Y como siempre digo este fic no es mio es de Josy1986 =D
Capítulo 10
Asami despertó de su sueño y poco a poco abrió sus ojos. Escaneando a la habitación en donde se encontraba. Un suave suspiro se le escapó de sus labios cuando lentamente se sentó sobre la cama, para luego dejar escapar un gemido cuando sintió una punzada fuerte que provenía de su hombro. Oh claro, cuidado con eso. Recordando a si misma del pequeño accidente que tuvo en las aguas termales.
No tenía idea de que hora era y un tren de pensamientos cruzaban por su mente cuando de repente la puerta se abrió. Korra y Axis entraron a la habitación y por la expresión que llevaban en sus rostros, algo había sucedido. La pelinegra rápidamente se cubrió con las sábanas de su cama y miró a la dos sureñas con preocupación.
--"¿Todo está bien? Pregunto de forma vacilante.
Por un segundo, Korra se estremeció, era claro que no esperaba que Asami estuviera ya despierta, pero de forma relajada. -- "Hola Sami."-- Dandole un codazo a Axis. -- "Axis explicara."-- La Avatar se sentó junto a la belleza pálida y Axis se acercó al lado de un mueble.
Le sonrió a la sureña cuando se sentó junto a ella, un brazo paso alrededor de su cintura. --"Está bien."-- Y luego volvió su mirada a donde estaba Axis.
Tanto Axis como Korra comenzaron a explicar lo que había ocurrido. De como Axis tuvo aquella visión. De como ambas habían acudido a Tonraq inmediatamente, explicándole a él lo que había sucedido. Para la heredera fue difícil de entender. Nunca antes había oído hablar sobre maestros vudú y mucho sabía que había uno vivo.
Siempre que tenía una pregunta, Axis le explicaba pacientemente. Incluso si le volvía había momentos en que tenía que repetirle otra vez. Los maestros vudú eran una especie de puente entre el mundo espiritual y el mundo humano. Con la ayuda de su hechizo de sangre, podían hacer muchas cosas más que un maestros de elementos común no podía.
Era mediodía, una vez que terminaron de explicarle y Asami se sentía mareada por toda aquella nueva información que había conocido. ¿Maestra vudú? ¿Visiones? ¿La muerte que llegaría del Norte? ¿Hechizo de sangre? Se sentía un poco débil y Korra le entregó un vaso de agua.
Lo tomo con ambas manos, bebiendolo lentamente. --"Gracias."-- Dijo con una sonrisa.
Korra le devolvió de su parte aquella sonrisa con sinceridad. --"Barco llegará pronto a la ciudad de Sami pronto."
La heredera parpadeó con incredulidad. --"¿En...En serio? ¿Qué tan pronto?"
--"¿En pocos días? Ahora el viento está a nuestro favor. Después, te estaremos dejando en casa y nos dirigiremos de nuevo al Sur."-- Dijo Axis y se acerco a su cama para sentarse en ella. --"Si una amenaza viene del Norte, tendremos que estar preparados..."-- Mirando a Korra y Asami. --"No queda mucho tiempo una ves que te llevemos con tus padres."
Los ojos de Asami se abrieron al darse cuenta de aquello y mirando a Korra, que estaba sentada junto a ella, una expresión entristecida se hizo presente en su rostro. --"Realmente... Yo... Bueno."-- Comenzando a sentir un nudo crecer en su garganta con cada palabra. Asintiendo con su cabeza y aclarando su garganta en un intento de deshacerse de ello. Respirando hondo antes de seguir continuando. --"Entiendo... Sólo que... Bueno."
--"Yo también te echare de menos Sami."-- Dijo Korra sonriendole con tristeza a su amiga.
La heredera miro directamente a aquellos ojos zafiros de la Avatar mientras que sus propios ojos se llenaban de lágrimas. Envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Korra, abrazándola con fuerza. Los brazos de Korra rodearon con fuerza a la mujer herida, ya que ambas lloraron. Axis tenía una expresión de dolor en su rostro, la realidad finalmente llegaron a ellas.
Asami se dio cuenta de que probablemente no las volvería a ver nunca más. Los próximos días sería como una última oportunidad que tenía de pasar mucho tiempo junto a sus salvadores tanto como pudiese. Extrañaría a todos los sureños, pero por razones obvias extrañaría más a Korra. Pues además, pasó el tiempo rápido desde que la encontró en aquella prisión donde ella estaba cautiva. Se había encariñado con la joven. El corazón le dolía de tener solo la idea de que nunca la volvería a ver.
Korra sollozaba casi en silencio, su rostro estaba enterrado en la abundante cabellera negra de Asami. Como le encantaba el olor que desprendía la otra mujer. Tocar aquella piel pálida. Sus hermosos ojos y sonrisa. La suavidad de sus labios sobre los suyos. Oh aquel beso de práctica... El cual había encendido un infierno dentro de la Avatar. Se estaba enamorando de la belleza de cabellera negra. No solo enamorada, parecía que estaba empezando a amarla. Y bastante. Ella quería ser la razón por la que Asami sonriera. El ver esa chispa de nuevo en sus ojos. Pero el destino lo decidió de otra manera.
