RESUMEN
Korra y Asami Sato se conocieron
cuando tenían diez y once años de edad. Asami hija de padres ricos y Korra, la hija de su
empleada doméstica, se convirtieron en
las mejores amigas, pero ambas sabían su
lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se convertirían en amantes... También nunca hubo duda de que Asami se casaría y mantendría su posición social en la
comunidad.
CAPÍTULO 10
—Por Dios, mujer— dijo Lin con una sonrisa — ¿En un coche estacionado en la
calle?
— Momentos robados, donde
pudiéramos encontrarlos.
— ¿Y Mako no era el más sabio? — preguntó Kya.
—Mako estaba jodidamente enojado— dijo con una sonrisa. Colocó la
taza de café vacía en la mesa auxiliar, preguntándose por qué viajaba al pasado
esta tarde, compartiendo detalles íntimos de su vida, detalles que no había
contado a otra alma viviente.
— ¿Realmente crees que te
encontrarás con ella si vuelves a Brook Hill? — preguntó Lin.
Korra se encogió
de hombros —No se trata tanto de que pudiese encontrarme con ella, es el hecho
de que ella está allí. Cada vez que voy allí, me prometo que no voy a verla. Y
cada vez, lo hago. Después de la última vez, le dije que ya no podía hacerlo
más. Cada vez que la dejaba, yo era un desastre emocional.
— ¿Así que tu solución es
mantenerte alejada?
— preguntó Kya.
—Ese parece ser mi único medio de
resistirme a ella.
—El hecho de que estaba contigo
mientras supuestamente estaba comprometida con Mako me molesta— dijo Kya —Es evidente que estaba enamorada
de ti, sin embargo, su compromiso era con él, no contigo.
—Dra. Kya, el compromiso que ella
hizo fue casarse con él, no amarlo.
— ¿Y tú estabas demasiado
comprometida como para ponerle fin al romance?
—Lo intenté. El verano antes de la
universidad fue un torbellino y rara vez nos veíamos. Momentos robados aquí y
allá, pero nunca tuvimos suficiente tiempo a solas para realmente estar juntas.
Ella había viajado mucho ese verano y cuando finalmente se mudó, apenas logré despedirme
de ella. No estábamos solas y fue incómodo para nosotras. Lloré esa noche
cuando se fue…—admitió —…fue entonces cuando decidí que necesitaba un cambio. Me alojé en el
dormitorio ese primer año. Hice amigos. Incluso tuve una novia—dijo con una sonrisa—Y me alejé. Cuando Asami estaba
en casa, por cualquier razón, inventaba una excusa por la que no podía ir a
casa. Acción de Gracias. Navidad. Permanecía alejada cuando Asami estaba en
casa.
—Eras tan joven. Eso debió haber
sido difícil— dijo Lin.
—Oh, sí. Fue difícil. Y me sentía
sola. Pero sabía que si alguna vez iba a seguir adelante con mi vida, tenía que
hacerlo. Asami había, obviamente, seguido adelante con la suya.
— ¿Así que no la llamaste o le
escribiste? ¿Nada?
Korra negó con
la cabeza —No. Nuestro romance, como lo llamaste Kya, fue simplemente eso. Un
romance secreto.
—Entonces ¿cuándo la viste de
nuevo?
—Fue en las festividades. Le había
preguntado a mi madre si sabía cuándo Asami estaría allí. Estaba completamente
preparada para pasar la tercera Navidad a solas. Tenía un trabajo en Whole
Foods que era flexible, pero siempre podía usarlo como excusa— miró a Kya —Mi madre era más inteligente de
lo que pensaba y al parecer descubrió que estaba evitando a Asami.
— ¿Así que ella te mintió?
—Sí. Fui a casa un par de días
antes de Navidad, pensando que podría pasar tiempo con ella. Incluso tenía la
intención de quedarme un poco más porque Iroh II estaba de licencia. Sólo lo
veíamos una vez al año más o menos. Así que lo tenía todo planeado—sonrió recordando cuando vio a
Asami de pie en la parte superior de las escaleras—Tenía veinte años.
***
—Mamá, estoy en casa— gritó mirando alrededor de la
gran cocina sin ver a nadie. Pensaba que su madre estaría preparando la cena.
