Capítulo 33
Korra caminó
lentamente a través de la tienda vacía, tocando las estanterías vacías mientras
caminaba. Casi habían terminado el interior…un par de semanas cuando mucho.
Entonces ella y Iroh II tendría su propio paseo oficial con el contratista,
pero ella se encontraba aquí casi todas las noches, comprobando el trabajo.
El patio de
comidas resultó ser exactamente como lo había previsto y los estantes
inclinados a cada lado de la tienda, añadían una dimensión diferente a los pasillos
de la tienda de comestibles estándar. Su mirada recorrió de un lado al otro; se
sintió nuevamente abrumada por el espacio. Necesitarían una gran cantidad de
inventario para llenarla. El pánico la inundó por un momento. Tal vez era demasiado
grande ¿Qué pasaría si no tuviese buena acogida? ¿Qué pasaría si nadie en Brook
Hill estuviese interesado en los alimentos naturales?
—Me encanta
Korra se volteó
sorprendida por la voz. Asami era la última persona que esperaba allí.
—Es grande
—No, es
demasiado grande— Korra caminó dirigiéndose hacia la parte trasera donde estaban
los refrigeradores. Sintió que Asami la seguía. — ¿Cómo sabías que estaba aquí?—
preguntó finalmente.
—Vi la camioneta
al frente. Y probablemente deberías cerrar las puertas si estás aquí sola— dijo
Asami con una sonrisa.
—Sí. Nunca se
sabe quién pudiese entrar de la calle— bromeó ella. Su sonrisa se desvaneció cuando
sus ojos se encontraron
—Acerca de la
otra noche…— dijo ella —…debo pedir disculpas
— ¿Y por qué
exactamente vas a pedir disculpas?—
Korra miró hacia
otro lado —No las invité aquí. Y Kuvira y yo...no hay nada entre nosotras,
Asami
—No tienes que
darme explicaciones
Korra se
encontró nuevamente con sus ojos — ¿No tengo que hacerlo?
Asami fue la
primera en apartar la mirada —Ella parecía...muy posesiva contigo— dijo ella —Dejó
muy claro que eran más que amigas
—Es solo eso.
Realmente ni siquiera somos amigas— dijo ella
—Kya le habló de
ti, de nosotras, de nuestro pasado. Creo que más que nada su curiosidad se despertó
—Y ella quería
hacerme saber que ustedes dos también tenían un pasado— declaró Asami.
Korra se volvió
hacia ella
—A Kuvira le
gustan los juegos. A mí no
Asami se acercó
más, alcanzando con su mano la de Korra, entrelazando sus dedos
—Bien. Porque
soy demasiado vieja para los juegos
Korra tiró de
ella acercándola más, sus ojos se sostuvieron — ¿Qué quieres de mí?—Asami
inclinó su cabeza
—Creo que la
pregunta es... ¿qué quieres tú de mí?
Korra apretó los
dedos de Asami, tirando de ella aún más cerca —Quiero lo que siempre he
querido. Pero que nunca pude tener— dijo ella bajando su cabeza y rozando la
mejilla de Asami con sus labios —Quiero todo de ti— susurró ella. Deslizó su
mano hacia arriba por el cuerpo de Asami, deteniéndose debajo de su pecho —No
sólo tu cuerpo— dijo ella, permitiendo que su mano continuara su trayecto,
viendo como los ojos de Asami se oscurecían mientras pasaba su pulgar por su
pezón —Tu cuerpo, tu alma...tu corazón
—Siempre has
tenido mi corazón, Korra— murmuró Asami mientras sus labios se movían hacia la
boca de Korra.
Korra permitió
que el beso se profundizara, su lengua trazó el labio inferior de Asami antes
de deslizarse hacia adentro, encontrando la lengua de Asami en una batalla
hambrienta. La presionó contra la puerta del refrigerador, empujando su muslo entre
las piernas de Asami separándolas. Asami se aferró a ella, pequeños sonidos de
placer provocaron gemidos recíprocos de Korra.
Korra se retiró
lentamente, sonriendo contra los labios de Asami — ¿Por qué siempre pasa esto?
Asami se alejó
de ella, sus miradas encontrándose intensamente —Porque estamos enamoradas la
una de la otra
Korra asintió —Sí.
