Trilogía Buscando el equilibrio: I Recuperación
Capítulo. 14 – Yermo
--"¿Quieres parar?"--.
Korra rió entre dientes, mirando a Asami mientras cruzaba sus brazos sobre su
pecho y resopló. --"¡Mi padre necesita de tu ayuda!"--
Asami suspiró. -"Lo sé, pero... pareces tan ansiosa de deshacerte de
mí"-
--"No estoy ansiosa. Será
bueno para ti ¡Sal de este lugar y ve apropiadamente la ciudad!"--. La
sonrisa de Korra vaciló un poco. Asami se dio cuenta, porque ella siempre se
daba cuenta. --"Es solo un día"--
--"¿Por qué no vienes con nosotros? Yo podría empujarte alrededor de
toda la ciudad"--
--"No puedo. Ayer la sesión de curación pateó mi trasero. Katara me tuvo
haciendo ejercicios de brazo en el agua. Te estoy diciendo, esa mujer secretamente es malvada"--
Asami no pudo evitarlo. --"Sabes, tú estuviste casada con ella en otra
vida"--
--"Sami"--, Korra hizo una
mueca. --"Voy a hacer un gran esfuerzo de no pensar en ello, o pensar en que
soy una clase de padre para Tenzin. Hay cosas raras sobre el Avatar que
simplemente no hablamos"--. El humor de Korra era mejor de lo que había sido
en semanas desde el susto con Senna.
La lesión en el pie de Asami había curado mucho más rápido de lo que pensó
desde que dejó esa noche a Senna y a Korra. La verdad sobre la mente sacudida
de Korra había afectado a todo el mundo. Sin embargo, hoy se sentía mejor,
ligera. Tonraq se había presentado a ella en la mañana para preguntarle a Asami
si podría acompañarlo por la ciudad para tener una "experta opinión"
sobre las motos de nieve.
Ella estaría mintiendo si dijese que no había sonado divertido. Ella
adoraba a Tonraq, y que él le estuviese pidiendo ayuda con algo era un honor,
pero dejar a Korra por un día era completamente nuevo. No había estado lejos de
ella más que solo unas horas desde la primera noche después de la pelea.
Asami podía fingir todo lo que ella quisiera sobre su preocupación de
separarse de Korra. Pero la verdad era que el sentimiento de ansiedad de
separarse de ella no se iba.
--"¿Segura que vas a estar bien?"--
--"¡Ella va a estar bien!"--,
Asami se volvió cuando Kya entró en la habitación, con su pelo gris colgando y
su sonrisa en su rostro. Esta crecía mientras miraba a Asami. --"No te
preocupes, Senna y yo nos ocuparemos de tu chica"--
Ella no podía asegurarlo, pero Asami podía apostar que su rostro estaba tan
rojo como la chaqueta que vestía. --"¿Qu-qué... lo sé"--. Apenas logró
balbucear estas palabras antes de mirar a Korra, que estaba mirando hacia su regazo,
con sus propias mejillas con un agradable color rosado junto a una sonrisa en
su rostro.
Pequeños momentos como ese - con miradas y gestos como los que hacía Korra
- le recordaban a Asami lo enamorada que estaba. Korra era su persona favorita
en el mundo.
--"Así que está decidido"--. Kya palmeó la espalda de Asami --"Ve
a ayudar a Tonraq con sus motos de nieve, nosotras manejaremos a la
Avatar"--
Korra se burló. "--¿Manejarme? Nadie
puede manejar esto"-- Ella levantó y flexionó su brazo. No era como hace
meses atrás, pero sus músculos todavía se contraían en el movimiento. Asami
sonrió ante el buen humor de Korra.
--"Oh, no lo sé. Creo que yo podría manejarlo"--. No estaba segura de
porqué estaba flirteando con ella tan descaradamente. Las cosas habían sido así
desde la noche en que le había dicho a Korra que la amaba y ella la había
besado de vuelta. Ellas coqueteaban, se tocaban, y dormían juntas todas las
noches. Aunque nada estaba definido, nada de eso salía fuera de los límites.
