Resumen: Mientras pasa el primer mes en la Tribu
Agua del Sur, Korra y Asami se encuentran en una situación única.
Trilogía Buscando el equilibrio: I Recuperación
Capítulo. 12 – Pequeño soldado
¡Gracias por escribirme de
vuelta! ¡Estoy tan emocionado de recibir una carta de ti! Podrás verlo en el
dibujo que te mandé junto a la carta, documentando mi excitada reacción.
También puse a Pabu allí, aunque él no estaba tan emocionado como yo, solo un
poco, que es más que la mayoría de la gente por aquí.
Me alegra saber que ustedes
chicas estén bien, aunque lo siento por lo duro por lo que Korra está pasando.
Ella es muy afortunada de tenerte con ella. Me hubiese gustado ir, pero aquí
también estoy feliz debido a que así puedo escribir y dibujar en las cartas que
les envío. Además, Opal es tan divertida para pasar el rato y nos estamos
haciendo muy cercanos.
No he visto mucho a Mako, él
siempre está ocupado. No creo que él sabe que hacer consigo mismo ahora que
ustedes se fueron. Sé que él les escribe, pero he visto sus cartas y ¡Ugh! Esas
cosas son tan ABURRIDAS.
De todas formas, disfruta de
los dibujos, también hice algunos para Korra. Por favor dile que me escriba de
vuelta, me gustaría saber de ella. Las extraño a ambas.
Su más querido y cercano
compañero, Bolin.
Asami sonrió, observando los dibujos de palo de la reacción de Bolin a su
carta. La hizo reír con su simplicidad, sintiéndose agradecida de que Bolin se
hubiese tomado el tiempo de hacerlos.
Ella dobló las cartas cuidadosamente y las guardó en un cajón. Korra estaría
con Katara por las próximas dos horas, como lo había hecho todos los lunes,
miércoles y viernes durante el último mes. Sin embargo, era agradable. Korra
tenía un horario, lo que la mantenía activa.
Aun así eso dejaba a Asami con un montón de tiempo libre en sus manos
durante las sesiones de Korra y solo con una carta de Bolin y los reportes del
clima de Mako, por lo que Asami estaba oficialmente aburrida.
Balanceando sus piernas fuera de la cama de Korra, decidió ir a ver qué es
lo que los padres de ésta estaban haciendo. No importaba cual. Asami se sentía
realmente apegada a los dos. Senna era tan cálida y acogedora, como una taza de
té caliente, ella siempre tenía un efecto calmante en cada habitación en la que
entraba.
Tonraq era agradable, muy divertido para hablar y compartir historias. Él
amaba escuchar todo acerca de las peleas con los Igualitarios y todas las cosas
que Asami había construido y que pensaba construir. Ninguno de ellos sabía que
ella había dejado Industrias Futuro. Ella seguía ganando dinero de la compañía,
solo había acordado renunciar a su cargo de CEO. Su control creativo se había
ido, pero el dinero nunca sería un problema.
Asami tenía un plan para cuando todo se estableciera. Cuando Korra se mejorara,
ella podría vender sus acciones en Industrias Futuro para comenzar así su
propia compañía. Después de haber traído la empresa de su padre desde el pozo
de la desesperación en la cual la había puesto, Asami estaba segura de que ella
podría levantar desde el suelo una empresa por si misma de igual forma.
Eso era un largo camino que recorrer, o al menos eso parecía hacia algunos
días. La vida de Korra era primero y, hablando en serio, Asami pensaba que una
simple vida en ése lugar era casi tan atractiva como ir de vuelta al mundo de
los negocios.
En el momento en que Asami encontró a Senna, ella se encontraba frente a la
mesa de la cocina con ambas manos ocupadas. Asami sonrió, Senna tenía a su
disposición todo el personal del palacio, con chefs que podrían cocinar para
ella y, sin embargo, allí estaba haciendo albóndigas con su mano.
--"Hola"--, se enunció Asami a sí misma, colocándose de pie junto al
mostrador donde Senna trabajaba.
La sonrisa más brillante que recibió hizo que el corazón de Asami se
hinchara. --"Hey, pensé que estarías tomando una siesta mientras Korra no
estaba. Sé que ustedes dos no durmieron la noche anterior"--
Asami se sonrojó. Era cierto. Korra había tenido una pesadilla y ellas
terminaron yendo a dar un paseo por los alrededores del palacio, pero Asami no
esperaba que Senna asumiera que ellas habían estado haciendo algo romántico.