Axis observaba a las dos mujeres y sintió una punzada de celos dentro de su pecho. Se entristeció de que no pudieran pasar más tiempo juntas, pero una parte de ella era egoísta por pensar también en sus propias necesidades. Le encantaba Korra, más allá de una atracción física que era lo que ahora era denominada su "relación." Eran amigas y amantes, nunca se había mencionado el tema sobre una relación. Ambas concordaron que eran libres de elegir, pero Korra siempre la elegía a ella. Si pasarían la noche juntas. O simplemente pasar el tiempo en charlar, dormir u otras actividades.
Ella dejó escapar un suspiro profundo y se apoyó contra las almohadas de su cama. Su mirada todavía estaba en las dos mujeres. No importa qué, cómo o cuándo, pero había una cosa que estaba por encima de todo lo demás. La felicidad de Korra era lo único que ella siempre quiso y si ella lo encontraba en brazos de otra mujer, encontraría la forma de lidiar con aquello. Los sollozos conmovedores de Korra parecía que iba a romper su corazón y pensó en una posible solución.
--"Bueno...¿Creo que Korra puede visitarte...? Una vez que trate el asunto de aquella amenaza... Ella uh, ¿Ella puede visitarte? Si así lo deseas."-- Comenzó a proponer.
Korra inmediatamente miró hacía donde estaba Axis y luego de nuevo a Asami. Una leve sonrisa aparecía en su rostro. --"Eso es... Cierto que si... No pensé... Sobre eso..."-- Dejando escapar un suspiro tembloroso y trató de calmarse. Tratando de limpiar sus lágrimas con la palma de sus manos.
La sonrisa de Asami volvió y miró a Axis. --"¿Axis, tu también ven-vendrás?"-- Le preguntó con genuina curiosidad.
Se sorprendió por aquella pregunta y parpadeó varias veces sorprendida. --"Yo... Bueno...Uh... Si quieres que vaya...¿Segura?"
La heredera asintió muy feliz y sonrió. Volviendo su mirada hacía Korra que ahora tenía una sonrisa parecida en su rostro.
Las tres continuaron charlando y compartiendo historias. Difícilmente las tres gastaban el tiempo por separado. Axis compartió una anécdota de cuando Korra y ella se escabulleron en una noche y deambularon por toda la tundra del Polo Sur. Jugando con la nieve y mirando las estrellas que estaban en el firmamento. A Korra se le ocurría todo tipo de nombre que le daba a cada estrella que veía. Incluso cuando eran pequeñas siempre estaban metidas en problemas.
Las horas pasaron y se convirtieron en día. Era demasiado temprano, cuando la ciudad en donde vivía Asami se empezaba a ver y el trió se colocaron frente al barandal de la cubierta, ya que poco a poco se acercaban para atracar en el puerto. La primera tripulación de la nave fueron atados con cadenas cuando fueron bajados de la nave y entregados a las autoridades locales. Asami estaba junto a Korra cuando vio la fila de prisioneros atados siendo conducidos a la salida del barco. Ella se llegó a estremecer y tenía ambos brazos rodeando fuertemente a su amiga.
Había un miembro de la tripulación el cual había recibido el perdón. Darko, el joven que salvó a Korra, Axis, Darkan y Tonraq mientras luchaban contra June, la esposa del capitán. Había sobrevivido a la herida que tenía en su cuello y hombro, pero tuvo que rogar por el perdón de Asami. Asami a la final estaba de acuerdo y decidió perdonarlo por sus crímenes. Korra le había recordado a Asami. que él había demostrado coraje en el momento en que más se necesitaba.
Todos bajaron del barco mientras caminaban hacía la ciudad. Los hombres se colocaron hacía adelante para esconder a Asami del ojo público. Ella llevaba de nuevo la parka de Korra y con la capucha escondió su rostro antes los ojos curiosos. Axis y Korra caminaba a cada lado junto a la heredera mientras caminaba hacía las afueras de la ciudad. La mansión Sato se encontraba fuera de la ciudad que estaba rodeada de anchos y altos muros. El grupo finalmente llegó y colocándose delante del gran portón de roble donde cuatro guardias estaban presente. Aquellos guardias le apuntaron con sus armas a los sureños que de inmediato se hicieron a un lado para dejar que Korra, Axis y la mujer encapuchada dieran un paso hacía adelante.