Eso no significaba que Asami había dejado de pensar en los límites. Sus
toques siempre eran inseguros, y sus mañanas estaban llenas de largas miradas e
incómodos intercambios. La realidad, era un tormento, y todo lo que Asami
quería era llevar a Korra al baño, como lo hacía cada mañana, y que Korra le
ofreciera unirse a ella.
El rubor de Korra estalló de nuevo y suavemente bajó su brazo. Asami había
notado hace unas semanas que mientras Korra continuaba con sus ejercicios de
brazos, ella podía comprobar la tonicidad de sus músculos para ver si eran como
antes solían serlos. Korra estaba muy consciente de la mirada que ella solía
darle de una manera única. Ella siempre había sido tan fuerte y poderosa, y con
sus curvas y sus músculos lejos la confianza de Korra había disminuido.
Un suave golpe en la puerta llamó la atención de todas. Tonraq vestía una
gruesa chaqueta y sus ojos estaban sobre Asami. --"¿Estás lista para
ir?"--
--"Uh..."-- Asami echó un vistazo a Korra, que asintió con su cabeza
hacia la puerta. --"Claro"--, dijo mientras cogía el abrigo de piel que
Senna había conseguido para ella, colocándosela encima. Ella caminó hacia
Tonraq y sonrió. --"Vamos a conseguir algunos vehículos de nieve"--
Cuando ella miró por encima de su hombro, Korra se estaba dirigiendo hacia
ella, con una sonrisa en sus labios. Asami ya la echaba de menos. Era tan
profundo el amor que sentía que ni siquiera podía recordar cómo era su vida
entes de ella.
***
--"¿Por qué vinieron con nosotros?"-- Asami preguntó mientras ella y
Tonraq caminaban por las calles de la ciudad. Unos treinta pasos detrás de
ellos, había tres guardias del Loto Blanco, manteniendo su distancia mientras
caminaban en línea entre ellos.
Tonraq se encogió de hombros. --"Es lo que hacen. He tenido al menos dos
de ellos conmigo cada vez que me he alejado del palacio desde que Korra
llegó"--
--"Pero ¿no se supone que deben proteger al Avatar?"--
--"Tal vez están aburridos. Nos trajimos quince de ellos desde Ciudad
República y el resto se quedó con Tenzin. Quince personas para vigilar a una
chica que la mayor parte del tiempo se la pasa en su habitación es un poco
excesivo"--
Asami suspiró cuando una ráfaga de viento paso por el aire. Sería la
primera en admitir que ella no era fan del Loto Blanco. Ellos representaban
todo lo que Asami odiaba cuando se trataba de Korra, en que a ellos no le
importaba para nada Korra. Para ellos, todo era sobre la protección del Avatar. Ninguno de ellos se molestó en ayudar a Korra. Ellos no ofrecieron consuelo o
condolencias. Cualquiera cosa que haya sido antes el Loto Blanco, eso ya no existía.
Ellos no eran más que porteros, protegiendo un siempre encadenado castillo.
Cualquier cosa que le pasara al Avatar a ellos no les importaba, siempre y
cuando el ciclo no terminara.
--"Creo que necesitamos algo para comer ¿no crees?"--. Asami levantó
la vista para encontrar que Tonraq estaba observando una tienda de dulces y
sonrió cuando empezó a reducir la velocidad. --"No es divertido ir de
compras con el estómago vacío"--
--"Así que de ahí es de donde Korra lo heredó"--, Asami bromeó,
oyendo la risa de Tonraq. --"Te juro... esa chica ama los pasteles
dulces"--
Tonraq asintió. --"Me temo que es cosa mía. Cuando estaba en el recinto
y sabíamos que estaba teniendo días duros, yo siempre salía a comprar una bolsa
de pasteles dulces. Ella y yo los comíamos juntos durante las visitas y
entonces siempre competíamos en ejercicios de quinientas flexiones para quemar
las calorías. La primera vez que ella me venció en una competencia supe que
tenía que reducir las porciones de pasteles dulces"--. Sus ojos se volvieron
reflexivos, con orgullo brillando a través de ellos mientras observaba
distante. --"Sin embargo, esto no ayudó. Cada día ella se hizo más fuerte y
rápida. Nunca he conocido un atleta como Korra"--
Asami rió entre dientes. --"Deberías haberla visto cuando ella jugaba
pro-control"--
--"Estoy tan molesto con eso"--, dijo frunciendo el ceño. --"Me
hubiera gustado verla jugar un juego. He oído historias de Mako y Bolin,
incluso Tenzin me ha dicho algo al respecto. Korra y yo siempre escuchábamos
juntos los partidos de pro-control en la radio"--
Entraron en la tienda de dulces y Asami miró hacia atrás para ver como un
guardia del Loto Blanco cruzaba la calle para dirigirse hacia un quiosco al
otro lado. Cuando ella y Tonraq llegaron al mostrador, él ordenó cuatro
pasteles dulces.
