No Se Ha Ido, Sólo Está Perdida; Capítulo 7: Solitaria, por Ravensboom100

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Hola mi gente bella y si hoy por fin capítulo nuevo del fic "No se ha ido, sólo esta perdida" de verdad lamento mucho que suba un domingo si y otro no mi gente bella :c pero aquí tienen un capítulo nuevo :3 espero les gusten y muchas gracias a los que leen y comentan :3

PD: Advertencia sufrirán un poquito al leer el capítulo xD ya verán porqué >.<

Resumen: Mientras que Asami se tambalea ante el juego de Zaheer, Mako y Kuvira están cada vez más cerca del Loto Rojo




CAPITULO 7: SOLITARIA
--"No sé que es peor, tener que soportar una sesión de té con la realeza de gemelos friolentos y espeluznante o buscar en esta sala, que es incluso más espeluznante, algo de información,"-- Murmuró Mako en voz baja mientras él y la capitana de Zaofu paseaban con cautela por una sección casi desierta del grandioso pero estúpidamente frío Palacio de la Tribu Agua del Norte. Y había pensado que la ciudad natal de Korra estaba mal. Pero este lugar era otra cosa. Antiguo, tan antiguo, amargo e inhóspito. Lo opuesto al Sur.
Kuvira asintió lentamente mientras miraba hacía una esquina. --"Nunca los había conocido antes, aunque Suyin pudo haber estado exagerando la forma que en sincronía eran, pero no. No creo que 'espeluznante' sea incluso lo indicado para describirles. Y la gente de la Tribu Agua del Norte se quedaron estancados con ellos como optar a un futuro cercano, con sus derechos de sangre y toda esa basura. Al igual que la maldita Reina Tierra. Es sólo- que están mal"-- Entonces, la mujer de cabellera trenzada hizo un un gesto su mano que tenía detrás de su espalda, indicando que se acercaban al siguiente pasillo. Ambos estaban buscando documentos, archivos escondidos de viejos documentos sobre los primeros días del reinado de Unalaq. Cualquier cosa que pudiera vincular de nuevo a los del Loto Rojo. Ambos se habían topado con la típica ceremonia del té cuando Mako se excusó con ellos porque ambos se 'estaban sintiendo mal'. Afortunadamente no había guardias que tuvieran pensado seguirlos, al menos no todavía.
--"Entonces, espera un minuto ... ¿Su fue elegida como la líder de Zaofu? ¿Ustedes convocan a elecciones como en la República Unida? "--
Kuvira frunció los labios y evitó su mirada. --"Bueno- yo- Hacemos- como una especie de- me refiero a que..."-- Señalando con el dedo acusador a su compañero de ojos ambarinos quien estaba encendiendo una pequeña llama sobre su mano para iluminar. --"¡¿De todos modos a ti que te importa?! De cómo manejar a Zaofu no tiene nada que ver contigo. Además, Suyin construyó ese lugar desde cero con sus propias manos, por supuesto que merece ser la líder."--
Mako entornó sus distintivas cejas a un ceño fruncido, la llama que llevaba que llevaba en sus manos era cada vez más grande. --"Comenzar desde cero y manejarlo día a día son dos cosas muy diferentes. No puedes criticar a la Reina Tierra o a Eska y Desna por no darle a su pueblo la oportunidad de elegir cuando Su hace exactamente lo mismo en su ciudad. El haberlo construido o no, suena más bien como si tratara a ese lugar como su propio proyecto personal y no por el bien de las personas que viven allí."--
Un trozo del piso, que llego desde atrás, atrapó los pies de Mako mientras que se encontró siendo empujado por un cierto poder real, estaba de espaldas, en cuestión de un segundo, los brazos de él colgaban incómodamente sobre su espalda mientras Kuvira colocaba un pie sobre él. --"No te atrevas a compararlos con ella. Zaofu es un paraíso. Es una maravilla tecnológica. Se necesito a basura humana que el resto del mundo tiró para convertirlos en algo mejor... en algo más."-- Había lágrimas en aquellos ojos verde oscuro a pesar de la expresión severa en su rostro.
--"Está bien... no hablaré mal de Zaofu..."-- Mako refunfuño mientras que Kuvira le ofrecía una mano insistentemente, tirando de él para que se pusiera de pie. --"Eres tan mala como Korra, reaccionando a las cosas de forma tan personal. No estoy del lado de la Reina Tierra, simplemente decía- decía ... cosas. Tal vez ahora que finalmente estás fuera de la Ciudad de Metal ibas a comenzar a pensar de forma distintas, de ver las cosas desde una perspectiva externa."--
Kuvira simplemente frunció el ceño antes de que se abrieran camino hacía el otro pasillo vacío, aparentemente cada vez más oscuro con cada paso que daban. Ellos se vieron obligados a someter a algunos guardias prontamente, aún estando profundamente dentro de aquel laberinto del palacio. Eventualmente, después de caminar durante varios segundos monótono pasillos, ambos se detuvieron frente a una puerta que lucía seriamente maltratada, y que parecía ser algún tipo de almacén. --"¿Por qué nos detenemos aquí?"--
--"Las apariencias engañan. ¿Seguramente sabes sobre eso detective?"-- Kuvira se burlaba mientras que del borde del dorso de su mano y que era parte de su armadura de metal, salió una especie de cuchilla que uso contra la puerta. --"Si estuviera tratando de ocultar todos mis documentos secretos en un palacio como éste, pusiera esas cosas incriminatorias de mis cuarteles personales lo más lejos sea posible, y para esta doblemente segura, lo pondría en el lugar más desapercibido posible. Una puerta que fuera de apariencia muy lúgubre y ordinaria y que todos sólo pasarán junto a él. --" La capitán cerró sus ojos con fuerza, sus pensamiento corrían mientras exhala fuertemente.
--"¿Todo bien?"--, Preguntó Mako en voz baja, colocando cuidadosamente una mano enguantada sobre el hombro y la mantuvo allí sin alejarla. --"Pareces un poco tensa."--
--"Estoy bien"--, respondió Kuvira, que rápidamente se enderezó de nuevo. --"Gracias."-- La capitán subió un pie y que colocó de de golpe sobre el suelo, sus ojos estaban cerrados concentrándose mientras hallaba algo mientras apretaba sus manos, muy al estilo de la jefa Beifong, aunque aquella técnica sensorial no era tan perfecta como la de su jefa. El maestro fuego concluyó que era muy al estilo de entrenar de Suyin.
Poco después y una sonrisa extendida y de satisfacción tenía el rostro de Kuvira. --"Las apariencias engañan mucho más de lo que parece. El otro lado de esta habitación es enorme. Definitivamente no es sólo un simple almacén."-- Antes de que Mako tuviera incluso la oportunidad de responderle,  Kuvira había pateado la puerta despegando sus bisagras con precisión. Cayendo al suelo un segundo después. La capitán se asomó brevemente para ver si había señal de guardias antes de hacer un gesto con su mano, señalando que se debía seguir.
