Renacer. Capítulo 2: Distancia. Por SimplyKorra

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Hola mi gente bella muy hermosa noche tengan todos ustedes y aquí les comparto nuevo capítulo de Renacer :3 y como se que muchos deseaban tanto este fic pues me concentraré en este hasta terminarlo :3 disfruten el nuevo capítulo gente bella nwn

PD: Los fics no son mios, yo solo traduzco por estos lados siempre dando créditos a sus verdaderos fickers, esto lo hago sin fines de lucros solo de fan para fans :3




Resumen: Korra pierda una batalla mientras que Asami recupera algo que pensó perdido.

Trilogía Buscando el equilibrio: III – Renacer


Capítulo 2 – Distancia


Asami era muy consciente del hecho de que casi no había levantado la vista del tablero de Pai Sho ya habían empezado a jugar. Su pierna se movía de arriba hacia abajo lo más rápido y sin importa lo que hiciera, trataba de detenerla pero no podía controlar lo nerviosa que se sentía estar aquí.
Era extraño para Asami ver a su padre así. Había perdido mucho peso y su cabello que era una vez un gris ceniza vez ahora era blanco como la nieve. Parecía cansado, tal vez más saludable por tener que hacer algo de ejercicio en prisión y comen menos lo que hizo que su peso bajara. Sin embargo, su mirada era tan suave y apacible, muy lejos de de aquella mirada que la había visto a través de aquellos meca tanques donde se atrevió levantar una mano para ponerle fin a su vida.
-"Leí en el periódico que renunciaste a tomar el control y la responsabilidad de Industrias Futuro."- Habló suavemente y Asami levantó la vista para ver que él la estaba mirando.
Ella se mordió el labio inferior por un rato y movió una pieza del tablero. -"Era necesario."-
-"¿Pero ahora volviste?"-
Asami suspiro. -"Papá…"-
-"No necesitas contestar nada."- Dijo con una sonrisa en su rostro. -"Simplemente lo leí en los periódicos y tenía curiosidad. Siempre has sido tan firme con trabajo."-
Finalmente, levantó la mirada hacia él y fue confortada por extraña y tierna mirada en su rostro. -"Después de todo lo que sucedió con el Loto Rojo hace tres años, tenía..."- Asami se acordó con quién estaba hablando y había decidido que él tenía que saberlo. -"Unos asuntos personales que requerían más tiempo que lo que se considerará necesarias en la junta directiva. Renuncie para permitirles más libertad y así atender algunas cosas. Después me dijeron que la empresa me necesitaba de vuelta."- Ella se encogió de hombros. -"Así que regresé."-
-"Entonces, ¿Esos asuntos personales se resolvieron?"- Preguntó mientras movía una pieza del tablero. Cuando vio lo que había al mover la pieza del tablero ella se sintió frustrada. Siempre sabía cómo contrarrestar sus movimientos.
Se quedó estudiando el juego. -"No."- Tocó con su dedo a una pieza por un rato y luego los apartó. Era demasiado evidente para hacer ese movimiento. ."No lo están, pero... Ha pasado demasiado tiempo de mi vida poniendo mi felicidad por debajo de todos los demás."- Eventualmente hizo un movimiento sutil y cruzó los brazos a la defensiva. -"Soy una creadora, papá."- Ella le dio una mirada fugaz y supo que él la estaba observando. -"Puede que me hayas quitado muchas cosas, pero... nunca más de eso."-
Se quedaron en silencio durante mucho tiempo después de eso. Simplemente estaban jugando su juego, uno donde Asami estaba tratando difícilmente ganar. Como si derrotandolo en Pai Sho de alguna manera haría que se sintiera mejor. Excepto que ella no estaba ganando, porque él conocía todos sus movimientos y tenía más experiencia jugando.
Sin embargo, después de un rato, la experiencia se hizo extrañamente cómoda mientras Asami se encontró disfrutando aquel desafío y después de cada movimiento que hacía juró verlo sonriendo.