Siempre
Asami entonces
bajó su cabeza, pero no antes de que Korra viera las lágrimas en sus ojos. La
abrazó, sosteniéndola con fuerza.
—Lo siento
muchisimo— susurró Asami mientras enterraba el rostro en el cuello de Korra —Tantos
años perdidos
—No, no llores—
dijo Korra en voz baja —Aquí mismo, ahora mismo...nada se ha perdido— la apretó
con más fuerza y luego la soltó, elevando su barbilla con su mano —Éramos unas
niñas en aquel entonces ¿Qué se suponía que debíamos hacer? ¿Huir? Como dijiste
entonces, sabíamos que tus padres nunca lo permitirían
—Debí habérselos
dicho
— ¿Acerca de
nosotras?— Korra negó con la cabeza —No. Tu madre probablemente me hubiese
mandado a la cárcel— dijo con una sonrisa —Y mi madre hubiese quedado en la
calle— hizo una pausa —Las cosas hubiesen sido diferentes. No tendría mis tiendas.
Tú no tendrías a tu chico genio— agregó ella —Tal vez las cosas debieron
suceder de esta manera
La mano de Asami
rozó el rostro de Korra y luego su cabello —Quiero estar contigo— susurró ella —Quiero
hacer el amor contigo
Como siempre, el
corazón de Korra se aceleró, pero negó con la cabeza —Te lo dije, no voy a tener
una...
—Yo...yo he
firmado los papeles— dijo Asami —Y se lo dije a mi madre
Korra frunció el
ceño — ¿Has firmado los papeles del divorcio?
—Sí
Ella dejó
escapar un profundo suspiro —Tenía tanto miedo de que no siguieras adelante con
eso— admitió ella. Entonces levantó las cejas — ¿Qué le dijiste a tu madre?
—Le dije...que
era gay
El corazón de Korra
casi dejó de latir y la miró con incredulidad. Asami le sonrió.
— ¿Estás
sorprendida?
—Dios mío, sí—
dijo ella
—Nunca pudiste
admitírmelo a mí
—No pude
admitírmelo a mí misma— Asami la corrigió —La otra noche cuando llegaste, todo
fue tan claro como el cristal. Odiaba que estuvieses con Kuvira y lo que
podrían estar haciendo. Y cuando apareciste, la mirada en tus ojos...todo
estaba tan claro. Esa es la mirada que quiero ver el resto de mi vida
—Dios...Asami— Korra
llegó hasta ella acercándola nuevamente, sintiendo como los brazos de Asami
rodeaban su cintura —Quiero que esto sea real
—Es real. Esta
vez es real
Korra la besó
lentamente, pero se retiró cuando sintió que las manos de Asami se movieron por
su cuerpo. Por todo lo que quería con Asami, la tienda no era el lugar para iniciarlo.
— ¿Y tu madre?
¿Enloqueció?
Asami asintió,
alejándose de Korra —Por decir lo menos. Sus últimas palabras fueron: Creo que necesitas
ayuda psiquiátrica
Korra sonrió —No
puedo creer que se lo dijeras. Dios, me gustaría haber estado allí
—Tú estabas allí
en espíritu. No creas que ella no te culpó
—Si sólo tuviera
el poder— murmuró mientras acercaba a Asami nuevamente, incapaz de resistirse a
ella.
—Ven conmigo a
casa— le susurró Asami al oído —Ha pasado tanto tiempo, Korra. Quiero hacer el
amor contigo. Esta noche
Korra la besó
con fuerza
—Sí. Dios, sí
Ella le tomó la
mano, llevándola rápidamente a través de la tienda. Estuvo a punto de cerrar
cuando su teléfono sonó. Era Iroh II. Tenía toda la intención de ignorarlo,
pero Asami asintió.
—Está bien.
Respóndele
Ella asintió con
la cabeza
—Hey ¿qué pasa?—
preguntó ella.
—Es mamá.
Estamos de camino al hospital
Korra se quedó
helada
— ¿Qué pasó?
—No lo sé. La
encontramos en el suelo. Estaba aturdida, no responde
Korra tomó la
mano de Asami y la apretó —Estuve allí, no hace ni una hora— dijo ella.
—Diablos, no lo
sé, Korra. Tal vez tiene un derrame cerebral o algo así
—Está bien.