--"Eres igual que Korra."-- Mako refunfuño mientras la seguía, mirando a su alrededor
ansiosamente. --"Ella no tampoco tiene tiempo para puertas."--
Una vez que estuvieron adentro, Kuvira se dio la vuelta, levantando una ceja con recelo mientras entrecerraba sus ojos, la mirada estaba clavada en su compañero. --"Sé que estamos buscando a Korra y esas cosas, pero parece que no podemos conversar sin que la menciones. ¿Estas enamorado de ella, no es así? "--
No esa pregunta. Cualquier otra cosa, pero esa pregunta. Mako trató mucho no pensar en ello, incluso estaba dispuesto a permanecer en Ciudad República en lugar de seguir al Equipo Avatar, cualquier cosa para ayudar a sofocar sus sentimientos por el Avatar, pero luego Korra lo había convencido de lo contrario y como siempre lo logro. No se lamentaba de ayudar a los maestros aire, que era mucho más satisfactorio que dar multas antes de regresar a casa. Sin embargo, no había sido fácil, de deshacerse de su atracción por Korra como si eso no hubiera existido. Afortunadamente, para Korra esa transición se le había hecho un poco más fácil al pasar más tiempo en compañía de Asami en lugar de la suya. Al menos eso le había dado la oportunidad de aclarar sus pensamientos.
Mako se rascó la cabeza mientras buscaba por toda la habitación, que estaba llena de estantes llenos de polvo, por extraño que pareciera, no había libros sobre dichos estantes. ¿Qué tipo de archivo eran eso? Definitivamente había aún más a esa habitación de lo que podía ver. --"Lo estaba... eso fue tiempo pasado. Rompimos en un acuerdo mutuo porque nuestra relación no funcionaba, y no puedo negar eso. Peleábamos por cosas muy pequeña. Supongo que nuestras personalidades simplemente no compaginaba cuando nos acercamos más de lo que habíamos esperado."--
La expresión de Kuvira estaba casi llena de simpatía. --"Pero todavía sientes algo por ella, simplemente tus sentimientos no desaparecen en un par de semanas."-- La capitán se movió a un gran estante metálico en la parte trasera de la habitación, sacudiendo el polvo de la estantería mientras caminaba.
--"No... no es así. Superar lo de Korra será- será difícil. Eso lo sé. Aún me preocupo por ella... "-- Suspiró Mako mientras volteaba su miraba de nuevo a la puerta. Aún no había nadie. --"Pero lo superare. Sólo tomará tiempo. Por suerte soy joven, tengo esa ventaja de mi lado."--
La capitán se rió un poco mientras apretaba su mano sobre el estante. --"¿Quieres apostar a que esta cosa ocultan algo más?"--
Mako asintió con confianza mientras una pequeña llama apareció en su mano, haciendo que las sombras de ambos se reflejara a una pared cercana. --"Si Unalaq era como Aiwei entonces, en serio no me sorprende. Tal vez el Loto Rojo no son tan creativos como pensamos."-- Eso era una esperanza para Mako de la cual se aferraba como si fuera un salvavidas. Zaheer era sólo un ser humano. Sus compañeros, su organización, todos ellos eran simplemente personas que trabajaba bajo perfil, y la gente siempre cometía errores. La gente era predecible, incluso los maníacos entusiastas como Zaheer.
Kuvira movió el estante rápidamente con un poco de metal control lleno de sutileza, dejando caer la pesada estantería a unos metro de distancia. Efectivamente, ambos habían estado en lo cierto en este caso. Otra pequeña habitación, estaba escondida en la habitación supuestamente secreta. Esta vez sí había estantes de libros en su interior, que estaban totalmente llenos. Las cubierta de los libros y de carpetas estaban llenas de polvo que Kuvira tomó uno y le pasó suavemente hacia donde estaba él con una sonrisa. --"Muy bien detective, esto es de tus dominios. Atascate con estos pedazos de papeles higiénico, encuentra la ventaja que necesitamos. Iré a montar guardia en la puerta, me asegurare de que no hayan guardias que crucen en nuestro camino. Con suerte el Jefe Tonraq puede mantener sus parientes espantosos ocupados un poco más."--
Mako le devolvió una sonrisa antes de que rápidamente abriera la primera carpeta, uno entre tantas docenas. Esto le tomaría tiempo del que realmente no tenía.
20 minutos después de seguir buscando y Mako iba perdiendo fuerza y ​​el poder de pensamiento mientras el frío comenzaba a filtrarse en sus huesos, haciendo que sus dedos temblara con cada página que pasaba. Todo el lugar estaba lleno de archivos de antiguos tesoros, documentos financieros de los gastos del gobierno en la Tribu Agua del Sur, sobre mantenimiento, salud pública, seguridad. Todo. Pero ninguna mención del Loto Rojo.
--"Maldición..."-- Dijo Mako entre dientes suavemente mientras leía. El único pedazo de información que había ganado en toda esta búsqueda era el nombre del asesor financiero de Unalaq en la época de que el Loto Rojo había estado en operación, antes de que hubieran intentado secuestrar a una pequeña Korra. --"Kuro Shin ... ¿por qué desapareciste de los registros tan rápido... Tu jefe te mato o solo te retiraste...?"--  El detective tomó otro archivo, una carpeta que tenía la etiqueta de nombres del personal. Y otra vez estaba ese nombre de 'Kuro Shin', el jefe tesorero de la Tribu Agua del Norte, cuyo nombre desapareció de los registros no mucho después de la detención de Zaheer hace todos esos años. --"¿Por qué te fuiste... por qué nadie preguntó nada? ¿Ahora estarás aún con vida?"-- El tipo debía tener alrededor de unos 70 años de edad ahora. --"Tal vez hubo un accidente. Tal vez te lesionaste o tal vez moriste..."--
Tomando otras carpetas en otra búsqueda adicional y que decía 'Documentos del personal médico/ gastos'. Afortunadamente, estaba en orden alfabético, Mako rápidamente encontró otra que decía Kuro Shin, un expediente más bien escaso sobre la historia médica del asesor financiero y que al mismo tiempo empleaba Unalaq. Parecía que el viejo Kuro había sufrido de la cadera, visitaba el palacio del sanador de manera regular para el tratamiento y no había nada extraño. El último párrafo de aquella entrada estaba con fecha de un año después de que Zaheer era detenido. Por favor, que sea lo que necesitamos. Cualquier cosa.
Kuro Shin- Asesor Financiero del Jefe Unalaq, enfermo, se trasladó a la atención del Palacio donde está el sanador.
¿Enfermo de que? ¿Un resfriado? ¿Gripe? ¿Un ataque de un perro oso polar?
[ACTUALIZACIÓN SOBRE EL PACIENTE] La condición del paciente ha empeorado en estos últimos días, se ha transferido a la institución en la ciudad para los enfermos mentales de forma permanente.