Asami se retiró la capucha y los guardias la reconocieron enseguida. Tres de los guardias se abalanzaron hacía el suelo para inclinarse ante ella. El último de ellos de inmediato desapareció para encargarse de abrir la puerta y dejarlos pasar a todos. El grupo caminó hacía dentro de la mansión y no muy lejos de allí, estaban Hiroshi y Yasuko casi corriendo fuera de la mansión. Korra y el resto de grupo miraron con lágrimas en sus ojos cuando vieron a Asami ir hacía donde sus padres. Su madre fue la primera que llegó a ella y sus brazos rodearon con firmeza alrededor de su hija. Hiroshi hizo lo mismo y los tres lloraban de pura felicidad. Cayendo de rodillas los tres sobre el suelo y soló quedaron allí. Llorando de felicidad. Después de unos diez minutos, Hiroshi finalmente se puso de pie y se acercó al grupo que salvó a su hija.
--"No...Tienes ni idea..."-- Se acercó hacía Korra y le estrechó la mano y luego hizo lo mismo con todo el grupo. Dando un paso hacia atrás para colocarse delante de Korra y Axis. --"No tienes una idea de cuánto oramos para que llegara este día..."-- Sonrió, con sus ojos hinchados de tanto llorar.
--"Serás recompensada generosamente por tu valentía y coraje. ¡Esta noche vamos a celebrarlo!"
Korra le sonrió al feliz hombre que tenía delante. --"Gracias. Nos alegra que esté a salvo ahora." Inclinándose cortésmente. Volvió su mirada hacía Axis. --"{¿Podrías explicarle que no podemos quedarnos por más de un día? Tengo dificultad para hablar, ya sabes...}"
Axis asintió y sonrió. --"Mi amiga aquí no habla con tanta fluidez su lengua como yo... Ella me pidió que le explicara la situación."
Hiroshi asintió. --"Claro, claro... Pero por favor, primero pasen al interior..."-- Aún estaba sorprendido por la repentina aparición del grupo y el regreso de su hija y heredera. Todos el grupo aceptó la invitación para entrar y una vez que estuvieron adentro, estaban sorprendidos por el hermoso hogar de Hiroshi. Todos ellos se encaminaron a una sala enorme que tenía varios sofá cómodos y un pequeño bar y detrás el mostrador estaba uno de los sirviente de Hiroshi. Le sirvió a todos bebidas, mientras se sentaban.
Hiroshi se sentó en frente de Axis y Korra, esperando a que pacientemente continuarán.
--"¿No estoy segura de que sea consciente de los maestros vudú señor Sato...?"-- Axis comenzó vacilante.
--"Por favor, llamame Hiroshi, sin títulos formales... Y sí, he oído hablar de aquel término unas dos veces."
Axis asintió y lentamente comenzó a explicar lo que sucedió en el barco y el por qué la razón de su partida rápida. Lo entendió pero insistió en que todos se quedarán a celebrar el regreso de Asami está noche. Todos ellos podían estar de acuerdo con ello.
Luego Hiroshi comenzó a hacer preguntas más personales con relación a su hija. Necesitaba saber lo que había sucedido durante la ausencia de Asami. Las expresiones faciales de Korra se oscurecieron cuando ella se unió a la conversación y comenzó a explicar. Ambas mujeres no le escondieron nada a él, explicando con toda la honestidad que tenía sobre lo sucedido a su hija. Lo que aquella tripulación le había hecho a ella. El rostro de Hiroshi palideció, más cuando las dos jóvenes le explicaron lo que había ocurrido. Él dejó que todo eso pasara y asintió con la cabeza, después de que lanzara un profundo suspiro y abrió su boca para hablar.
--"¿Está... Está embarazada...?-- Preguntó con miedo.
Axis miró a Korra, que negó con la cabeza. --"No, yo revise a Sami. Estaba herida por dentro, pero no hay bebé."--
Hiroshi dejó escapar un suspiro de alivio. --"Gracias a los espíritus... Imaginarme... Si ella tuviera que dar a luz al hijo de uno de esos monstruos."-- Los tres sintieron un escalofríos bajar por sus respectivas columna vertebral. --"Dejaré que todos se pongan cómodos... Le diré a mis empleados que preparen algunas habitaciones para todos ustedes, en donde puedan descansar y prepararse para esta noche."-- Levantándose de su asiento y tomando una mano de Axis y Korra. --"Gracias... Yo... No puedo expresar toda mi gratitud con todos ustedes. --"Mi hija regresó gracias a ustedes, nunca olvidare de tu amabilidad."
Korra y Axis le devuelven la sonrisa y asintiendo con la cabeza al mismo tiempo. Finalmente, Hiroshi se fue probablemente a visitar a su hija, que había sido llevada por su madre.
El resto del día, hasta la celebración que se llevó a cabo de noche transcurrió sin incidentes. Axis y Korra pasaron su tiempo sobre el suelo que rodeaba la finca Sato. La casa era hermosa, decoradas con increíbles estatuas perfectamente esculpidas y un exuberante jardín con todo tipos de flores de colores. Se empezó a hacer los preparativos para las fiesta que se llevaría esta noche y el enorme comedor de los Sato ya estaba decorado. Todos los miembros de la Tribu de Agua ya se había sentado en aquel comedor y esperaban ansiosamente a la llegada de los dueños de la mansión.