Estoy en camino— miró a Asami viendo el miedo en sus ojos.
— ¿Senna?
—Sí. Iroh II la
encontró en el suelo. Él piensa que pudo haber tenido un derrame cerebral o
algo así
Asami apretó su
mano con fuerza —Vamos
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Asami miró a
través de la sala de espera hacia June, la esposa de Iroh II. Akame y Zhou
estaban sentados a su lado, los tres con miradas solemnes en sus rostros. Asami
estaba sentada en silencio, negándose a creer lo peor. Con los años, Senna se
había convertido en mucho más que una amiga para ella. Asami estaba más cerca
de Senna que de su propia madre.
Cerró los ojos
por un segundo, deseando tener el derecho de estar con Korra. Korra lucía tan asustada.
Asami había querido consolarla, pero, bueno, no sabía cuánto…si acaso…Iroh II y
June sabían de su pasada relación. Se preguntaba si pensarían que era extraño
que incluso estuviese aquí en primer lugar.
—Sabes que Senna
piensa en ti como a una hija ¿no?— Asami fue sorprendida por la voz de June.
Sonrió ligeramente
—Te lo
agradezco. He conocido a Senna toda mi vida. A través de los años, ha sido más
una madre para mí que mi propia madre
June abrió su
bolso y sacó unos billetes, entregándolos a Zhou y a Akame — ¿Por qué no nos
traen algo de beber?— miró a Asami con las cejas levantadas, pero Asami negó
con la cabeza.
Tan pronto como
se fueron los chicos, June se levantó uniéndose a Asami en su lado de la sala
de espera — ¿Puedo sentarme contigo?
—Por supuesto
June juntó las
manos, dejando escapar un profundo suspiro
—Iroh II ha
estado tan emocionado de estar de regreso aquí, con su mamá y con Korra. Siente
que perdió tanto mientras estaba en el ejército. Él quería un poco de tiempo
con ellas. Como una familia
—Senna es una
mujer muy fuerte— le recordó Asami.
—Es sólo que ha
pasado por tanto— June la sorprendió al extenderse y tomar su mano —Sé que tú y
yo no somos exactamente amigas, pero con el paso de los años, Senna me ha
hablado de ti a menudo. Espero no estar fuera de lugar al decir esto, pero su
mayor deseo siempre había sido que tú y Korra se reencontraran otra vez
Asami fue
sorprendida por sus palabras —Y yo que pensaba que tú y Iroh II no tenían idea
de nuestro pasado— dijo ella sintiéndose un poco avergonzada por saber que era
así.
—Sí. Hemos
tratado de incluirte en nuestra familia— le apretó la mano y luego la soltó
—Korra piensa
que esconde las cosas muy bien, pero cuando ella te mira, bueno, tendrías que
ser un tonto para no ver cómo ella se siente
— ¿Lo saben los
niños?
—Ellos saben que
su tía Korra es gay, sí. No sé si aún las han vinculado a las dos— sonrió — ¿O
estoy siendo presuntuosa?
Esta vez Asami
se sonrojó libremente —No— dijo ella.
Afortunadamente,
los niños regresaron, poniendo fin a la conversación. Se sentaron al lado de su
madre después de entregarle una Coca-Cola. Asami apoyó la cabeza contra la
pared, esperando que Korra regresara.
No tuvo que
esperar mucho tiempo antes de que Korra e Iroh II volvieran a entrar en la sala
de espera. Sus ojos volaron hacia los de Korra, encantada de ver que algo de la
angustia había desapareció. Se puso de pie cuando June lo hizo, esperando noticias.
—No sabemos
mucho…— dijo Iroh II —…pero han descartado un ataque
—Es una buena
noticia ¿no?— preguntó June.
—Supongo— dijo Korra
—Van a mantenerla aquí. Quieren hacer más pruebas mañana. Ella no recuerda lo
que pasó. Ella dice que estaba viendo la televisión y lo siguiente que supo fue
cuando Iroh II estuvo allí, ayudándola a levantar
— ¿Cómo está
ahora?— preguntó Asami — ¿Está enfocada? ¿Alerta?