-
-"Oh... no, quiero decir, Korra tuvo un mal sueño y quería ver el
cielo, así que la lleve hacia el exterior. Casi murió congelada, pero por lo
menos eso la calmó"--
Eso hizo que Senna frunciera el cejo. --"Me gustaría que esas pesadillas
se detuvieran, estoy preocupada de que ellas siempre estén a su
alrededor"--. Asami solo pudo asentir, no tenía dudas al respecto. --"Espero que te gusten las albóndigas"--, dijo Senna, cambiando de tema
con una sonrisa.
--"He pasado más de un día con tu hija, estoy segura de que ella es mitad albóndigas"--
Senna rió. --"Buen punto. A pesar de aquellas de la ciudad, ésas no se
pueden comparar a las hechas en casa. Incluso cuando Korra era una pequeña
niña, ella podía comer toda la comida como nadie desde que yo lo había visto
hacer a su padre"--
Asami sintió que su buen estado de ánimo se desvaneció un poco. --"Mi
padre siempre fue un gran comensal. Yo amaba su tocino de
vaca-hipopótamo"--. De repente su mente retrocedió en un flash back a su
propia cocina años atrás. --"Mi mamá solía levantarse cuando sentía el olor
de ello. Él lo cocinaba antes de que nosotras despertáramos y ella siempre le daba
un sermón de que eso no era bueno para la salud. Pero él siempre... siempre le
guiñaba y sonreía, lo que siempre la hacía reír"--
--"¿Cómo era ella?"--, preguntó Senna, trayendo de vuelta a Asami.
Algo en la forma de preguntarle borró el usual dolor que siempre llevaba esa
pregunta. Eliminó la idea de que Asami tenía que responder ante las mismas
comunes expresiones de 'ella realmente
era grande’ o 'ella era muy hermosa'.
Le fue extraño, pero Asami se encontró a si misma riendo.
--"No sería la persona que soy de no haber sido por ella"--, dijo
riendo para sí misma. --"Recuerdo cuando tenía cinco años... mi mamá me
compró un vestido muy bonito, y estoy segura que había sido muy costoso, que
siempre había visto en la vitrina de una tienda. El día en que me lo puse, mi
padre me llevó a su trabajo por primera vez. Estaba muy emocionada, Industrias
Futuro estaba comenzando a crecer y todo el mundo era tan agradable conmigo y
me daban cumplidos sobre mi vestido y sobre mi cabello ondulado. Entonces mi padre
me llevó hasta su taller, mostrándome los alrededores. Estaba tan... enamorada
con todo eso. Viéndolo construir esas increíbles máquinas desde casi nada, y
como una cosa podía funcionar con otra, con todas las piezas que en conjunto
creaban aquella gloriosa máquina. Yo solo... me enamoré de eso. Entonces mi
papá me preguntó si quería jugar con alguna de esas cosas, él quería mostrarme
unas cuantas cosas de cómo los motores trabajaban, y yo acepté de
inmediato"--. No se había dado cuenta, pero en algún momento de su relato
Senna había dejado de preparar las albóndigas y la estaba mirando. --"Trabajamos por horas y cuando todo estuvo listo... mi nuevo vestido era
un completo desastre. Cubierto por completo de grasa. Me sentí muy mal, como si
hubiera decepcionado a mi madre al ensuciar aquel vestido, al no haberlo cuidado.
Mi madre siempre fue perfecta, en cuanto ella me vio yo comencé a llorar de
inmediato. Yo estaba muy triste y recuerdo que ella se apresuró hacia mí para
abrazarme, cubriendo de grasa su ropa y yo solo la miré y me pregunté por qué
no estaba enojada conmigo"--. Asami se detuvo por un momento, la combinación
de un sollozo y una risa se habían quedado atrapados en su garganta. Senna
había comenzado a pasar distraídamente su mano por su brazo, subiéndolo y
bajándolo. --"Le dije todo eso y ella solo se rió y acarició mi pelo
mientras me preguntaba si me había divertido. Le dije que sí, realmente lo
había hecho, y ella me dijo que eso era todo lo que importaba"--.