Dio la vuelta, dirigiéndose hacia el corto pasillo familiar que daba hacia sus
habitaciones cuando escuchó la puerta que se abría en la parte superior de las
escaleras. Se detuvo y levantó la vista sorprendida al ver a Asami
devolviéndole la mirada ¿Cuántas veces había sucedido? Asami de pie en la parte
superior de las escaleras como una diosa, haciéndole señas.
—Korra...
Korra asintió —Hola.
Asami bajó y el
corazón de Korra comenzó a martillear en su pecho mientras dejaba caer su
mochila al suelo. Habían pasado más de dos años y medio desde que la había
visto. La chica de la que se había enamorado se había convertido en una hermosa
mujer. Su largo cabello negro estaba un poco más corto, apenas alcanzaba sus
hombros, pero sus ojos verdes estaban tan intenso como siempre. Korra estaba clavada
en el suelo cuando Asami se acercó, incapaz de apartar su mirada de ella.
Entonces Asami estaba allí, deslizando las manos por sus brazos y hacia su
cuello. Las manos de Korra se deslizaron alrededor de su cintura y se
sumergieron en un abrazo. Aspiró su aroma familiar y así sin más, dos años
fueron olvidados cuando sus cuerpos se reunieron.
—Te extrañé tanto— le susurró Asami al oído.
—Yo también te extrañé. Tenemos
que hablar— Korra se echó hacia atrás alejándose de sus brazos
—En realidad no hay nada de qué
hablar ¿no es así?
— se sorprendió al ver las lágrimas en los ojos de
Asami.
—Me voy a casar— Fue como un golpe en el pecho.
Korra dio un
paso atrás — ¿Casar?
—Van a anunciarlo en la cena de
Navidad de mañana.
No era como si no supiese que ese día
llegaría, pero aun así, fue como un cuchillazo en su corazón. Finalmente
asintió —Espero...espero que seas muy feliz— dijo mientras recogía su
mochila.
—Korra, por favor...
—Por favor ¿qué? Te vas a casar.
—Necesito hablar. Te necesito— Korra negó con la cabeza.
—No puedo hacer esto. No puedo ser
tu amiga. No puedo...escuchar mientras hablas de Mako y de tu matrimonio. No lo
puedo hacer— encontró la mirada llorosa de Asami con una de las suyas —Eso me duele.
—Lo sé, Korra. Sé que duele. Esto
también me duele— dio un paso hacia ella—Por favor, necesito hablar— Antes de que Korra pudiese responder, la puerta se abrió y su madre
salió. Cada una dio un paso atrás, separándose.
— ¡Korra! Estás en casa— su madre sonrió, luego miró a
Asami —Y Asami, tú también. Me alegro de verte nuevamente— ella las abrazó —Te ves más hermosas cada vez que
te veo.
—Gracias, Senna.
Si su madre se
dio cuenta de la tensión entre ellas…o las lágrimas…no hizo reconocimiento de
ello. Por ello, Korra estaba agradecida.
—Estoy segura que ustedes niñas
tienen un montón para ponerse al día ¿Por qué no van a la cubierta? No creo que
una sola alma la haya usado desde que se fueron a la universidad.
Asami la miró con
las cejas levantadas y Korra aceptó de mala gana. Permanecieron en silencio
mientras salían, el único sonido era el crujido de la hierba muerta de
invierno. Los tablones de la cubierta crujieron bajo su peso. Korra tomó su
lugar habitual de espaldas a la casa. Asami permaneció de pie, mirando a través
del césped.
— ¿Estás saliendo con alguien? — Korra se sorprendió por la
pregunta.
—Salgo. Tengo citas— dijo ella.
Asami se volteó
para mirarla — ¿Chicas?
Korra soltó una
breve carcajada —Sí, Asami. Chicas. Soy gay. Eso es lo que haces. Sales con chicas.
No sales y te casas con un hombre.
Asami sostuvo su
mirada —No quiero casarme con él. No lo amo, lo sabes.
—Entonces ¿por qué haces esto?
—Oh, Korra, vamos, ya sabes cómo es. Sabes como siempre ha sido. No
hay elección. Nunca ha habido una elección.
—Siempre hay una elección. Es tu
vida.