--"Ni siquiera supe cómo ella lo hizo, fue como... si hubieras
parpadeado en ése momento, te lo hubieses perdido. Pero el agua golpeó el
rostro de Tahno y su casco salió volando lejos, cayendo él del pedestal y
solo... la arena entera estuvo en shock"--
El pecho de Tonraq se hinchó mientras conversaban. Asami adoraba la forma
en que sus ojos se iluminaban cuando hablaban de su hija. Le recordó cuán
orgulloso se ponía su propio padre cuando se enteraba de sus logros. Asami
podría odiar a su padre por las cosas que hizo junto a los Igualitarios y por
sus creencias, pero nunca podría odiar al hombre que era años antes que
sucediera todo eso. Siempre la había amado y la había hecho sentir como si ella
pudiera hacer cualquier cosa.
Se alegró cuando el orden volvió a ella, cuando la máscara de repentina
tristeza se lavó de ella. Tonraq se puso de pue para tomar los pasteles y Asami
se levantó para mirar a través de la ventana otra vez. Los guardias del Loto
Blanco estaban esparcidos alrededor. Dos de ellos estaban charlando de brazos
cruzados en la puerta, y el tercero estaba sentado en el suelo leyendo algo,
con la espalda contra la ventana de los dulces.
--"¿Puedes ocuparte de ellos?"--, preguntó Tonraq. --"Voy a usar
el baño"--. Asami tomó la bolsa y volvió a salir para esperarlo. La conversación
de los dos guardias cesó tan pronto cuando ella apareció. Ambos se irguieron de
inmediato y ninguno se atrevió a mirarla. Asami lucho contra el impulso de
rodar sus ojos, como si acompañarla a ella y al jefe de la Tribu del Agua del
Sur fuera una importante misión. Como si ella y Tonraq no pudiesen manejar
alguna situación que pudiera surgir en el camino.
La idea hizo sonreír un poco a Asami. A ella le encantaría pelear junto a
Tonraq. Si era algo como luchar junto a Korra ya podía sentir como la invadía
una descarga de adrenalina.
--"Disculpe"--, el tercer guardia del Loto Blanco se había levantado
y acercado hacia ella. Era bastante atractivo en realidad. De piel oscura como
Tonraq y con una mandíbula muy bien cincelada, con ojos color ámbar. Tenía un
indicio de una sonrisa en su rostro mientras se acercaba. Por un segundo Asami
se preguntó si iba a venir a golpearla.
--"¿Está todo bien?"--, ella preguntó con cautela. Nunca antes se
había dirigido a un guardia del Loto Blanco.
Él se encogió de hombros. ---"No ha sido así desde un tiempo,
supongo"--
Asami frunció el ceño. --"Supongo que no"--
--"Usted es muy cercana al Avatar ¿verdad?"--
--"Oki-"--
Asami observó detrás de ella. Uno de los guardias lo había llamado mientras
estaba viendo el intercambio, con una nerviosa mirada en su rostro.
--"Está bien"--, el guardia que se había aproximado a ella, Oki,
alejó su mirada del otro guardia que lo había llamado y se volvió hacia Asami.
--"Sí, soy cercana a Korra"--
Su sonrisa creció y Asami ya no lo encontró atractivo en absoluto. --"Bien, tenía la esperanza de que tú podrías mostrarle esto"--
Miró hacia abajo al tiempo que él le extendía la mano. Le estaba ofreciendo
un papel, una simple hoja color blanco con letras negras y un título en negrita
en la parte superior y algo escrito debajo de él.
