De Alfas y Omegas, Capítulo 8 por 0oDemigod

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Hola mi gente bella muy buenod días a todos ustedes y aquí les dejo un nuevo capítulo "De Alfas y Omegas" y ya el próximo capítulo que viene será el último de este fic, y vendrá uno nuevo y ese les digo que esta en emisión aún ya dentro de poco sabrán cual será, mientras les agradezco a todos los que se pasan a leer el fic :3 que no es mio es de 0oDemigod :3. Y mi disculpa si no lo subí a tiempo gente linda, definitivamente es bien largo el capítulo jajajaja! y el que viene también es así de largo y será mejor lo empiece a traducir temprano antes de que llegue domingo.



Capítulo 8

Un suave llanto se deslizaba a través del sueño, una mezclas de gemidos y grititos que procedía de la habitación de los gemelos alertaba a la Omega de que sus descendencia estaban ya bastante despiertos y disgustados con algo.

En silencio, ella se quito la sábana de su cuerpo y se desenredó suavemente del brazo que rodeaba su cintura.

Korra murmuró adormilada, su rostro se arrugo, volviéndose a colocar la manta a su alrededor.

Asami en silencio se rió para sus adentros; Korra es una dormilona demasiado algo graciosa- en las noches cuando ella no tenía pesadillas solía tener arrebatos entre dormida de decir palabras al azar y también frases extrañas. Ella había tenido una justa parte, un ataque de risa en medio de la noche gracias a una Alfa algo despistada.

Finalmente ella se saco la sábana hasta dejarla al final de la cama, terminando la Alfa enrollarse con toda aquella sábana alrededor de su cuerpo. El aire fresco flotaba a través del edificio, eso en la noche era enemigo para ella que en sus venas corría sangre de la nación de fuego, por lo que era bastante fan de las mantas y suéteres- incluso para Korra no tuvo ningún problema en llevar pantalones cortos y una camisetas, (cosa que aún asombraba a Asami, ya que no podía entender como alguien puede estar tan acostumbrado a un frío tan horrible).

Korra, por un momento, se revolvía en la cama, antes de rodear con su brazo la almohada de la Omega, que de nuevo cayo al mundo de los sueños.

Asami sonrió cuando vio a la Alfa inhalar inconscientemente su aroma que estaba grabada en su almohada y rápidamente salió de la habitación antes de que accidentalmente despertara a la Avatar que estaba dormida.

El camino por el pasillo hasta el cuarto de los niños era rápido y Asami sigilosamente entro a la habitación con el fin de no alterar aún más a sus dos angelitos que parecían retorcerse tristemente en sus cunas.

Los mobiliarios que fue construido a mano para ellos dos, las cunas eran realmente grande con una pequeña separación que tenía apartado a los infantes en sus respectivos lados.

Desde hace dos meses que ellos nacieron, sus rasgos comenzaba a tomar efecto- en especial en los colores de sus ojos.

Katara, la mayor, tenía los ojos de un profundo azul como el océano justo como su padre (o madre como gusten llamarla), con aquel brillo y mirada casi desafiante; era como si asumiera que no había persona u hombre en este planeta que se la pudiera retar.

Su hermano menor, Sokka, era el más tranquilo de los dos; tenía los ojos verde de Asami y el mismo cabello oscuro de color ónix.

Ambos tenían el mismo color del cabello de Asami, a pesar de que ambos se parecían más a Korra, no era difícil decir que ella era su madre.

Katara se parecía más a su padre (o madre como gusten llamar a Korra) y Senna definitivamente llego a decir que tenía el temperamento de Korra cuando la Avatar era más pequeña. Sus ojos y nariz eran claramente de Korra, mientras que el resto, sus miradas, rasgos faciales era una mezcla perfecta de ambas madres- aunque tenía el tono de piel de Korra.

Al contrario de Sokka, que era más parecido a Asami. Tenía sus ojos, sus cejas y su exuberante color de su cabello oscuro. La forma de su rostro parecían a los de Korra y su tono de piel morena por lo menos indicaba que al menos era de la Tribu de Agua, era obvio la mezcla de ambas madres, mientras que su hermana se parecía más a Korra.

Asami se inclino y levanto con cuidado a Katara de la cuna; la recién nacida se movía mucho y era la más ruidosa y no tenía duda de que Sokka lloraba sólo porque su hermana también lo estaba.

Mecía suavemente a su hija mientras comprobaba que su hija de dos meses no había ensuciado el pañal.

Por suerte, estaba limpio, lo cual significaba que tenía hambre o estaba siendo quisquillosa.

Desde un tiempo, aprendieron el gemelo mayor no temía hacer saber que le molestaba, habían perdido horas de dormir para saber el porqué Katara simplemente no dejaba de llorar.

Asami se acomodo en a mecedora y corrió a un lado la tira de su camisón.

Sin dudarlo, la pequeña bebé se aferro al pecho de su madre y con entusiasmo con el liquido que le daba vida.

Por un momento, Asami se tensó; juraba que nunca se iba acostumbrar al extraño y ligeramente dolorosa sensación que causaba la lactancia maternal. Sabía que quería que en el séptimo mes no estuvieran acostumbrados, ya que había  escuchado las historias de horror sobre la lactancia materna mientras al bebé le salía los dientes.

Algunas historias eran solamente horrible como para tenerlas en cuenta. 

Katara (o Tara como la apodaron), había comenzado a dormirse después de alimentarse, sus pequeñas manos estaba cerrada y aferrada al camisón de dormir de su madre y lo sostenía como si fuera lo último que haría. 

El gemelo más joven ya se había vuelto a dormir en su cuna y Asami decidió pasar la noche en la habitación ya que el amanecer llegaría en una hora. 

Con agilidad extrema, se las arreglo para levantarse de la mecedora sin molesta al pequeño bulto que llevaba en sus brazos y se retiro a la cama que estaba en aquella habitación.

Se dejo caer sobre las almohadas, su pequeña hija descansaba sobre su pecho mientras ella continuaba en la pequeña habitación que también era como una especie de guardería. 

El cansancio se apodero hasta sus huesos y sin más vacilación, se unió a las dos preciosas almas a un dulce y feliz sueño. 

Horas más tarde, cuando se despertó, Asami estaba dormida a un lado, las sábanas estaba colocada sobre ella hasta la mistad de su cuerpo y la mitad de sus rostro estaba hundida alrededor de una almohada de felpa. 

Inmediatamente se levanto, arrancándose las sábanas encima su corazón latía fuertemente ya que era incapaz de localizar a su pequeña hija que se había quedado dormida con ella. 

Un peso extra se sintió al otro lado de la cama y su atención se dirigió a donde estaba la Alfa, que la miraba con preocupación. "No te preocupes, Sokka y 'Tara están bien. Mamá se los llevó a Katara para que les hiciera un chequeo".

"¿'Tara?" Asami coloco sus manos sobre su pecho, colocándose su camisón de nuevo, ya que ella se lo quito un poco mientras amamantaba, "me quede dormida mientras la alimentaba".

"De eso me di cuenta." Korra sonrió y aparto un mechón de su rostro, colocando detrás de la oreja de la Omega, "Vine aquí a las siete para prepararlo a su cita y tu estabas dormida y la pequeña también sobre tu pecho".

"Me olvide por completo de la cita". Asami gimió y cayo sobre las almohadas. "¿Dijiste que tu madre los llevo a donde Katara?"