— ¿Lo es? La única parte de mi
vida que es mi vida es cuando estoy contigo— dijo ella su voz ronca por las
lágrimas contenidas. Korra sintió lágrimas en sus ojos y parpadeó alejándolas.
Asami se volteó nuevamente dándole la espalda a Korra y se abrazó a sí misma
como si pudiese protegerse así misma de la frialdad del invierno. —No puedo hacer esto. No quiero
casarme con él. Estoy aterrorizada— Asami limpió su rostro, ahora sus lágrimas caían libremente —Ellas quieren hacerlo en el
verano. Tendré veintidos años, recién salida de la universidad
— ¿Ellas?
Asami se dio la
vuelta con los ojos humedecidos —Mi madre. La madre de Mako, ellas lo tienen todo planeado.
— ¿Qué dice Mako al respecto?
La risa de Asami
era amarga —Él piensa que si nos casamos querré tener relaciones sexuales con él
más a menudo— Asami la miró directamente a los ojos y susurró —No puedo soportar su contacto— apartó la mirada viendo hacia la
mansión —Solo es algo mecánico. Sé que él lo sabe. Simplemente no puedo hacerlo— volvió a mirar a Korra —Quiero que seas tú. Siempre
quiero que seas tú.
Korra limpió sus
propias lágrimas —Entonces ponle fin. Termínalo. Tú y yo, nosotras podemos ir a algún
lugar, podemos…
— ¿Qué? ¿Huir? — Asami negó con la cabeza —Estamos algo mayores para eso,
¿no es así?
—Pronto terminaremos la
universidad. Podemos comenzar una vida juntas—suplicó.
— ¿No crees que van a
encontrarnos? Ellos me arrastrarán de regreso. Ellos nunca lo permitirían.
— ¿Permitir? Asami, tendrás
veintidos ¿Qué pueden hacer?
—Así no es como funciona. Lo sabes
¿Realmente crees que mi madre y mi padre se quedarán tranquilos si me voy de
casa? ¿Si fuera a algún lugar que no tienen planeado? ¿Haciendo algo por mí cuenta?
¿Con otra mujer? ¿Crees que realmente lo permitirían? —Negó con la cabeza —Así no es como funciona.
Finalmente se
sentó cerca de Korra —Las otras, Mai y Azula, no les importa el control. Son felices
planeando sus bodas, planificando cuándo van a tener hijos, planificando la
vida de sus hijos, así como lo hicieron nuestros padres con nosotras. Es sólo
un gran ciclo— trató de sonreír—Ellas no pueden entender por qué no estoy emocionada con todo esto.
No puedo hablar con ellas. Ni siquiera puedo relacionarme con ellas— hizo una pausa retorciendo sus
manos con nerviosismo. Finalmente levantó la mirada con ojos suplicantes —Por favor, Korra, tengo que estar
contigo— susurró—Korra ¿por favor?
Korra sintió el
tirón familiar en su corazón. No podía resistirse a ella. Nunca había podido.
Ni siquiera sabía por qué aún estaba intentándolo. Dos años tratando de sacar a
Asami de su mente y de su corazón se desvanecieron en un instante.
Asintió con la
cabeza. Asami también asintió, reflejando alivio en sus ojos
—Mis padres se van a una fiesta de
Navidad esta noche. Se supone que debo encontrarme con Mei para cenar. Voy a
cancelar— se aclaró la garganta —Tengo que estar contigo
—Voy a...voy a ir a tu habitación después
que se vayan— El camino de regreso a la casa también lo hicieron en silencio,
pero era un silencio diferente al de antes. Sus brazos se rozaban mientras
caminaban, sus hombros chocaban, sus miradas se encontraban y luego se
alejaban. El fuego se extendía entre ellas a cada paso. Se separaron en la
cocina, reconociendo en silencio las llamas que las rodeaban. Después de más de
dos años sin contacto con Asami, Korra estaba hambrienta de ella. Trató de
pasar la cena lo más normal posible, charlando con su madre acerca de la
universidad y su trabajo en Whole Foods. Aprovechó la oportunidad para
mencionarle a su madre acerca de su cambio en la dieta.
—Me encanta tu cocina…— dijo —…pero después de las fiestas, voy
a volverme vegetariana— Su madre levantó las cejas.
— ¿Tu qué?
—Vegetariana. Ya sabes, nada de
carne.