El deber del Avatar
Si mandíbula se tensó, pudo sentir como su corazón comenzó a correr y la
tensión en su pecho comenzaba a emerger. Cuando alzó la vista hacia el guardia,
sus labios estaban fruncidos y tenía sus cejas arriba como si él estuviera
esperando a que ella le diera las gracias por mostrarle eso. Como si él hubiera
abierto sus ojos hacia una nueva forma de pensar en que Korra haría bien en
terminar con su vida para que pudiera continuar de esa forma con el valioso
ciclo del Avatar.
Un momento más tarde, su mano se movió, casi no pudo controlarlo. Asami
agarró la muñeca del guardia y tiró de él antes de agacharse hacia su cabeza y
ponerse tras su espalda. Ella lo tomó del brazo y lo retorció en una horrible
posición, sintiendo como algo cedía ante la presión que ella estaba ejerciendo.
Cuando él gritó de dolor, Asami oyó que la puerta de la tienda de dulces se
abría detrás ella.
--"¡Asami!"-- era Tonraq, pero ella no pudo contenerse, no ahora.
Ella usó la mano libre para agarrar la parte posterior del uniforme del guardia
y empujarlo hacia delante junto a los dos guardias. De repente los tres estaban
en el suelo. --"¿Qué está pasando?"-- preguntó Tonraq, en shock
y a la vez profundamente confundido.
Echando un vistazo al suelo, Asami vio que la bolsa de pasteles había caído
junto al volante. Sus ojos se ensancharon al darse cuenta de que Tonraq estaba
de pie junto a ella, y rápidamente ella se inclinó para recoger el trozo de
papel. Tan pronto como lo tuvo en las manos lo arrugó y lo tiró hacia la calle.
Su pecho estaba agitado y su corazón latía con fuerza. Dos de los guardias
sostenían al que había hablado con ella, quien agarraba su brazo y se quejaba
de dolor.
--"¡Estás loca!"-- le gritó Oki, con sus ojos disparando dagas hacia ella.
Asami dio unos pasos antes de que unos fuertes brazos agarraran su cintura. --"Asami"--, él la apartó, pero ella luchó contra él. Ella no quería nada
más que usar esa patética excusa contra el guardia para patearlo hacia la
calle. --"¡Asami!"-- la voz de Tonraq fue un poco más fuerte esta vez. Se
las arregló para alejarla y sostenerla firme, pero ella todavía observaba sobre
su hombro al guardia que estaba siendo ayudado a ponerse de pie. --"Asami Sato, ahora es momento para que te
calmes"--
Ella miró a Tonraq y sintió que su ira se calmaba un poco. Ella estabilizó
su respiración, aunque sus ojos se estrecharon ante aquella frase. --"¿Hora de calmarme?"--
El rostro de Tonraq se iluminó en una sonrisa. --"Si, necesitas
relajarte. El pobre guardia ya está llorando"--
--"No es suficiente"--, dijo Asami apretando los dientes. No quería
decirle a Tonraq por qué, no quería decirle que alguien le había sugerido que
su hija debía suicidarse. A pesar de que ciertamente ya lo había oído antes.
Tonraq finalmente dejó a Asami, colocándose entre ella y los guardias. --"Ustedes deberían regresar al palacio. Que alguien se ocupe de ese brazo,
y tal vez no tengan que acompañarme más a mí o a la señorita Sato. Su trabajo
es proteger a mi hija, y estoy al tanto de lo que ustedes hicieron para molestarla.
Estoy bastante seguro de que cruzaron la línea. Por favor, váyanse"--. Él
dijo por favor, pero el tono de su
voz era agudo y autoritario. Ninguno de ellos argumentó antes de alejarse
rápido hacia el palacio.
Una vez que ellos se fueron, Asami cayó de espadas contra la pared y se
abrazó a sí misma, tratando de calmarse. Tonraq recogió la bolsa de pasteles
dulces y se volvió hacia ella.