"Si", Korra inclinaba su cabeza en dirección a la puerta, "Tenemos cerca de una hora antes de que vuelvan. Nos hicimos el desayunos para nuestra mini-vacaciones".

"¿Mini-vacaciones?" Asami levanto una ceja de manera divertida. "No sabía que estuvieras tan ansiosa por alejarte de los gemelos. Sólo han pasados dos meses desde que los conoces".

"Dos meses pasan volando en cuatros horas de sueño que solo tenemos", Korra se inclino y le dio un beso su barbilla, "Ahora vamos, que me tomo mucho tiempo hacer el desayuno. Quiero comer antes de que se enfríe". 

Asami le sonrió a la Alfa, entonces obedientemente echo de sus piernas las sábanas y se levantó de la cama.
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Antes de que se dieran cuenta, más tiempo ya había pasado y dentro de algunos meses más y ya los gemelos gateaban con éxito.

Korra, ahora era capaz de caminar con éxito sin necesidad de muletas, amaba estar tirada en el suelo con los pequeños y verlos jugar. Cada pequeño movimiento de sus pequeños brazos y piernas la hipnotizaba; era como si sus ojos aún se negaba de que ayudo a crear a dos pequeños bebés perfectos.

Muchas veces, Asami entraba a la habitación, encontrando a los tres en el suelo mientras los gemelos presentaba orgullosamente sus regalos, mientras su padre (o madre como gusten llamar a Korra) le hacía muecas exagerada de asombro ante cada pequeño gesto. 

Tonraq pensaba que no había nada mejor que su hija; el orgulloso abuelo colmo a sus nietos con regalos y pequeños trajes de pieles, asegurándose de que se enriquecieran del patrimonio de la Tribu de Agua.

Senna fue la que ayudo a Asami a bañarlos y alimentarlos, sobre todo en los días en los que Korra no sentía a la altura, la madre del Avatar acepto el desafió.

En mayor parte, la Omega se estaba adaptando cómodamente a la maternidad; Katara y Sokka estaban muy unidos a ella y Korra no tenía más que elogiar sus esfuerzos por criarlos. 

Por supuesto, que aún había dudas y temores, pero ya no parecían tantas como lo había sentido durante el embarazo. Ahora los gemelos estaban en el mundo, fuera de su vientre y era más fácil ver lo bien que lo había tomado a la hora de cuidarlos; era fácil ver también que todo el mundo se acostumbro a la presencia de los recién llegados. 

Asami coloco su abrigo sobre el espaldar de su silla con escritorio que estaba en la habitación que compartía con Korra y cayo sobre la cama, cada extremidad de su cuerpo totalmente cansados.

Korra y Katara estaba con sus abuelos esta noche, por lo que garantizaba a la Omega que tendría 8 horas de sueños. 

Distraídamente, se despojo de su blusa y sus pantalones, arrojándolos a un lado de la cama en la cual algunas terminaron en el suelo. Luego su brasier- lanzando un suspiro que tenía acumulado en su pecho cuando finalmente se acurruco sobre las sábanas calientes y dejo que el aire fresco acariciara su piel desnuda. 

Casi inconscientemente, se coloco la almohada de Korra en su rostro y respiró el aroma oceánico de la Alfa, teniendo esa comodidad familiar que pertenecía a la que pronto sería su prometida.

No habían formalizado una fecha exacta para ellas casarse, pero era un acuerdo tácito de que sería aplazado hasta que Korra estuviera plenamente recuperada. 

Asami no sabía cuanto tiempo eso tomaría- ¿Otro seis meses? ¿Otro año? ¿Otro dos años tal vez? Era difícil deducirlo.   

Mientras las lesiones física de la maestro de los cuatro elementos se sanaba a un ritmo prometedor, ella sabía la terrible experiencia causada por Zaheer le había dejado cicatrices mentales que corría en lo más profundo de sus pensamientos y que jamás había experimentado antes. 

Todo lo que la Omega podía hacer era ofrecer su apoyo incondicional y ver como la Avatar luchaba contra sus propios demonios mentales. 

Un click de la puerta alerto a Asami de que alguien estaba entrando a la habitación, sabía que solo una persona entraba sin llamar a la puerta, pero no dejaba de preguntarse quien podría ser. 

"Hola hermosa", un par de labios rozo suavemente el dorso de su hombro y la heredera no pudo evitar sentir temblor recorrió su cuerpo al tierno afecto cuando volteo para mirar a la recién llegada, "Hola". 

Korra le sonrió con cansancio a Asami, una especia de derrota tenía en su mirada. 

Inmediatamente, Asami se sentó y tomó el rostro de la Alfa entre sus manos, ignorando como las sábanas caían hasta su cintura y su pecho quedo expuesto, "¿Qué sucede?"

Korra suspiró y mirando hacia abajo y luego inclinándose hacía adelante para dejar descansar su frente contra la clavícula descubierta de la Omega, "Es mi entrenamiento, no puedo hacer controlar los elementos, como antes".

"Solo han pasado un par de semanas desde que comenzaste a entrenar de nuevo", Asami acaricio el cabello castaño, acariciándolo suavemente entre sus dedos. "No puedes esperar a que pronto estés lista y destruir una montaña rápido".

"Lo sé, lo sé", Korra gruño y apretó con fuerza sus puños, "Yo solo...Siento que debería ya estar mejor. Bolin y Mako están afuera ayudando a cambiar al mundo y tu estas logrando encaminar a Industrias Futuro desde aquí. No lo sé, ¡¿No debería el Avatar ser capaz de hacer un simple uso de sus poderes sin caerse?!"

"No juzgue tu progreso por como los demás estén haciendo sus cosas", le aconsejaba Asami, alejándose un poco para mirar los decaídos ojos azules, "Todo el mundo se mueve a su propio ritmo en cada situación diferente. Si espera a que todos sean capaces de que todo se haga las cosas como Mako y Bolin lo han estado haciendo, probablemente termines sobre esforzándote, presa del pánico. Tenemos personas que nos ayudan y nos guía a través de las acciones y decisiones que tomamos. Mako tiene a Lin cuando necesita de algún consejo y Bolin tiene a otros oficiales que lo ayuda en la causa de Kuvira". Asami se rió entre dientes, negando con la cabeza, " Y yo tengo un equipo de asesores expertos que regresaron a Ciudad República tomando decisiones que yo no puedo. Confía en mi, no todo está en nuestras manos". 

"Lo sé." Korra sonrió suavemente y se inclino hacia adelante, lo suficiente para rozar sus labios contra los de Asami. 

Al principio el beso fue dulce e inocente, pero de pronto se volvió lleno de necesidad y adicción, con mordidas suaves y lenguas bailando entre sus bocas. 

"Korra", Asami gimió contra los labios de la otra, su espalda se arqueo sobre el firme cuerpo de la Alfa mientras sus manos subía y bajaba por su espalda. 

La Avatar sonrió entre los besos y presiono su frente contra la de la otra hasta que Asami se vio obligada a recostarse sobre la cama. 

"Por los espíritus, me encanta cuando duermes sin ropa." Decía Korra con una voz ronca, sus labios se movieron hasta su oreja, mordisqueando la piel que estaba a su alcance. "Haces que mi mente piense como pude conseguir a alguien tan impresionante y hermosa".

"Eres tan encantadora".  Asami se echo a reír, tirando de la blusa de la maestra. "Ahora quítate esto para emparejar las cosas." 

Korra sonrió y se sostuvo sobre sus rodillas lo suficiente como para que ella provocativamente pudiera quitarse su blusa. 