--"Cielo... ¿no te dieron la oportunidad de recuperarte de lo que te hicieron? Te lanzaron a los lobos..."-- Mako murmuraba para el mismo mientras colocaba la carpeta de nuevo  a donde estaba. --"Ahora, ¿por qué hicieron eso? ¿El Loto Rojo? ¿Sabías algo? ¿Los traicionastes?"-- 
--"¿Es así tu manera de investigar? ¿Hablar solo? Debes volver locos a tus compañeros de la policía."-- comentó Kuvira repentinamente mientras se apoyaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados. --"¿Encontraste algo, detective?"--
--"¿Te gustaría ir  de paseo hacía un manicomio?"-- Preguntó Mako mientras su compañera de ojos verdes levantó la estantería en su lugar, ocultando la pequeña habitación secreta en el interior de la otra habitación secreta una vez más. --"Parece como si algo malo le pasó al antiguo asesor financiero de Unalaq. Apuesto al que Loto Rojo tuvo algo que ver con ello o si Unalaq estaba ayudando activamente a financiar al Loto Rojo hace años atrás... "--
Kuvira le sonrió ampliamente. --"Entonces ese sujeto probablemente lo ayudó a hacerlo. Tal vez él ni siquiera sabía dónde estaba la vieja base de operaciones de El Loto Rojo. Todo lo que sabemos es que probablemente esté en el Reino Tierra. Sería bueno precisar eso. Ahora vamos, no podemos quedarnos aquí por mucho tiempo, las aterradoras altezas comenzarán a preguntarse dónde diablos nos hemos metido."--
--"Cierto... Me pregunto cuánto tiempo les tomará para darse a cuenta de que alguien derribó esta puerta..."-- Mako refunfuño mientras levantaba el trozo de madera y lo colocó contra el marco hasta que pareciera completamente arreglado una vez más. Casi como si algún idiota impulsivo lo hubiera aplastado con sus manos. --"Tal vez tú también deberías estar en algún manicomio."--
Kuvira golpeó ligeramente el hombro de él mientras caminaba por el pasillo, sonriendo todo el tiempo. --"Si debería estar en uno, entonces definitivamente tú también deberías estar en ese lugar, hablas solo todo el tiempo. Incluso hasta en tus malditos sueños. Podría golpearte la cabeza con un cable de metal por todo el ruido que haces en la noche y me mantiene despierta, pero supongo que soy demasiado buena."--
Mako sonrió incómodamente mientras metía sus manos obligatoriamente dentro de los bolsillos de la chaqueta. Era increíblemente contento de que la capitán Zaofu no fuera alguien que leyera la mente también. Los sueños que experimentaba de forma regular eran horribles, como un recordatorio de los que había perdido y de manera exacta de cómo los había perdido en detalles complicados. Luego estaban los sueños que le atormentaban recientemente. Con las personas que ahora estaban a su lado, de los que se aferraba hasta su último aliento.
En esos sueños se sentía lleno de impotencia. Había perdido al resto de sus seres queridos y cada vez de diferente maneras, de sueño en sueño. El resultado no cambiaba sin embargo. Todos ellos morirían una y otra vez. Bolin, Asami, Korra, y ni siquiera era en manos de Zaheer. Era por un extraño desconocido, un demonio oscuro. Las viejas pesadillas de la muerte de sus padres eran más fáciles de soportar a comparación de esos sueños perturbadores, al menos ya eso había sucedido en aquellos terribles acontecimientos, no tenía poder de cambiarlo. El futuro. Esa era otra historia.
****
--"¿Cómo va esas reparaciones de planeadores?"-- Preguntó Ghazan mientras se apoyaba contra un pilar de piedra con los brazos cruzados, cualquier recuerdo de la mordida horroza que Naga le dio había desaparecido de su piel, como si aquella pelea nunca hubiera sucedido. Cuanto más tiempo estuviera encarcelada más desgastada Asami comenzaba a sentir lo mismo. Eso se sentía como si hubiera pasado tanto, tanto tiempo. La última vez que realmente había sido capaz de luchar por ella o por sus amigos. Ahora su destino, en gran parte, estaba en manos de otra persona. Atrapada en una jaula hecha de muro de piedra.
Asami levantó el planeador con cuidado por su personal, comprobando que las piezas delgadas de madera cruzará debajo del botón del dispositivo que llevaba las alas y que los conectaba al cuerpo principal del planeador, capaz de ser desplegado antes y después del volar con comodidad. --"Ya casi está. Los guardias Zaofu realmente hicieron un muy buen número cuando lo derribó. Este planeador hubiera sido una trampa mortal para incluso, un experimentado maestro aire al momento de hacer aire control y volar antes de que pudiera hacer estas reparaciones."-- Ella había reemplazado la madera que conectaba a las alas, que quedó con astillas y agrietado en algunas partes. El material de las alas por suerte estaba en buenas condiciones porque era casi imposible de conseguir. Este es un planeador que viene directamente de la Isla del Templo de Aire. El único lugar donde hacen estos planeadores y hubiera sido algo práctico hasta que la Convergencia Armónica llegó. Ahora cada nuevo maestro aire tendrá su planeador. Es decir, habrá más reparaciones. Debe haber una mejor manera...
--"Bueno. Llevaselo a Zaheer cuando hayas terminado. Está en la zona de entrenamiento."-- Ordenó Ghazan mientras se enderezaba. --"Iré a tomar algunas copas junto con Ming-Hua. Últimamente ella estado muy perra. Creo que voy a necesitar e intentar suavizar las cosas. Cualquiera que sean esas 'cosas' que estén molestando aquí. No tengo ni idea de siquiera saberlo."--
Asami alzó las cejas con recelo. --"Espera... ¿te irás y me dejaras aquí? ¿Completamente sola trabajando?"--  Esa sería la primera vez que la dejaría sola. Ghazan había estado a su lado todo ese tiempo, al acecho a todas partes que iba, escuchando cada conversación corta y dolorosa que tenía ella con Korra. La única vez que realmente estaba a solas con sus pensamientos era en la noche, cuando regresaba a su celda, su dormitorio, y su escape.
--"Seh, no es como si pudieras irte a cualquier lugar. Además hay dos centinelas de pie justo afuera de esta sala, te encontrarás que mis hermanos y hermanas están por todo esté lugar."-- Ghazan rió sarcásticamente antes de rascarse la barbilla. --"Acerca de tus sábanas Sato ... parece un poco hecha jirones. No creo que hayas tenido algunas cosas frescas desde que está aquí, y yo soy cualquier cosa menos irracional. Puedes decirle a alguno de los muchachos para que te consiga algunas cosas limpias. Bueno, algo adecuadamente limpio. No hay nada como unas sábanas blancas que puedas usar y te haga sentir como si estuvieras en la ciudad."--
Asami casi arrojaba el planeador contra suelo mientras se levantaba, dando pasos rápido por la habitación hasta llegar ligeramente a la salida donde estaba Ghazan. El maestro lava entrecerró los ojos con molestia y confusión. Fue entonces cuando la ingeniero haciendo un gran esfuerzo de llevar los brazos a su lado, tratando de parecer tan inocente y tranquila como le fuera posible a pesar de la forma en que su sangre se congeló como el frío hielo. Había muchas cosas escondidas en esa celda, y por lo tanto estaba eso juego. Si ellos les llevaba sábanas todo estaría perdido.