--"No puedo creer que me hayas gritado utilizado mi nombre
completo"--
Tonraq rió. --"No puedo creer que hayas roto su brazo. Lo vi desde el
interior de la tienda. Eres más rápida de lo que esperaba"--
--"Soy más rápida de lo que cualquier persona esperaría"--, dijo
Asami, contenta de que Tonraq no le hubiera preguntado por el incidente. Lo vio
meter una mano en la bolsa y sacar un pastel de él, el cual le ofreció, con su
rostro lleno de orgullo.
Asami lo tomó con alegría, su estado de ánimo de repente era mil veces
mejor. --"¿Qué te parece si nos saltamos las motos de nieve?"--, preguntó
Tonraq. --"Tengo algo que quiero mostrarte"--
--"Cuenta conmigo"--, dijo Asami, tomando un bocado de su pastel
dulce. Al momento de colocarlo contra su lengua sintió que sus rodillas se
debilitaban. --"Oh, wow"--, masculló. --"Esto está increíble"--,
Asami observó que Tonraq se llevaba uno a la boca y volvió a mirar los pasteles
restantes. --"¿Estas... seguro de que cuatro serán suficientes?"--
Él sonrió. --"Vamos por cuatro más"--
***
Habiendo terminado su quinto pastel dulce, Asami estaba felizmente llena y
riendo de una historia de Korra quedándose atrapada en un canasto cuando ella
tenía dos años.
Ellos habían dado un paseo lejos de la ciudad y estaban viajando en una
carretera estrecha hacia el agua. Todo eso era nuevo para Asami, ella no
conocía la mayor parte de la Tribu Agua del Sur. Pero, a pesar de frío, todo
era hermoso.
Eventualmente el viaje terminó y entonces comenzaron a caminar hacia una
especie de lago. Asami estaba bastante segura de dónde ellos estaban. La
conversación entre ambos se había detenido, pero la comodidad seguía en el
aire. Tenía una sensación tan familiar de seguridad en torno al padre de Korra.
Como si ella pudiera decirle cualquier cosa esperando que él la entendiera.
Cuanto más se acercaban al agua, menos nieve impactaba en el suelo. Éste era
sólido, como una roca congelada, que se congelaba antes de que el agua lo
consumiera. Cuando Tonraq se detuvo, Asami se acercó a su lado, cruzando sus
brazos para conservar su calor. Miró a Tonraq junto a ella, sus ojos buscaron
la respuesta a una pregunta no formulada. --"Aquí es donde tú solías traer a
Korra ¿verdad?"--
Él asintió con la cabeza, y un suspiro se escapó de él. --"Si. Era
invierno cuando llegamos aquí y encontramos a ese pequeño cachorro de
pingüino-nutria, en ése entonces había más nieve apilada junto al agua, como
pronto lo estará. Me acuerdo que traía a Korra a lugares como este cuando
empezó con el agua control. Ella tenía un talento natural, más que cualquiera
pudiera poseer. En ese entonces solo pensaba que tenía una hija prodigiosa.
Pensaba que tal vez podría llegar a ser como la maestra Katara. Nunca imaginé
que ella sería la Avatar hasta que utilizó su fuego control por primera vez. La
vez que lo hizo, me pregunté por qué no lo había visto venir antes"--
Asami se mordió el labio cuando él profirió esas palabras, ellas
significaban algo completamente distinto para ella.
¿Por qué no lo vi venir
antes?
Ella suspiró, recordando su pensamiento anterior. Ella podía decirle
cualquier cosa a Tonraq. Era la oportunidad perfecta.
--"Renuncié a mi puesto en Industrias Futuro"--. Tonraq se volvió a
observarla. Él no había preguntado, él no se movió en absoluto, solo la observó
mientras continuaba. --"Cuando... fui a decirles que iba a venir hasta acá,
el consejo de directores me pidió que lo reconsiderara. Eso era porque me
necesitaban en la oficina y había dejado pasar demasiado tiempo fuera. Yo no
tenía que renunciar. Soy la CEO ¿sabes? Podía tirar la maldita compañía fuera
de mi casa. Creo que Korra fue mi manera de salir de allí"--. Se dio cuenta
de lo que había dicho y dio marcha atrás. --"No es que haya usado a Korra
como excusa para irme. No. Habría seguido a Korra a cualquier lugar, tú lo sabes-"--
--"Relájate, Asami. Nunca he cuestionado tus intenciones con mi
hija"--. Él sonrió y asintió con la cabeza, respirando y presionando hacia
adelante.