Asami mordió su labio inferior mientras miraba con admiración los músculos tonificados expuestos; no eran tan evidentes como lo fue antes de pelear contra Zaheer, pero seguían siendo marcados y deliciosos. Si había una cosa en la que Korra no había olvidado desde que comenzó a caminar de nuevo, era asegurarse de que su cuerpo volviera a un estado optimo. 

Un tirón jugueton sintió en su corazón y Asami tímidamente se recostó contra la cabecera de la cama, cruzando sus piernas y esperando a que la Alfa frente a ella hiciera su próximo movimiento. 

Korra seguía sonriendo y se inclino colocando todo su peso sobre sus manos y rodillas , arrastrándose hacía el cuerpo de la Omega.

Con un gruñido jugueton se lanzó sobre ella y el sonido de un gritillo de Asami hizo eco en la habitación. 
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Asami no creyó posible que sería capaz de tener clara la cabeza por la mañana. 

Especialmente cuando Korra decidió despertarla de esa manera. 

El place recorría de arriba a abajo todo su cuerpo como una ola sin fin; el aire fresco golpeaba su piel causando que se pusiera de gallina por todo sus brazos y piernas. 

Un suspiro se le escapo, seguido de un gemido entrecortado mientras su espalda se arqueaba fuera del colchón, "¡Oh!"

La cabeza de Korra estaba entre los muslos níveos, en donde estaba trabajando determinadamente; su lengua lamía con firmeza el centro de la Omega que cada vez estaba más excitada. 

"Tú-" Asami enredo entre sus dedos el cabello salvaje de la Alfa, "Estás cada día siendo buena en esto". 

La Avatar la miraba divertida, moviendo sus cejas provocativamente mientras le decía, "Bueno, he estado practicando bastante".

Asami se echo a reír antes la respuesta de la maestra, antes de que su cabeza cayera hacía atrás contra las almohadas una vez más- sus caderas se movían desesperadamente contra la lengua y los dedos que recién añadidos que se movían en su interior, que le hacían retorcerse. 

Korra uso su brazo libre para sujetar la cintura de su prometida, haciendo que la tortura placentera continuara por más tiempo. 

Asami trató desesperadamente de tener más fricción en sus partes más sensibles, aquella lengua caliente frotaba en círculos sobre su clítoris, haciendo que solo la Omega jadeara y gimiera plagada de placer. 

Una tensión acumulada en su interior se sentía como una banda elástica siendo estirada provocativamente; cada pequeño detalle se comenzaba a borrar, en lo único que podía pensar bien era en aquella increíble lengua y esos ojos azules que quemaban cuando la miraba fijamente. 

La tensión en su vientre aumentaba de manera constante, su respiración era entrecortada y forzada y una marea crecía dentro de ella lentamente la acercaba más y más a la cima. 

una mano vagaba a lo largo de su cuerpo, agarrando un pecho agitado y amasando lo suave que era mientras que las propias manos de Asami se clavaron en las almohadas, tomando una de ellas apretándola contra su rostro para ahogar un gemido, (casi grito), que fue arrancado de su garganta. 

Su mente estaba al borde; su cuerpo se convulsiono esporádicamente, pinchazos furiosos de un alucinante placer recorría su columna de arriba a abajo. 

Korra aferraba fuertemente su cadera, determinada a lamer todo y dando todo lo que tenía que dar y mucho más. 

Finalmente, después de sentir el último estremecimiento causado por el orgasmo que acabo de sentir, Asami lanzo un suspiró y se apoyó sobre sus codos, "Ese fue el mejor orgasmo que me has dado".

"¿Oh?" Korra arqueó una ceja y le dio un beso en el abdomen de la Omega, y luego la Alfa apoyó su barbilla sobre el vientre de Asami, "Bueno, todavía tenemos al menos una hora para demostrarte que te equivocas". 

Ella se abalanzo hacía adelante y choco con la heredera; los brazos y piernas de ambas se envolvieron entre las dos, luchando para ver iba a dominar y tomar el control. 

Finalmente, Asami gano aquella lucha, empujándola para colocarse sobre ella con una sonrisa triunfadora, "Quédate quieta."

Korra miro a aquellos hermosos ojos, fue sintiendo su excitación crecer cuando aquellas manos expertas recorrer desde su frente hasta llegar a sus esculpidos abdominales. 

Un gemido salió sin poder evitarlo, cuando Asami traslado lentamente sus manos a los pechos del Avatar, pellizcaba los pezones erectos y los acariciaba con sus dedos pulgares, mientras las manos de Korra agarraba sus caderas con firmeza, "Y dices que soy demasiado buena en el sexo".

"Hmm", Asami se encogió de hombros y llevo su mano hasta los muslo de la morena, luego para llevarla a la mesita de noche en busca de algo, "¿Tal vez la dos hemos practicado mucho?"

"Nunca se puede ser demasiado buena en cualquier cosa", Korra rápidamente corrigió, para gran diversión de la ingeniero. Asami tanteaba sobre la mesita de noche antes de encontrar lo que su mano estaba buscando, "Aquí esta". Rápidamente le entrego lo buscaba a la alfa, "Póntelo".

Korra obedeció sin dudarlo, tomando el paquete donde venía el condón y rasgo el envoltorio. Con algo de ayuda de Asami, se las arreglaron para sacar el pantalón de chándal y la ropa interior del Avatar de un solo golpe, dejando a la Alfa igual de expuesta que su prometida, "Sabes que odio usar esta cosa. Ni siquiera se supone que esto es seguro".

"Estoy tomando el control de natalidad después de mi siguiente periodo", Asami se encogió de hombros, "Katara me dijo que tenía mayor probabilidad de quedar embarazada debido hormonales post-parto. Al menos que quieras otro bebé y no me siento prepara, así que usaras ese estúpido condón".

"Lo sé, lo sé", Korra sonrió tímidamente a la madre de sus hijos, "Me lo pondré. Sin embargo,  eso no significa que deba gustarme". 

"Confía en mi". Asami movió de manera que su entrada quedaba cerca sobre el miembro erecto de la Avatar, "Para mi también se siente diferente". 

Con aquello dicho, se acercaron, las caderas de Asami se movía hacia abajo, mientras que las de Korra se movían hacia arriba, ambas ansiosas para conectarse la una con la otra. 

Asami dejo escapar un pequeño jadeó, enviando como si fuera un rayo de excitación a la ingle de Korra; a la Omega le tomo unos segundos para adaptarse a la sensación de tener a alguien dentro de ella tan íntimamente, pero pronto comenzaba a moverse de manera circular, fervientemente moviendo sus caderas contra la Alfa que estaba debajo de ella. 

Korra gimió y apretó su agarre sobre las delgadas caderas, sus cuerpos desnudos se movían juntos, Asami se inclino hacia adelante para descansar sus codos a los lados de la cabeza de la maestra. 

El estar la Alfa dentro de ella prácticamente casi se desmayaba en atractiva que se veía Asami justo allí, jadeando y gimiendo mientras ambas se movían. No había nada en el planeta tierra que amara más cuando Asami tomaba el control cuando hacía el amor, terminando de colocarse sobre ella.

El misionero, o cualquier posición en la que ella estuviera sobre ella, hacía que le diera más presión a sus muslos. Aunque ella estaba los suficientemente fuerte como para caminar y trotar, el constante movimiento que estaba haciendo le causaba a los músculos de sus piernas cierto espasmos o calambre cuando trataba de estar encima de Asami al menos algunos minutos. 