--"Yo- yo no necesito sábanas frescas."-- Habló Asami tan suavemente como le fuera posible. --"Honestamente, me he acostumbrado a lo que tengo, son bastante cómodas."--
Ghazan no parecía muy convencido, su rostro que normalmente era relajado y comedido cambio a uno un poco más tenso. ¡Maldición! ¡Piensa Sato! ¡Piensa! Necesitas una mejor razón mejor que esa. Ya sabes, es Ghazan. Conoces al  Loto Rojo lo bastante bien. ¡Piensa o estarás muerta!
--"Recuerda que soy tu prisionera. Soy la prisionera del Loto Rojo, no puedes ir por ahí exactamente perdiendo suministros en mí."-- Razonó Asami, tratando de sonar al menos un poco convincente. --"No creo que tus hermanos y hermanas aprobarían en darme algunos lujos, y tampoco Rei lo haría. Empezaría a preguntarse si realmente soy una prisionera y dirán: por qué estoy siendo tratada tan bien. Y estoy bastante segura de que a Zaheer no le gustaría eso."--
En eso Ghazan vaciló, la sospecha que tenían sus ojos oscuros fueron sustituidos por una leve preocupación. --"Está bien. Haz lo que quieras. Solo cuidaba de ti."-- En eso el maestro lava se fue en silencio.
Asami tuvo tiempo de sobra para responder, por decir lo mucho que apreciaba su preocupación, pero ella no le daría tal comodidad. Debajo de todo eso, era un monstruo. Quien la había herido una y otra vez, él había sido comenzado con todo esto desde el Oasis de las Palmeras Brumosas. Si ella tenía tantas ganas de encerrar a su padre, el hombre que la había criado, dejándole pudrirse en la cárcel, entonces no había ninguna manera de que empezara a mostrar empatía y agradecimiento hacia Ghazan. Sólo si prolongaba su vida, prolongaba también la vida de Korra. ¿Solo era por simple cortesía? Eso nunca iba a suceder.
Una vez que el gran maestro lava se perdió de la vista de Asami está se movió de nuevo hasta donde estaba el planeador, recogiendolo con cuidado y haciendo algunas comprobaciones al último momento en la correa que componía las alas del planeador. Sería para ella, agradable ver a Zaheer verlo caer del cielo como un avión con un motor descompuesto, chocando contra el suelo, pero el líder del Loto Rojo era demasiado afortunado como para que eso ocurriera, era muy astuto. Él iba a saber si el planeador estaba defectuoso. Además de eso, Asami y Korra estarían al borde del final por la rabia de ese monje. Ghazan no iba a llevarla de vuelta a esa instancia.
Después de salir de los aposentos de Zaheer, Asami se dirigió a la zona de entrenamiento de la guarida del Loto Rojo, era una de las mayores aberturas en ese laberinto que contaba mucho espacio para el entrenamiento y fabricación de algunos muñecos de entrenamiento hechos de metal y madera de mala calidad. Los que definitivamente habían soportado el peso de algunos intensos ataques con algún poder elemental. De hecho, probablemente estaban allí desde el comienzo en este lugar infernal.
Antes de Asami siquiera ingresará a la cueva, pudo escuchar ráfagas de viento y de cada movimiento a todas las direcciones junto con la ocasional orden de Zaheer, las palabras eran amortiguadas por el sonido de algún poderoso aire control. La ingeniero asomó la cabeza por la puerta, tomando firmemente el planeador firmemente entre su mano mientras quedaba fuera de la línea de vista de Zaheer, de pie y miraba en silencio. Dos centinelas del Loto Rojo estaban cerca, justo al final del esculpido pasillo, observando sus movimientos, pero no interfirió directamente. Después de todo no estaba exactamente haciendo nada malo.
Dentro del área de entrenamiento era todo un espectáculo. Zaheer bailaba de un lado a otro, esquivando golpe tras golpe de aire control como si fuera una hoja en el viento y que caía con gracia cada vez que era llevada al cielo. Korra estaba frente a él desde el otro extremo de la habitación sólo llevaba un camiseta negra ajustada y pantalones de chándal más oscuros. Los músculos del Avatar estaban completamente a la vista, y parecían haber vuelto a su estado original antes de ser capturadas, bastante tensos. Aquella visión causó que la garganta de Asami se secara un poco y sintió que sus mejillas ardían. Casi había olvidado lo mucho que su rostro comenzaba a ponerse así a causa de Korra.
¡No Sato! ¡No!
Asami golpeó el dorso de su mano bruscamente, castigándose a sí misma por tener esos pensamientos sobre su mejor amiga, sobre todo cuando el Avatar no era más la misma persona. Sólo un alma torturada. No su mejor amiga más y ciertamente no era la mujer de la que inesperadamente se había enamorado. Aún así, la forma en que Korra se movía, revoloteando y esquivando todos los ataques de Zaheer como si estuviera girando a través de las antiguas compuertas de aire control de Tenzin, le era difícil verla como si fuera otra persona, con excepción de la falta de sus peinado de coletas. Por un momento el líder del Loto Rojo se encontró trastabilló hacia atrás de manera inestable tal era la naturaleza implacable de los ataques de la chica de la tribu agua.
Korra se aprovechó de su vulnerabilidad y con una sonrisa confiada que se extendía en su rostro mientras se movió hacia adelante a toda velocidad, con los puños cerrados. Zaheer no se había dado cuenta del cambio en la postura elemental de su alumna, esperando a que ella disparar otra nueva onda de aire. Asami tenía que contenerse a aplaudir por su entusiasmo creciente, de repente se sintió transportada a la Grandiosa Arena de pro-control viendo como Industrias Futuro respaldó de buena manera a los Hurones de Fuego.
Un segundo después, la chica de la Tribu de Agua levantó sus manos, haciendo dominio de tierra control cuando elevó un pedazo del suelo que sobresalía detrás de él, golpeando secamente en la espalda del hombre. Asami no pudo evitar sonreír de jubilo antes este espectáculo, a pesar de que era sólo un poco de entrenamiento. La expresión victoriosa de Korra en realidad se extendía por sus labios secos y que eran adecuados para sus radiantes ojos azules. La expresión de Rei normalmente nunca llegaba a ese punto, los ojos del Avatar. Era algo que Zaheer no había logrado dañar por completo, todavía había un brillo allí, un rayo de esperanza dentro de Asami que eventualmente sintió para poder recuperar a su amiga.