--"Yo solo... Nunca quise eso ¿sabes? Mi plan siempre fue que mi padre
dirigiera la compañía y yo me encargaría de diseñar cosas. Podría construir
cosas y él me daría todos los recursos para cambiar el mundo. ¿Sabías que yo no
había sido capaz de construir nada nuevo en un año hasta que hice la silla de
ruedas de Korra? Estaba tan ocupada en papeleos y reuniones que nunca fui capaz
de dedicarme a lo que amo. Entonces... al segundo de que ellos desafiaron mi
decisión de irme con Korra, me alejé"--
Asami terminó con un movimiento de la cabeza y observó el suelo. El agua se
balanceaba lentamente en el lago, cada vez más cerca de sus pies con cada paso
que daba.
--"¿Te arrepientes?"--
Ella alzó la vista hacia él inmediatamente. --"No, ni por un segundo.
Incluso... más allá de que Korra fuera mi primera prioridad, yo solo estaba...
aliviada. Me ahogaba bajo la presión de mi padre y... todo lo que había pasado
entre nosotros en aquel lugar. Cuando las cosas se calmen me gustaría empezar
de nuevo, construir mi propia compañía. Hacer algo mejor bajo el apellido
Sato"--
Cuando Asami sintió una mano caer a su hombro, una cálida sensación volvió
y se asentó en sus huesos como si fuese una vela de combustión lenta. Tonraq se
acercó a ella, su otra mano se colocó en su hombro libre.
--"Tú no has traído más que honor al apellido de tu familia, Asami. No
conozco a tu padre, no emitiré juicio contra él, pero he de decir que cualquier
padre quien está dispuesto a renunciar a una hija como tú es un tonto. Eres una
mujer increíble. No soy tu padre, pero... estoy tan orgulloso de ti"--
El calor se agolpó en sus ojos. Ella tragó un grueso nudo formado en su garganta
y sonrió. --"Gracias"--
Con eso, él tiró de ella más cerca y ella envolvió sus brazos alrededor de
su gran cuerpo, dándose cuenta lo mucho que disfrutaba abrazarlo. Le recordaba
en gran medida a Korra. Tan fuerte y poderoso, pero suave y acogedor. Toda esta
familia estaba empezando a significar mucho para ella. Ella quería perderse en
el afecto que ellos le habían mostrado.
--"Quiero que sepas que tú siempre tendrás un lugar aquí. Pase lo que
pase entre tú y Korra, ya has mostrado tu carácter tanto a mí como a Senna en
la forma en que has cuidado a mi hija. Sin esperar nada a cambio. Muchas
personas asumen que Korra les debe algo porque ella es el Avatar, pero no tú.
Tu amor por ella, tu respeto y compasión por ella… esas cosas los padres jamás
la olvidan. Si tú estás buscando un hogar, ya tienes uno con nosotros"--.
Las lágrimas caían libremente mientras las palabras caían sobre ella. Tonraq se
apartó, pero mantuvo sus manos sobre los hombros de Asami. --"Estaríamos
honrados de considerarte como parte nuestra familia"--
La sonrisa de Asami casi dividió sus mejillas. --"No estoy segura de
poder pedir más que eso"--
--"Bien"--, él palmeó su hombro. --"Simplemente no dejes
embarazada a mi hija"--
Sus risas llenaron el aire.
***
El sol estaba empezando a ocultarse cuando Asami y Tonraq regresaron. Para
entonces, el calor del día se había alejado y el viento había comenzado a
correr, el aire era más frío que antes. Asami estaba agradecida de volver a las
paredes del palacio.
Estaría mintiendo si decía que no estaba ansiosa de ver a Korra. Había sido
un día maravilloso con
Tonraq, pero estar lejos de Korra tanto tiempo era
extraño. A ella no le gustaba eso.