Cuando Senna dejó de acariciarla, una lágrima cayó por la mejilla de Asami,
quien se rió un poco de sí misma y sacudió la cabeza.
--"Ella suena maravillosa"--
Asami observó los cálidos ojos de Senna y se sintió como si volviese a
tener seis años otra vez --"Ella siempre me decía cuán inteligente era y
cómo... podría hacer siempre lo que quisiera. Cuando le dije que quería
trabajar con mi padre todos los días y hacer lo mismo que él hacía, ella me
apoyó completamente. No sé si alguna vez me he recuperado completamente desde
su muerte, pero... hago mi trabajo, hago lo que amo y me esfuerzo en ser feliz
y en superar todo, porque siento que no importa cuanta presión sienta sobre mí,
ella siempre me apoyará"---.
Se quedaron en silencio por un momento. Senna observaba a Asami mientras
ella fregaba sus ojos y pensaba en su madre. Fue agradable, llorar de esa
manera con su corazón feliz. Pensar en su madre y no sentir la necesidad de
pintarlo como una tragedia. Yasuko Sato murió hace años, pero ella también
vivió, y eso importaba mucho más.
--"¿Tu madre alguna vez te enseñó a cocinar?"--
Asami rió, sacudiendo la cabeza. --"No, por desgracia las mujeres Sato
nunca fueron buenas en eso. Mi padre era el que más cocinaba antes de que
contratan a gente que lo hicieran por nosotras"--.
--"Bueno, te voy a enseñar cómo hacer estas albóndigas, y te prometo que
si Korra es como su padre, ella te amará para siempre si es que las haces para
ella al menos una vez a la semana"--.
No estaba segura de decirle a Senna acerca de los problemas de ella y Korra
y de su fallido romance. En cambio, estuvo de acuerdo con la lección de cocina,
esperando que tal vez un día ella podría hacer esas para Korra, cuando sus
vidas fueran un poco más clementes.
***
Korra estaba agotada.
Había pasado un mes desde que ellos habían arribado al Sur y tres días a la
semana ella iba a visitar a Katara para sus sesiones de curación. Asami no
estaba segura de qué trataban esas sesiones, pero siempre dejaban a Korra
físicamente exhausta. Por lo que había hablado con Kya, no consistía más que
Korra sentada en el agua con Katara usando sus poderes curativos para sanar
todo su cuerpo dañado. Aun así, eso claramente implicaba un esfuerzo, porque
cada noche en que Korra regresaba de las sesiones, apenas tenía fuerza para
hablar.
Esta noche no era diferente, cuando Kya la trajo, los ojos de Korra apenas
estaban abiertos y su respiración era lenta y forzada. Asami estaba
verdaderamente preocupada.
--"¿Ella está bien?"--
Kya sonrió con tristeza. --"Lo está. Hoy no ocuparon la piscina, Katara
la tuvo moviendo sus brazos, ella necesita recuperar su fuerza, será un largo
camino antes de que ella logre mayor independencia"--
--"Estoy sentada justo aquí"--, murmuró Korra, apenas abriendo sus
ojos para mirar a Kya. --"Ese dulce comportamiento de Katara es solo para
distraer. Ella es una dictadora"--
Asami sintió una burbujeante risa atrapada en su garganta, intentó contener
su risa mientras observó como Kya sonreía. "Estarás pensando incluso menos
que eso mañana". Korra se quejó. --"Las dejo, entonces"--. Kya
palmeó el hombro de Korra suavemente, ofreciéndole a ambas las buenas noches
antes de retirarse hasta su habitación.
A pesar que había sido dolorosamente incómodo por un momento, Asami había
encontrado una manera de enterrar sus sentimientos por Korra lo suficientemente
bien como para hacer lo que ella necesitaba. No era fácil, y ciertamente los
sentimientos no habían desaparecido. Eso era casi imposible de hacer, incluso
cuando Korra le preguntó por ello, cuando las pesadillas volvieron, ella llamó
a Asami para que le brindara confort en medio de aquella noche.