—Sé lo que significa, Korra. Me
pregunto por qué.
—Bueno, porque estoy expuesta a
eso. La mayoría de las personas que trabajan allí son vegetarianos o veganos—dijo —Es más sano y mejor para el medio
ambiente. Y para los animales, por supuesto— Su madre le sonrió pero no dijo
nada. — ¿Qué?
—Nada. Es que, bueno, estás tan
madura ahora.
—No diría madura del todo— dijo Korra con una sonrisa. Se
limpió la boca con una servilleta antes de beber de su vaso de té. Miró a su
madre, pensativa —Pensé que habías dicho que Asami no iba a estar aquí hasta después
de Navidad.
—Debo haberme equivocado—dijo inocentemente.
—Uh-huh—dijo Korra.
—Sé que no es de mi incumbencia,
Korra, pero no pude dejar de notar que pareces evitar volver a casa si Asami
está aquí. Ustedes dos eran tan unidas mientras crecían ¿Tuvieron una pelea?
Korra no pudo
encontrarse con la mirada inquisitiva de su madre —No realmente— dijo —Sólo tenemos amigos diferentes,
diferentes universidades —se encogió de hombros—Ya sabes— dijo evasivamente.
— ¿Se desconectaron?
—Algo así— Su madre la miró como si quisiera
hacerle otra pregunta pero al parecer se lo pensó mejor. Korra se sintió
aliviada.
—Bueno, entonces tal vez ustedes
dos pueden volver a conectar durante las vacaciones— dijo.
Korra asintió —Sí. Voy a subir más tarde. Vamos
a ver una película...
—Entonces va a ser como en los
viejos tiempos.
Korra se ofreció
a ayudar a su madre con la limpieza, pero ella la espantó.
—Los Sato ya se han ido ¿Por qué
no vas a pasar tiempo con Asami?
—Está bien. Gracias, mamá. No me
quedaré allí demasiado tarde— dijo mientras se dirigía hacia las escaleras.
Tuvo que
detenerse para no correr hacia arriba. Una vez dentro de la casa principal,
subió las escaleras de dos en dos hasta el piso de Asami. Se detuvo para
recuperar el aliento antes de usar su infantil toque… dos golpes rápidos, luego
tres más lentos. La puerta se abrió inmediatamente. No hubo preámbulo, ni
conversación. Tan pronto como la puerta se cerró, Korra atrajo a Asami hacia
ella. Gimieron cuando sus labios se encontraron, abriendo sus bocas la una a la
otra después de tanto tiempo. Volteó a Asami inmovilizándola contra la pared.
Sus manos se deslizaron bajo su camisa, gratamente sorprendida al no encontrar
sujetador.
—Oh, Korra...
—Te sientes tan bien— murmuró Korra mientras acunaba
sus pechos. Estaban más llenos de lo que recordaba, encajaban perfectamente
entre sus manos.
Los pezones de
Asami se endurecieron como roca mientras sus pulgares los frotaban. —Por favor llévame a la cama.
Necesito estar contigo— susurró Asami mientras alejaba su boca de Korra. Pero Korra no se
apresuraría…había pasado demasiado tiempo. Tiró de la camisa de Asami sobre su
cabeza, con la mirada fija en sus pechos. Se inclinó más capturando un pezón
con sus labios, suspirando de placer mientras los dedos de Asami se
entrelazaban con su cabello, sosteniéndola con fuerza contra ella.
—Dios, te he extrañado— dijo Asami, soltándola lo
suficiente para que Korra pudiese moverse al otro pecho. Korra besó lentamente
su camino hacia arriba, haciendo una pausa para mordisquear debajo de su oreja,
consciente de lo que eso le hacía a Asami. Sus labios encontraron su camino hacia
su boca nuevamente y Asami la abrió para ella, su lengua delineó la de Korra en
su interior. Unas manos impacientes trabajaron torpemente con sus vaqueros y
Korra dio un paso atrás, ayudando a Asami a desabotonarlos.
—Cama— dijo Asami nuevamente. Esta vez
Korra hizo caso a su petición, llevándola al dormitorio. Se desnudaron rápidamente,
Asami empujó a Korra con ella hacia la cama. Korra hizo una pausa, fijando sus
ojos en cada glorioso detalle del cuerpo de Asami, un cuerpo que solía conocer
muy bien.
