevándola sobre su cadera para colocarla entre sus muslos. -"Creo que sabes exactamente lo que quiero".-

 

Una amplia y encantada sonrisa se extendió por el rostro de Korra. -"¿Podría ser algo como esto?"- Ella apretó su mano, las puntas de sus dedos se deslizaron más allá de los bordes de los labios externos de Asami para rozar sus sensibles pliegues internos.

 

Asami luchó por no mover sus caderas. Flotando justo por encima de la línea interna, todavía tenía mucha humedad para que Korra jugara, la mayor parte fue causada ante la vista del cuerpo musculoso de Korra extendido debajo del suyo. -"Mmm. Te estás acercando."-

 

Korra no tuvo que intentarlo. Sabía qué hacer por experiencia. Asami suspiró cuando Korra probar con un dedo en su entrada, luego con dos, hundiéndose en el interior con solo unas pocas embestidas resbaladizas. La plenitud le robó el aliento, pero se las arregló para dejar escapar un ruidoso jadeo cuando el último dedo abandonó su interior.

 

-"¿Qué te parece ahora?"-

 

Asami se mordió el labio inferior, presionando su lengua contra la parte trasera de sus dientes. Su cuerpo había cambiado mucho, pero una cosa seguía igual: Korra siempre sabía cómo encontrar el lugar perfecto dentro de ella. Desafortunadamente, ni era suficiente presión ni suficiente largo. Asami sospechaba que Korra también lo sabía, porque estaba explorando en lugar de hacerla llegar. Los movimientos de sus dedos eran aleatorios, con descansos intermedios que Asami estaba segura que estaban destinados a poner a prueba su paciencia.

 

-"Más cerca. Sigue intentándolo."-

 

-"¿Qué tal esto?"- Korra ajustó su posición, sentándola más arriba y abrazando a Asami en sus brazos. Asami agradeció el apoyo adicional, y aunque gimió cuando los dedos de Korra se deslizaron fuera de ella, sintió un escalofrío en todo su cuerpo cuando algo cálido y suave lo reemplazó. Korra estaba empezando a cambiar. Asami podía oler aquel cambio, un fuerte y ardiente aroma llegó a su nariz, y eso le puso la piel de gallina.

 

-"Sí,"- jadeó, temblando mientras el miembro de Korra continuaba creciendo contra ella. Sus pelvis estaban lo suficientemente juntas para que ella lo sintiera latir, y sus paredes internas se estremecían con el mismo ritmo lleno de necesidad.

 

-"Si estás segura de que puedes tomarlo..."-

 

-"Puedo tomarte"-, insistió Asami. Moviendo las caderas de manera circular, rozando la parte superior del miembro de Korra con suavidad. -"Ahora deja de preocuparte y tómame"-

 

Korra se rió contra su hombro, colocando un tierno beso allí. -"Si insistes."- El beso fue rápidamente reemplazado por un fuerte mordisco, y Asami gimió cuando la cabeza del miembro de Korra se alineó contra su entrada. A pesar de la forma del vientre de Asami, Korra pudo encontrar un ángulo perfecto. Ella comenzó a presionar hacia adentro, y Asami apretó su agarre en los brazos de Korra, sin importar la forma en que sus uñas se clavaran en los bíceps de Korra.

 

Korra gruñó, aunque eso podría haber sido por el calor que se acumulaba entre sus cuerpos. -"Oh, Sami, siempre olvido lo estrecha que estás..."-

 

Asami se sonrojó de orgullo ante aquel elogio. Ella apretó hacia abajo, agarrando la longitud de Korra aún más fuerte. -"Hmm. Nunca olvido lo bien que me llenas."-

 

Un gemido estalló profundamente en el pecho de Korra, y Asami jadeó cuando su pareja empujó hacia arriba, ejerciendo una deliciosa presión contra sus paredes internas. Por mucho que amaba los diestros dedos de Korra, ellos no podían golpear tan profundo.

 

-"Agárrate a los lados de la bañera"-, jadeó Korra, -"y te mostraré lo bien que puedo llenarte".-

 

Asami se apresuró en obedecer. El brillo en los ojos de Korra le era familiar, y estaba demasiado ansiosa por verlo satisfecha.

 

Tan pronto como Asami curvó sus manos alrededor del borde de la bañera, Korra comenzó. Sus caderas se movieron rápidamente, empujando con tal poder y precisión que Asami casi pierde su agarre sobre la resbaladiza. No tenía idea de cómo Korra podía arreglárselas para tomarla tan fuerte desde esa posición, pero no tenía la lucidez mental para quejarse. En cambio, se rindió al ritmo, aferrándose mientras el agua tibia se derramaba a su alrededor.

 

Hizo todo lo posible en no levantarse demasiado rápido, pero Korra lo hacia increíblemente difícil. Eran un ajuste perfecto, y cada plano firme del cuerpo de Korra estaba hecho para encajar contra sus curvas. Incluso en movimiento, permanecieron presionadas lo más cerca posible, y todo lo que Asami pudo hacer fue no abandonar su agarre en la bañera y alcanzar la ancha espalda de Korra en su lugar. No quería nada más que tomar a Korra en sus brazos y mantenerla allí para siempre.