Preocúpate de ti, tu
estúpida nerd, pensó
Asami mientras abrazaba a Tonraq. Por encima del hombro captó la mirada se
Senna observándolos desde la sala principal, con una sonrisa en su rostro. --"¿Qué?"--, preguntó Asami, retrocediendo de Tonraq, volviéndose hacia
su esposa.
Senna se encogió de hombros. --"Nada, querida, solo... ya lo verás"--
Asami frunció un poco el ceño, confundida y luego miró a Tonraq, quien
también tenía un brillo en sus ojos. Ellos estaban tramando algo.
--"Ustedes dos son horribles para guardar secretos"--, los acusó, con
su propia sonrisa creciendo cada vez más. --"¿Qué es lo que está
sucediendo?"--
Senna sacudió la cabeza. --"Lo siento, querida. Debemos guardar silencio
bajo la estricta orden del Avatar"--.
El corazón de Asami empezó a correr. --"¿Korra dijo eso?"--, ella miró a Tonraq
de nuevo --"¿Ella hizo que me arrastraras todo el día?"--
--"Asami ¿por qué no vas y lo averiguas?"--
Ella miró hacia el pasillo que conducía hasta la habitación de Korra,
súbitamente aterrorizada. Sus manos estaban temblando y estaba bastante segura
de que su corazón se iba a salir de su pecho, pero haciendo uso de una gran
fuerza de voluntad pudo mover sus pies.
Cuando llegó a la puerta, esa misma puerta que se le había hecho familiar
los últimos meses, de repente se volvió en la cosa más espantosa del mundo.
Extendió su mano, abriéndola lentamente hasta asomarse.
La habitación estaba a oscuras, pero no completamente. Había una ondulante
luz dispersaba por todos lados y cuando vio la primera vela sobre el velador de
Korra, su estómago se volcó. Mientras más abría la puerta, más velas y
candelabros quedaban al descubierto. Estaban por todas partes, dispersos a través
de todos los estantes y muebles de la sala.
Finalmente, abrió la puerta lo suficiente para ver a Korra sentada en su
silla de ruedas delante de una mesa, completamente vestida. Ella se veía
hermosa, su pelo estaba suelto salvo por el par de colas de lobo que caían a
ambos lados de su rostro. El vestido que llevaba era el mismo que vestía cuando
Asami la conoció, el mismo que Asami había escogido para la ceremonia de
Jinora.
Lo mejor de ella, sin embargo, era su sonrisa. Ella estaba mirando a Asami
con la sonrisa más brillante que había tenido en meses. Tenía las manos
cruzadas en su regazo, son sus ojos brillantes y felices. Asami mordió con
fuerza su labio, obligándose a no llorar.
--"Hola"--, le dijo Korra, su sonrisa se desvaneció un poco --"¿Estás-?"--
--"¿Tú hiciste todo esto?"--, preguntó Asami, intentando recuperar el
aliento.
Korra se sonrojó un poco --"Yo quería hacer algo lindo para ti"--,
ella negó un poco con su cabeza, --"Para nosotras"--
--"¿Nosotras?"--. Asami se acercó hasta la mesa, aun con sus manos temblando.
Fue cuando Korra extendió su mano, ofreciéndosela a Asami. Ella la tomó de
inmediato y sintió como un suave tirón la atraía hacia Korra. Ella se arrodilló
con cuidado, y se inclinó mientras Korra envolvió sus brazos alrededor de ella,
en un cálido y maravilloso abrazo. Cuando sintió los labios de Korra
presionados sobre su cabeza, el cuerpo de Asami se relajó.
--"Asami"--, dijo Korra y ellas lentamente se separaron. La mano de
Korra se encontraba sobre el hombro de Asami y ella la tocó. --"Si eres paciente
conmigo y... puedes perdonar un poco las inseguridades con las que estoy
lidiando en este momento, quisiera estar contigo"--. El rostro de Korra
estaba rosado, con sus ojos azules como nunca los había visto Asami. --"Te
amo, estoy enamorada de ti"--
Si alguna vez hubo un momento en su vida donde Asami pensó que podría ser
capaz de volar, este lo era. Ella se inclinó para besar a Korra, pero se detuvo
y se echó hacia atrás, llegando a rosar suavemente la mejilla de Korra. ---"¿Puedo... puedo besarte?"--, le preguntó, con ganas de escuchar la
respuesta, necesitaba oírla.
