Resumen
Korra y Asami Sato se conocieron
cuando tenían diez y once años de edad. Asami hija de padres ricos y Korra, la hija de su
empleada doméstica, se convirtieron en
las mejores amigas, pero ambas sabían su
lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se convertirían en amantes... También nunca hubo duda de que Asami se casaría y mantendría su posición social en la
comunidad.
CAPÍTULO
4
—Deja
que te ayude con eso— ofreció Korra cuando Lin trajo
la ensalada a la mesa.
—Ya
lo tengo. Abre la otra botella de vino— sugirió.
Kya se inclinó sobre la estufa, inspeccionando la enorme
cacerola de lasaña —Huele grandioso ¿Cuánto tiempo más?
—Cuando
terminemos nuestras ensaladas, estará listo para servir
Korra palmeó su mano a medida que Kya se acercaba para probar —Conoces
sus reglas—
dijo. —
Si hubiese aprendido a cocinar, ella no sería capaz de mantener todas esas
reglas sobre mí— dijo Kya riendo.
Entrelazo los brazos con Korra, mientras regresaban afuera
hacia el patio. Lin ya había servido generosas raciones de ensalada en sus
platos.
—Quiero
escuchar más sobre Asami y tú— dijo Lin mientras tomaba la botella de vino de Korra —
¿Te estabas enamorando de ella a los trece años y ni siquiera lo sabías?
—Fue
en ese momento cuando comencé a tener una pista— dijo con una sonrisa —Las mariposas en mi estómago sólo aparecían cerca de Asami.
Nunca con los chicos. La idea de que pudiese ser gay me aterrorizaba
—Has
dicho que siempre habías tenido una estrecha relación con tu madre—
dijo Kya —Hablaste
con ella sobre eso ¿verdad?
—
¿Me estás tomando el pelo? No podía hablar con ella sobre eso—
dijo Korra con una sonrisa. —Al menos no cuando era tan joven— tomó un bocado de la ensalada y miró a Lin —Esto
está grandioso
—Gracias—
Lin levantó las cejas —Así que ¿Hablaste con Asami acerca de eso?
—No.
Y ella tampoco habló conmigo de eso
—Ah.
Así que las dos estaban sintiéndose de esa manera— dijo Kya
—Sí.
Simplemente no hablábamos de eso. Nunca hablamos de eso
Lin se inclinó hacia delante y sonrió maliciosamente —
¿La besaste?
Korra asintió —Tenía catorce años
***
—No
quiero salir con Mako
Asami se quejó mientras
ordenaban su ropa — ¿Por qué me está obligando?
—Tú
misma dijiste cuando empezaste la secundaria que tendrías que empezar a tener
citas—
Korra le recordó.
—Ni
siquiera me gusta Mako— dijo mientras arrojaba otra blusa sobre la cama —
¿Te gusta esta? — preguntó sosteniéndola contra su pecho.
—Sí.
Hace que tus ojos se vean más verdes
Asami la miró durante un momento, con la cabeza inclinada. Arrojó
la blusa sobre la cama con las demás prendas, mientras caminaba acercándose —Él
va a querer besarme
Korra asintió. A pesar de que no tenía ni idea de quién era
Mako, además de ser el chico que la madre de Asami había elegido para ella
hacía años, aun así sintió una punzada de celos. Asami tomó su mano y sus dedos
se entrelazaron entre sí. Era algo que hacían a menudo… agarrarse de las manos.
Algunas veces, era casual cuando Asami la guiaba de un sitio a otro. Otras
veces, lo hacían mientras se miraban la una a la otra, sus dedos se movían con
suavidad contra la piel de la otra, tocando, memorizando, trazando. Esos eran
los momentos que Korra amaba. Ahora, el pulgar de Asami estaba bordeando a
través del dorso de su mano y Korra tragó nerviosamente.
—No
sé cómo besar—
dijo Asami en voz baja —Nunca he besado a nadie
—Estoy
segura que no va a ser difícil de aprender— dijo Korra, escuchando su voz quebrarse con nerviosismo.
Asami dió un paso más cerca —Tal vez...debemos practicar.