Por supuesto, Asami era una estúpida y no pudo negarse cuando Korra
despertó con un jadeo, hecha un lío del miedo, rogando por sus mimos. De hecho,
Asami era demasiado rápida para aceptar. Se sentía mal, de cierta manera, como
si quizás ella estuviera aprovechándose de la necesidad de Korra en esas noches
oscuras cuando el miedo era demasiado. Aun así, ella no podía exactamente
decirle no a Korra e irse. Así, al menos una vez a la semana, a veces más,
Asami se encontró cayendo dormida con Korra entre sus brazos.
Para darle crédito, Korra estaba mejorando, aunque solo fuera a pasos
pequeños. Su agarre era más fuerte, lo suficientemente bueno para que se
cepillase los dientes y pudiera mantener su propio tenedor en la cena. No era
mucho, ciertamente no era suficiente para que Korra se sintiese mejor, pero era
algo. Se contaba como mucho en comparación con los dos meses anteriores.
Asami se arrodilló delante de la silla de Korra, y le desabrochó el
cinturón de seguridad que se le había instalado hace unas pocas semanas cuando
la silla había golpeado el borde de una rampa, casi provocando que Korra se
cayera. Si no hubiera sido por la rápida reacción de Asami en sostenerla, Korra
habría terminado en el suelo.
Mirando hacia arriba, Korra estaba observándola, con un labio entre sus
dientes, y con ojos pesados.
--"¿Estás bien?"--, le preguntó Asami,
tomando las piernas de Korra para colocarlas en el suelo.
Un lado del labio de Korra se curvó hacia arriba y Asami sintió que su
estómago dio vueltas. --"Hoy fue un buen día"--
--"¿De verdad?"--
Korra asintió. --"Es... como un pequeño trabajo. Sinceramente, sostuve
mis brazos frente a mí y Katara puso un poco de presión sobre ellos para ver
cuánto tiempo podría mantenerlos firmes, pero... lo sentí ¿sabes?"--. Asami
asintió, esperando que Korra siguiera hablando y sonriendo, ambos a la vez. --"Sentía que había un calor en mis hombros, y sé que mañana sentiré dolor y
eso me es..."-- Korra dejó la frase en el aire.
--"¿Familiar?"--
Su sonrisa creció otro poco, Asami quería besarla. --"Es algo"--. A
continuación miró sus piernas, observando como las manos de Asami se movían por
ellas dejándolas descansando juntas. --"Sólo deseo que éstas cosas lo
entiendan"--. Su voz no era molesta, como normalmente la usaba cuando se
dirigía hacia la parte baja de su cuerpo inerte. Aun así, el recordatorio
siempre estaba allí, tirando siempre de ella hacia abajo. --"Katara no está
segura de por qué están así. Mi espalda está sanando, los nervios en mi cuerpo
están comenzando a disparar de nuevo, no demasiado pero ciertamente puedo tensar
mejor mis dedos. Mis piernas, ellas solo están... estancadas"--
Incapaz de controlarse, Asami extendió su mano y tiró suavemente de las
colas de lobo del cabello de Korra. Cada lazo que ella quitaba, acercaba
peligrosamente sus manos al rostro de Korra.
Eran momentos en que ellas no hablaban, pero estos momentos estaban
sucediendo con demasiada frecuencia en el último mes. Asami siempre estaba
cerca de Korra. Ella era su cuidadora, nadie más preguntó si ella necesitaba
ayuda. Si es que lo hacía, Asami lo resolvía, de lo contrario ese era su lugar
ya que Korra nunca le había dicho que se detuviera. Incluso cuando ellas
estuvieron en su peor momento, justo después de su ruptura (se sentía ridículo
llamarlo así, ya que solo habían estado juntas cuatro días), cuando las cosas
fueron más incómodas, Asami era la única que llevaba a Korra al baño y la
ayudaba a cambiarse de ropa.
Así que cuando Asami se colocó de pie y tomó a Korra entre sus brazos para
llevarla hacia la cama, se sintió tan natural como siempre.
Excepto que esa noche había algo único en los ojos de Korra. Quizás era el
agotamiento, o el alivio de finamente ver que estaba progresando después de dos
meses de casi nada. Asami no estaba segura, pero algo había diferente en la
mirada que Korra le estaba dando.
--"¿Quieres tomar un baño?"--, le preguntó, ya quitándole los
pantalones a Korra. Ella recibió una suave inclinación de cabeza como
respuesta, mientras seguía observándola.
Una vez que le quitó los pantalones, Asami sentó a Korra para quitarle la
camisa, arrojando todo al piso.