-"Entonces."- por fin habló de nuevo justo cuando ella comenzaba a retirar sus piezas. -"¿Qué tanto dañaron a la empresa cuando te fuiste?"-
Asami suspiró y no pudo dejar su mirada quieta. -"Fue una pesadilla. Habían optado con el diseño más costoso e intrusivo que se pudiera imaginar. Las lianas espirituales de la ciudad no serán dañadas. Hay que trabajar alrededor de ellas, pero eso no es lo que hizo Ken Tanaka. Pensó que tú podrías construir algo sobre ellas, así la moverían de allí."-
Hiroshi se rió entre dientes. -"Bueno, ¿quién no quisiera ser perseguido por lianas en movimiento mientras se trabaja por la mañana?"-
-"¡Exactamente!"- Dijo Asami mientras levantaba los brazos al aire. -"Las lianas espirituales son parte de la ciudad ahora. Llegaron aquí y se espera que convivan con nosotros así como nosotros esperamos convivir con ellas. Tenemos que adaptarnos y mantener el equilibrio. Así como Korra lo puede hacer--"- Asami se congeló cuando aquel nombre salió de sus labios. No era una cuestión de no querer pensar en Korra o decir su nombre, pero no enfrente a su antiguo padre igualitario. No cuando él ni siquiera sabía nada de su relación, o la niña que habían tenido juntas. Había muchos secretos de parte de Asami que no estaba dispuesta a compartir con él. Amar al Avatar estaba en el top de su lista.
-"Asami."- Habló con dulzura. -"Puedes hablar de la Avatar tanto cuando tu quieras. No guardes ningún rencor hacia ella u otros maestros nunca más. No estoy seguro de si alguna vez realmente lo hiciste. Eso sólo fue lo que causó hacía donde dirigir mi dolor."- La tristeza cruzó por sus ojos mientras bajaba la mirada hacía el tablero. -"Me di cuenta hace un tiempo, pero para entonces ya era demasiado tarde."- Se quedó en silencio por un momento y Asami consideraba en decir algo, pero la idea de confortarlo no la hacía sentía bien. Eventualmente, él se concentró en ella. -"Sé lo mucho que preocupas por tus amigos. Lo vi en la manera en que los protegía y luché junto a ellos. Estoy feliz de que tengas ese tipo de relaciones fuertes en tu vida."-
Asami no sabía cómo decirle que no los había visto a ninguno en meses, fuera de unos pequeños encuentros casuales con Mako. Entonces, antes de que pudieran terminar su juego, un guardia se acercó detrás de Hiroshi.
-"Disculpas señorita, pero los horarios de visita han terminado."-
Pudo ver la decepción en los ojos de su padre y le echó un vistazo al juego sin terminar. Empujando la silla hacia atrás, Asami se puso de pie y se sacudió la falda mientras el guardia ayudaba a que su padre se pusiera de pie.
Por un momento, ella consideró sonreirle. Pero en cambio, se le quedó mirando tiempo suficiente como para hablar. -"Volveré".- Sus palabras le dibujaron una sonrisa en sus labios que de alguna manera le rompió el corazón. Era como si ella sólo le hubiera dado su libertad. Parecía tan aliviado. -"Te venceré la próxima vez también."-
Él comenzó a reír con suavidad y pudo ver las lágrimas rebosantes en sus ojos. -"Pudiste haberme vencido ahora."
-"No papá."- ella finalmente sintió una sonrisa crecer en la comisura de sus labios. -"No esta vez."-
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Korra sólo podía ver el cielo sobre ella y podía oír débilmente el sonido de Opal llorando. Podían oírse palabras suaves. Jinora estaba tratando de calmarla, e Ikki estaba discutiendo tranquilamente con Meelo de que tenían que irse.
Aquel dolor era familiar para Korra, y tal vez incluso un poco acogedor. Era físico. Le dolía el cuerpo, su trasero había sido completamente pateado y podía sentir cada moretón y arañado que había ganado. Sentía su cuerpo, como si hubiese sido golpeada por muchas horas por la mejor maestra tierra y metal de la cual jamás había luchado antes.