Korra podía sentir su corazón latiendo en su garganta y se
sorprendió de que todavía fuese capaz de respirar. Miró a los ojos de Asami,
viendo que estaba completamente seria. Tenía miedo de empezar a hiperventilar.
Asami le dió la sonrisa más dulce que Korra hubiese visto en su vida.
—
¿Quieres? —
susurró.
Korra permaneció en silencio delante de ella, temerosa de
hablar. Aparentemente
Asami encontró la respuesta que buscaba. Se acercó más, tocando
sus labios con los de
Korra. Se apartó rápidamente y Korra abrió los ojos. Había sido
demasiado breve para incluso registrar el beso. De repente sintiéndose
valiente, encontró su voz.
—Yo...yo
no creo que sea así como se haga— dijo mientras sus dedos se apretaron alrededor de los de
Asami.
Asami sonrió ligeramente
—
¿No? ¿Cómo se hace, entonces?
Pensando que estaban locas por hacer esto, Korra sin embargo,
alejó su temor de que la Sra. Sato las descubriera. Su deseo de besar a Asami
hizo caso omiso a su buen sentido y dió un paso más cerca de su amiga. Se
humedeció los labios antes de inclinarse más cerca. Estuvo fascinada cuando los
ojos de Asami se cerraron para esperar por su beso. Sintiéndose audaz…y un poco
atrevida…Korra bajó la cabeza, moviendo lentamente sus labios sobre los de
Asami, rogando que lo estuviese haciendo correctamente. Lo único que tenía para
seguir adelante eran las escenas de besos que había visto en las películas.
Abrió su boca, acomodando el labio inferior de Asami entre los suyos. Esto
ocasionó un incendio en la boca de su estómago y gimió.
Avergonzada, intentó apartarse, pero Asami la mantuvo en su
lugar, sus propios labios abriéndose a Korra.
Cuando finalmente se separaron, notó que ambas respiraban con
fuerza, casi jadeando. Tuvo miedo de mirar a Asami y estuvo aún más sorprendida
cuando la boca de Asami encontró la de ella nuevamente. La mano de Asami se
deslizó por su brazo y alrededor de su cuello, sus dedos se ensartaron a través
de su cabello. Sus labios se movieron juntos nuevamente, presionando fuertemente
contra los labios de la otra. Jadeó cuando su cuerpo entró en contacto con el
de Asami.
Deseaba poner sus brazos alrededor de Asami y abrazarla con
fuerza, pero estaba tan asustada. Lo estaba, sin embargo, estaba satisfecha al
escuchar un sonido silencioso escapar de la boca de Asami.
La necesidad de respirar las separó. Asami la miró con timidez,
con una leve sonrisa en los labios.
—Besar
es algo divertido
Korra sonrió —Sí. Lo es
Mientras se miraban la una a la otra, Korra sintió que algo pasaba
entre ellas. Sabía que se estaban comunicando sin palabras, pero no tenía ni
idea de lo que se estaban diciendo.
Cuando escucharon que la puerta exterior se abría, se
alejaron, Asami recogió rápidamente la blusa descartada y otra vez la sostuvo
para su inspección.
—
¿Ésta?
Korra sonrió —Sí. Me gusta esa
La Sra. Sato estaba de pie bajo el marco de la puerta, su mirada
iba de las chicas hacia la pila de ropa sobre la cama.
—Veo
que estás teniendo dificultades para decidir qué ponerte
—A
Korra le gusta esta ¿Y a ti?
La Sra. Sato se acercó, asintiendo con la cabeza —Sí.
Esa luciría adorable en tí, querida— miró a Korra— Tienes buen gusto.
Korra se encogió de hombros —Probablemente debería ir a ayudar a mi madre con la cena—
dijo. La Sra. Sato sólo asintió con la cabeza. Korra miró a Asami —Diviértete
en tu cita. No puedo esperar a escuchar todo acerca de él—
mintió. La mirada en los ojos de Asami le dijo que ella sabía que estaba
mintiendo. Korra le guiñó un ojo antes de huir de la habitación.
***
—Oh,
Dios mío. Eso fue tan dulce—dijo Lin
—
¿Practicaron mucho después de eso? — Kya bromeó.
Korra se sonrojó ante el recuerdo. Sí, ellas practicaron mucho
después de eso. Y se volvieron buenas en eso ¿Realmente quería compartir todo eso
con sus amigas?
