***
Advertencia: Este fic tiene contenido omegaverse (futanari) para quienes no le guste está temática, puede pasar de largo nwn.ADVERTENCIA 2: Llegará momentos en que la narración es bastante, digamos fuerte gente bella por lo cual se recomiendo discreción (si como dicen algunos programas de TV :v JAJAJAJJAA).
***
CAPÍTULO 9
***
La estoy besando.
Asami deslizó su lengua por los labios de Korra, profundizando en el calor familiar de su boca.
La estoy besando.
Agarró los brazos de Korra con mucha fuerza, dejando las marcas de las uñas sobre el firme músculo.
Después de tres años, finalmente la estoy besando.
Había imaginado este momento tantas veces que ya había perdido la cuenta, pero la realidad le había dejado un agujero en el pecho. Un beso que ni siquiera empezó, iba a poder compensar los tres años de soledad. Estaba muy lleno de enojo, fue demasiado rápido, demasiado hambriento , y eso no fue suficiente. Todavía no sabía lo que quería, pero su cuerpo estaba seguro de lo que necesitaba. Ella no iba a pasar este calor echa un ovillo gimiendo en el suelo, llevándose una mano temblorosa entre sus piernas. Korra estaba aquí , besándola como si fuera su última momentos en la tierra, y ya era hora de que comenzará a disculparse por su ausencia.
Asami atrapó el labio inferior de Korra entre sus dientes, tirando de él con fuerza para llamar su atención. Cuando los ojos vidriosos de Korra se centraron en ella, retrocediendo, jadeando para poder respirar. -"Adentro."- Ella señaló con la cabeza hacia la recámara de aislamiento. "-Ahora."-
Korra obedeció rápido que cualquier omega. Se tambalearon hacia la puerta juntas, aunque Asami nunca la dejó dar unos pocos pasos sin antes beber de la inmensa dulzura que era su boca. No podía dejar de besar a pesar de que amenazaba con hacerlas arde hasta reducirlas a nada. Cuando tropezaron con la recámara de aislamiento, abriendo de un golpe la barra de metal. Ignorando las demás cerraduras, pero no importaba. Nadie las molestaría- y si alguien lo hacía, desearían no haberlo hecho.
-"Quítate la ropa."- Ordenó, tirando de la camisa de Korra. -"Te quiero desnuda."-
Una ceño fruncido se formó en medio de la frente de Korra. -"Asami, ¿estás segura...?"-
-"Desnúdate, o las arranco."- Las intensas palpitaciones que había estado sintiendo entre sus piernas durante toda la mañana empezaba a doler, y no podía soportarlo por mucho más tiempo. Ella ansiaba la piel de Korra, cada centímetro de ella, y en parte estaba segura de que moriría si no sentía deslizarse contra ella por un segundo más.
Por suerte, Korra no discutió. Empezó a quitarse la ropa inmediatamente. Asami se quitó de ella también, arrancando las costuras y enviando botones volar. Lo único que la hizo detenerse en medio de arrancarse toda la ropa de su piel hipersensible fue un fuerte jadeo. Se detuvo en medio de desenrollar su bufanda, congelada bajo la intensa mirada de Korra. -"¿Qué?"-
Korra permaneció en silencio, pero sus ojos hablaron por ella. Asami se estremeció cuando se concentraron en la garganta. La vieja cicatriz empezó a arder, y conteniendo rápidamente para evitar las lágrimas. No quería explicar el porqué de ellas. Sin una marca correspondiente para sustentarlo, la marca del lazo debería haberse desvanecido hace mucho tiempo. Su estúpida esperanza le había impedido sanar, y su rostro se ruborizó de vergüenza y rabia. Odiaba tener sus sentimientos tan abiertamente a flor de piel, especialmente cuando Korra no había hecho nada para merecerlos. En lugar de tartamudear una débil explicación, retomando donde se había dejado, tirando la bufanda lejos casi con desdén.