—Sí, parece
estar bien— dijo Korra —Ella quiere verte— Korra miró hacia June —Y luego
quiere verte a ti y a los nietos— agregó ella —Sala 2118
Asami estaba agradecida
de que Senna hubiese pedido a verla y sonrió rápidamente hacia June
—No voy a
tardarme. Sé que tú y los niños están ansiosos por verla
Asami apretó la
mano de Korra mientras pasaba junto a ella y caminaba hacia el pasillo. Giró
hacia la derecha, siguiendo las indicaciones de la amplia gama de habitaciones.
La puerta estaba abierta, pero llamó suavemente.
— ¿Senna?
—Entra Asami
Senna estaba
sentada erguida, sin lucir deteriorada. Ella sonrió y dio unas palmaditas en la
cama, haciendo señas para que Asami se uniera a ella.
—Nos diste a
todos un susto— dijo Asami.
—Eso parece. Se
han estado quejando conmigo. Sólo tuve un pequeño percance— dijo mientras tomaba
la mano de Asami.
Asami se sentó
en el borde de la cama a su lado, sonriendo mientras Senna envolvía su mano con
la de ella —Te has desmayado. Fue más que un percance— dijo ella —Tenían miedo
de que tuvieses un derrame cerebral
Senna sacudió la
cabeza —Dudo que cuando deje este mundo, sea a causa de un ataque— dijo ella.
Fue entonces
cuando Asami lo vio…lo cansada que Senna lucía, cuan decaído estaba su rostro.
La miró a los ojos y los sostuvo — ¿El cáncer regresó?— susurró ella.
Senna apretó con
fuerza sus manos casi dolorosamente —Sí
Los hombros de Asami
se hundieron mientras estiraba su espalda — ¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?
—Hace un par de
semanas. Ha sido agotador tratar de ocultárselo a Korra y a Iroh II, tratando
de poner un rostro feliz cada vez que están cerca— dijo ella —Creo que mentalmente
me afectó todo esto, la preocupación, intentando mantenerlo para mí misma
Asami se inclinó
y la abrazó
—Podrías haberme
dicho— dijo ella.
—Tienes
suficientes problemas en tu vida. No quería ser una carga
—Oh, Senna, has
estado allí para mí muchas veces. Nunca serías una carga
Senna miró hacia
otro lado
—No sé si soy lo
suficientemente fuerte como para pasar por todo esto otra vez. Los tratamientos
te quitan tanto de ti, no sé cuánto más me quede
—Eres fuerte.
Eres una luchadora. Lo has vencido dos veces— le recordó Asami.
—Sí, pero tal
vez la tercera sea la vencida— dijo con un suspiro —Pero ya basta de eso. Ellos
lo sabrán muy pronto, así que estoy segura que hablaremos de esto hasta la
muerte— suspiró nuevamente —Es de ti de lo que quiero hablar. De ti y de Korra—
dijo Senna.
Asami asintió
—Estamos...estamos
bien— dijo ella.
—No dejes que Korra
se quede sola esta noche. Llévatela contigo. Para tu hogar. Cuando vaya a
dormir esta noche, quiero saber que mis niñas están juntas
Asami sintió un
hilillo de lágrimas bajando por sus mejillas y asintió con la cabeza —Yo me encargaré
de ella— susurró ella.
—Bien. Y ella se
ocupará de ti. Así es como debe ser— Senna se recostó contra las almohadas —De repente
estoy muy cansada. Será mejor que traigas a June y a mis nietos
Asami se
levantó, luego se inclinó y besó su mejilla —No estarás pensando en dejarnos
esta noche ¿verdad?
Senna sonrió
débilmente —No por el momento. Como has dicho, soy una luchadora
—Está bien.
Entonces te veré mañana— se volteó para irse, pero se detuvo —Te amo
Se sorprendió al
ver lágrimas en los ojos de Senna —Yo también te amo
Asami se fue
rápidamente, temerosa de derramar sus propias lágrimas. Esas eran palabras que nunca
le había dicho a su madre. Palabras que su madre nunca le había pronunciado a
ella. Se detuvo en la puerta de la sala de espera, sabiendo que la carga ahora
era suya ¿Debería decírselo a Korra? ¿Podría escondérselo? No, Korra merecía
saberlo. Respiró profundamente, dejando que el aire saliera lentamente, finalmente,
abrió la puerta.
Sonrió,
esperando que su sonrisa llegara a sus ojos mientras miraba a June —Ella
pregunta por ti.