Sin embargo, sabía que era más que eso. No era que Kuvira fuera bueno, aunque no podía negarlo que lo era. Aún Korra era lenta. Algo no estaba bien y sabía que la primera vez que Kuvira la tiró al suelo. Estaba vacilando. Cada movimiento que Korra hizo demostró ser flexible y se contuvo mucho al luchar, así como tenía miedo de poner todo su esfuerzo en sus golpes. Incluso cuando Kuvira la había derribado y burlado de ella en repetidas ocasiones, Korra no podía encontrar el valor para luchar contra ella mejor.
Eso fue hasta que se dio cuenta que no tenía otra opción, entrar al Estado Avatar, sólo para terminar derrotada.
Pensé que nos deshicimos del veneno .
Había oído las palabras de Jinora y sintió que aquel viejo miedo volvió. Sí, el veneno se había ido y se sentía mejor debido a ello, pero ¿qué daño ya estaba hecho en esos tres años? Incluso antes de eso, la pelea contra Zaheer le hizo tanto daño a ella. ¿Que tanto daño le había causado a su cuerpo? ¿Sería que alguna vez iba a ser tan fuerte como lo había sido antes?
Los gritos de Opal eran más fuertes ahora, y el dolor se irradiaba durante todo el trayecto y Korra sintió que el mundo se oscurecía a su alrededor.
Estás teniendo un ataque de pánico y necesitas calmarte.
Su respiración se ralentizó, y empezó a apretar los puños al mismo tiempo.
Uno, dos, tres. Respiró hondo. Uno, dos, tres. Otra vez. Uno, dos, tres. Korra siguió ese patrón durante unos minutos y sintió que el rabillo de sus ojos comenzaba a enfocarse. Entonces el mundo dejó de girar y los latidos de su corazón se estabilizó.
-"¿Korra?"- De repente la voz de Jinora la escuchó muy cerca y Korra la miró y sintió que su garganta seca, mientras trataba de hablar.
-"Espera."- Levantando un dedo y siguió manteniendo la pauta al momento de respirar. Estaba lejos de ser una habilidad que estuviera practicando, pero sólo se enfocó en la respiración, eso la había salvado de algunos ataques de pánico durante los últimos. Sólo necesitaba que su garganta se aflojara y que su cabeza detuviera todo aquel remolino que sentía. El dolor la mantenía con los pies sobre la tierra. Y sintió una sensación de ardor en su espalda cuando Kuvira enganchó sus manos en el metal y la tiró al suelo.
Korra estaba cansada de terminar siempre lanzada contra las rocas.
Jinora nunca se apartó de su lado mientras Korra finalmente comenzó a recuperarse del todo, así como de volver a concentrarse en las nubes que pasaban.
-"Lo siento."- murmuró antes de mirar a Jinora que parecía muy preocupada. Korra trató de incorporarse y sintió una sensación de dolor recorrer su brazo. -"¡Ah!"- Un grito salió de su garganta y Jinora colocó sus manos sobre la espalda para mantenerla estable. Tomando unas cuantas respiraciones para alejar aquel dolor, Korra finalmente se incorporó y se apoyó contra el borde de la silla de montar.
Una vez al estar bien sentada, vio que Opal se sentó igual, sólo que ella se había acurrucado y tenía la mirada perdida. Korra quería decir algo. Sentía que debería... disculparse. Por no haber actuado antes o tal vez por no ser más fuerte, más rápida o más agresiva. Korra había perdido una pelea, pero Opal había perdido mucho más.
-"Tu brazo."- Dijo Jinora y eso llamó la atención de Korra. Su mirada bajó y vio una gran herida que iniciaba en su bíceps y recorría por su antebrazo. La sangre goteaba lentamente por el brazo. El corte no era profundo, pero sin duda era doloroso.
-"¿Alguien más salió herido?"- Preguntó Korra, antes de entrar en pánico por un instante y le echó un vistazo a donde estaba Meelo quien dirigía a Pepper e Ikki estaba siendo persistente detrás de él. -"Ustedes... ustedes debieron haberse ido."- Korra mordió su labio inferior para así poder dejar de temblar. -"Pudieron salir heridos."-
Jinora tocó el hombro y sonrió. -"Dijiste que no te ibas a ir. Crees que porque dormimos en tu cama y haberte escuchado roncar te íbamos a dejar ir?"- Korra se echó a reír a pesar de su maltrecho estado. -"Vamos a volver a Ciudad República y averiguar qué hacer entonces."-
Cuando Jinora mencionó a Ciudad República, de repente Korra fue muy consciente de todo lo que le esperaba allí.