A pesar de sus constantes agitación y niveles extra que llevaba, Asami terminó de desnudarse primero con pura desesperación. Ella suspiró cuando el aire frío golpeó contra la piel, aunque su alivio fue duro poco. Korra había logrado quitarse la parte superior de su ropa, revelando sus anchos hombros y sus firmes pechos, pero estaba luchando para quitarse la falda de piel y el cinturón. Asami no tuvo paciencia para esperar. Cerrando la corta distancia entre ellas otra vez, llevando las manos de prisa a la cintura de Korra. En cuestión de segundos, había aflojado la hebilla que los dedos de Korra no podían abrir. -"Solo déjame hacerlo yo."- murmuró ella mientras se inclinaba para probar los labios de Korra.
Pronto, su mano derecha estaban dentro de los pantalones de Korra mientras unos gemidos fuertes derramaban su boca. Asami no estaba jugando con ella, y sin dudarlo, se dirigió directamente hacia el miembro que estaba apretado contra la ropa interior de Korra, colocando su palma encima de el. Una cálida mancha de humedad empezó a esparcirse por la delgada tela, dejando escapar un gemido. La idea de que Korra estuviera ya dura y empapada por ella, hizo que su cabeza diera vuelta.
-"Ah-Asami, por favor."- Tartamudeó Korra cuando la cadena de besos se rompió.
Asami gimió ante el sonido de su nombre, arrastrando su boca a lo largo de la garganta de Korra. Encontrando un lugar tentador para hundir sus dientes justo debajo de la mandíbula de Korra, pero se las arreglo para terminar de succionar en su lugar, no queriendo hacer una marca para reanudar el lazo. No era el momento adecuado, y ni siquiera estaba segura de que Korra fuera la alfa indicada. -"¿Por favor qué?"- Respiró una vez que había dejado un leve moretón oscuro. -"¿Por favor detente? ¿O por favor, sigue adelante? Le dio otro apretón al miembro de Korra, disfrutando la forma en que se sentía bajo su mano.
-"Sí... N-no... ¿Ambos? Mierda, no lo sé. E-estás a punto de hacerme correr sobre mis pantalones..."-
-"Ni te atrevas."- Gruñó sobre el cuello de Korra. Retirando su mano, sólo para arrancar el resto de la ropa de Korra. Sus pantalones y ropa interior cayeron hasta las rodillas, y Asami se concentró en el grueso miembro que sobresalía entre sus piernas. La punta ensanchada estaba totalmente rojo, y sobre este un líquido claro y brillante estaba sobre la punta, y la base de este empezó a hincharse.
El clítoris de Asami palpito y sus paredes interiores se aferraron a la nada, pero se regaño mentalmente. No. No puedes dejar que te anude, sin importa lo mucho que quieras. No confías en ella lo suficiente para algo íntimo. Sin embargo, necesitaba sentir a Korra dentro de ella. Su cuerpo ansiaba sentir tal plenitud, y su calor lo exigía. -"Cama."- Dijo con voz ronca, plantando su mano derecha en el centro del pecho de Korra y haciéndola caminar hacia atrás.
Los ojos de Korra se abrieron de par en par, caminando aún hacia atrás hasta que sus pantorrillas golpearon el borde de la cama. Asami la empujó haciendo que se sentara y se apresuró a subirse sobre su regazo, apoyando una mano en su ancho hombro. Deslizando la otra por el estómago de Korra, rozando los fuertes músculos de su abdomen. -"No te vengas aún."- Dijo mientras esparcía besos cerca de la boca de Korra. Sus labios estaban hinchados desde antes, y Asami no pudo resistir tirando del labio inferior entre sus dientes nuevamente. -"No."- Beso. -"Hasta."- Beso. -"Que me hayas tomado."-
En lugar de estar de acuerdo, Korra gimió, moviendo sus caderas en busca de la mano de Asami. Era un gesto inútil, y su miembro se balanceaba entre sus piernas, pidiendo atención. Asami cedió, abandonando el abdomen de Korra para tomar el miembro de Korra. Empezando a bombear cuando la apretó, y más humedad perlada apareció en la abertura de su miembro, derramándose en hilos delgados. Pronto, sus dedos estaban cubiertos de aquella calidez resbaladiza, y tenía mucha lubricación con que trabaja. Empezando nuevamente a bombear con su mano, acariciando la base del miembro de Korra rápidamente hasta justo debajo de su cabeza hinchada.