Ciertamente su ego de Alfa estaba herido, pero viendo como Asami tomaba el control definitivamente mandaba a la basura cualquier vergüenza que sentía sobre si misma.

"Oh, por los espíritus". Asami echo su cabeza hacia atrás y dejo escapar un prolongado gemido, inclinando su cuerpo hacia atrás lo suficientemente lejos para que Korra pudiera sentarse y tomar los pezones turgentes de la Omega con su boca, "¡¿Cómo...siempre logras que se sienta tan bien?!"

Korra sonrió y envolvió sus brazos alrededor de la delgada cintura, dando más embestida que llegaron a ser más rápidas, "Pudiera decir lo mismo de ti. Siempre tan apretada y caliente, apretando y tirando de mi como si nunca me quisieras dejar ir".

Ella arrastro sus labios entre abiertos hacía el valle de los pechos de la heredera, sintiendo al mismo tiempo los latidos de su corazón y que a su vez vibraba en su mente. 

De repente una explosión de confianza nació en ella y haciendo una demostración de habilidad y fuerza, se las arreglo para voltearse y colocarse sobre Asami que enredo sus pierna alrededor de la Alfa.

"¡Espera!" Asami se echo para atrás, inclino su cabeza mirando hacia abajo las piernas del Avatar, "Tus muslos... ¿Estás segura que puedes...?"

"Yo puedo..."Korra susurró sobre el oído de la Omega, resaltando cada palabra con cada movimiento de sus caderas, "Yo... Puedo...Hacer...lo."

"Ah." Los ojos de Asami se perdieron por el placer que sentía, arqueando su espalda contra las sábanas con cada embestida.

La mente de Korra iba a entrar en modo depredador, viendo como la Omega gemía y se retorcía con intensidad debajo de ella haciendo que las paredes de su intimidad apretaba su miembro y eso le hacía parecer aún más placentero. 

En todo lo que podía pensar era en Asami. Su aroma, sus ojos, su cabello, en todo su cuerpo- todo aquello estaba tomando el control de la Alfa y moldeaba a su niño en celo.

Asami mordió su labio inferior al sentir aquella embestida llegar a lo más sensible en su interior, provocando que un fuego corriera por sus piernas hasta llegar a sus pies. 

Sentía como la consumía, como si estuviera completamente al merced de la fuerte Alfa empujando dentro de ella. La confianza que había en su corazón y su alma estaba llenando en la Avatar y abrumaba toda su mente. 

Todo lo que veía, sentía, oía y quería era Korra.

Y la Omega amaba que estuviera dentro de ella. 

Korra jadeó sobre el oído de Asami, sus caderas con cada movimiento se volvieron una y que cada vez se hacían frenéticos, "Oh joder, estoy tan cerca."

"Yo también", Asami araño la espalda musculosa, que seguía arañando hasta llegar a la curva de su columna de la maestra, "Oh por favor, hazme venir. Por favor... por favor... por favor...por fa-"

Sus palabras se cortaron abruptamente, una ola de placer crecía que le quito la habilidad de forma alguna palabra. 

De repente, se estaba a punto del alcanzar hasta el extremo, cayendo al borde del abismo de la lujuria. 

Las embestidas de Korra se hacían más duras y largas, moviendo sus caderas contra la piel nívea debajo de ella y de como su miembro palpitaba y ansiaba por liberar el orgasmo.

Las paredes suave de Asami, agarraba y la apretaba, de repente no había más que fuego y solo escuchaba un zumbido cerca de su oído. 

Se extendió por todo los confines de cuerpo, desde su columna hasta su cabeza e incluyendo el dedo pequeño de su pie. Llenando todo su cuerpo, sin dejar nada atrás.

Nada más que el puro e inalterado placer.

Juntas, llegaron al borde del placer; cayendo ambas a una piscina de lujuria y se ahogaron en sus "aguas".

Cuando Korra finalmente recostó a la Omega sobre la cama, jadeando y luchando por recuperar su aliento, mirando expectante a su prometida, mientras al mismo tiempo se quitaba el condón y lo tiraba al cesto de la basura. "Ahora esto si tuvo que ser el mejor orgasmo que has tenido, ¿No'"

Asami dejo escapar una risa cansada y extendió su brazo para tomar una almohada para golpear a la Alfa con ella, riendo más cuando su pareja fingía que le dolió, "Tal vez". 

Korra se apoyo con el codo. "¡¿Sólo un 'Tal vez'?! Oh vamos, tenías que decir algo mejor". Ella se sonrojo y miro hacia abajo, mientras trazaba con su dedo círculos sobre el abdomen de su futura prometida, "Quiero decir, fue lo mejor de mi".

"Esta bien, si."Asami se echo a reír, tomando entre sus manos el rostro de Korra, tirando de ella para rozar sus labios contra los de la Avatar. "Ese fue el mejor orgasmo que he tenido. ¿Ahora, ya estás feliz niña grande?"

Aquella palabras hizo llenar de orgullo a Korra, lo que provoco una sonrisa también llena de orgullo en sus labios, era toda la respuesta que necesito oír.
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El recinto se convirtió en lugar para entrenar y era común encontrar a Korra en los jardines del recinto.

No porque estuviera practicando, a menudo era porque ella se sentaba en las gradas, mirando ceñudamente la arena.

Katara camino en silencio hacia la Avatar, sentándose al lado de su alumna que lanzo un pequeño suspiro tranquilizador, "Mis huesos no están acostumbrados a moverse como solían hacerlo antes. Y este clima frío parece no ayudar a mis articulaciones".

Korra volteó y miro a su mentora, una pequeña sonrisa borro la mueca apesadumbrada que había dominado su rostro, "Entonces, ¿Por qué no ir a la Isla del Templo de Aire? Allá es más cálido y se muy bien que Tenzin y Bumi les encantaría verte también". 

La anciana maestra agua se echo a reír profundamente, "¿Quizás es nostalgia? Esta es la tierra de mis antepasados. Mi hermano murió aquí, también mi madre y padre, mi abuela también. De una manera u otra, es mi casa y no me atrevo a dejarla atrás". 

"Hmm." Korra miro de nuevo hacía el campo de entrenamiento, "Supongo que eso no tiene sentido. Me gustaría poder solucionarlo así de rápido, pero el Loto Blanco que dijo que sería llamada constantemente a la hora de ayudar a otras naciones". Una preocupación tensó sus labios, "También me dijeron que lo más probable es que nunca tendría una familia."

"¿Es eso lo que te preocupa?" Pregunto Katara, colocando un mano sobre el hombro de la Alfa, "¿Estás preocupada por tener una familia?"

"Lo estoy". Admitió Korra, con cierto destello de auto-odio en sus ojos, "No siento que soy lo suficientemente buena para ellos. Para Asami y nuestros hijos". Apretando sus puños que cayo en sus piernas, "¿Que se supone que deba hacer para arreglármelas y ser mejor? ¿Cómo se supone que sea un modelo a seguir para ellos y si sólo soy una Alfa fracasada que nunca seré como era antes? Apenas pude ayudar a cuidarlos después de que nacieran- Quiero decir, mi mamá fue quien ayudo a Asami a cambiarlos y bañarlos porque mis estúpidas piernas eran apenas lo suficientemente fuerte".

"Sin embargo, cada día eres más fuerte", Katara la trato de tranquilizar. "Estas sanando a tu propio ritmo. No puedes basar tu expectativas acerca de como te encuentras en este mismo momento, cuando todavía estas llevando una batalla interna, incluso si ya no eres la misma de antes- eso no le importara a los que te aman; sobre todo tus hijos". 