-"Necesito agua."- Dijo mientras comenzó a sentir una vibración rodar sobre su espalda. -"No llevo nada conmigo y necesito curar este corte y sólo... todo de mí."- Trató de reír de nuevo pero sonaba débil y eso la hizo sentir aún peor.
-"Korra."- Jinora apretó el hombro con suavidad. -"¿Qué pasó cuando entraste en estado de Avatar? Pensé que... "- No terminó lo que pensaba, no necesitaba saberlo. Korra sabía a dónde iba.
Mirando a otro lado, Korra meditó por un momento si sólo debería decirlo. Si debería decírselo a Jinora sobre aquel Avatar oscuro que la había estado persiguiendo a todos lados. ¿Cómo pensaba y esperaba que con retirar todo el veneno de su cuerpo, ella nunca tendría que ver esos ojos, sus ojos, mirando sus espaldas nuevamente.
Una duda familiar recorrió su mente. No era que tuviera miedo de decirle a alguien, estaba tan segura de que ganaría. Llevándola hasta ahora a sentir que nuevamente daba un paso atrás, después de que apenas empezaba a dar pasos hacia dirección correcta.
-"Sólo estoy un poco oxidada."- Korra finalmente respondió, y se sentía bien sabiendo que al menos era algo cierto. Esta había sido su primera pelea real en casi tres años. Luchar contra maestros tierra dentro de una jaula en las calles subterráneas del Reino de Tierra no era lo mismo que luchar contra alguien que había entrenado durante años. Mirando sobre el hombro de Jinora, haciendo caso omiso a la duda que tenía en sus ojos, Korra se concentró en Opal. -"Vamos a recuperarlos, Opal. Lo prometo."-
En lugar de una respuesta, Opal se limitó a asentir y secó sus ojos. Nunca vio a Korra, sus ojos aún estaban fijos en algo lejano.
-"¡Consigamos algo de agua más adelante!"- Dijo Ikki mientras hizo aire control sobre la silla de montar. Había preocupación en sus ojos mientras miraba a Korra de arriba hacia abajo. Ikki estaba notando cada marca y Korra lo sabía. -"¿Crees que estemos lo suficientemente lejos para parar?"-
Korra asintió. -"No vendrán por nosotros."- Ella suspiró y llevó sus rodillas hasta su cuerpo y apoyó la barbilla en ellos. -"Ahora no somos ninguna amenaza para el ejército de Kuvira."- Ikki seguía mirándola fijamente con preocupación y Korra logró sonreír. -"Pero de todas formas. No estamos fuera de peligro aún."-

Mientras Meelo dirigía a Pepper a tierra, Ikki se movió a donde estaba Korra y se acurrucó junto a ella mientras que Jinora volvió a donde estaba Opal.
Aquella tranquilidad que le fue proporcionada sólo le dio tiempo a Korra de pensar en lo que le esperaba en la Ciudad República.
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Asami guardó su trabajo mientras el ferry se detenía en el muelle de la Isla Del Templo del Aire. Los trajes colibríes estaba quedando lo bastante bien el diseño, pero aún no estaban del todo listo para ser construidos. Necesitaba encontrar una manera de ganar mayor maniobrabilidad con ellos. Ellos tenían que ser capaz de poder girar fácilmente alrededor de una aeronave o estructura que estaban destinadas a ser reparadas y llegar a un punto preciso. Pero simplemente no estaban aún del todo listo.
Después de reunirse con su padre, Asami había tomado un poco más de tiempo para regresar a su casa y usar el gimnasio para aliviar un poco el estrés de toda la ansiedad que causó al verlo.