-"Yo... yo debería... tú primero..."- Jadeó Korra, pero sus caderas la hizo quedar como mentirosa. Se movieron junto con los bombeos que le daba Asami, instándola a aumentar su velocidad. Su miembro dio un tic entre su puño, palpitando aún más fuerte, y el dolor entre sus propias piernas de repente se hizo insoportable. Necesitaba presión, plenitud, el maravilloso escozor de que había pasado demasiado tiempo sin ello. Soltó el miembro de Korra, tomándola de los hombros y empujándola, forzándola a caer de nuevo sobre la cama.
La vista ante ella le robó el aliento. Korra estaba tendida debajo de ella, una complicada contradicción de dominio y sumisión. Sus impecable músculos estaban totalmente tensos, pero temblaban ante su contacto, amenazando con estallar. Sus pezones de color marrón oscuro se habían puesto duros, y su pecho se subía y bajaba con una respiración rápidas y superficial. La expresión de su rostro era de un intenso anhelo, pero aunque sus ojos brillaban, no estaba llorando.
Asami casi tuvo ganas de llorar, pero no estaba segura de si sus lágrimas eran de enojo, frustración o de felicidad. Ella se contuvo antes de que pudieran comenzar a llorar y se centró en su objetivo: conseguir a Korra dentro de ella. Su mundo se redujo hasta que nada más importaba, y ella bajó la pelvis, gimiendo cuando el miembro de Korra se deslizó entre sus labios exteriores. Empezó a moverse tan pronto como ella lo alineó en su entrada, moviéndose hacía adelante y hacia atrás a lo largo de su miembro, inclinándose y de atrapando su clítoris la punta. Cada movimiento hacía que por dentro ella estallara de satisfacción, ajustándolo bien, tocándolo con su labio inferior.
-"Mierda."- dijo entre dientes apretados. No era de decir groserías, incluso durante el sexo, pero no había nada más que decir. No era el momento para palabras suaves y de cariño. Sus dedos se enterraron en los hombros fuertes de Korra, aferrándose mientras movía sus caderas más rápido. -"Ha... Ha pasado mucho tiempo... tres años desde que..."-
-"Asami..."-
Por la forma en que Korra dijo su nombre obligó a Asami a abrir los ojos. La expresión de dolor y culpabilidad en el rostro de Korra le hizo sentir un dolor por completo, y ella se congeló, temblando con el esfuerzo de quedarse quieta.
-"Lo-lo siento, pero nosotras... tenemos que parar, hablar antes de... antes de que ..."-
El desorden de las palabras comenzó a hundirla y un vacío sintió Asami en el estómago. Había pasado noches sin dormir imaginando esta confesión exacta, y estaba dividida entre querer oír todo y no querer saber nada. Korra no había hecho ninguna promesa de ser fiel a su no-relación. Pensó que se había preparado para esto. Lo había supuesto, incluso lo esperaba, pero eso no detuvo el dolor que atravesó su pecho.
Cuando quedó claro que no iba a llorar, se aferró a su lujuria como un salvavidas. Con su cabeza y su corazón atrapados en ese vicio, su cuerpo era el único que podía sentir. -"No has querido hablar conmigo durante tres años, Korra."-
-"Lo quise- He querido hablar contigo, nunca he dejado de pensar en ti..."- Korra empezó a apoyarse sobre los codos, pero Asami la empujó de nuevo, manteniéndola acostada en la cama. El miembro resbaladizo atrapado contra ella palpito otra vez, y reanudó el movimiento de sus caderas, aún más de manera egoísta que antes.
-"Quédate ahí y cierra la boca."- gruñó ella, mostrando sus dientes. -"No quiero oír lo que hiciste, ni a quién te cogiste, ni por qué no volviste, todo lo que quiero es cogerte hasta que me duela, o que deje de dolerme, ni siquiera me importa."-
-"Pero-"-
Asami se inclinó, tomando fuertemente entre sus dedos el corto cabello de Korra en una, tirándolo con fuerza. Sus labios chocaron en un doloroso beso, lleno celos y resentimiento que pudiera verter en ello. Cambiando el ángulo de sus caderas, directo al miembro de Korra, que tenía hilillos pre seminal, alineándose contra su entrada. Se sentía demasiado bien para resistirlo, terminando de caer sobre su objetivo, superando la estrechez, lanzando un grito en lugar de esperar a que su cuerpo se acostumbrara.