Hiroshi y Yasuko arribaron, con traje formal cada uno. Hiroshi llevaba un magnífico traje en donde dejaba ver su descendencia de la Nación de Fuego, mientras que Yasuko llevaba un hermoso vestido verde esmeralda. Su cabellera negra estaba atada en una alta cola de caballo. Detrás de los dos estaba Asami. Korra casi no la reconoció. Llevaba un hermoso vestido color vino sin mangas que llegaba hasta el final de sus pies. Su cabello negro ahora parecía más largo, si eso era posible. Estaba esparcido por sus hombros y espalda. El vestido y su cabello cubría sus heridas que aún estaba presente. A pesar de que Korra había trabajado en ella casi que todos los días. Eso la había reducido un poco, al igual que todos los moretones que había decorado su piel.
Korra trago saliva al ver a su amiga tal como estaba. Una sonrisa torcida se hizo presente en su rostro. --"Estas hermosa Sami..."-- Susurró y un leve rubor apareció en las mejillas pálidas de Asami.
Hiroshi se instaló al extremo de la mesa, Yasuko se sentó a su derecha, Asami a su izquierda. Korra se sentó junto a Asami y Axis justo al lado de Yasuko. Tonraq se sentó junto a Korra y el resto de la tribu se sentaron cómodamente unos al lado de otro. Hiroshi aplaudió unas dos veces y algunos mayordomos salieron de todos lado. Llevaban enormes bandejas de todo tipo de platillos especiales. Mucho de ellos eran de la Tribu de Agua. Incluso, las bebidas también y antes que todo ellos lo sabían, la fiesta comenzó cuando su anfitrión levantó su copa al aire. Brindando por la valentía y coraje del grupo que había traído a su hija de vuelta a casa.
Se escucharon choques de copas y una ovación feliz siguió el ejemplo. La celebración había comenzado y un pequeño grupo de músicos comenzó a sonar de fondo.
Ya a mitad de la noche, Tonraq le preguntó a Axis si le podía preguntar a Hiroshi si podía bailar con su esposa. Axis aceptó de mala gana la petición de Tonraq porque no estaba segura como iba a reaccionar su anfitrión.
De todas las reacciones que esperaba, la que finalmente recibió, no era una de ellas. Hiroshi había comenzado a reír a carcajadas. Y se preguntó por qué en el mundo no iba a permitir que el Jefe de la Tribu no bailara con su esposa. Lo consideraba un honor. Yasuko le sonrió genuinamente a Tonraq cuando le tomó su mano y se fueron hacia la pista de baile. Luego Hiroshi se volteó hacia Axis invitandola a bailar.
La joven parpadeó sorprendida, pero sonrió. --"Oh si. Uhm... ¡Por supuesto!" Se sentía un poco nerviosa cuando Hiroshi asintió y tomó la mano de Axis entre la suya y la guió a la pista de baile. A su vez, Tonraq término siguiendo los pasos de baile de Yasuko, que era la que claramente lideraba la danza. Ambos rieron y los otros dos que llegaron a la pista se unieron al baile.
Korra y Asami se reían del pequeño grupo de bailarines. La Avatar colocó su mano sobre la de Asami y la apretó suavemente. --"¿Sami quiere bailar? ¿Conmigo?"-- Preguntó de manera vacilante.
La heredera volvió su vista a su amiga y asintió, con una sonrisa de alegría pura se presentó en su rostro. --"Me encantaría."--
El rostro de Korra se puso caliente y caminaron de la mano hacia la pista de baile. La música se hizo lenta y las manos de Asami descansaba sobre los fuertes hombros de Korra, mientras que dicha mujer tenía su mano en las caderas de la otra.
--"Eres hermosa Sami."-- Korra alcanzó a decir, los ojos esmeraldas de Asami estaban cerrados, ya que poco a poco se movían lentamente en torno a la pista de baile.
La heredera sonrió y tenía un tono rosa en sus pálidas mejillas. --"Gracias...", susurró. --"Y gracias por contarle a mi padre todo. No creo que yo hubiera podido... Hacerlo..."
Korra asintió lentamente. --"Tienes buenos padres. Un Hiroshi comprensible. Se preocupa por ti."-- Ella le sonrió a la heredera y sus manos se trasladaron a la parte baja de la espalda de Asami, en donde se entrelazaron sus dedos. --"¿Como esta espalda?" Preguntó en voz baja. --"¿Aún duele?"
Se encogió de hombros. --"Un poco. Pero no tanto como antes... Así que gracias."--
Las dos se la pasaron bailando un poco más, charlando antes de regresar a la mesa. Los demás se habían sentado para el festín y así la noche continuó como estaba previsto. Horas más tarde, poco a poco todos se retiraron. Axis y el resto de la tribu ya estaban en sus habitaciones, Korra y Asami fueron hacia las suyas respectivamente.