No sólo eso, sino el hecho de que Zaheer había subestimado la habilidades de pelea de su aprendiz manipulada del cerebro en su estilo de ataque brutal era otra fuente de esperanza. Korra había leído sus movimientos con facilidad y Zaheer pago el precio, el ser derribado al suelo por el Avatar.
--"Lo siento."-- Habló Korra con sinceridad mientras liberaba a Zaheer. --"Me deje llevar un poco..."--
Zaheer rozó la duda de una manera sencilla con un movimiento de cabeza y una sonrisa asegurando. --"No, Rei. Lo hiciste bien. No hay nada más satisfactorio para un maestro de que su alumno lo supere."-- Seh cierto. Vamos a ver cuánto tiempo durará esa sensación. --"Tal vez con tierra control sea un movimiento ligeramente más fácil con la cual derribar de un solo golpe que con aire control, pero eres el Avatar. Estas en tu derecho divino de usar los cuatro elementos."--
¿Derecho divino? Zaheer parecía escupir palabras más sin sentido cada segundo. No le importaba si Korra tuviera derecho divino o no. Ella era la única herramienta de Zaheer, un arma del Loto Rojo, no un portadora del equilibrio y guardiana de la paz.
--"Prometo que no haré trampa la próxima vez"-- Korra sonrió con una calidez infantil, era casi suficiente para hacer que las cicatrices en el rostro del avatar desapareciera, para desvanecer aquella torturadora oscuridad de sus ojos. Asami sintió que su corazón crecía ante la vista. Tal vez Zaheer pudo destruir los recuerdos de Korra, todo lo que el Avatar conocía, pero no pudo erradicar su personalidad, su alma, su entusiasmo por las cosas más pequeñas. --"¿Me enseñaras otra cosa el día de hoy?"--
Zaheer asintió lentamente mientras se movía hacia donde estaba un saco que había dejado al borde de la habitación. --"De todos los diferentes elementos, el aire control es visto como el elemento más tranquilo y, a veces el más débil de los cuatro elementos básicos. Después de todo, en batalla el estilo de lucha de un maestro aire consiste en mayor parte de evitar y evadir los ataques de sus oponentes, para atacar cuando ellos ven una abertura pero nunca compromete plenamente con un ataque por temor de dejar totalmente expuesto a grandes represalias por parte de sus oponente."-- El criminal sacó un gran un frasco de cristal de la bolsa y lo colocó suavemente sobre el suelo. --"La cultura de los nómadas de aire no enseñan de aire control fatal o de cualquier habilidad que pondría fin a la vida de sus oponentes."-- El frasco en sí parecía contener dos globos desinflados que colgaban de la parte superior, estos además estaban cubiertos por una fina capa de goma que sellaba aquel tarro.
Korra se puso de pie con los brazos cruzados y una expresión seria en su rostro. Todo esa calidez que tenía antes en sus ojos se había disipado. --"Tal vez por eso todos fueron exterminados por el Señor del Fuego, no había manera de que pudieran defenderse ellos mismo contra la brutal potencia del fuego control."--
--"Tal vez."-- Dijo Zaheer mientras creaba una pequeña hendidura en la tierra por debajo de la jarra antes de mostrar el objeto de cristal en su interior, por lo que era seguro y estable. --"Para los maestros fuego, el rayo control es mortal en la mayoría de las ocasiones, así como los demás ataques de fuego control en general. Es bastante probable que lastimen gravemente a sus oponentes. Porque los maestros tierra el usar el metal y las rocas pueden aplastar a sus enemigos en tan sólo unos segundos. Para los maestros agua, el usar el hielo y sangre control les da una una ventaja de manipular considerablemente la vida y la muerte. Sin embargo, para los maestros aire, ninguna de esas técnicas letales se les enseña, sin embargo, puedo asegurarte de que eso existe. El cuerpo de un ser humano se basa en el oxígeno para sobrevivir y los maestros aire tenemos el dominio completo sobre ello. Pudieras, en teoría, simplemente en sacar el aire de los pulmones de un oponente hasta que dejaran de existir. Es una técnica limpia y sencilla que he estado perfeccionando."--
Entonces, el líder del Loto Rojo señaló a la jarra que estaba en el centro de la habitación. --"Imaginate que esos dos globos son los pulmones de tu oponente, el recubrimiento de goma sobre la tapa es la boca cerrada. Lo que quiero que hagas es que llenes de aire los globos hasta que se inflen y lo extraes nuevamente, al igual que lo harías con un oponente."--
Korra asintió con firmeza mientras daba un paso hacia delante en postura de hacer aire control, moviendo sus brazos en movimientos de ida y vuelta. No pasó mucho tiempo para que los globos comenzaran a inflarse en el frasco y al mismo tiempo, una pequeña sonrisa se arrastró por el rostro del Avatar. --"Muy bien Rei, ahora inflas y desinflas los globos poco a poco, asegúrate de que puedas sentirlo. Va a ser mucho más difícil enfocar en los pulmones cuando enfrentes a un adversario en movimiento."--
El Avatar hizo lo que se le pidió, los globos se expandía y disminuía a un ritmo aparentemente controlado con poco esfuerzo. Algunas veces Asami estaba casi muerta del miedo con la rapidez con Korra aprende nuevas técnicas, eso la había tomado apenas unos momento con el metal control en Zaofu, incluso dándole a Wing y Wei una lección. Eso cautivaba a la ingeniero de todos modos, un recordatorio de lo determinada que las habilidades de Korra así como lo experta que era, no sólo era Korra el Avatar.
--"Excelente."-- Zaheer sonrió. --"Tus movimientos son fluidos y continuos, exactamente lo que se requiere para usar con éxito esta técnica letal."--
--"Eso corre por mi sangre de la Tribu del Agua."-- Korra habló con un poco con humildad antes de que ella se inclinara un poco con sus manos juntas. --"Gracias por enseñarme todo esto y por ser tan paciente conmigo cuando me confundo acerca de las cosas."--
Del mismo modo que Zaheer estaba a punto de decir algo más cuando Asami entró en la habitación, con planeador a cuesta. --"Zaheer, señor, he terminado de reparar su planeador."
El líder del Loto Rojo estrechó sus cejas al verla mientras Asami levantaba el dispositivo con mucho orgullo. Korra se volvió para mirarla, sonriendo. Más que eso. Le estaba sonriendo a Asami. Los ojos de la chica de la Tribu del Agua habían perdido toda su dureza desde hace un rato, iluminándose al ver a la ingeniero. El corazón de Asami latía rápidamente, mientras trataba de mantener la compostura, observando una extraña expresión en el rostro de Zaheer. Él está mirando a Korra como si estuviera satisfecho de que ella está tan feliz de verme. ¿Por qué? ¿Qué está planeando?