Cuando Asami había regresado a casa después de su estancia en la Tribu Agua del Sur, embarazada de cinco meses y acompañada por la madre de Korra, había decidido que quería volver a casa y encontrar un nuevo lugar a donde vivir para la familia Bolin y Mako. No fue difícil convencerlos de volver cuando les prometió a algunos de los primos de Mako y Bolin de que podían venir y usar su pista de carreras, si querían.
Sin embargo, ella no había estado en un mejor momento cuando regresó a casa, y había sido la frustración lo que hizo llevar a alejarlos.
El sol comenzaba a ponerse mientras sus botas resonó contra el suelo de hormigón de la isla y Asami se dirigió al vestíbulo para encontrarse con Pema. Su suelta, falda negra se balanceaba con cada paso que daba. Todavía era extraño comprender que realmente ella estaba buscando a su hija. Tan inesperada fue la llegada de Suki, había sucedido tan rápido que Asami nunca tuvo tiempo para cuestionar nada.
El embarazo había sido duro con ella y había pasado el último mes en la Isla Del Templo Del Aire, junto con Senna, e incluso Tonraq había llegado para presenciar el nacimiento de Suki. Asami podía recordar que estaba en cama, esperando la llegada de Suki con un grupo de maestros aire y los padres de Korra que entraban y salían para verla. Había estado tan asustada esa vez, y fue la primera que verdaderamente el peso de todo  había comenzado. Que ella iba a ser madre, una madre soltera, y que todo esto había sido lanzado a ella sin tener voz real.
Entonces Suki llegó y todo aquel temor se fue. Claro, Asami tenía preguntas y dudas y todo sobre su futuro que había sido lanzada tan de repente al caos. Pero su amor por su hija nunca lo cuestionó. Suki le robó el corazón al segundo que Asami la abrazó y decidió que a partir de ese momento podía manejar cualquier cosa. Y eso era porque ya no estaba sola, tenía una familia otra vez, una nueva familia y no estaba marcada con la muerte de su madre o por la traición de su corrompido padre. Suki era el futuro de Asami. Hizo sentir a Asami como si pudiera ser capaz de hacer algo, lo que la llevó a Asami a querer hacerlo todo. Trabajaba, entrenaba y comenzaba a aprender nuevas habilidades de lucha de algunos de los mejores entrenadores que pudo haber encontrado.
Asami quería ser mejor, más fuerte, más inteligente y lista para cualquier cosa, todo lo que pueda venir por su camino. Eso debido a que tenía a una nueva familia que proteger, un nuevo futuro por el cual luchar.
Cuando Asami finalmente encontró a Pema, ella y Suki estaban sentadas en el suelo con una Suki entre sus piernas colocándole una nueva, camisa roja de Industrias Futuro sobre cabeza. Asami no tenía ninguna ropa de bebé lista cuando estaba embarazada de Suki, así que cuando no podía ir a trabajar ya físicamente, pasaba mucho tiempo en casa haciendo ropa para Suki.
Por supuesto que Suki estaba creciendo cada día y ahora Asami tendría que hacer más. Hoy, sin embargo, se veía muy linda con su camisita roja.
-"¡Hola!"- Asami aplanó su falda con su mano y se sentó frente a Pema. Cuando Suki se giró y sonrió al oír el sonido de su voz, Asami sintió que su corazón se hinchaba. Era más un desarrollo reciente de que su voz y su presencia realmente estaba siendo observada por su hija. Suki también había llegado a una edad en la que estaba empezando a desarrollar un poco su personalidad. Había cosas que le gustaban y otras que no. Para Asami, era un sinfín de cosas que descubría a diario de esta nueva personita en su vida.
Cuando Suki la vio, ella extendió sus pequeñas manos hacía Asami, que se acercó un poco y tomó a Suki en sus brazos.
-"Hoy ha sido un desastre, tiró la comida por toda la isla."-
Asami sonrió y llevó a Suki sobre su brazo. -"¿Estabas volviendo loca a la pobre tía Pema? Ya veo porqué te cambiaba las camisas."