—Eres más hermosa de lo que
recordaba— dijo en voz baja. Levantó la vista quedando atrapada en los ojos
verdes que había echado tanto de menos —Tan hermosa— murmuró otra vez.
—Hazme el amor—susurró Asami —Necesito que me hagas el amor.
—Sí...lo que quieras— dijo Korra mientras abría las
piernas de Asami con su muslo y se instaló entre ellas —Lo que quieras— Se movió hacia abajo por su
cuerpo, sintiendo como la humedad de Asami cubría su estómago. Las manos de
Asami la instaron a seguir bajando, levantando sus caderas, diciéndole así a
Korra donde la necesitaba. Korra besó sus pechos, moviéndose más abajo, su
lengua trazó un patrón a través de su piel, bajando aún más, hasta que se
encontró con el olor embriagador de la excitación de Asami. La extendió con su
mano exponiéndola ante sus ojos codiciosos. Gimió incluso antes de probarla, su
lengua se deslizó a través de sus pliegues antes de girar alrededor de su
clítoris hinchado.
—Dios...sí— susurró Asami mientras sus
caderas se levantaban para encontrarse con Korra.
Korra la poseyó
rápidamente, dándose un festín como si hubiese estado muriendo de hambre sin
ella, su lengua se movió rápidamente como un rayo a través de su clítoris,
deteniéndose cuando sintió el orgasmo inminente de Asami. Deslizó su lengua
profundamente dentro de ella, sintiendo como los muslos de Asami se apretaban contra
su cabeza.
—Korra...por favor— rogó Asami.
Korra regresó a
su clítoris, jugueteando con ella, una y otra vez, Asami se retorcía debajo de
ella. Finalmente cedió, succionando el clítoris duro de Asami dentro de su
boca, sujetándola con fuerza, sabiendo cuánta presión debía usar. Las caderas
de Asami se sacudieron fuera de la cama y Korra la presionó hacia abajo,
sosteniéndola mientras llegaba a su clímax.
—Dios mío— murmuró Asami mientras su cuerpo
se relajaba, sus piernas se volvieron de goma.
—Ven aquí— susurró tirando de Korra hacia
sus brazos. Korra yació a su lado permitiendo que Asami la abrazara. Cerró sus
ojos, absorbiendo todo lo que era Asami. —Te amo— susurró Asami. Korra cerró los
ojos con fuerza. Las palabras eran agridulce, pero no pudo evitar responderle.
Era la verdad.
—Yo también te amo.
Asami les dio la
vuelta, apoyando su peso sobre Korra. Los ojos de Korra permanecieron cerrados
mientras Asami la besaba, su boca viajó abajo hacia sus pechos. Korra no había
tenido muchas amantes. Lo intentó. Pero como Asami había dicho anteriormente,
era como hacerlo mecánicamente.
Nadie la tocaba…en cuerpo y alma…como Asami lo
hacía. Ahora se deleitaba mientras la lengua de
Asami bañaba su pezón.
—Eres tan suave— dijo Asami, sus labios se
arrastraron nuevamente hacia la boca de Korra —Te he echado mucho de menos,
Korra. Pienso en ti todo el tiempo.
—Yo también— admitió Korra.
Asami se alejó
mirando sus ojos — ¿Cuántas amantes has tenido?
—Pocas. No muchas— dijo Korra.
— ¿Es así con ellas?
—No. Nunca es así con nadie más.
— ¿Piensas en mí cuando estás
haciendo el amor con ellas?
—Sí.
La mano de Asami
se movió entre sus cuerpos, deteniéndose sólo un segundo antes de deslizarse
entre los muslos de Korra.
— ¿Y ellas hacen que te pongas así
de mojada? — susurró ella.
Korra se
estremeció cuando Asami frotó suavemente el dedo sobre su clítoris —No— jadeó abriendo sus piernas,
dándole más espacio a Asami.
— ¿Me quieres dentro de ti?
—Sí.
Asami deslizó dos
dedos dentro de ella y Korra gimió ante el contacto, sus caderas se elevaron
para encontrarla. Asami la besó nuevamente, su lengua delineó su labio inferior
antes de colarse dentro de su boca. La lengua de Korra se enroscó a su
alrededor.