De alguna manera el aire se había espesado, como si una densa niebla se
hubiera asentado sobre ellas, ocultándolas del resto del mundo. Korra aún
seguía observándola y Asami estaba tragando con dificultad antes de estirarse para
deshacer la cola de caballo en la parte posterior de la cabeza de Korra. Dejó su
pelo libre y no pudo detener su mano viajando por toda su extensión.
Eventualmente la tarea retornó a ella y Asami nuevamente colocó a Korra
entre sus brazos. Pateó la silla del medio, dejándola suavemente contra la
pared antes de dirigirse hacia el cuarto de baño para sentar a Korra en el
borde de la bañera, con sus pies apoyados en el agua.
La parte superior de su cuerpo era lo suficientemente fuerte como para que
ella se sostuviera por sí sola, siempre y cuando estuviera sentada sobre algo
sólido. El borde de la bañera era más que suficiente. Con su mano aun
presionando la piel de la espalda de Korra, Asami se acercó a abrir el grifo.
El agua se derramó sonoramente y elevó la temperatura formando un cálido vapor,
por el contraste frío del resto de la habitación.
A medida que se alejó de la llave, la mano de Korra de pronto se posicionó
en su mejilla, congelando a Asami. Sus ojos se cerraron y dejó escapar una
lenta respiración por su nariz.
--"Korra"--, le advirtió débilmente, abriendo sus ojos para
encontrarse con que Korra estaba observándola. Había algo en los ojos de la
Avatar que nunca había visto antes. --"¿Qué estás haciendo?"--
Un destello de culpabilidad brilló en el azul que le estaba devolviendo la
mirada. La determinación de Asami se derrumbaba con cada segundo que pasaba. --"Yo... Yo no lo sé. Yo solo... tú todavía sigues aquí ¿Por qué sigues
aquí?"--
Asami suspiró, alcanzando su mano mientras la quitaba de su rostro. Sin
embargo, cuando ella se sentó junto a Korra, no le soltó la mano. --"No voy
a responder esa pregunta, Korra. Tú sabes por qué estoy aquí"--
--"Yo sólo-"-- Korra sacudió la cabeza y finalmente apartó la vista. --"Me gustaría no estar tan indefensa en este momento"--
--"No lo estás"--. Eso le valió una mirada y Asami cerró sus ojos. --"Puedes mirarme de esa manera todo el tiempo que tú quieras, tú no eres
impotente, pero ese sentimiento es porque tú y yo no podemos estar juntas en
este momento"--
El semblante de Korra se suavizó, ella pareció entenderlo. --"Nunca
quise lastimarte y... y sé que lo hice"--
--"No lo hiciste-"--
--"Sami, detente. Sé que lo
hice. Te escuché abandonar la pieza esa noche en el barco, pude escucharte
llorar incluso antes de que subieras a cubierta"--
Asami sonrió suavemente. --"Tú no me lastimaste, Korra. El mundo lo
hizo. Me lastimó debido a que nosotras no estamos listas. Esto es sobre lo que
tú necesitas, tú me necesitas para que te lleve al baño y te cuide, y eso es lo
que quiero hacer, nunca dudes de que yo quiero estar aquí. Porque quiero
hacerlo, no hay otro lugar en donde me gustaría estar"--. Asami se levantó
de la bañera y se acercó para cerrar el grifo. Testeó con su mano el agua unas
cuantas veces, y después tomó a Korra para sentarla con cuidado dentro de la
tina.
Cuando ella empezó a levantarse de su posición, colocándose a la altura de
la bañera, Korra tocó gentilmente su muñeca. Ella ahora estaba a nivel de los
ojos de Korra. Su mano libre llevó lejos un mechón de pelo que caía a la altura
de los ojos de ella. Era demasiado íntimo, como siempre, pero ellas se habían
besado, habían compartido sentimientos. No había vuelta atrás, podrían fingirlo
por un tiempo, pero ellas habían saltado hacia el acantilado semanas atrás.
--"¿Quieres... sentarte conmigo?"-- le preguntó Korra, con voz
temblorosa. --"Quiero mostrarte algo"---
Asami se retiró, con una sonrisa en su rostro cuando comenzó a quitarse
cuidadosamente sus botas, empujándolas hacia la esquina del baño. Ella se
agachó y se arremangó los pantalones hasta las pantorrillas antes de entrar en
el agua y sentarse junto a Korra. Ambas parecían olvidar que Korra estaba
desnuda, Asami sólo podía concentrarse en sus ojos.