"Pero soy el Avatar", Korra gruño y se cubrió el rostro con sus manos, "Tengo que volver, tengo que ser mejor que antes. ¿Qué tan util seré cuándo incluso no puedo usar mis poderes? ¡¿O cuándo el mundo se entere que ni puedo entrar en estado Avatar?!" Ella gruño golpeando con sus manos su frente. "Todo esto es un desastre".

"Tu solamente no eres el Avatar Korra", Katara suavemente, le hizo recordar, "Eres también una hija, una amiga. Eres la madre de dos hermosos bebés, tu prometida Omega que totalmente loca por ti. Eres algo más que el Avatar. Eres...Eres un ser humano". 

La beta mayor ladeo su cabeza hacia un lado, contemplando el horizonte, "Cuando me dijiste que le habías puesto los nombres a tus gemelos como lo de mi hermano y yo..." Sus ojos se humedecieron un poco, "Fue el mayor honor que he recibido desde que mis hijos nacieron". 

"Eres importante para mi", dijo Korra, acariciando con sus dedos su regazo, "El Jefe Sokka fue de mis personas favoritas cuando era pequeña". Se permitió que en sus labios apareciera una sonrisa, "Cuando los vi en aquella mañana, después de que Asami diera a luz, después de que todo se dio- supe de inmediato que nombre le tendría que poner". Korra se encogió de hombros, "No sé, nos pareció la decisión correcta. Al igual, no se conformaran con otra cosa".

"Es cierto". Katara tarareo y sonrió suavemente, "Cuando paso, los recuerdos de mi hermano y yo vivimos en lo que amamos. Se dirá mucho en los libros de historias, sin duda, pero nuestras conexiones entre nosotros y nuestras familias, es lo que solo nosotros sabemos como eramos". Miro al edificio principal, donde estaban los gemelos y su madre que los vigilaba, "Y tengo la sensación de que tus hijos serán capaz de vivir a la altura de sus tocayos. ¿Y sabes por qué Korra?"

Dicha Alfa se quedó pensativa, antes de dejar escapar un suspiro, volteando su cabeza hacia Katara, "¿Por qué?" 

"Porqué tendrán a una maravillosa familia que los guiara". Katara se levanto, dándole unas palmaditas suave a su antigua alumna sobre su cabeza, "Y que van a tener que cuidar más de ellos".

Unas lágrimas nublaron los oceánicos ojos azules de la Alfa y Korra miro hacia abajo y rápidamente asintió con la cabeza mientras su cabeza de agua control dejaba las gradas y se dirigió de nuevo al grupo de edificio en donde se encontraba su cabaña. 

Korra se secó las lágrimas de su rostro, respirando hondo, antes de levantarse y dirigirse a la arena de combate. 
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Si había una cosa que no esperaba Korra, era encontrarse y tropezar con su padre Tonraq mientras entraba a la habitación/guardería de los pequeños. 

"¡Mierda!" Korra apoyó sus brazos frente a ella y logró amortiguar la caída, usando como soporte sus codos y girándose para mirar a su padre, "¡¿Por qué estás recostado delante de la puerta?!"

Tonraq se echo a reír para luego sonreír tímidamente, apuntando a donde estaba Sokka, que estaba sentado cerca de una pila de sus juguetes, tratando de lanzarle una pelota a su abuelo,"¡Estábamos jugando!"

Los ojos de Korra se suavizaron al ver a su hijo, una tierna sonrisa se cruzo en su rostro mientras lo observaba, lanzando un pequeño gritito mientras se las arreglaba para pasar la pelota con un buen empujón, lo suficiente como para que rodara hacia el gran Jefe de la Tribu de Agua. 

Tonraq se acercó para detener la pelota que se salía de su curso, antes de empujarla a dirección del bebé gordito. "Es un chico inteligente. Puedo decir ya, que probablemente será como Asami."

Korra asintió con la cabeza, reclinándose en el suelo viendo como su hijo y su padre interactuaban, "Lo sé. Ella sigue diciendo que quiere enseñarle sobre ingeniería cuando ambos sean mayores... de la misma manera que su padre hizo con ella".

"¿Ella lo ha contactado?" Tonraq volteo para mirar a su hija, "¿Acaso siquiera sabe de los pequeños?"

"Ella le envió una breve carta en donde se lo hizo saber". Korra suspiro y sacudió su cabeza, "Pero por lo que he oído, esta todavía con la idea de los igualitarios. No sé lo feliz que será cuando sepa que su hija enamoro perdidamente del Avatar". 

"Estoy seguro que a larga estará agradecido". Dijo Tonraq, "Por lo menos será suficiente para que sepa de ellos aunque sea una vez. Pero puedo entender tu deseo de mantener distancia; sobre todo porque Katara dijo que uno de los gemelos es definitivamente un maestro control".

Korra al oír eso, se ánimo, sonriendole a su descendencia cuando el pequeño le devolvió la sonrisa sin aun formado sus dientitos, "Espero que lo encontremos pronto. Sé que la mayoría de los niños no muestra signo de tener poderes hasta tener unos 3 o 5 años, aunque yo ya tenía fuego control y agua control a la edad de dos años, por lo tanto tal vez los muestre antes". 

"¿Quieres que ambos sean maestros control?" Le pregunto su padre, que controlaba el esférico que el niño le lanzo con mucho entusiasmo.

"Necesariamente, no me importa", la joven Alfa tamborileó sus dedos contra el suelo, "Pero sería bueno. Sin embargo mientras estén felices y sanos, me importa poco si son o no maestros control".

Tonraq sonrió ante la respuesta correcta de su hija, el Alfa mayor se puso de pie y camino hacía donde estaba Sokka, que lo seguía con la mirada. 

Se agacho y levantó al bebé entre sus brazos, antes de volver a donde estaba su hija y le entrego al bebé que extendió sus pequeños brazos a su padre (o madre como gusten llamar a Korra) que adoraba mucho. "Tengo una reunión en media hora, así que mejor será que empiece a irme. Tu madre esta en la oficina de Asami y 'Tara está tomando una siesta en nuestra habitación, trataré de estar de vuelta antes de la cena, ¿De acuerdo?"

"Está bien", Korra se inclino hacía arriba para darle un beso en la mejilla a su padre, "Iré a que el pequeño tome una siesta. Parece ser que el tiempo de jugar lo agoto mucho". 

Sokka soltó un enorme bostezo y Tonraq sonrió y le revolvió el cabello al pequeño pícaro antes de salir rápido. 

Korra se volteo y fue hacía donde estaba la cuna, para colocar al bebé que bostezaba de nuevo, sonriendole mientras obedientemente se tranquilizo un poco se frotó sus ojitos con su pequeño puño.

De brazos cruzados, se preguntó que pasaría si uno de los gemelos era realmente un maestro control.
¿Le enseñaría ella misma?

Una parte de su mente le susurró, ¿Realmente estás lo suficientemente fuerte para enseñarles? 

Korra rápidamente sacudió eso de su cabeza y luego se fijo en los juguetes que estaba en el suelo y los comenzó a recoger para colocarlo en el cesto de juguete, luego de terminado aquello fue a comprobar si su hijo estaba profundamente dormido; viendo que si lo estaba salió de la habitación y cerro con cuidado la puerta detrás de ella.