Asami le devolvió la sonrisa a medias de muy buena gana, centrándose en la desarmada sonrisa torcida sobre el rostro de Zaheer en lugar de la de Korra que la saludaba con el mismo nivel de entusiasmo. Ella le pasó el planeador a Zaheer, ambos se miraban como si fuera un duelo de miradas inconsciente. Asami estaba ganando la batalla desde hace rato cuando la mano de Korra tocó su hombro, destruyendo al instante la compostura de la ingeniero. Mierda. Maldición. Sin Korra. Zaheer quiere esto por alguna razón. Detente. --"¿Me puedes hacer uno?"-- Preguntó Korra con sinceridad.
Cuando la mano del Avatar se mantuvo en el mismo lugar, Asami se alejó de su alcance, terminando el contacto. Una expresión de dolor cruzó por los ojos de Korra, rompiéndole el corazón nuevamente. ¿Qué demonios estaba pasando aquí? La Korra por la cual Asami suspiraba había mostrado poco o ningún interés, pero Rei, Rei era otra historia. Asami no quería que esta versión torturada de Korra sintiera crecer unos intensos sentimientos por ella. Ella quería al viejo Avatar de nuevo, no a esta marioneta del Loto Rojo. Tal vez esta era la única versión de Korra que había tenido sentimientos por ella ...
Asami volvió sus ojos a donde Zaheer. --"Probablemente no, el diseño no es tan fácil de replicar, se requiere de materiales especiales que realmente no puedo recolectar aquí. Necesitaría ir a un lugar como la Isla del Templo de Aire para los materiales correctos."--
Zaheer estrechó sus cejas mientras sostenía su mirada. --"Eso no va a pasar. Aún no somos lo suficientemente fuerte, sin embargo, Rei no está lista. Justo ahora, tendrá que arreglárselas sin un planeador."--
Korra asintió con tristeza. --"Está bien, iré a asearme e ir a practicar más con esta cosa, ¿te parece eso bien?"-- El Avatar tomó el frasco de vidrio con cuidado. Zaheer no respondió verbalmente, solo agitó su mano mientras Korra salía del lugar, manteniendo la mirada fija en Asami.
Una vez que Korra ya estaba fuera de la vista, Zaheer colocó sus manos sobre los hombros de Asami y casi clavaba sus dedos sobre la piel pálida a pesar de llevar su chaqueta. La ingeniero no se retorcia ni por un segundo, ni siquiera emitió sonido alguno.
--"¿Por qué Ghazan no te acompaña aquí Sato?"--
--"Él quería beber algo con Ming-Hua."-- Y no era exactamente una mentira.
La expresión de zaheer se volvió en mueca mientras su agarre se apretaba. El consumo excesivo de alcohol de parte de Ghazan realmente parecía molestarle. --"Y pensaste que tendría que usar esa oportunidad para romper las pautas verbales que claramente fueron definidas para ti?"--
La mirada de Asami se endureció. --"Yo no rompí ninguna de las pautas. Mencioné la Isla del Templo de Aire. Nada sobre el pasado de Korra, nada sobre mi pasado. Sólo el nombre de un lugar."--
--"El pasado de Rei."-- Zaheer le recordó bruscamente cuando su agarre se hizo más parecido al de un tornillo de acero que la mano de una persona. Asami podía sentir sus uñas a comenzar clavarse sobre la piel de sus hombros. --"Y el nombre de ese lugar es donde Korra entrenó su aire control, lo cual está lleno de recuerdos. Es como ir a casa. ¿Crees que eres tan inteligente señorita Sato, jugando un poco de tu propio juego aquí, haciendo que la gente como tú que repara cosas y crees que todos gira a tu alrededor."--
Asami permaneció en silencio esta vez, con una expresión fría.
--"Bueno, no eres tan inteligente y no vas a ganar este pequeño juego con el tuyo. No tienes amigos aquí y nunca lo tendrás. Estás sola."--
Aquellas palabras fueron dolorosas, mucho más que la forma en la que Zaheer la estaba agarrando. Esas palabras la hicieron sentirse tan vacía por dentro. Había empezado a engañarse a sí misma aquí, distraerse con todo lo que retocaba y reparaba. Esto no era su casa, este lugar no era seguro para ella y nunca lo sería. Este era el lugar más peligroso del mundo en la que ha estado Asami Sato.
Tardó varios segundos para darse cuenta que Zaheer realmente se había alejado del área de entrenamiento, dejando la enorme sala escasa y vacía. Estás sola aquí. Y no te olvides de eso nunca. Ella le dio un puñetazo en uno de los muñecos de práctica por si acaso, o simplemente era para evitar llorar, no es que realmente le importara, antes de salir de allí, con la intención de ir directamente a su celda y así estar en paz durante unos minutos.
****
Unos feroces golpes en la puerta de Asami sacó a la ingeniero a rastras de un dichoso sueño de cual nunca hubiera querido irse. Estaba junto a Korra en la búsqueda de los maestros aire, en una aeronave, riendo y bromeando. Eran amigas, muy buenas amigas y nada más. Eso era todo lo que Asami deseaba en ese momento a pesar de la considerable verdad de sus sentimientos. Seguras, tanto ella como Korra. Eso ahora era un sueño. ¿Algo más allá de eso? Era imposible.
--"¡Espera!"-- Asami gritó mientras su mente comenzaba a funcionar de nuevo. Ya era el final de la tarde creía ella, dado el largo tiempo en que probablemente había estado durmiendo. ¿Qué querrá Ghazan ahora de ella? Inusualmente el gran maestro lava no respondió sarcásticamente su comentario.
Mientras que Asami se arreglaba y abotonaba su chaqueta de Industrias Futuro la puerta de metal fuertemente se vino al suelo de la prisión de un tremendo golpe, dos guardias del Loto Rojo estaban al otro lado en posición de hacer tierra control, sus caras estaban llena de ira . --"Prisionera, arrodíllate al suelo con las manos detrás de la espalda."-- Así que, ya ni siquiera era 'Sato' sino que ahora era sólo 'prisionera'.
Asami frunció sus cejas mientras los miraba y cumplía lo dicho, arrodillándose lentamente, sintiendo que sus nervios comenzaban a sentir ha hacerla temblar de miedo. ¿Dónde estaba Ghazan en todo este lío? Él no te protegerá de todo esto. Él no es tu amigo y tu tampoco lo eres.
Un par de esposas de metal se aferró sobre sus muñecas sin reticencia, aquello la sujetaba firmemente y herméticamente de manera que sus manos estuvieran atrapadas en una posición rígida y extremadamente incómoda. Asami no pudo evitar hacer una mueca al oír el clic de las esposas de metal, el guardia que la esposo tiró de ellas ásperamente un poco hacia arriba, mientras que su compañero mantenía sus manos levantadas para atacar con tierra control cerca del marco de la puerta, listo para cualquier cosa. La ingeniero miró de nuevo hacia su celda por un instante, observando que el agujero que había en el suelo y la sierra de plasma que todavía permanecía estaban cubiertas de manera segura por la sábanas. Pero, ¿por cuánto tiempo más?
Temor.