— ¿Quieres mi lengua dentro de ti?
—Dios, sí— murmuró Korra. Después de dos
golpes más, los dedos de Asami la dejaron, reemplazándolos con su lengua. Korra
gimió cuando sintió que la metía dentro de ella y agarró la cabeza de Asami,
presionándola con fuerza contra ella. —Se siente tan bien. Tan bien— susurró.
Las manos de
Asami ahuecaron sus caderas mientras se acomodaba entre sus piernas, su lengua
se movía ahora sobre su clítoris, acariciándolo con rapidez, a conciencia. La
cabeza de Korra cayó hacia atrás, su boca entreabierta mientras jadeaba en
busca de aire, sus caderas giraron contra la lengua de Asami. Se sacudió bruscamente
cuando Asami succionó su clítoris dentro de su boca.
—Asami...Dios— respiró —Sí. Más duro...
Las manos de Korra
se movían violentamente mientras los labios y la lengua de Asami parecían estar
por todas partes a la vez. Casi se levantó de la cama cuando su orgasmo la
impactó, estallando a través de ella jurando que había visto las estrellas.
Antes de que pudiera recuperarse, los dedos de Asami la llenaron nuevamente,
sumergiéndose profundamente en su interior.
—Necesito estar dentro de ti— dijo Asami mientras reclamaba su
boca nuevamente.
Korra cedió a
sus demandas, sus lenguas luchaban mientras los dedos de Asami bombeaban dentro
de ella. Korra extendió su mano entre ellas —Déjame tocarte también— dijo encontrando a Asami húmeda y
lista. Asami separó sus muslos mientras Korra se deslizaba dentro de ella.
Asami se sentó a sí misma, enterrando los dedos de Korra en ella profundamente.
Sus ojos permanecieron conectados mientras se movían una contra la otra, al
principio lentamente, disfrutando del contacto, luego más rápido, ambas
jadeando mientras se complacían la una a la otra.
—Dios...Korra— jadeó Asami —Es tan bueno...tan bueno— Korra no pudo hablar mientras
llegaba a su clímax. Giró la cabeza en la almohada, tratando de no gritar. Dos,
tres embestidas más y Asami también alcanzó el clímax, su boca cubrió la de
Korra para ahogar sus gritos.
—Te amo— susurró Korra, rodeando a Asami
entre sus brazos y abrazándola con fuerza —Te amo—Sintió como Asami temblaba y
sintió la humedad en su cuello por las lágrimas de Asami. Korra cerró sus ojos,
las lágrimas cayendo también de sus ojos.
—Te amo, Korra—murmuró Asami contra su cuello —Siempre voy a amarte.
Que hermoso, cuando se encontrarán ya quiero leerlo
ResponderEliminar:3 pues ya lo sabrás el próximo domingo :3
EliminarWuaaa es de llorar y tristeza y a la vez es hermoso no voy a negar que llore es muy fuerte la historia.
ResponderEliminarJajajaja yo te recomiendo un caja de pañitos porque estará lleno de muchas emociones :3
EliminarTengo entendido que Mr lluvia hace el fic y que también hace "Lo Prohibido" por favor si lees esto sigue con ese fic lo ame y amo tanto abro cada vez q me acuerdo para ver si hay actualización. No te olvide de lo bueno que es ese fic. Saludos
ResponderEliminarJajajjaja si de hecho si, tranquis que yo le diré aunque ella ahorita se encuentra muy muy ocupada, creo que este es una adaptación y se le hace más fácil, aunque me imagino que cuando se desocupe con sus deberes de la uni sin duda, a mi parecer lo tomará pero el pueblo debe ser escuchado y jajaja! le diré :3
EliminarUyyyq linda gracias te agradezco
EliminarJajajaja de nada! =D
EliminarMi corazóncito sufre con cada nuevo capítulo, pero creo que me he vuelto masoquista porque no puedo evitarlo y es que estas dos son tan tiernas Q_____Q
ResponderEliminarShi!! aquí son muy muy tiernitas *w* realmente cuando leí esto me partió el kokoro >.<
EliminarYa quiero reencuentro, aunque se que sera muy doloroso para ambas T_T
EliminarYisus cada vez más liiiiiiindo *---*
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