Un par de guardias del Loto Blanco estaban apostados a las afueras de la puerta, ahora que los gemelos fueron reconocidos ante los ojos de los lideres mundiales, (a pesar de que juraron no dar detalles a la prensa), ambos niños fueron tratado como si fueran un príncipe y una princesa; que se multiplico por el hecho de que ambos eran nietos del jefe de la Tribu de Agua.

A decir verdad, ni ella sabía como iba serían las cosas. Su padre fue elegido en el ayuntamiento, pero no había planes de lo que sucediera después en caso de que renunciara o en caso de extremo falleciera. ¿Era lo que esperaba? Debido a su posición como Avatar, era imposible para ella hacerse cargo. 

Lo cual eso significaba si se quería mantener la tradición, ya sea Katara o Sokka sería nombrado como el próximo jefe después de su abuelo. 

Diablos, puede que ambos se coloquen capaz como Eska y Desna lo habían hecho en el norte. 

Korra sacudió esos pensamientos de su mente, dirigiéndose a su habitación. De repente le empezó a doler la cabeza. 

Tal vez ella seguiría el ejemplo de su familia y tomaría una siesta.
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"Lo estás haciendo otra vez". 

Korra saltó de su asiento, dándose vuelta hacía Asami, viendo como la Omega estaba junto a la entrada de la habitación. 

Casi un año había pasado desde que los gemelos nacieron, ambas se adaptaron a los niños traviesos, ya que cada vez eran más aventureros. 

"¿Qué estoy haciendo?" Korra borró la mirada melancólica que había estado presente en su rostro y la remplazó con una sonrisa, aunque Asami podía ver a través de ella. 

"Estás pensando demasiado". Asami camino hacia donde estaba la Alfa, envolviendo sus manos alrededor de los fuertes  hombros del Avatar, "Puedo decir por aquella pequeña mueca en tu rostro".

Korra resopló suavemente y apoyó su frente contra el cuello de la Omega, sintiendo con frescura el collar de compromiso que Korra había tallado presionaba contra su mejilla, "Llevas el collar". 

"Por supuesto que si", Asami sonrió, apoyando su rostro sobre el cabello de su prometida, "Yo estoy comprometida, ¿No?" 

"¡Bueno, sin duda!" Korra se echo hacía atrás con los ojos completamente abiertos y a su vez con algo de burla en su mirada, "Estaría muy asombrada si lo supiera de otra manera".

"Bueno, no tienes porque preocuparte". Asami dio un beso suave sobre la frente de la maestra, "Estoy felizmente comprometida".

"Bien", Korra se inclinó, afirmando un beso lleno de amor sobre los labios de la mujer más alta.

Asami sonrió ligeramente contra los labios del Avatar, antes de alejarse con un suspiro tranquilo, "Eso no cambia el hecho de que estabas haciendo de nuevo."

"¿Qué?" Korra retiro sus brazos del cuello de la Omega. "¿En pensar?" 

"Meditando". La ingeniero frunció sus labios, "¿Algo te ha estado molestando, no es así? Has estado así durante varios meses. 

Los ojos de Korra se oscurecieron y se alejo de la mujer más alta, cruzando sus brazos sobre su pecho cuando se dio cuenta de que había sido atrapada, "¿Y qué?"

"Sabes que no es saludable interiorizar las cosas así". Asami miró hacía el suelo, "Vas a seguir construyendo una gran fortaleza hasta que esas cenizas desaparezcan". 

"¡¿No crees que ya sé eso?!" Korra espetó, su estado de ánimo dio un giro de 180 grados, "¡Tu sabes que hay algunas cosas que tengo que averiguar por mi cuenta!"

"Sólo si es tu elección", Asami agacho su cabeza, "Siento haberte molestado. Iré a ayudar a Senna con el almuerzo."

Korra gimió al ver como la Omega volteó para irse y rápidamente se acerco para detenerla, "¡Espera! ¡Lo siento!" Su mano se aferró al brazo de la otra mujer, "Lo siento".

"Está bien", Asami suspiró y se dio la vuelta para hacer frente a la Alfa; quedando en silencio por unos minutos, observando la mirada conflictiva de su novia, "Ahora, ¿Me puedes decir que te tiene tan asolada? ¿O te gustaría tener un poco más de espacio en otras semanas más?" 

"No, no", Korra mordió su labio inferior, "Te lo diré. Es sólo que..." Ella bajo su cabeza y dejo escapar un suspiro de frustración, "Yo no entiendo porqué me siento así. Es todo tan confuso". 

"No tiene porque ser así". 

La Avatar frotó distraídamente de arriba a abajo su antebrazo, los dolores que alguna vez sintió por culpa del veneno metálico, lo sentía como pinchazos a través de su piel, "No sé, quiero decir..." Ella dejo juguetear con sus manos, colocandola a los lados, "Siento que no estoy mejorando". 

"Por supuesto que si". Asami abrió por completo sus ojos, colocando ambas manos sobre los hombros de la maestra, "Eres capaz de moverte completamente sin problemas ahora. Puedes usar tus poderes y también luchar. Puede que la recuperación al 100% tome su tiempo". 

"Pero solamente es eso". Korra sacudió su cabeza, "Estoy tan cerca de que por fin este bien de nuevo, pero siento como si algo más faltara y no llego a ella. Es como si hubiera torcido el tobillo pero no puedo correr para llegar a la meta. He tratado de trabajar muy duro en ello para poder llegar, pero siento como si no me llevara a ninguna parte". 

Asami se frotó con incertidumbre su cuello, aquella noticia la tomo por sorpresa, "No sé que decir  o hacer para que te sientas mejor Korra. Y me refiero a que todo lo que puedes hacer es seguir luchando, no puedes renunciar por el hecho de que un obstáculo este en el camino".  

"No renunciare". Korra suspiro y llevo una de sus manos a su nuca, "Sólo estoy buscando algún... desvío". 

"¿Desvío?" Asami levantó una ceja de manera dudosa, "¿Qué clase de desvíos?"

Korra movía inquieta sus pies, como si hubieran hormigas imaginarías molestándola, "Estaba pensando ... Quizás sea el momento de regresar pronto a Ciudad República". 

Asami parpadeó, dando un paso hacía atrás, las palabras del Avatar la sorprendió mucho, "¿A Ciudad República? ¿Quieres volver?"

"Tal vez no de inmediato." Korra enmendó lo que dijo, observando con cuidado la reacción de su Omega, "Todavía me falta entrenar un poco e ir a mis sesiones de curación con Katara en los próximos meses, pero..." Ella se encogió de hombros. "Es como si golpeara una pared, ¿Sabes? No sé cuantos tiempo necesitare estar aquí para progresar". Sus manos se entrelazaron entre si con nerviosismo, "Y se que estás un poco nostálgica, así que pensé que tal vez después de estar por un tiempo en un complejo, podríamos regresar de nuevo a la ciudad". Sonriendo suavemente, "Sé que Tenzin su familia estarán contentos de vernos a nosotras y a los gemelos". 

"Korra..." Asami apenas podía comprender las palabras de la Alfa; se había preguntado acerca de cuando iba iba a regresar a principios de años y de cuanto tiempo iba a estar en el complejo, pero con el tiempo se olvido de aquello. Ahora había una posibilidad de que ella podría regresar al lugar donde nació y a su compañía, "¿Estás segura?"

Korra lamió sus labios antes de ponerse sería, "Si".

"Entonces si es eso lo que quieres, lo haremos", Asami sonrió y llevo sus manos al rostro de la Alfa, "Cualquier cosa se hará para que te sientas mejor". 