Un profundo sentimiento de temor consumía a Asami mientras se alejaba de su celda y en uno de los muchos pasadizos de rocas esculpidas por la naturaleza. Había alboroto de lo que parecía una actividad, mientras caminaban, centinelas corrían de un lado a otro con un pánico leve en sus rostro, la mayoría de ellos maestros de agua del cual Asami observó rápidamente. ¿Alguien requiere un sanador entonces?
--"¿Qué está pasando?"-- Preguntó ella lo más cortésmente posible, abriendo los ojos ligeramente a medida que vio a persona con quemaduras graves en su rostro siendo trasladado de urgencia por unos camilleros mientras que aquella persona gritaba de dolor agarrándose desesperadamente su rostro. ¿Estaban la guarida bajo ataque? No. Eso no tenía sentido. Si ese fuera el caso, el Loto Rojo no se hubiera molestado en venir a su celda.
Uno de sus acompañantes le dio un codazo a su espalda, más como un castigo que un estímulo para que siguiera caminando. --"Tú. Tú hiciste esto."--
--"¿Que hice que?"--
Otra codazo sintió Asami en su espalda que trató de ignorar. Necesitaba más información. Cualquier cosa. Algo que la ayudara a prepararse, o por lo menos darle una oportunidad para hacer frente a lo que estuviera a punto de enfrentar.
--"Te llevaremos a donde Zaheer. Eso es todo lo que necesitas saber."--
Excepto que no se dirigían en dirección a los aposentos de Zaheer a juzgar por las antiguos tallado que tenía pared de la cueva, se dirigían al área de entrenamiento. Asami sentía  un nudo en su garganta al oír voces airadas que venían justo delante de ella. Esto era lo que había estado esperando ella durante mucho tiempo, un final dramático, a pesar del hecho de que había luchado tanto para prevenirlo. Siempre había tenido una pequeña esperanza. Aún así, se había prometido que no tendría miedo a ese tipo de destino, sólo por la seguridad de Korra. Asami no estaba manteniendo esa promesa muy bien justo ahora.
Estaba aterrorizada. Para ella. Las manos detrás de su espalda no dejaban de temblar, el ruido de sus cadenas era un indicativo de eso.
--"Aquí."-- el guardia murmuró mientras Asami notó que había un ligero hedor a quemado en el aire.
Efectivamente habían llegado a la entrada de la caverna a la enorme sala área de entrenamiento del Loto Rojo, pero estaba muy concurrida a diferencia de antes, lleno de miembros de la organización con sus atuendo de colores negro y rojo, jóvenes y viejos, de todos los tipos, maestro y no maestro. Ellos se reunían aquí por algo, por ella.
--"Sato."-- Ghazan asintió mientras pasaba a un lado de él. --"Si sirve de algo, lo lamento mucho, pero te dije que no hicieras nada estúpido."--
¿Algo estúpido? Sin duda, ¿su anterior y pequeña disputa contra Zaheer no valía la pena tanta atención o un evento? Asami Sato no era nadie aquí y la muerte de Asami Sato sería lo mismo. Nada.
Ming-Hua hizo una pequeña burla al verla perdida mientras vio Zaheer veía al otro extremo de la sala, flanqueado por P'Li que era increíblemente alta. El resto del Loto Rojo estaban situados a los bordes de la sala, la mayoría ellos se quedaron en silencio, aunque ocasionalmente sus voces se oían entre la multitud gritando una cosa u otra. Tenía que haber al menos tres docenas de personas en el lugar, tal vez casi todos la fuerza del Loto Rojo, de esta guarida de todos. También tenía a agentes que trabajaban encubiertos en todo el mundo.
Zaheer asintió cuando Asami estaba a unos 2 metros de él, ambos guardias que la había escoltado, la llevaron a un paso más adelante mientras su líder se acercaba. P'Li se mantuvo al lado de su pareja, mirándolo de manera protectora mientras sus ojos de vez en cuando miraba a una Asami inmóvil delante de ellos.
--"Prisionera. En el Loto Rojo te hemos tratado nada más que con bondad."-- Zaheer le estaba claramente hablando a ella, pero estaba mucho más implicada con la considerable audiencia reunida en la sala. Su muerte iba a ser como algún tipo de espectáculo entonces. --"Sin embargo, nos traicionaste, no obstante, por segunda vez."--
Si iba a morir ella no se quedaría callada. --"¡¿Con bondad?! ¡Todos ustedes son unos monstruos que actúan como si creyeran que están haciendo algo por el bien! ¡Cuando lo que verdaderamente hacen es dañar a la gente! ¡Cuando torturan a la gente! ¡Cuando matan a la gente! ¡¿Y así como duermen por las noches?! ¡¿Justificándose como una 'gran causa' como cualquier otro malvado maníaco en la historia?!"--
Aquello fue recibido con gritos de ira entre la multitud, pero Zaheer rápidamente los silencio, levantando una mano, sus ojos se centraron en Asami, quienes ya se encontraba en otro duelo de miradas. --"A principios de esta tarde la estufa portátil en que está en el área recreativa explotó, hiriendo a varios de nuestros hermanos y hermanas, algunos de gravedad. Fue un acto deliberado, saboteado por ti, nuestra ingeniero, la persona que había desmontado hace algunos días para 'arreglarlo'. Los que estaban en la sala en ese momento fueron muy afortunados de no haber muerto en esa explosión."--
Asami dio un paso adelante. --"¡Eres un mentiroso Zaheer! ¡Aquí todo el mundo lo sabe! ¡Son demasiado miedosos como para actuar!"-- Los ojos de la ingeniero buscaron los de Ghazan que lucía como los de su líder lo cual le devolvió a  Asami, con una expresión fría y sin emociones.
Zaheer destruyó sus acusaciones con una simple y suave sonrisa. --"Aquí todos conocen tu experiencia y capacidad técnica. Sólo tú pudiste haber provocado que la estufa explotara de esa manera."--  Luego, el líder del Loto Rojo se giró hacia donde estaban sus compañeros. --"Todos sabemos cual es el precio por asesinar o herir a uno de nuestros hermanos o hermanas, preso o no."--
Muerte. ¿Qué otra cosa podría ser?
Pero el público respondió con una respuesta diferente a la que Asami había esperado haciendo que sus ojos se abrieran.
Todos cantaban al unísono. --"Golpearla hasta que se arrepienta."--
--"Si no muestras ningún arrepentimiento, entonces pagarás el precio más alto. Nosotros, el Loto Rojo siempre estamos dispuestos a darle a la gente una oportunidad, tods ustedes pueden decir que después de lo de hoy, esta chica no ha tenido las mismas oportunidades."-- Dijo Zaheer con calma. Lo cual todos asintieron firmemente con sus cabezas.
Asami nuevamente dio un paso más cerca mientras Zaheer estaba distraído, conseguir más cerca a sí misma. --"¡¡¡¿Y estás dispuesto a darle esa oportunidad al Avatar Korra ?!!!!"--
Los ojos de Zaheer se agrandaron considerablemente ante aquellas palabras, enviando una ráfaga de aire para golpear a la ingeniero sobre su espalda como última instancia para callarla.