Ambas se detuvieron junto a una puerta de roble y la heredera se volteó hacia su amiga. --"¿Te quedarás?"-- Preguntó con un tono esperanzador.
Korra parecía sorprendida, --"Si Sami quiere, si. ¿Hiroshi no se enojara?"--
Asami rió entre dientes y sacudió su cabeza en negativa. --"No, él sabe muy bien como me ayudaste. Sabe que no me harías daño."-- Tomando la mano de Korra entre la suya y la condujo hacía su dormitorio. Era bastante amplio. Había una cama de cuatro columnas en el medio junto a dos grandes ventanales. A su derecha un escritorio de roble grande, la cual tenía pergaminos y papeles esparcidos sobre el. Algunos pequeños frascos de tinta y plumas decoraba sobre aquel escritorio. A la izquierda había algunos armarios y junto a ello una puerta que parecía conducir al baño privado de Asami.
Korra se dió la vuelta para darle a Asami algo de privacidad mientras se desvestía. Mientras tanto, ella quitaba sus botas y la parka la colocó a un lado de la cama cerca de sus botas antes de que se metiera debajo de las sábanas. Mantuvo sus ojos cerrados hasta que sintió el colchón moverse, ya sabía que Asami estaba sobre la cama.
La heredera se metió bajo las sábanas junto a su amiga que ya la estaba esperando con aquellos brazos acogedores. Ella se echó a reír en voz baja cuando aquellos brazos rodearon su figura y la acercó firmemente contra la otra mujer.
--"Duerme bien Korra..."-- Murmuró y apoyó su cabeza sobre el pecho de Korra, escuchando aquellos latidos suave.
--"Duerme bien Sami..."-- Murmuró Korra que fue seguido de un bostezo. Tiernamente acariciaba el cabello de Asami hasta que quedó sumergida en el mundo de los sueños. Compartiendo una última noche juntas antes de que sus caminos se separaran.
Korra sollozaba casi en silencio, su rostro estaba enterrado en la abundante cabellera negra de Asami. Como le encantaba el olor que desprendía la otra mujer. Tocar aquella piel pálida. Sus hermosos ojos y sonrisa. La suavidad de sus labios sobre los suyos. Oh aquel beso de práctica... El cual había encendido un infierno dentro de la Avatar. Se estaba enamorando de la belleza de cabellera negra. No solo enamorada, parecía que estaba empezando a amarla. Y bastante. Ella quería ser la razón por la que Asami sonriera. El ver esa chispa de nuevo en sus ojos. Pero el destino lo decidió de otra manera.
Axis observaba a las dos mujeres y sintió una punzada de celos dentro de su pecho. Se entristeció de que no pudieran pasar más tiempo juntas, pero una parte de ella era egoísta por pensar también en sus propias necesidades. Le encantaba Korra, más allá de una atracción física que era lo que ahora era denominada su "relación." Eran amigas y amantes, nunca se había mencionado el tema sobre una relación. Ambas concordaron que eran libres de elegir, pero Korra siempre la elegía a ella. Si pasarían la noche juntas. O simplemente pasar el tiempo en charlar, dormir u otras actividades.
Ella dejó escapar un suspiro profundo y se apoyó contra las almohadas de su cama. Su mirada todavía estaba en las dos mujeres. No importa qué, cómo o cuándo, pero había una cosa que estaba por encima de todo lo demás. La felicidad de Korra era lo único que ella siempre quiso y si ella lo encontraba en brazos de otra mujer, encontraría la forma de lidiar con aquello. Los sollozos conmovedores de Korra parecía que iba a romper su corazón y pensó en una posible solución.
--"Bueno...¿Creo que Korra puede visitarte...? Una vez que trate el asunto de aquella amenaza... Ella uh, ¿Ella puede visitarte? Si así lo deseas."-- Comenzó a proponer.
Korra inmediatamente miró hacía donde estaba Axis y luego de nuevo a Asami. Una leve sonrisa aparecía en su rostro. --"Eso es... Cierto que si... No pensé... Sobre eso..."-- Dejando escapar un suspiro tembloroso y trató de calmarse. Tratando de limpiar sus lágrimas con la palma de sus manos.
La sonrisa de Asami volvió y miró a Axis. --"¿Axis, tu también ven-vendrás?"-- Le preguntó con genuina curiosidad.
Se sorprendió por aquella pregunta y parpadeó varias veces sorprendida. --"Yo... Bueno...Uh... Si quieres que vaya...¿Segura?"
La heredera asintió muy feliz y sonrió. Volviendo su mirada hacía Korra que ahora tenía una sonrisa parecida en su rostro.
Las tres continuaron charlando y compartiendo historias. Difícilmente las tres gastaban el tiempo por separado. Axis compartió una anécdota de cuando Korra y ella se escabulleron en una noche y deambularon por toda la tundra del Polo Sur. Jugando con la nieve y mirando las estrellas que estaban en el firmamento. A Korra se le ocurría todo tipo de nombre que le daba a cada estrella que veía. Incluso cuando eran pequeñas siempre estaban metidas en problemas.