Korra cerro sus ojos, con alegría soltó un breve ronroneó muy bajo, mientras coloco sus manos sobre su prometida, "¿Seguiremos así en los próximos meses?"

Asami beso suavemente la frente de la Alfa, "Por supuesto que si."
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Korra cerro suavemente la puerta detrás de ella, asegurándola, fue a la habitación de los niños antes de irse a su barco que los llevaría a Ciudad República, los gemelos yacen echando pequeños ronquidos felizmente dormidos en su cuna. 

Cuando ella se paro al lado de la cuna, viéndolos dormir, sintió una explosión de orgullo y amor consumir su pecho; ambos durmiendo de lado, como si estuvieran entrelazados sus pequeños corazones desde lejos. 

Si iba a hacerlo, necesitaba cerrar todo aquello si quería llevar adelante su plan. 

Justo cuando entraba a la bahía de Yue, tuvo una horrible alucinación- era su ella en estado Avatar, como aquella vez que peleo contra Zaheer. 

Por suerte, el barco atraco a las afueras del puerto más cercano hasta que amaneciera, lo que significaba tendría tiempo para comprender sus problemas, por lo que decidió llevar su plan en acción.

Lo único que lamentaba era que se alejaría aún más de las personas que amaba. 

Sokka se agito ligeramente mientras dormía, antes de quedarse otra vez quieto  y acariciaba su rostro contra la almohada de su hermana.

Korra sonrió se inclinó para recorrer el cabello exuberante de ambos pequeños, mirando con cada detalle los rostros de ambos angelitos dormidos. 

Todo el instinto maternal activo en todo su cuerpo le decía que no llevara a cabo aquel plan desesperado, pero no tenía otra opción. 

Por mucho que amaba a su familia, por mucho que amara a su novia y sus hijos, ella antes que nada era la Avatar- eso significaba que tenía deberes para con el mundo, por lo que tenía que anular sus deseos terrenales. 

Era una triste verdad, pero esa era la existencia de la Avatar. Rara vez ninguno de sus predecesores habían tenido la oportunidad de tener una vida normal al lado de su familia, tenía una responsabilidad con el mundo como para ignorarlo y la mayoría de ellos se quedaron solos o amargados. 

Pero ella tenía una familia y la única promesa que se hizo aquella noche era que ella iba a mejor y volvería con ellos. Absolutamente lo haría.

"Se que a veces pueda parece que no me importarse nada". La voz de Korra era como un susurro silencioso aquella noche, en aquel barco que chirriaba contra las olas suavemente, "Pero sin importa lo que suceda esta noche, yo quiero que sepa que a ambos los quiero mucho, como una verdadera madre los amo". 

Cayo de rodilla junto a la cuna de los pequeños, sus lágrimas nublaron aquellos ojos azules mientras se quedaba en silencio, sollozando suavemente, "A ambos los adoro mucho, pero su padre tiene otras responsabilidades que tengo que tomar en cuenta. Tengo que ser la mejor- para el mundo, para su madre y para ustedes". 

Korra se sostenía gracias a sus pies, agradeciendo que aun no caía en las garras de los sueños, "No voy a dar falsas ilusiones que todo estará garantizado que vaya a mejorar. Cuando haga esto, hay una probabilidad de que nunca pudiera volver y entonces me tendrán que hallar en el Reino Tierra con la esperanzas de encontrar a otra pobre alma como el nuevo Avatar". 

"Pero yo sólo quiero que sepas, " Su voz aún se escuchaba como un susurro, mezclándose con el sonido del viento en aquella noche, "EL día en que ustedes dos nacieron, fue el día más feliz de mi vida. A pesar de que en ese momento pasaba aún cosas terribles, la llegada de ambos era lo único que me había hecho tan feliz". Ella gentilmente se acerco un poco a los pies de la pequeña Katara- "Tus pies eran tan pequeños. Pero por la forma en que mi papá estaba aquel día, tu abuelo. Estaba muy orgulloso de aquel pequeño hecho, no dejaba jactarse de aquello durante varios día". 

Un pequeño grito quería escaparse por su garganta, pero antes de que ocurriese y de que se echará para atrás con su plan, se inclino para darle a cada uno de los gemelos un beso en sus pequeñas cabecitas, " Si algo me pasa a mi, quiero que ustedes dos cuiden de su madre. Quiero que ustedes dos hagan sentir como la madre más querida en el mundo, quiero que todos los días le digan que la aman mucho y lo mucho que la aprecian por todo lo que ha hecho para asegurarse de que ustedes tengan una buena vida". 

La Alfa aspiro el aroma de sus hijos, grabando en su mente aquello y dando un paso hacia atrás, llegando a la puerta, "Sé que ambos harán grande cosas en la vida, y de una manera u otra, juro que nos volveremos a encontrar". 

Con eso dicho, suavemente salió de la habitación, sin dejar rastro de que alguna vez la Alfa estuvo allí en primer lugar. 
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La habitaciones principales estaban tranquilas mientras se escabullía con cuidado a su habitación.

Asami estaba en la cama, con un brazo colgando a su costado, roncaba suavemente, que parecía ronroneos. 

Korra no pudo evitar sonreír, sabía que a ciencia cierta que los gemelos agarraron esa costumbre de su madre. 

Con cautela, se arrodilló al lado de la cama, tomando el rostro de su novia; parecía dormir tranquila, tan tranquila y angelical- no podía creer lo afortunada que era de tener a la Omega tan enamorada de ella. 

Un sentimiento de culpa y de afecto lleno su corazón, aquellas dos emociones se mezclaron peligrosamente en su pecho. 

Con una ligera duda, se inclino hacia adelante y rozo sus labios contra los de Asami, disfrutando con mucha suavidad aquellos labios carnosos.

Después de algún momento, Asami se agito y parpadeó con cansancio mientras se despertaba por aquel contacto desesperado, "¿Qué....? ¿Korra? ¿Qué sucede?"

"Te amo." Korra susurro sobre sus labios, antes de darle otro beso, "Te amo tanto".

"Yo también te amo", Asami devolvió el beso suave a la Alfa, temblando cuando sintió aquellas fuerte manos acariciar su cuello, "Es muy tarde..." Ella protesto ligeramente y con sus manos empujo suavemente a la Avatar. Korra retrocedió obedientemente y miró con adoración a la Omega, viendo como la mujer seguía despertando frotándose sus ojos para alejar el sueño, " Cariño, ¿Qué estás tramando?" 

Korra mordió ligeramente sus labios y fue de nuevo a los labios de Asami por otro beso, antes de alejarse lo suficiente para llevar sus labios al cuello de la Omega y susurrar sensualmente contra la piel nívea, "Te quiero". Ella gimió y un gran excitación corría por sus venas, desesperada por lo que sería la última vez que haría el amor antes que pusiera su plan en marcha, "Por los espíritus, te quiero tanto". 

"Entonces, me alegra oír que soy tan atractiva para ti." Asami se rió entre dientes, que luego aquella pequeña risa se convirtió en el sonido de un suave gemido cuando los dientes de la Avatar mordió suavemente la piel de su cuello, "¿Ahora?"

"Por favor". Korra gimió, rotundamente gimió y rogó. Está mujer estaba totalmente tatuada en su piel, en su corazón, en su mente; lo único que pudo registrar era la necesidad insaciable de Asami y no tenía miedo de admitirlo, "Por favor, te necesito, por favor."

