At Seventeen. Capítulo 29 Adaptación por MissLluvia

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¿Y que creen mi gente bella? ¡SI! Regreso "At Seventeen" jajajajaja! si les tenía esto como sorpresa y no mencione nada al respecto en la fanpage y de verdad mi gente bella sepan disculpar a Misslluvia, ella ha estado muy ocupadita con la univ y otros deberes que obviamente no puede dejar a un lado, pero tuvo un poquillo de tiempo y aquí esta un nuevo capítulo del fic, disfrútenlo mi gente bella :3



Resumen

Korra y Asami Sato se conocieron cuando tenían diez y once años de edad.  Asami  hija de padres ricos y Korra, la hija de su empleada doméstica, se convirtieron  en las mejores amigas,  pero ambas sabían su lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se  convertirían en amantes... También nunca  hubo duda de que Asami se casaría y  mantendría su posición social en la comunidad.





Capítulo 29

Asami sabía que probablemente no era la mejor idea que había tenido…invitar a Korra para pasar la tarde en la piscina y luego la cena. Puso las toallas perfectamente dobladas en cada silla reclinable, preguntándose si debía llamarla y cancelar.

En las últimas dos semanas se habían visto en tres ocasiones, dos veces en casa de Senna para el almuerzo y una vez para la cena, cuando conoció a la familia de Iroh II. Se sorprendió cuando fue incluida en la cena familiar. No sabía si había sido Senna o Korra. Había disfrutado, sin embargo, ella y Korra no habían tenido ni un solo momento a solas.

Recordó la vacilación de Korra cuando la había invitado a venir. Sí, estarían completamente solas, algo que no había ocurrido en casi dos meses, no desde la tarde que habían ido a buscar casa. Si era prudente o no ya verían, pero la echaba de menos.

— Dios, espero que use un bikini — Sacudió la cabeza y sonrió ante su pensamiento. No, definitivamente sería mejor si Korra no usaba un bikini. De hecho, cuanto más pensaba en ello, la idea de ellas nadando lucía de mal en peor. Ryu ya no estaría allí para actuar como un chaperón involuntario, solo serían ellas dos.

—Somos adultas por el amor de Dios— murmuró ella. Además, Ryu la había interrogado extensamente después de la última visita de Korra. Ella le había asegurado que no había nada con Korra. Eran amigas. Nada más. Aunque las valientes palabras de Ryu le deseaban felicidad, podía notar que estaba alterado porque ella y Mako se estaban divorciando. Sospechaba que aún peor sería descubrir que su madre tenía un romance con otra mujer. Lo que no ocurriría.

Ella y Korra, cada una había dicho que no habría un romance. ¿Entonces por qué estaba tan nerviosa? Bueno, no tenía más tiempo para contemplarlo. Escuchó a Korra llegar, escuchó el portazo de su camioneta. Se apresuró a regresar a la casa, echando una última mirada alrededor, asegurándose de que todo estuviese en su lugar antes de abrir la puerta.

— ¡Tienes muebles!— exclamó Korra mientras inspeccionaba la gran sala.

—Sí, por fin. Aún no he utilizado ninguno. Me la paso todo el tiempo en la otra habitación— dijo ella dirigiendo a Korra hacia la cocina.

— ¿Así que estás disfrutando de tu casa?

—Mucho. Ha sido divertido decorarla de la manera que yo quiera. Por supuesto no he traído a mis padres todavía. Sólo puedo imaginar lo que mi madre va a decir

—Es una casa grandiosa, Asami. Si te gusta, entonces eso es lo que importa

—Me encanta— se echó a reír

—De hecho, probablemente podría vivir con sólo mi dormitorio y esto— dijo señalando desde la cocina hacia sala de estar informal.

—Te alegras que tengas una piscina ¿huh?

—Oh, sí. He disfrutado inmensamente el patio— señaló la bolsa que Korra sostenía —¿Has traído tu propia cena?

—Vino. No estaba seguro que tendrías— dijo Korra —Pero veo que estás abastecida— dijo ella señalando el estante de vinos de Asami.

—Lo recibí la semana pasada. Realmente no necesitaba uno que contuviera treinta botellas, pero quería uno con un estante de copas— dijo ella.

—Que vamos a tener ¿por cierto?

— ¿No confías en mi cocina?