Las horas pasaron y se convirtieron en día. Era demasiado temprano, cuando la ciudad en donde vivía Asami se empezaba a ver y el trió se colocaron frente al barandal de la cubierta, ya que poco a poco se acercaban para atracar en el puerto. La primera tripulación de la nave fueron atados con cadenas cuando fueron bajados de la nave y entregados a las autoridades locales. Asami estaba junto a Korra cuando vio la fila de prisioneros atados siendo conducidos a la salida del barco. Ella se llegó a estremecer y tenía ambos brazos rodeando fuertemente a su amiga.
Había un miembro de la tripulación el cual había recibido el perdón. Darko, el joven que salvó a Korra, Axis, Darkan y Tonraq mientras luchaban contra June, la esposa del capitán. Había sobrevivido a la herida que tenía en su cuello y hombro, pero tuvo que rogar por el perdón de Asami. Asami a la final estaba de acuerdo y decidió perdonarlo por sus crímenes. Korra le había recordado a Asami. que él había demostrado coraje en el momento en que más se necesitaba.
Todos bajaron del barco mientras caminaban hacía la ciudad. Los hombres se colocaron hacía adelante para esconder a Asami del ojo público. Ella llevaba de nuevo la parka de Korra y con la capucha escondió su rostro antes los ojos curiosos. Axis y Korra caminaba a cada lado junto a la heredera mientras caminaba hacía las afueras de la ciudad. La mansión Sato se encontraba fuera de la ciudad que estaba rodeada de anchos y altos muros. El grupo finalmente llegó y colocándose delante del gran portón de roble donde cuatro guardias estaban presente. Aquellos guardias le apuntaron con sus armas a los sureños que de inmediato se hicieron a un lado para dejar que Korra, Axis y la mujer encapuchada dieran un paso hacía adelante.
Asami se retiró la capucha y los guardias la reconocieron enseguida. Tres de los guardias se abalanzaron hacía el suelo para inclinarse ante ella. El último de ellos de inmediato desapareció para encargarse de abrir la puerta y dejarlos pasar a todos. El grupo caminó hacía dentro de la mansión y no muy lejos de allí, estaban Hiroshi y Yasuko casi corriendo fuera de la mansión. Korra y el resto de grupo miraron con lágrimas en sus ojos cuando vieron a Asami ir hacía donde sus padres. Su madre fue la primera que llegó a ella y sus brazos rodearon con firmeza alrededor de su hija. Hiroshi hizo lo mismo y los tres lloraban de pura felicidad. Cayendo de rodillas los tres sobre el suelo y soló quedaron allí. Llorando de felicidad. Después de unos diez minutos, Hiroshi finalmente se puso de pie y se acercó al grupo que salvó a su hija.
--"No...Tienes ni idea..."-- Se acercó hacía Korra y le estrechó la mano y luego hizo lo mismo con todo el grupo. Dando un paso hacia atrás para colocarse delante de Korra y Axis. --"No tienes una idea de cuánto oramos para que llegara este día..."-- Sonrió, con sus ojos hinchados de tanto llorar.
--"Serás recompensada generosamente por tu valentía y coraje. ¡Esta noche vamos a celebrarlo!"
Korra le sonrió al feliz hombre que tenía delante. --"Gracias. Nos alegra que esté a salvo ahora." Inclinándose cortésmente. Volvió su mirada hacía Axis. --"{¿Podrías explicarle que no podemos quedarnos por más de un día? Tengo dificultad para hablar, ya sabes...}"
Axis asintió y sonrió. --"Mi amiga aquí no habla con tanta fluidez su lengua como yo... Ella me pidió que le explicara la situación."
Hiroshi asintió. --"Claro, claro... Pero por favor, primero pasen al interior..."-- Aún estaba sorprendido por la repentina aparición del grupo y el regreso de su hija y heredera. Todos el grupo aceptó la invitación para entrar y una vez que estuvieron adentro, estaban sorprendidos por el hermoso hogar de Hiroshi. Todos ellos se encaminaron a una sala enorme que tenía varios sofá cómodos y un pequeño bar y detrás el mostrador estaba uno de los sirviente de Hiroshi. Le sirvió a todos bebidas, mientras se sentaban.
Hiroshi se sentó en frente de Axis y Korra, esperando a que pacientemente continuarán.
--"¿No estoy segura de que sea consciente de los maestros vudú señor Sato...?"-- Axis comenzó vacilante.
--"Por favor, llamame Hiroshi, sin títulos formales... Y sí, he oído hablar de aquel término unas dos veces."
Axis asintió y lentamente comenzó a explicar lo que sucedió en el barco y el por qué la razón de su partida rápida. Lo entendió pero insistió en que todos se quedarán a celebrar el regreso de Asami está noche. Todos ellos podían estar de acuerdo con ello.