--"¿Qué es?"--. Era tan difícil no perderse dentro de Korra. La forma
en que miraba a Asami le parecía imposible, como si nunca nadie la hubiese
mirado de la forma con que Korra lo hacía. Era a la vez aterrador y adictivo.
Una tímida sonrisa se asomó por los labios de Korra, con su cabeza mirando
hacia abajo y su pelo cayendo por su cara. Asami contuvo el impulso de extender
la mano y empujar su pelo para ver de nuevo sus ojos. En vez de eso se sentó y
esperó mientras Korra fruncía sus labios y tomaba un largo y profundo suspiro.
--"Te- te dije que... tu serías la única persona a quién yo le
cantaría"--. Asami sintió que su aliento se estancaba. --"Quiero hacerlo.
Si tú sigues interesada"--
Su sonrisa creció en toda su extensión. --"Me encantaría escucharte"--
Korra asintió, todavía intentando recuperar su confianza. Tomo unas cuantas
respiraciones y cerró los ojos antes de dejar la mano entre el espacio en la
bañera entre ellas. Asami se quedó mirando su mano por un momento antes de
darse cuenta de lo que quería hacer Korra, entonces dejó caer su mano,
entrelazando sus dedos con los de Korra.
--"No te rías"--, le susurró Korra, con una pequeña sonrisa en su
rostro.
Asami rodó sus ojos --"Nunca
lo haría"--
Tragando su miedo, Korra comenzó:
"Las hojas de vid
Caen lentamente
Como diminutas y frágiles
conchas
A la deriva sobre la espuma
Pequeño niño soldado
Ven marchando a casa
Valiente niño soldado
Ven marchando a casa
Esas hojas ya cayeron
De las ramas de maleza
Cayendo lentamente a la
deriva
Descansando en el suelo
Pequeño soldado
Tomado desde casa
Obligado a luchar en la
guerra
Eso no te pertenece
Las hojas de vid
Caen lentamente
Como diminutas y frágiles
conchas
A la deriva sobre la
espuma"
Su voz era tan suave y maravillosa como lo que estaba cantando. Sus ojos
cerrados, apretando la mano de Asami, presionándola con ciertos cambios de
tonos. Había una calma en sus rasgos, las líneas de dolor de los dos últimos
meses se habían ido. Asami se perdió en las palabras, en el sonido y en la
presencia de aquella chica a su lado. Por un momento ella pudo fingir que ellas
eran las dos únicas personas en el mundo, y todo fue perfecto.
"El pequeño soldado dijo
'Llévenme a casa'
El durmiente niño soldado
Es llevado a casa"
Cuando Korra abrió de nuevo los ojos, ella suavemente observó a Asami. La
sonrisa que estalló en el rostro de Korra, fue el indicativo del hecho de que
Asami en efecto estaba llorando. Ella sorbió, secándose las mejillas y dejó
escapar una suave risa.
--"Espíritus, Korra. Eres tan hermosa"--. El agarre de Korra se tensó
y Asami se dio cuenta de lo que dijo. Una retracción se instaló en sus labios --"Tu voz es tan hermosa"--, pero eso pareció inadecuado, como llamar a
las luces que bailaban por la noche en los cielos 'bonitas'. No fue suficiente.
Nunca lo sería.
--"Todavía quiero estar contigo, Asami"--. Susurró Korra, mirando sus
piernas, no afectadas por el agua caliente. --"Si me das tiempo... intentaré
y estaré-"--, ella suspiró, sacudiendo la cabeza. --"Me pondré mejor y
cantaré para ti todas las noches, si quieres que lo haga"--
Asami sonrió, inclinándose y suavemente tocó con sus labios los de Korra.
Fue un beso casto, de no más de unos pocos segundos, cuando ella se alejó pudo
observar el rubor en las mejillas de Korra.
--"Esperaré por ti"--
<3 Lo amé
ResponderEliminarSi de por si ya estaba chillando con el pasado de Yasuko y Asami, Korra cantando Hojas de vid me hizo un grifo abierto :"v
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