Korra la miró con escepticismo — ¿No recuerdas tu intento de pasta?
Asami se rió y tomó el vino que ella traía —Bueno, como he dicho, es difícil cocinar para ti. Así que me quedé con la comida italiana y ordené algunos platos en Sapori D' Italia— dijo ella —Tendremos que calentar más tarde

—Buena idea

Permanecieron en silencio por un momento y Asami trató de no mirarla, imaginando lo que Korra llevaría bajo sus ropas.

— ¿Te gustaría darte un baño?— preguntó finalmente.

—Por supuesto

Asami levantó las cejas

— ¿Bikini?

Korra se echó a reír —Te mantendrás preguntándome eso ¿verdad?

—Por supuesto. Esa es la única razón por la que escogí la piscina— dijo con un guiño, sorprendida de que en realidad estaba coqueteando con Korra. Hablando de jugar con fuego. Pero fuego fue exactamente lo que sintió cuando Korra se quitó la ropa, revelando un pequeño bikini azul. Korra había tenido veinte y un años, la última vez que la había visto...desnuda. Los años habían sido amables con ella. Como una mujer madura, aún era tan atractiva para ella como siempre. Por fin dejó escapar el aliento cuando Korra se zambulló en la piscina, desapareciendo bajo la superficie.

—Oh...vaya— susurró ella.

—Tu turno

Korra se colgó en el borde de la piscina, con el cabello castallo peinado hacia atrás lejos de su rostro. Asami asintió con la cabeza, sintiendo los ojos de Korra sobre ella mientras se quitaba la cubierta playera. A pesar de que su traje era de una sola pieza, todavía se sentía expuesta. Hizo una pausa, mirando hacia Korra. Sus ojos se encontraron, sosteniéndose y se sorprendió al ver esa antigua mirada familiar de Korra. Ahora, como hacía tantos años, eso hacía que su pulso se acelerara.
Se acercó a la orilla de la piscina, deteniéndose sólo un segundo antes de sumergirse. El agua fría ayudó a templar el calor repentino en su cuerpo y salió a la superficie al otro lado, lejos de Korra.
Korra la miró con una ceja arqueada — ¿Realmente creímos que esto sería una buena idea?

—Probablemente sea una idea terrible— coincidió Asami —Pero me debías un bikini— dijo con una risa.

Por mutuo acuerdo…y en silencio…dejaron el tema de los trajes de baño. Disfrutaron casi una hora en la piscina, la conversación transcurría sobre muchos temas, pero ni una sola vez ahondaron en su pasado o, más importante aún, su presente.
Korra había traído un cambio de ropa, así que mientras iba al baño para cambiarse, Asami puso la cena en el horno a temperatura moderada. Se dirigía hacia su dormitorio cuando Korra regresó.

—Abre una botella de vino ¿podrías?— preguntó Asami.

— ¿Alguna preferencia?

—Tú eliges— dijo por encima del hombro.

Se detuvo un segundo, tomándose el tiempo para una rápida mirada alrededor de su dormitorio. Le encantaba. Mantenía las cortinas abiertas hasta la hora de dormir; la puesta de sol ahora proyectaba sombras hacia dentro. Por alguna razón, encontró paz en esta casa. No sabía si era el hecho de que estaba sola y por sí misma, libre de hacer lo que quisiera, o si era porque al fin se había escapado de los confines de una vida totalmente controlada. Se sentía relajada, tranquila y en paz. Era casi como si su vida avanzara en cámara lenta y se dio el tiempo para disfrutar…saborear…cada momento. Para ella, esto era tan diferente a la vida que había estado viviendo, simplemente superando cada día, con el deseo de que acabara y luego haciendo todo nuevamente al día siguiente.

Se puso un par de sus vaqueros nuevos, preguntándose si Korra se daría cuenta. Incluso en la secundaria, sólo poseía unos cuantos pares de vaqueros, pero eran vaqueros de diseño, la única clase que su madre le permitía llevar. Ahora quería algo más informal, como los que llevaba Korra. Admitía que se sentía un poco cohibida cuando estaba de compras, en un principio iba a los lugares donde su madre siempre la arrastraba.

Pero la ropa que estaba allí era justo la que ya tenía en su armario en casa de Mako, ropa que planeaba donar. No quería tener nada que le recordara esos años perdidos. Así que fue a uno de los grandes almacenes en el centro comercial local, a sabiendas de que su madre se habría sentido inevitablemente avergonzada si alguien la reconocía allí. Escapó sin ser notada, pero se había divertido tanto que había regresado allí tres veces. Su nuevo armario estaba lleno de ropa nueva, en su mayoría informal y sobre todo divertida. Su madre estaría horrorizada.