-"Oh, sí."- Pema suspiró mientras se levantaba y se sacudía su ropa. -"Ella vomitó sobre su camisa como te diste cuenta. La he lavado, pero aún no está seca. Ella y Rohan juegan mucho."-
-"Estoy contenta de que Rohan finalmente le agrade ella. Y no te preocupes, podemos dejar la camisa aquí para la próxima vez que venga ella."- Asami hablaba con Pema incluso mientras continuaba observando los movimientos sutiles de su hija.
-"¿Qué tal estuvo tu visita?"- Preguntó Pema mientras recogía algunas cosas del suelo y Asami sentó a Suki sobre su regazo y sintió que sus pequeñas manos envolvieron sus dedos.
-"Fue..."- se mordió el labio inferior y buscó la palabra adecuada. -"Fue más fácil de lo que pensaba."-
-"¿Oh?"-
Ella asintió. -"Estaba arrepentido y... era más sutil."- Ella se rió un poco. -"Delgado. Ha perdido mucho peso, pero ... en el buen sentido, ¿sabes? Él luce- quiero decir bastante mayor, su cabello es blanco y sus ojos están cansados. Pero es fuerte. Creo."- Sus pensamientos se amontonaban mucho en su mente que no podía expresarlo de manera adecuada y terminó encogiéndose de hombros antes de inclinarse y besar Suki sobre la cabeza.
Pema comenzó a doblar unas cuantas mantas y apilarlas ordenadamente una sobre otra. -"¿Estás pensando en volver?"-
-"Sí."- Asami alejó un poco a Suki, manteniendo una mano sobre la espalda para equilibrarla antes de ponerse de pie. Entonces, tomó a su hija de mientras la pequeña gritaba de alegría. -"Cuando fui por primera vez sólo quería devolverle sus cartas. Pero cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que quiero perdonarlo; ¿sabes?"- Pema asintió, pero dejó que Asami continuará. -"No quiero aferrarme a eso por el resto de mi vida. Si puedo... incluso si debo construir un puente frágil entre nosotros, valdrá la pena."-
-"¿Qué hay de Suki? ¿Tienes pensado decirle algo de eso a él?"- Una diminuta sonrisa apareció en el rostro de Pema mientras que Asami la seguía fuera del vestíbulo y el pasillo donde se depositaba las mantas en las habitaciones.
-"¿Quieres decir en que le diga a mi padre que el Avatar me dejó embarazada?"- Ella levantó una ceja y resopló ante el guiño de Pema. -"No estoy lista. Al menos ... no ahora. Quiero que siga pensando que le agrada los maestros, por lo que decirle que 'un maestro' me embarazó y luego desapareció probablemente no sería de mucha ayuda."-
Pema entró en una de las habitaciones y colocó una manta sobre la cama. -"Me parece justo, pero sabes que Korra volverá y ella la conocerá."-
-"Lo sé."- Asami sintió la cabeza de Suki descansar contra su hombro. Siempre se dormía si Asami comenzaba a moverse por los alrededores. -"No estoy enojada con Korra por no estar aquí. Si hubiéramos podido contactarla tal vez hubiera vuelto, y cuando vuelva la dejaré entrar en la vida de Suki sin hacer preguntas, pero... nosotras dos vamos a estar en un terreno tan inestable cuando... si es que regresa, estaré casi contenta de que no estuviera aquí. Sólo hubiera hecho las cosas más estresante para ambas."-
-"Está bien, entonces permíteme preguntarte."- Pema se detuvo en la puerta y se giró hacia Asami. -"¿Todavía estás enamorada de ella?"-
La cabeza de Asami bajó un poco, algunos mechones del cabello cayeron sobre su rostro. Pasaba la mano de arriba hacia abajo por la espalda de Suki y respondió. -"Sí."- La palabra salió con mucha vacilación de lo que pretendía, había duda en aquel tono.
-"¿Pero?"- Pema rápidamente captó que tenía dudas.