—Lo
hicimos—
admitió.
—La
lasaña puede esperar unos minutos más— dijo Lin —Quiero saber cómo le fue en su cita
***
—
¿Qué pasa? Pareces inquieta
Korra se detuvo, dándose cuenta que había estado dando
vueltas. Miró a su madre, sin saber qué decir.
—Asami
fue a su primera cita anoche— dijo.
Su madre asintió con la cabeza
—Sí.
Con el joven Mako
—
¿Lo conoces?
—Ha
estado aquí con sus padres anteriormente—
dijo
—
¿Asami no te lo ha presentado?
Korra volteó los ojos —Vamos, mamá. Sabes que no se me permite estar en la casa
grande cuando tienen compañía.
—Oh,
eso es correcto. Se me había olvidado. Estás tanto tiempo allí
Korra se encogió de hombros —Somos amigas
—Lo
sé, cariño—
su madre agarró el control remoto de la televisión y silenció el programa que
había estado observando. —Siento mucho que la Sra. Saro te trate en la manera en que lo
hace. Es sólo porque yo trabajo…
—No
me preocupo por eso, mamá. No me gustaría pasar el tiempo con esos chicos de
todos modos—
se sentó en su rincón habitual del sofá, sin saber por qué estaba tan inquieta.
Asami y Mako habían ido al cine, llevados allí por Tenzin en el Rolls Royce del
Sr. Sato. Le sorprendió que la Sra. Sato no hubiese alquilado toda la sala de cine
para ellos. Hoy, Asami tenía clases de tenis. Korra estaba esperando que
llegara a casa para que pudieran hablar.
Aunque necesariamente no quería saber acerca de su cita, tenía
curiosidad acerca de si Mako había intentado besarla o no.
—Bueno,
hablando de citas, me pregunto cuándo vas a querer empezar. Sin embargo, creo
que catorce años es un poco joven— su madre la miró pensativa — ¿Tienes a alguien en mente?
Korra resopló —No. Nunca voy a tener citas
Su madre sonrió y puso su programa de televisión nuevamente.
Korra se levantó y fue a su habitación y continuó su paseo en privado. Pronto,
escuchó que el televisor se apagaba y supo que su madre estaría en la cocina
grande, comenzando la cena para los Sato. Esa era una de las ventajas de vivir
aquí, cualquier comida decadente que los Sato comieran, Korra y su madre la
disfrutaban también.
Cuando el reloj marcó pasadas las seis, Korra salió de su
habitación, con la esperanza de que Asami estuviese pronto en casa. Fue a la
cocina para ofrecer su ayuda, a sabiendas de que su madre la echaría. Sólo
cuando Stella tenía el día libre su madre le permitía estar en la cocina. Se
sentó en el primer escalón, esperando, con la esperanza de que Asami no llegara
tarde. No tuvo que esperar mucho tiempo antes de que la puerta se abriera en la
parte superior.
Asami permaneció allí de pie, todavía en su traje de tenis.
Le sonrió y Korra sonrió en respuesta.
—
¿Quieres venir a mi habitación?
Korra se levantó de un salto, subiendo las escaleras de dos en
dos.
—La
cena es a las siete, Korra— dijo su madre.
—Lo
sé—
respondió.
Asami y ella se apresuraron a subir las escaleras hacia las
habitaciones de Asami. Cuando la puerta se cerró detrás de ellas, se quedaron
mirando la una a la otra, sin hablar.
—Mi
madre está jugando bridge— dijo Asami finalmente —Aún no está en casa
Korra asintió con la cabeza, consciente de que Asami compartía
eso con ella para hacerle saber que no serían interrumpidas.
—
¿Cómo estuvo...? ¿Cómo estuvo tu cita?
Asami entró en su dormitorio y Korra n le siguió
—Fue
horrible. Él derramó Coca-Cola sobre mí
—Eso
es terrible—
dijo Korra, secretamente complacida. O tal vez no tan en secreto cuando Asami
se rió de ella.
Korra perdió su aliento
cuando Asami se quitó su camiseta, quedando sólo en sujetador. Desapareció en
su cuarto de baño y Korra se hundió en la cama, tratando de controlar su
respiración. Escuchó la ducha abierta y asumió que Asami se estaba bañando después
de su clase de tenis.