 

-“Asami. . . "-

 

-"Korra..."-

 

Asami miró por debajo de sus pestañas agitadas, esperando encontrar la mirada de su amada, pero en cambio, Korra estaba concentrada en otra cosa. La mirada ardiente de su compañera se fijó directamente en su vientre.

 

Algo floreció en el pecho de Asami, un resplandor brillante que comenzó en lo profundo de su corazón, pero que llegó directamente a su  entre sus piernas. Su clítoris latía contra la base del miembro de Korra, y siseó con los dientes apretados mientras sus paredes internas estaban agitadas. De alguna manera, sabía exactamente lo que estaba pensando su amada.

 

-"Así,"- susurró Asami, luchando por encontrar las palabras. Corrían rápidamente por su cabeza, pero era difícil decirlas mientras Korra la penetraba a un ritmo tan implacable. Finalmente, se las arregló para jadear, -"Este es tu cachorro, Korra, y yo también soy tuya. Todo tuya".-

 

De repente, Korra se puso rígida debajo de ella. Los músculos de la alfa se tensaron y dejó escapar un fuerte rugido, enviando aún más agua a los lados de la bañera. Asami se estremeció cuando Korra se estrelló contra ella por última vez, sellando sus cuerpos. Sabía lo que se avecinaba, pero su respiración aún se detuvo cuando la base del miembro de Korra comenzó a hincharse, bloqueando su entrada. Un latido después, gruesos chorros de líquido se derramaron libremente, salpicando contra sus paredes internas.

 

Las rítmicas ráfagas calientes fueron demasiado para que Asami las soportara. Solo había tenido la intención de llevar a Korra al límite, pero se encontró a sí misma siendo llevada más allá del límite, gimiendo y arañando la superficie resbaladiza de la bañera. Cada torrente violento que Korra bombeaba hacia ella desencadenaba una serie de agitadas contracciones, y Asami se inclino hacía adelante, incapaz de evitar aferrarse más a su pareja.

 

Afortunadamente, Korra estaba allí para atraparla y sus brazos se cruzaron alrededor de ella, manteniéndola firme mientras sus cuerpos se agitaban y retorcían. Cuando los dientes de Korra se hundieron en la cicatriz del lazo entre las dos en su hombro, Asami gritó. Ella montó el grueso miembro sobre el regazo de Korra, acariciando el hueco del cuello de su pareja y encontrando un lugar mejor para agarrarse. Con el nudo de Korra dentro de ella, el orgasmo de Korra inundando su interior y el sabor de ella en su lengua, hizo sentir a Asami completamente en casa.

 

A las dos les tomó un buen rato relajarse. Su ángulo cerrado les permitió frotarse entre sí incluso mientras estaban atadas, y cada vez que Asami pensaba que habían terminado, Korra lograba llenarla un poco más. Sus músculos temblaron con el esfuerzo de mantener la liberación de su pareja, y gemia con cada pequeño movimiento de las caderas de Korra.

 

 

Finalmente, Korra no tuvo más para dar y  con un último movimiento se dejó caer contra el fondo de la bañera, soltando su agarre del hombro de Asami. -"Nuestro cachorro"-, murmuró, apoyando una de sus manos en el vientre hinchado de Asami. -"No solo mía. Tuviste un papel más importante en hacerlo que yo".-

 

-"Lo sé."-  Asami se movió hacia el agua, permitiendo que Korra se aligerará de su propio peso -"Pero el alfa en ti quería escucharme decirlo."-

 

Korra no lo negó. Ella dio un gruñido bajo y satisfecho, comenzando a dejar pequeños besos ligeros a lo largo del cuello de Asami. -"No te sientes incómoda, ¿verdad?"- murmuró entre los besos. -"El agua no está demasiado fría, o..."-

 

-"Estoy bien, lo juro"-, insistió Asami. Cerró los ojos, apoyó la mejilla contra la de Korra e inhaló el aroma de su cabello mojado. Olía dulce, probablemente porque acababa de lavarlo. -"Korra... Me alegro de que estés aquí conmigo esta vez ".-

 

Los labios de Korra se torcieron en una sonrisa contra la garganta de Asami. -"Yo también, Asami. No me gustaría estar en ningún otro lugar."-

 

El momento fue destrozado por un fuerte golpe contra la puerta del baño. -"¡Mamá! ¡Mami!"-

 

Los dos se miraron mutuamente decepcionadas.

 

-"Yasu"-, gritó Asami, -"si vuelves a tu cuna y juegas al Juego Silencioso durante cinco minutos mientras terminamos nuestro baño, mami te preparará todas los dumplings que quieras".-

 

-"Mami lo hará, ¿verdad?"- Korra se rió entre dientes.

 

-"Y si eres muy buena"-, continuó Asami, -"Mamá podría llevarte al avión después del desayuno".-

 

-"¡Sí! ¡Avión!"-

 

Los golpes cesaron y Asami escuchó lo que esperaba que fuera el sonido de Yasuko subiendo de nuevo a su cuna.

 

-"Nunca pensé que seríamos el tipo de madres que negocian con nuestros hijos"-, dijo Korra.

 

-"Nunca pensé que seríamos madres juntas"-, respondió Asami, -"pero estoy tan contenta de serlo".-

 

Korra se inclinó para darle un suave beso, esta vez directo en los labios. -"Yo también.”-

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