-"Pero no quiero estarlo."- Asami observó el rostro llenó de confusión de Pema. Eso la hizo sonreír porque ella parecía tan confundido como Asami. -"Es complicado."-
-"Puedo ver eso."- Ella se rió y continuó con su trabajo antes de que finalmente cambió de tema. -"¿Planean quedarse a cenar? Te puedo enseñar cómo hacer que la sopa que tanto te gusta."-
Cenar en la isla era un algo normal ya que Asami nunca fue muy amante de la cocina. Quería aprender y había estado tratando de que Pema le enseñará algo desde hace algún tiempo. De cualquier forma, sería bueno tener un poco de compañía y se había traído la mayoría de las cosas de Suki con ella después de trabajar.
-"Está bien, siempre y cuan-"- Antes de que pudiera terminar, Tenzin dobló a la esquina con los ojos muy abiertos y una sonrisa llena de esperanza.
-"¡La encontraron!"- Él sonreía y Asami sintió que su corazón dió un vuelco. -"Jinora simplemente se proyectó a mi y me dijo que encontró a Korra. Al parecer, las cosas no van bien en Zaofu y se dirigen de nuevo acá a decirnos qué más pasó, pero Korra está con ellos y-"- la voz de Tenzin se desvaneció cuando se dio cuenta de que Asami estaba junto a su esposa. -"Oh, Asami disculpame, no te había visto."-
A pesar de que Asami sabía que este día llegaría, todavía no estaba completamente preparada para ello. A pesar de que a menudo se preguntaba si alguna vez estaría preparada para ver realmente a Korra nuevo. Era sólo algo que estaba destinado a suceder y que tendría que aceptarlo.
-"Está bien, Tenzin. Yo-yo estoy feliz de saber que ella está bien."- De repente, Asami quería estar muy sola. -"Aprecio la oferta, Pema, pero creo que vamos a declinar la cena de está noche. Tengo trabajo que hacer y Suki necesita un baño."-
Vio que Pema frunció el ceño, pero asintió de todos modos antes de que extendiera la mano y tocó el hombro de Asami. -"Está bien, bueno, si me necesitas para que la cuide de nuevo, házmelo saber."-
-"Gracias. Pero tengo pensado llevarla a la oficina mañana. Pero vendremos, estoy seguro de que cuando..."- Miró a Tenzin que parecía culpable al mencionar siquiera a Korra delante de ella. -"Estoy segura de que estaremos por aquí pronto."-
Con algunas despedidas rápidas e incómodas, Asami estaba en el último ferry de La Isla Templo del Aire. Abrazando su hija un poco más cerca mientras iba camino a casa.
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-"¿Todavía... estás aquí?"- Korra abrió un ojo al oír la voz de Jinora y sonrió.
Llevando sus manos sobre su regazo y asintió antes de bajar las piernas de la roca en que estaba sentada. -"Sí, trató de ver si puedo entrar al mundo espiritual."-
-"¿Aún nada?"- Preguntó Jinora mientras se sentaba frente a ella.
-"No."- Korra tierra control sobre un pequeño trozo de roca y se sentó junto a ella. -"No he sido capaz de meditar y entrar al mundo espiritual desde que me envenenaron. Una vez entré por el portal en el Norte y fui al Árbol del Tiempo para probar si podía ser de ayuda, pero es como si mi conexión espiritual se ha ido."-
Jinora asintió y parecía estar pensando en todo lo que había dicho Korra. Ella cruzó sus propias piernas, pero no parecía meditar, simplemente era para relajarse. -"Tal vez sólo estás pensando demasiado. Puede que estés también esforzandote de más."-
Korra resopló. -"No estás equivocada. He pasado los últimos tres años pensando en eso."- Dijo dando una bocanada de aire y se acomodó con cuidado sobre sus codos. -"Solía estar tan enfocada en ser lo que solía ser que no me permití... crecer, ¿sabes?"-
-"Pareces mucho más tranquila."- Notó Jinora y Korra sólo pudo encogerse de hombros.
-"Creo que sí."- ella extendió su mano y agarró un mechón de su cabello corto. -"He cambiado mucho en estos últimos años. Mi cabello es más corto, soy más alta, lo que sería muy bueno si todos los demás no hubiera crecido conmigo. Juro que en unos año más serás más alta que yo."-
Jinora sonrió. -"Yo diría que dentro de seis meses."-
-"Ja."- Korra sin expresión antes de retomar lo que habían estado hablando. -"Me acabo de dar cuenta de que tenía que concentrarse en sentirme mejor, no ser la mejor. Los ataques de pánico y las pesadillas, el no poder dormir o comer... todo fue... fue mi destrucción. Tenía que arreglar todo, y ahora estoy bien. Mentalmente sólo... sólo estoy tratando de cuidarme mejor."-
Para Korra, esa era la razón más importante del porqué se fue. Para poder ser capaz de cuidar de sí misma.