—Salgo
en un segundo—
gritó Asami —Estaba
tan sudada
Korra lamió sus labios
—Está
bien
Cuando Asami regresó, su cabello estaba húmedo y estaba usando
unos pantalones cortos y una camiseta limpia. Korra seguía sentada en la cama.
Asami se sentó junto a ella, sus ojos vagando por el rostro de
Korra.
—Pensé
mucho en ti hoy
Korra tragó nerviosamente
—
¿Sí?
—Mako
no trató de besarme
—Bien—
murmuró Korra.
Asami asintió —Tal vez deberíamos practicar un poco más. Quiero decir, quiero
estar preparada para cuando suceda
—Por
supuesto
Asami sonrió mientras su mirada se desviaba hacia los labios
de Korra —Me
gustó la forma en que me besaste
Korra podía sentir como su pulso se aceleraba y tuvo miedo. No
deberían estar haciendo esto, lo sabía. Pero eso no la detuvo. Se acercó más,
encontrándose con la boca de Asami. Los tentativos y tímidos besos que habían
compartido el día anterior se habían ido. Korra casi se desmayó cuando sintió
la lengua de Asami rozar sus labios. No pudo detener el gemido que se le escapó
cuando sintió que Asami la acostaba sobre la cama.
Estaban tendidas una frente a la otra, con sus manos
descansando suavemente en la cintura de la otra mientras se besaban.
Sintiéndose audaz, Korra permitió que su propia lengua rozara el labio inferior
de Asami. Se sorprendió cuando la boca de Asami se abrió y sus lenguas se
encontraron. Se sentía tan bien y gimió cuando el beso pasó de la simple
exploración de labios al intercambio completo de boca y lengua.
El cuerpo de Korra
estaba en llamas y no sabía qué hacer. Su mano se movió más abajo de la
cadera de Asami, y sus dedos la acariciaron, bajando más hacia donde sus
pantalones cortos llegaban. Asami volvió a gemir cuando la mano de Korra se movió
a través de la piel expuesta.
Se separaron, jadeando por aire, sus ojos se encontraron
interrogantes. Korra estaba a punto de alejarse cuando la boca de Asami volvió
a ella. En algún lugar de la niebla lujuriosa, Korra supo que debían detenerse.
La Sra. Sato estaría en casa en cualquier momento. Si ella las atrapaba
besándose...oh, Korra ni siquiera quería
pensar en las consecuencias. Su mano apretó la pierna de Asami, luego se apartó
del beso, sus labios dejaron la boca de Asami para recorrer su rostro, luego su
cuello.
Asami casi ronroneó y Korra tuvo que obligarse a sí misma para
detenerse.
Finalmente se puso sobre su espalda, lejos de Asami mientras
trataba de recuperar su aliento. Asami también yacía de espaldas, mirando al
techo.
Korra podía escuchar
las respiraciones cortas y rápidas que ella tomaba. Ella cerró sus piernas presionándola,
sintiendo un fuerte latido entre sus muslos.
—Realmente…realmente
me gusta esto—
susurró Asami.
—A
mí también
—No
podemos decirle a nadie
—Lo
sé—Korra
se incorporó —Tengo
que irme. Tu madre…
—Sí—Asami
también se sentó y pasó las manos por su cabello mientras tomaba una
respiración profunda —Estará pronto en casa— extendió la mano y tocó el rostro de Korra, su pulgar
frotando suavemente el labio inferior de Korra —Eres muy bonita.
Korra sonrió pero no dijo nada. Asami era la bonita, no ella.
La mano de Asami cayó y su mirada se alejó de los labios de Korra.
—Nos
vemos mañana—
dijo Korra mientras se levantaba.
—No
estaré mucho tiempo por los alrededores— advirtió Asami —Mei tendrá una fiesta en el club de campo
El corazón de Korra se hundió recordándose nuevamente a sí
misma que ella y Asami eran de dos mundos diferentes.
Asintió en silencio, luego se fue, pero no antes de ver la
mirada triste en los ojos de Asami.
empezo lo emocionante :,) xDDD
ResponderEliminaroshe cy 7u7
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