Asami arqueo su espalda al sentir los labios de Korra rozar por el punto de presión de su cuello, la simple acción hablaba más que las palabras, con cada movimiento casi que frenético de parte de Korra parecía aumentar, "Esta bien, esta bien." Llevando su rostro hasta a la altura de la Alfa atrapó con sus labios los suyos en un gran beso, "Soy tuya."

Korra lanzó un gruñido antes aquella palabras, subiéndose a la cama, tirando de las sábanas alejándola de la Omega para acariciar cada pulgada de su piel que pudiera con sus manos. 

Cuando hacían el amor era apasionada y amorosa, como Korra constantemente le otorgaba un sinnúmeros de caricias llenas de amor y halagos, que llevaba a ambas un aplastante estado de clímax.

Cuando paso todo aquello, Asami se acurruco de nuevo en su cama, con su cabeza apoyada en el hombro musculoso de la Alfa, ya que ociosamente jugaba con el mechón del cabello de la otra. 

"¿Qué te ha llevado a esto?" La Omega sonrió a su prometida," Nunca habías estado tan.... ávida de sexo antes". 

Korra por un segundo se tensó y luego se relajo, dándole un suave beso en la frente a su chica, "Es que me invadió el amor". 

"¿Justo ahora?" Asami la miro con una pequeña sonrisa burlona en su rostro, antes de acomodarse bien y cerrar sus ojos, "No puedo decir que me ande quejando". 

Korra espero en silencio mientras que la heredera de nuevo caía en un profundo sueño, definitivamente se quedo dormida, pero la Alfa estaba demasiado conectada con ella. 

Todavía tenía que llevar adelante su plan, a pesar de que la culpa la carcomía viva, probablemente la mataría antes que aquella alucinaciones que ella tenía. 

Con mucho cuidado, hábilmente logro zafarse de Asami y logro levantarse de la cama con cuidado para no despertarla. 

Las lágrimas hacía arder sus ojos mientras miraba como dormía la Omega y metió su mano en el bolsillo del abrigo sacando de ella una carta que había escrito hace un par de horas atrás.  

Su mano se sentía pesada cuando su mano coloco sobre la mesita de noche aquella carta y antes de que pudiera cambiar de opinión, la Avatar salió de la habitación, dejando una indicación de que nada había pasado. 
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Había estado llorando durante casi una hora después de haber leído la carta, al despertar y viendo su cama vacían sin ningún rastro de su prometida, dejando una sensación, arrancando de su cuello lanzándolo al suelo, dándose cuenta de la gravedad de lo que ha pasado. 

Faltaba pocos minutos para atracar en el muelle, pero llevaría alrededor de una hora para descargar todas sus cosas. 

Tenzin y su familia estaban esperando en el muelle, al parecer el plan de Korra se dio sin problemas y nadie aparte de ella o algún misterioso contacto sabía de ella. 

Su corazón se sentía como si apenas latiera, las nubes que cubrían el cielo parecían una siniestra sombra sobre la ciudad.

Nada de esto parecía justo. 

Podría entender a Korra su punto de vista de venir a la ciudad, porque quería seguir adelante con esto, pero sentía la sensación de que ella había sido abandonada golpeo en su mente. 

Ahora pudo entender porqué la Alfa estuvo tan ansiosa, durante el momento de tener relaciones sexuales anoche, pudo haber sido la última vez que tendría sexo, algo así como una despedida sexual o una sexo ruptura, como quisiera llamarse habría sido todo verdad. 

Sokka y Katara todavía estaban durmiendo, ya los había alistados a los dos pequeños luego de que su pareja la dejara a la deriva y ahora los pequeños dormían una pequeña siesta antes de que bajaran del barco. 

Toda esa situación era injusta. No podía llegar y de una vez decir lo que hizo Korra, sentía que sería demasiado cruel después de que la Avatar confiaba en ella mucho. 

Lo cual significaba que tenía que sufrir en silencio y llegar al punto de mentir de que su preciosa Alfa se devolvió a la Tribu de Agua del Sur. 

Un nudo sintió su garganta al darse cuenta de que ella en algún momento tendría que explicarle a los gemelos del por qué sus padre (o madre como ustedes le gusten llamar a Korra), ya no estaba con ellos. 

Asami dejo escapar un suspiro y miró la carta una vez más, sintió como un peso se hundía en su estomago que aparentemente la arrastraba más y más a la desesperación. 


Querida Asami, 

Lamento si no te dije esto en persona, pero creo que no hubiera sido capaz de admitir todo lo que estaba ocurriendo dentro de mi cabeza.

No estoy lista para volver a Ciudad República. Pensé que sí, pero realmente no lo estoy. Todo esto que esta sucediendo en mi mente y me asusta en lo que a veces he llegado a sentirme abrumada. Sinceramente, no sé si estaré lista. Aquella batalla de alguna manera me ha dejado cicatrices que va mucho más allá de lo físico y realmente me asusta de que jamás se desvanezca. 

Es por eso que he decidido tomarme un tiempo y tratar de averiguar que es lo que realmente quiero para mi; averiguar que es lo que realmente me pasa de por qué no he sido capaz de superar lo que me paso. 

Te pido que no le digas a nadie más lo que he hecho, dí que solamente me he sentido enferma y me tuve que regresar a la Tribu de Agua del Sur. Le dije a la tripulación del barco que siguiera adelante a Ciudad República y tengo un conocido mio que desviara los correos para que nadie me delate.

Sé que probablemente no merezca eso. No merezco tu ayuda y definitivamente no merezco tu amor después de hacer esto, pero sinceramente no me quedo otra opción. 

Créeme que cuando te digo que nunca fue mi intención de hacerte daño, siempre te amare con todo mi corazón, pero ahora mismo siento en la necesidad de cancelar el compromiso hasta que las cosas mejoren y detesto decirlo que no se si ellos alguna vez lo harán. 

Si me las arreglos para poder resolver esto, prometo que volveré por ti. Haré lo que sea para poder ganarte de nuevo. 

Pero si este viaje no funciona y no oyes nada de mi dentro de un año, dile al Loto Blanco que inicien la búsqueda del próximo Avatar (dile también que no lo dejen encerrado en un complejo).

Si ocurre algo malo, asegúrate de decirle a Sokka y Katara cuanto los adoraba. Asegúrate de que sepan lo mucho que los amaba y siempre velare por ellos. 

Y si sientes la necesidad de encontrar a alguien más, asegúrate que trate a los niños como el príncipe y princesa que son.

Pero sin duda, asegúrate deque sea alguien que los trate mil veces mejor de lo que yo lo hubiera hecho. 

Sólo se que entonces sabré que has conocido a una persona digna de tu amor. 

Trataré de enviar una carta cada mes, tomé una foto donde sale los gemelos y tu que estaba en el equipaje, así que no te preocupes si no puedes encontrarla. 

Recuerda lo mucho que amo a nuestra familia, y de cuánto te amo a ti.

Siempre tuya, 

Korra.

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Por Yisus craist jajajajaja este capítulo es el más largo que he escrito en un fic jajajajajaja! pero sinceramente disfrute mucho en traducirlo y sobre todo en como la carta que le dejo Korra a Asami me partió el kokoro :c espero le que hayan gustado mi gente bella :3 y de verdad lamento traer el capítulo tan tarde

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6 comentarios

  1. Maldita sea Korra eso no se hace

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  2. Este capítulo me hizo llorar me llegó justo al kokoro, también me dejo en duda de si a korra la pusieron como hombre o como mujer

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  3. Este capítulo me hizo llorar me llegó justo al kokoro, también me dejo en duda de si a korra la pusieron como hombre o como mujer

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