-"Te ves mucho mejor. ¿Aún luchas contra ese dolor?"-
-"No."- Korra levantó su brazo que una vez estaba herido y le echó un vistazo. La sangre ya no estaba y el único indicio de aquella lesión fue una marca roja tenue. -"Me siento mejor ahora. Mi ego un poco magullado, supongo."- Ella trató de reír pero sonaba frágil.
-"Korra, tienes que recordar que Kuvira ha estado luchando en esta batalla durante tres años. Ella ha tenido una justa de resistencia por lo que me dijo de mi padre. Tú acabas de regresar, nadie esperaba a que lo arregles todo en un día."-
-"Tal vez no se soluciono todo, pero..."- Korra miraba a su derecha, donde estaba Opal sentada al borde de la orilla del río, donde ellos habían conseguido agua para que Korra se sanara. Ella estaba haciendo un remolino de viento con una mano, cambiando el flujo del río por varios puntos sólo para que nuevamente volviera a como originalmente estaba. Ella no había dicho ni una palabra desde que desembarcaron, y Korra sabían que todos sus pensamientos estaban aún en Zaofu donde toda su familia  estaba capturados y necesitaban ayuda. -"Siento como si hubiera podido haber hecho más."-
-"Vamos a hacer más."- dijo Jinora con tono tranquilizador. -"Vamos a ir a casa y se verá que se puede hacer luego."-
Hasta este punto, era todo lo que se podían hacer.
Se quedaron en silencio durante mucho tiempo. Tiempo suficiente para que Meelo se quedará dormido junto a su hermana y Opal se movió para sentarse junto al fuego cuando Korra hizo la fogata. Jinora todavía seguía a Korra cuando finalmente rompió el silencio.
-"Sé que Ikki dijo que se supone que ustedes no pueden decirme sobre ella, pero... ¿Asami es feliz?"-
-"Korra..."- Jinora advirtió con una mirada ligeramente amenazadora. -"Yo no tengo que decírtelo."-
Korra rodó los ojos. -"Lo sé, tú y tus hermanos, finalmente, escuchan a su padre una vez y por supuesto que eso es solo para molestarme."- Jinora rió con un movimiento de cabeza agradable antes de Korra continuará. -"Pero no necesito más detalles. Sólo... dime que está feliz. Dime que... no la lastime mucho como yo he imaginado en estos últimos años."-
Con un profundo suspiro, Jinora levantó la vista hacia Korra con una mirada llena de de calidez y simpatía. -"No puedo decir que no la lastimaste, Korra. Lo hiciste."- Al escuchar aquellas palabras tan reales que la escocieron mucho peor de lo que Korra jamás pudo imaginar. La idea de que Asami estaba llena de dolor de cualquier forma era terrible, pero ser la fuente de aquel dolor era insoportable. -"Pero ella va bien ahora. Te lo prometo."- Korra asintió, secándose las lágrimas de sus ojos y tratando de encontrar consuelo en las palabras de Jinora. -"¿Aún... aún quieres estar con ella?"-
Cerrando los ojos, Korra tragándose sus miedos, asintió. -"Lo deseo, más que nada."- Ella no pudo evitar sonreír. -"Aún estoy enamorada de ella."-

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1 comentario

  1. Bueeeeno...
    Una quiere y no quiere, la otra quiere y no sabe si pueda.
    Todo dependerá de Asami, pero sería injusto pretender que la perdone así como así después de que Korra la dejara viendo un chispero.

    Tendrán que darse un tiempo para procesar las cosas, por lo menos.

    Ya quiero ver la cara que va a poner Korra cuando se entere de que es mami.

    Gracias por tus traducciones.

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