El dolor sólo duró un momento. Ella y Korra estaban tan húmedas que sólo tomó unos cuantos minutos para que sus cuerpos se unieran. No se detuvo hasta que su entrada alcanzó el nudo de Korra y todo el miembro de la alfa estuviera todo dentro de ella. Echando su cabeza hacía atrás en total plenitud, pero todavía no era suficiente. Le dolía tomarlo todo, y se requería un enorme esfuerzo para detenerse.
Empezó a moverse antes de que Korra pudiera hacerlo, empezando a moverse un poco circularmente, luego dar rápidos y irregulares movimientos que frotaba su clítoris directamente sobre el nudo de Korra. Si no viene en mí, al menos esto puede ser útil, pensó mientras se movía muy fuerte contra ella. Me pregunto si... Su abdomen se revolvió, y las lágrimas amenazaron con inundar sus ojos otra vez. No. No voy a pensar en eso. Ahora no. No hasta que tenga el orgasmo que he estado esperando por estos tres malditos años.
-"Asami."- Gruñó Korra, sacudiendo su espalda a la realidad. -"Bájate. Ahora. "- Su rostro se retorció en lo que parecía un tormento, y sus manos se perdieron en algún lugar de las arrugadas sábanas.
A pesar de la tensión en el cuerpo tembloroso de la alfa y la presión que golpeaba a lo largo de su miembro, Asami no tenía mucha compasión. Cualquier cosa que Korra sintiera, no podía alcanzarla. -"Estoy intentándolo."- Le espetó, apretando el grueso miembro. Unos cuantos pequeños líquidos se derramaron dentro de ella, y sus músculos se tensaron dolorosamente al pensar que eran todo lo que podía permitirse tener.
-"No."- Dijo Korra con un destello de miedo. -"Quiero decir, voy a..."-
-"Sé lo que quieres decir."- Jadeó ella. -"No me importa, espera, es tu turno de esperar y sufrir a cambio."-
Korra dejó escapar un gemido ahogado, pero ella asintió con la cabeza, visiblemente preparándose para el ataque. Asami comenzó a moverse fervientemente, mucho más rápido cada vez el miembro de Korra tocaba fondo dentro de ella. Había olvidado lo feliz que era sentirse completa, sentir algo tan dentro de ella. Mantuvo una mano extendida entre los senos de Korra mientras llevaba la otra entre sus propias piernas, moviendo uno de sus dedos sobre su clítoris y pellizcandolo con fuerza. Casi tomaba los dedos de Korra y así ella lo hiciera, pero decidió no hacerlo. Su corazón roto no le permitiría renunciar ni siquiera a un poco de control.
Después de unos cuantos movimientos, se puso rígida y temblorosa, pronunciando palabras silenciosas. Sus paredes interiores palpitaba, aferrándose desesperadamente alrededor del miembro de Korra, pero eso no la detuvo. Necesitaba el placer que fuera mucho más allá de respirar, y se rindió a ello con todo el corazón, demasiado hambrienta como para temer la caída. Un grito salió de su pecho, y el nombre de Korra se escuchó de su garganta cerrada, saliendo de sus labios temblorosos.
-"Maldición, Korra..."-
Una vez que empezó, no pudo detenerse. Aquellas contracciones la hizo ponerse rígida hasta que apenas pudo permanecer erguida. Toda la coordinación que mantenía se fue, y su mano se movió rápidamente sobre la cama como un soporte extra. Empujando con fuerza el fuerte nudo grueso de Korra, sollozando mientras estiraba su entrada y hacía todo lo posible para mantener su clítoris palpitante atrapado contra él. Podía sentir lo hinchada que estaba, todo por ella, llegando a un segundo clímax, ni siquiera trataba de controlar el desigual movimiento de sus caderas.
Esta intenso XD
ResponderEliminar