--"¿Cómo le puedo dar oportunidad a una persona que ni existe?"-- Zaheer murmuró en voz baja mientras se inclinaba hacia ella durante unos segundos con una sonrisa torcida. Has perdido este juego. Entonces, el líder se giró hacia la multitud. --"¡Rei! Da un paso adelante."--
Korra apareció en el otro extremo de la sala, trajeada con el mejor traje del Loto Rojo, luciendo un poco sorprendida pero siempre con esa mirada severa de todos modos. El Avatar caminaba con confianza, para llegar a estar al lado de Zaheer mientras sus ojos se movieron hacia donde estaba Asami.
--"Levantala."-- ordenó Zaheer.
El Avatar inmediatamente hizo lo que le dijo, agarrando a Asami por el cuello de la chaqueta de la ingeniero, sin ninguna expresión emocional mientras se inclinaba. Sus rostros estaban muy juntos por una fracción de segundo. --"No contraataques. Eso hará que sea más fácil."-- Susurró Rei en voz baja antes de que empujara a Asami a unos pasos con una mano firme.
--"Ayudaste a sanar a algunos de los heridos Rei, y ahora vas a hacer la justicia por el dolor causado. Traerás el equilibrio como el Avatar que eres."-- ordenó Zaheer mientras colocaba una mano relajada sobre el hombro de Korra. --"Golpéala hasta que se arrepienta. Esa es nuestra manera de hacer justicia. Esa es tu manera. Cuando esta chica haya demostrado un verdadero arrepentimiento entonces te detendrás."-- Con eso Zaheer se apartó, P'Li lo acompaño, ya que se unieron al resto de la multitud, dejando a Asami y a Korra solas en el centro del área de entrenamiento.
Asami se quedó mirando firmemente hacia donde estaba Zaheer. El líder del Loto Rojo tenía una ligera sonrisa en su rostro mientras la miraba, ojos fríos que se movían entre Korra y Asami. Si arruino esto. Si lo intento y  ahora protejo a Korra, él nos matará a ambas. Sólo tengo aceptarlo, espero sobrevivir. Cerrando sus ojos, exhalando fuertemente, tratando de salir de su cuerpo como si fuera maestra aire, pero no lo era y tampoco alguien que meditaba. Todavía podía sentir las cosas, y se sintió el primer golpe lo bastante fuerte.
Aquel puñetazo en el estómago la envió al suelo dolorosamente. Un segundo después y otro golpe, esta vez al lado de su brazo, con la misma fuerza. De nuevo, fue doloroso, pero no lo suficiente como para hacer gritar a Asami. Ella sintió que el Avatar estaba encima de ella, pero todos los ataques de Rei nunca la tocó por encima de su torso y la cabeza que se mantuvo intacta.
Después de dos minutos de eso, Asami podía clamar que se arrepentía , después de haber sufrido todos esos golpes, eran muy convincente también, al menos como para todos los que estaban en la sala. Asami sabía que esto esta cosa no era sobre ella, esto era a lo que llamaban "justicia". Zaheer no quería que ella muriera aquí, él quería dañarla, para recordarle quien era en realidad el verdadero jugador aquí. Y, por supuesto, para poner a prueba su mascota, para ver si Rei haría lo que él le pidiera, algo a estos extremos.
Y Rei le estaba obedeciendo. La estaba golpeando sin descanso. No era algo que jamás la antigua Korra hubiera hecho. Nunca le había hecho daño a sus amigos, sin importar qué.
Aún así, esto probablemente debió haberla herido más, Asami comenzó a razonar mientras sentía golpe le dio a su caja torácica, haciéndola jadear alto haciéndola levantar, pero se las arregló para mantener los ojos cerrados. Esa era el Avatar atacandola, Korra era físicamente e increíblemente fuerte. Sus golpes debía haberle hecho mucho más daño que esto, al menos llegar a romper algunos huesos ahora.
Entonces Asami noto algo mientras sus sentidos comenzaban a fallarle careciendo de visión. Los sonidos del aire, la sensación de una cierto aire control muy, muy ligero, de manera tan mínima que Zaheer o alguien más en la sala lo hubiese notado.
Rei fue amortiguó sus ataques con aire control.
Pero Zaheer quería sangre, su sangre. Y no estaría satisfecho con esto.
--"Rei..."-- Asami murmuró en voz baja mientras ella continuaba su ataque, sin detenerse por un segundo. --"Si no quieres hacer esto por mucho tiempo, tienes que realmente golpearme. Zaheer no va a parar con esto hasta que no lo hagas... "--
No era momento de tener dudas antes de que Asami se pusiera algo de pie, ella abrió sus ojos un poco para ver el conflicto creciente que ardía fuertemente en los ojos de Korra antes de que la Avatar llevará  un puño hacia atrás, para luego soltarlo a toda velocidad golpeando la nariz de Asami.
Asami al instante cayó al suelo como un saco de piedras, su cabeza giraba como nunca antes. Así que eso se sentía ser golpeada por el Avatar. Un puño que podría provocar la destrucción de montañas. Definitivamente le había roto a la ingeniero la nariz al sentir como la sangre corría por su rostro. Al menos eso se vería bastante cruel y convincente para Zaheer, un poco de daño físico le mostraría que en realidad había sido golpeada. No sólo eso, pero ningún golpe en la nariz tendían a sacar una gran cantidad de sangre, y esto era un verdadero pozo. Lucía bastante terrible.
Eventualmente Asami encontró la fuerza para sentarse mientras intentaba usar su vista, la figura de Zaheer la pudo ver.
--"Yo... Yo... lo siento."-- Asami habló con sinceridad mientras escupía un poco de sangre al suelo, sólo para dejar claro lo que decía. --"De verdad lo siento..."--
Zaheer agitó el brazo, indicando a Rei que se moviera del lugar. Los brazos del Avatar temblaban, un poco de sangre cubría sus nudillos morenos. --"Buen trabajo."-- murmuró Zaheer mientras pasaba a su lado.
Luego, el líder del Loto Rojo se dirigió hacia donde estaba ella, volteando un poco su cabeza brevemente para comprobar que Rei estaba fuera de su alcance y de gritar brevemente hacia a la multitud. --"Algunos de ustedes vengan y tomen a Sato para llevarla de vuelta a su celda."-- Entonces él se inclinó hacía donde estaba Asami, una expresión engreída tenía su rostro. --"No hay un juego para jugarse aquí, estás sola . Espero que esto haya sido una buena demostración. Lo mismo le pasará a Korra si te pasas de la raya."--
Todo lo que pudo hacer Asami era asentir con la cabeza con derrota, limpiando un poco de la sangre de su rostro mientras alguien tiraba de sus brazos. Ni siquiera se molestaron en ponerle las esposas esta vez, estaba demasiado débil y conmocionada como para tomar represalias.
Zaheer había jugado un muy buen juego esta vez.

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