Korra estaba de pie ante las puertas francesas, mirando hacia afuera mientras el anochecer se apoderaba del patio trasero. Las luces de la piscina estaban encendidas, transformando el agua en un azul bonito. Korra se volteó cuando ella se acercó, su mirada fija en el traje de Asami.

—Wow...te ves bien— dijo Korra.

—Gracias. No sé si te lo he dicho, pero no agarré ni un solo artículo de ropa de la vieja casa. Quería un comienzo completamente nuevo

— ¿Un poco más informal?

—Sí. Quiero que toda mi vida sea más informal, no sólo mi ropa— dijo ella.

Korra ya había llenado dos copas de vino. Asami tomó una y se la entregó a Korra, luego tomó la otra para ella. Tocó ligeramente el vaso de Korra y sonrió.

—Gracias por venir hoy. He disfrutado pasar tiempo contigo

Korra asintió —He pasado también un buen momento

—No te importa comer en la barra ¿verdad? No me he molestado en conseguir una mesa de comedor todavía— explicó ella.

—No me importa en absoluto. Como sabes, un comedor formal no es lo mío

—Lo sé. Y, honestamente, he tenido suficiente para toda la vida— dijo ella, sabiendo que era verdad. 

Su madre había sido una fanática de eso, por supuesto, incluso Mako insistía en una cena apropiada en el comedor formal. Agnes estaba más que dispuesta a complacerlo. Ella y Ryu lo odiaban y las noches cuando él estaba lejos, comían en la mesa de la cocina, algo que a Agnes le parecía mal.

—Has cambiado, Asami

— ¿Lo he hecho?— ella fue al horno y se asomó dentro —Tal vez en el exterior. Tú más que nadie deberías saber que no quería nada de eso

—No, no lo querías. Simplemente no podías decir no a nada de eso
Asami quería estar enojada, pero sabía que era la verdad —No sabía cómo decir no

— ¿Se siente bien decirlo ahora?

Asami asintió —Se siente...liberador. Por supuesto, mi relación con mi madre está destrozada— dijo 
—Ella todavía piensa que si me acosa lo suficiente, volveré a mis cabales, como ella dice

— ¿Y Mako?—

Asami se sorprendió que Korra hubiese sacado a relucir a Mako. Ella rara vez mencionaba su nombre —Él le está dando largas. He dejado de contestar sus llamadas. Él está o muy enojado conmigo o molesto o dolido, o tratando de hacerme sentir culpable por romper nuestra pequeña familia perfecta— sacudió la cabeza —Todo esto es ridículo

— ¿Así que no está listo para firmar?

—No. Y por mucho que mi padre me ha ayudado, estoy tratando que los abogados lo manejen. Pero no voy a esperar mucho tiempo antes de involucrar a mi padre. Estoy lista para que termine de una vez— suspiró —Pero realmente no te invité aquí a hablar de todo eso. Vamos a comer

Cuando tomó los cuatro platos del horno, Asami estaba pérdida en cuanto a la forma de servirlo. Tenía platos y cubiertos, pero en realidad nunca había servido.

Korra debió notar su vacilación.

— ¿Qué tal si los dejamos en el horno y comemos al estilo buffet?— sugirió ella.

— ¿Está bien?— preguntó Asami.

—Comida informal ¿recuerdas?— dijo Korra —Y huele delicioso

—No estaba segura de que ordenar. Hay lasaña vegetariana, espinacas y champiñones fettuccini Alfredo y esto…— dijo levantando la tapa —…es brócoli y champiñones en una salsa de pesto sobre pasta cabello de ángel

—Oh, eso se ve bien. Me encanta el pesto
Asami señaló el último plato —De ese no vas a querer, pero es algo que me encanta.  Linguini con salsa de pescado

Korra sonrió —Sí, voy a dejar que te quedes con ese tú solita

Llenaron sus platos. Asami sabía que nunca sería capaz de comer todo eso, pero se veía tan delicioso, que quería probarlo todo. Korra trajo la botella de vino y volvió a llenar las copas antes de sentarse. Una vez más chocaron las copas.

—Todo se ve maravilloso, Asami. Gracias

El único sonido en la habitación fueron sus gemidos cuando probaron sus primeros bocados. Los —Mmm— de Korra fue todo lo que necesitó escuchar para saber que estaba complacida.