Luego Hiroshi comenzó a hacer preguntas más personales con relación a su hija. Necesitaba saber lo que había sucedido durante la ausencia de Asami. Las expresiones faciales de Korra se oscurecieron cuando ella se unió a la conversación y comenzó a explicar. Ambas mujeres no le escondieron nada a él, explicando con toda la honestidad que tenía sobre lo sucedido a su hija. Lo que aquella tripulación le había hecho a ella. El rostro de Hiroshi palideció, más cuando las dos jóvenes le explicaron lo que había ocurrido. Él dejó que todo eso pasara y asintió con la cabeza, después de que lanzara un profundo suspiro y abrió su boca para hablar.
--"¿Está... Está embarazada...?-- Preguntó con miedo.
Axis miró a Korra, que negó con la cabeza. --"No, yo revise a Sami. Estaba herida por dentro, pero no hay bebé."--
Hiroshi dejó escapar un suspiro de alivio. --"Gracias a los espíritus... Imaginarme... Si ella tuviera que dar a luz al hijo de uno de esos monstruos."-- Los tres sintieron un escalofríos bajar por sus respectivas columna vertebral. --"Dejaré que todos se pongan cómodos... Le diré a mis empleados que preparen algunas habitaciones para todos ustedes, en donde puedan descansar y prepararse para esta noche."-- Levantándose de su asiento y tomando una mano de Axis y Korra. --"Gracias... Yo... No puedo expresar toda mi gratitud con todos ustedes. --"Mi hija regresó gracias a ustedes, nunca olvidare de tu amabilidad."
Korra y Axis le devuelven la sonrisa y asintiendo con la cabeza al mismo tiempo. Finalmente, Hiroshi se fue probablemente a visitar a su hija, que había sido llevada por su madre.
El resto del día, hasta la celebración que se llevó a cabo de noche transcurrió sin incidentes. Axis y Korra pasaron su tiempo sobre el suelo que rodeaba la finca Sato. La casa era hermosa, decoradas con increíbles estatuas perfectamente esculpidas y un exuberante jardín con todo tipos de flores de colores. Se empezó a hacer los preparativos para las fiesta que se llevaría esta noche y el enorme comedor de los Sato ya estaba decorado. Todos los miembros de la Tribu de Agua ya se había sentado en aquel comedor y esperaban ansiosamente a la llegada de los dueños de la mansión.
Hiroshi y Yasuko arribaron, con traje formal cada uno. Hiroshi llevaba un magnífico traje en donde dejaba ver su descendencia de la Nación de Fuego, mientras que Yasuko llevaba un hermoso vestido verde esmeralda. Su cabellera negra estaba atada en una alta cola de caballo. Detrás de los dos estaba Asami. Korra casi no la reconoció. Llevaba un hermoso vestido color vino sin mangas que llegaba hasta el final de sus pies. Su cabello negro ahora parecía más largo, si eso era posible. Estaba esparcido por sus hombros y espalda. El vestido y su cabello cubría sus heridas que aún estaba presente. A pesar de que Korra había trabajado en ella casi que todos los días. Eso la había reducido un poco, al igual que todos los moretones que había decorado su piel.
Korra trago saliva al ver a su amiga tal como estaba. Una sonrisa torcida se hizo presente en su rostro. --"Estas hermosa Sami..."-- Susurró y un leve rubor apareció en las mejillas pálidas de Asami.
Hiroshi se instaló al extremo de la mesa, Yasuko se sentó a su derecha, Asami a su izquierda. Korra se sentó junto a Asami y Axis justo al lado de Yasuko. Tonraq se sentó junto a Korra y el resto de la tribu se sentaron cómodamente unos al lado de otro. Hiroshi aplaudió unas dos veces y algunos mayordomos salieron de todos lado. Llevaban enormes bandejas de todo tipo de platillos especiales. Mucho de ellos eran de la Tribu de Agua. Incluso, las bebidas también y antes que todo ellos lo sabían, la fiesta comenzó cuando su anfitrión levantó su copa al aire. Brindando por la valentía y coraje del grupo que había traído a su hija de vuelta a casa.
Se escucharon choques de copas y una ovación feliz siguió el ejemplo. La celebración había comenzado y un pequeño grupo de músicos comenzó a sonar de fondo.
Ya a mitad de la noche, Tonraq le preguntó a Axis si le podía preguntar a Hiroshi si podía bailar con su esposa. Axis aceptó de mala gana la petición de Tonraq porque no estaba segura como iba a reaccionar su anfitrión.
De todas las reacciones que esperaba, la que finalmente recibió, no era una de ellas. Hiroshi había comenzado a reír a carcajadas. Y se preguntó por qué en el mundo no iba a permitir que el Jefe de la Tribu no bailara con su esposa. Lo consideraba un honor. Yasuko le sonrió genuinamente a Tonraq cuando le tomó su mano y se fueron hacia la pista de baile. Luego Hiroshi se volteó hacia Axis invitandola a bailar.