Korra volvió a sonreír. ---"Si no lo haces, yo lo haré"--
Eso fue todo lo que necesitó. Ella rió un poco y un segundo más tarde
estaba besando a Korra tan profundamente como nunca lo había hecho. Sus labios
se enredaban con dulzura, Asami inclinó su cabeza para permitir que Korra
ingresara a su boca abierta. Sus lenguas bailaban juntas, Asami estaba
perdiéndose en el sabor de la boca de Korra, de la sensación de sus manos en su
pelo. Era por todo lo que había esperado y finalmente eso había llegado.
Cuando el beso terminó, ella dejó escapar un largo suspiro y sintió a Korra
depositar un beso en su frente y otros a cada lado de sus mejillas.
--"Entonces ¿estás lista para esto?"--
No había ninguna duda en su respuesta. --"He estado lista, he estado
esperando esto desde hace un tiempo. Yo solo... lo que dijiste la otra noche
después de todo lo que había sucedido con mi madre, fue solo..."--. Korra
suspiró, sus ojos rodaron. --"Lo siento, no soy tan elocuente con estas cosas
como tú lo eres. Yo solo..."--. De repente los ojos de Korra estaban
llorando y ella apartó la mirada. --"Significas mucho para mí, y en los
últimos meses he dependido tanto de ti... para todo, y tú siempre estuviste
allí. Nunca he necesitado personas, pero Asami, yo te necesito. Solo estaba
aterrada de que tu no fueras feliz. No quería que estuvieras atascada conmigo
si es que nunca podía volver a lo que antes solía ser"--
--"Korra, yo-"-- Asami comenzó, pero Korra levantó una mano para
detenerla, sonriendo.
--"Lo sé, solo... necesito decirte todo esto"--. Asami asintió, juntando
sus labios, lista para escuchar. --"No dejaba de pensar en que tu no me
encontraras atractiva, llevándome al baño y... todo lo que me has ayudado con
otras cosas. Pero esa noche con todas las cosas que me dijiste, yo solo... no quise
tener más miedo. No quería perder más tiempo. Quiero estar contigo"--
Asami suspiró, sus ojos se cerraron por un momento. --"¿Sin vuelta
atrás?"--. Miró a Korra, quien de nuevo sacudía su cabeza.
--"No. Lo prometo. Podría tener miedo de nuevo y no sentirme lo
suficientemente buena, pero no te voy a alejar"--. Se besaron de nuevo y
Asami puso una mano sobre la pierna de Korra para mantener el equilibrio. --"Ay..."--- gritó Korra y cuando Asami retiró su mano ella estaba
estremeciéndose. Ella bajó la vista para observar la mano de Asami sobre su
pierna, con sus ojos muy abiertos en shock. --"Yo... yo puedo
sentir eso"--. Asami mantuvo la mano en la pierna de Korra, pero aflojó su
agarre, frotando hacia arriba y hacia abajo.
--"¿Puedes sentir tus piernas?"--, Asami gritó, con ganas de abrazar
a Korra o de llorar alegre por este desarrollo.
Sin embargo, Korra agarró la mano de Asami y la quitó, su cara estaba
retorciéndose de dolor. --"Sami... me duele"--. Ella estaba luchando para
hablar, luchando con su respiración mientras el dolor parecía asentase sobre
ella.
Todo se vino abajo cuando Asami se puso de pie y levantó a Korra de la
silla para llevarla a la cama. Ella la acostó, viendo como Korra intentaba
calmarse. El vestido hacía que fuera más fácil ver la pierna de Korra, y Asami
lo subió para revelar la piel, que era de un color rojo oscuro. Ella
extendió su mano, colocándola sobre la pierna de Korra, sintiendo su pulso con
el calor.
Asami no dijo ninguna palabra antes de recoger a Korra y llevarla a sus
padres, al siguiente momento ella abandonó la habitación en su búsqueda.