—Esto está fabuloso— murmuró Korra mientras masticaba el fettuccini.

—Es mi lugar italiano favorito, aunque no he probado ninguno de estos platos anteriormente, excepto la salsa de almejas— admitió ella.

— ¿Sales mucho a comer? Supuse que tenías un...bueno, un cocinero o alguien— dijo Korra.

—Agnes— dijo Asami —Ella complace a Mako con todos sus caprichos. La cena rara vez la hacía afuera, pero en el almuerzo, me reunía con madre, o a veces Mei. Había un grupo de nosotras que nos reuníamos una vez al mes

— ¿Amigos del club de campo?— adivinó Korra.

—Yo no los llamaría exactamente amigos— dijo mientras probaba la lasaña —Pero no los he visto desde, bueno, desde que dejé a Mako. Mei me llamó una vez, no para ver cómo me iba, sino para hacerme saber que había cometido un gran error y que me arrepentiría muy pronto

— ¿Y lo haces?

—Dios, no. Es la mejor cosa que he hecho en mi vida— tomó un sorbo de vino, viendo como Korra hizo girar la pasta cabello de ángel en su tenedor

— ¿Por qué crees que nunca hablamos sobre nosotras?— le preguntó de repente.

— ¿Nosotras?

—Quiero decir, en la secundaria, todo lo que hicimos ¿por qué crees que nunca hablamos de ello?
Korra tomó un sorbo de su vino —Quizás teníamos miedo de eso. Ya sabes, te dije que le estaba contando a mis amigas sobre nosotras— hizo una pausa

—Kya es la más interesada, aunque no estoy segura si tenía realmente curiosidad o si estaba practicando su oficio— dijo Korra con una breve carcajada

—De todos modos, cuando les conté mi lado de la historia, preguntaron qué pensabas al respecto y lo que habías dicho de todo. Les dije que no hablábamos de eso. Estaban abrumadas de que con todo lo que estaba pasando entre nosotras a esa temprana edad, nunca hubiésemos hablado al respecto— Korra se encogió de hombros —Ella me hizo la misma pregunta ¿Por qué? ¿Por qué no hablamos? Y realmente no tuve una respuesta. Supongo que pensé, de qué había que hablar ¿sabes? Las dos sabíamos lo que estaba pasando y las dos sabíamos cómo iba a terminar
Asami asintió. Sí, lo habían sabido.

—Sabíamos que te casarías— continuó Korra —Pero si se mira desde afuera, es extraño que nunca hubiésemos hablado de ello— los ojos de Korra sostuvieron los de ella —¿Qué había que hablar? Es sólo que...

—Simplemente era— agregó Asami.

—Sí. Simplemente era ¿Qué hubiésemos hablado? Sabíamos lo que estaba pasando— Korra se encogió de hombros —Y éramos unas niñas— suspiró —Locuras— sacudió la cabeza con una sonrisa

—No puedo creer que hicimos todo eso y nunca ni una vez…

—… ¿fuimos atrapadas?

Una vez más, sus ojos se sostuvieron —Sí. Atrapadas— Como de costumbre, la tensión subyacente entre ellas estalló. Parecía crecer cada vez que se veían. Asami lo sentía. La mirada en los ojos de Korra le dijo que también lo sentía.

Continuaron su comida en silencio y sorprendentemente terminaron la mayoría de la comida en sus platos. Korra finalmente bajó su servilleta y levantó su copa, terminando lo último de su vino.

—La cena fue genial, Asami, pero probablemente debería ponerme en marcha
Asami asintió. Sí, probablemente era mejor que huyera. No iba a tratar de detenerla.

—Te ayudaré a limpiar, por supuesto— continuó Korra.

—No es necesario. Puedo hacerlo. Todavía estoy practicando mis habilidades en la cocina ¿recuerdas?

— ¿Segura?

—Sí. Fue bueno pasar tiempo contigo— llevaron los platos al fregadero —Gracias por venir— dijo ella.

Korra titubeó, dando un paso lejos de ella y luego se detuvo, acercándose nuevamente. Fue la cosa más natural del mundo para Asami caer entre sus brazos. Aunque estaba segura que la intención de Korra era darle un abrazo rápido e impersonal, tan pronto como se tocaron, tan pronto como sus cuerpos se pusieron en contacto, eso cambió. Asami cerró sus ojos mientras los brazos de Korra se apretaban a su alrededor y Asami permitió que sus propias manos se deslizaran sobre los hombros de Korra. Se relajó en el abrazo, escondiendo el rostro en el cuello de Korra, aspirando su aroma particular.