La joven parpadeó sorprendida, pero sonrió. --"Oh si. Uhm... ¡Por supuesto!" Se sentía un poco nerviosa cuando Hiroshi asintió y tomó la mano de Axis entre la suya y la guió a la pista de baile. A su vez, Tonraq término siguiendo los pasos de baile de Yasuko, que era la que claramente lideraba la danza. Ambos rieron y los otros dos que llegaron a la pista se unieron al baile.
Korra y Asami se reían del pequeño grupo de bailarines. La Avatar colocó su mano sobre la de Asami y la apretó suavemente. --"¿Sami quiere bailar? ¿Conmigo?"-- Preguntó de manera vacilante.
La heredera volvió su vista a su amiga y asintió, con una sonrisa de alegría pura se presentó en su rostro. --"Me encantaría."--
El rostro de Korra se puso caliente y caminaron de la mano hacia la pista de baile. La música se hizo lenta y las manos de Asami descansaba sobre los fuertes hombros de Korra, mientras que dicha mujer tenía su mano en las caderas de la otra.
--"Eres hermosa Sami."-- Korra alcanzó a decir, los ojos esmeraldas de Asami estaban cerrados, ya que poco a poco se movían lentamente en torno a la pista de baile.
La heredera sonrió y tenía un tono rosa en sus pálidas mejillas. --"Gracias...", susurró. --"Y gracias por contarle a mi padre todo. No creo que yo hubiera podido... Hacerlo..."
Korra asintió lentamente. --"Tienes buenos padres. Un Hiroshi comprensible. Se preocupa por ti."-- Ella le sonrió a la heredera y sus manos se trasladaron a la parte baja de la espalda de Asami, en donde se entrelazaron sus dedos. --"¿Como esta espalda?" Preguntó en voz baja. --"¿Aún duele?"
Se encogió de hombros. --"Un poco. Pero no tanto como antes... Así que gracias."--
Las dos se la pasaron bailando un poco más, charlando antes de regresar a la mesa. Los demás se habían sentado para el festín y así la noche continuó como estaba previsto. Horas más tarde, poco a poco todos se retiraron. Axis y el resto de la tribu ya estaban en sus habitaciones, Korra y Asami fueron hacia las suyas respectivamente.
Ambas se detuvieron junto a una puerta de roble y la heredera se volteó hacia su amiga. --"¿Te quedarás?"-- Preguntó con un tono esperanzador.
Korra parecía sorprendida, --"Si Sami quiere, si. ¿Hiroshi no se enojara?"--
Asami rió entre dientes y sacudió su cabeza en negativa. --"No, él sabe muy bien como me ayudaste. Sabe que no me harías daño."-- Tomando la mano de Korra entre la suya y la condujo hacía su dormitorio. Era bastante amplio. Había una cama de cuatro columnas en el medio junto a dos grandes ventanales. A su derecha un escritorio de roble grande, la cual tenía pergaminos y papeles esparcidos sobre el. Algunos pequeños frascos de tinta y plumas decoraba sobre aquel escritorio. A la izquierda había algunos armarios y junto a ello una puerta que parecía conducir al baño privado de Asami.
Korra se dió la vuelta para darle a Asami algo de privacidad mientras se desvestía. Mientras tanto, ella quitaba sus botas y la parka la colocó a un lado de la cama cerca de sus botas antes de que se metiera debajo de las sábanas. Mantuvo sus ojos cerrados hasta que sintió el colchón moverse, ya sabía que Asami estaba sobre la cama.
La heredera se metió bajo las sábanas junto a su amiga que ya la estaba esperando con aquellos brazos acogedores. Ella se echó a reír en voz baja cuando aquellos brazos rodearon su figura y la acercó firmemente contra la otra mujer.
--"Duerme bien Korra..."-- Murmuró y apoyó su cabeza sobre el pecho de Korra, escuchando aquellos latidos suave.
--"Duerme bien Sami..."-- Murmuró Korra que fue seguido de un bostezo. Tiernamente acariciaba el cabello de Asami hasta que quedó sumergida en el mundo de los sueños. Compartiendo una última noche juntas antes de que sus caminos se separaran.
:)
ResponderEliminarMe gusta como se desarrolla este fic muchas gracias por traducirlo
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte por aquí y leer en serio, me alegra que disfrute cada capitulo :3
EliminarMe gusta mucho esta historia, cuando korra beso a axis, sentí coraje xD pero me encanta la forma madura de axis y que en verdad quiere a korra,estando dispuesta a dejarla ir si es necesario *-* muy genial este fic muchas gracias por traducirlo
ResponderEliminarMe gusta mucho esta historia, cuando korra beso a axis, sentí coraje xD pero me encanta la forma madura de axis y que en verdad quiere a korra,estando dispuesta a dejarla ir si es necesario *-* muy genial este fic muchas gracias por traducirlo
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