Antes de poder detenerse a sí misma, movió sus labios rozando su piel ligeramente. Escuchó un suspiro y dio un paso más cerca, su cuerpo se derritió cuando sintió la boca de Korra contra su garganta, encontrando su punto más sensible, un lugar que Korra solía conocer tan bien. Su pulso se aceleró, se quedó sin aliento…no podía creer que estaba entre los brazos de Korra.

—No deberíamos hacer esto— murmuró Korra, sus labios cada vez más cerca de la boca de Asami.

—Sí, lo sé— Asami estuvo de acuerdo, su aliento se mezcló con el de Korra.

Sus labios estaban tan cerca...pero se detuvieron, sus respiraciones estaban entrecortadas cuando sus ojos se encontraron. Asami sabía que sólo tomaría un beso para romper su voluntad. Korra fue la que se detuvo, desenredándose suavemente de sus brazos. Tomó aire, soplando el aire lentamente.

—Lo siento— dijo Korra —Pero no voy a tener un romance contigo

Asami dio un paso hacia atrás, separándose —Lo sé. Tampoco quiero un romance— Asami colocó su cabello detrás de las orejas, tratando de tranquilizar su pulso

—Nadie...nadie nunca me ha afectado de la manera en que tú lo haces— admitió.

Korra le dio una suave sonrisa —Bueno, sólo has tenido a dos para usar como referencia— dijo ella.
Asami alejó sus ojos avergonzada. Trató de alejarse, pero Korra se lo impidió.

— ¿Asami?

Asami miró hacia el suelo

—Una vez...una vez cuando llegué a casa y tú y yo hablamos, supe… cuando dijiste que habías estado saliendo…que habías tenido otros amantes. Así que cuando regresé a la escuela, bueno, me acosté con alguien— levantó la cabeza, enfrentando a Korra —Una chica de una de mis clases— sacudió la cabeza —Fue un desastre. Quería que fueras tú. Dije tu nombre— dijo —Y cuando vi que no eras tú, me puse a llorar. La chica se asustó y huyó— dijo con una carcajada —Nunca me habló nuevamente

Korra se acercó, sus ojos manteniendo cautivos los de Asami. Ahuecó su mejilla, frotando ligeramente el pulgar sobre su labio inferior.

— ¿Eres gay, Asami?— susurró Korra.

Asami se apoyó en su toque

—Esa siempre ha sido tu pregunta...y tu duda— suspiró alejándose de Korra —No lo sé, Korra. Eso era algo con lo que nunca había podido llegar a un acuerdo. Una pregunta que no quería responder
Korra asintió y metió sus manos en los bolsillos, como si temiera volver a tocar a Asami. Una vez más, Korra buscó sus ojos.

— ¿Y ahora?


Asami tragó — ¿Ahora? Ahora estoy tan atraída por ti como en aquel entonces. Y eso me asusta de igual manera.

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7 comentarios

  1. al fin volvió At Seventeen, wao cuanta emoción, pensé que en este capitulo terminaría pasando lo que tanto esperaba, pero solo queda esperar al próximo domingo

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    1. así es jajajaj ya veras poco a poco como se va desenvolviendo todo este asunto :3

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  2. naaaaaaaa (se tumba al suelo y empieza a patalear) ¿porque se niegan tanto? ¿porque de lastiman asi?

    waaaa ya extrañaba este fic espero y haya cap para el proximo domingo =D

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    1. jajajaja realmente cuando se llega a esa edad jajaja ya uno se cansa que una de las partes no se ponga o tome el asunto de sus sentimientos en serio me imagino Korra jajaja! se canso de estar sufriendo y para ella es todo o nada xD creo que yo haría lo mismo, pero ya veras como todo se va desenvolviendo :3

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  3. Le cry' :3
    POR FIN ❤❤❤

    "ahora besala ya" - con voz de Sebastián en la Sirenita xD

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    1. jajajajajjajajaja!! que la bese ya jajaja!! que le de duro contra el pasto xD

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  4. Le cry' :3
    POR FIN ❤❤❤

    "ahora besala ya" - con voz de Sebastián en la Sirenita xD

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